La verdad de hoy no fue la de ayer y puede no ser la de mañana. La Tierra desde el inicio de los tiempos gira alrededor del Sol, sin embargo para la Iglesia católica era considerada el centro del Universo. Durante cientos de años no fue posible discutir sobre ello y aunque hubo intelectuales que hablaron como Copérnico o Galileo el pensamiento único hizo prevalecer su criterio. Hoy después de muchas muertes y sacrificios, casi todo el mundo, incluidos los perseguidores de antaño, acepta la verdad, pero en el camino quedaron miles de personas aterrorizadas perseguidas y torturadas. Las cosas han cambiado poco, ahora la insistencia de la Iglesia en condenar el preservativo ocasiona miles de muertos por SIDA en Afrecha y Asia o la negativa a la investigación científica con embriones madres impide avances médicos considerables en la curación de gran número de enfermedades.
Es importante el concepto de verdad, el cual determina la aproximación del saber a la realidad en cada momento histórico. El conocimiento que se tiene de un asunto varía en cada coyuntura, además, la realidad es inabarcable en su totalidad, por consiguiente, es un concepto susceptible de transformación en el tiempo. Aceptaremos diferencias dentro de niveles determinados, la Tierra gira, no está parada no es el centro del Universo. Las teorías que tenía la humanidad hace 2.000 años sobre un tema concreto seguramente no serán iguales a las que tenemos hoy sobre el mismo tema, pudiendo, por tanto, modificarse el sentido de verdad, pero siempre respetando unos criterios aceptados en la sociedad, como son la posibilidad de verificar y contrastar públicamente los estudios realizados, e intentar demostrar su falsedad.
Una verdad lo será mientras no haya argumentos que la desmientan o más completos que la desarrollen, pero no todo dará igual, en cada momento algo será mas verdad, más correcto. Para tratar la enfermedad del parkinson está probado que la levodopa es mas adecuado que la aspirina, aunque posteriormente pueda demostrarse que otra medicina sea mejor, hoy no dará lo mismo tratar a un enfermo con una u otra. Conectar un cable a un terminal (+) no será igual que conectarlo a otro (-), en el caso correcto un ordenador funcionará, en el incorrecto vaya usted a saber el estropicio que organizamos.
Como decimos anteriormente no hay verdades absolutas, perennes e inmutables, una verdad no lo será para siempre y por todo, aunque, insistimos, de ello no se deduce que todas las apreciaciones tengan el mismo valor. Esta perniciosa idea democratista pero nada democrática se extiende entre nosotros por todos los campos, fomentando por ejemplo, una falta de profesionalidad en los trabajos que se realizan, del que todos salimos perjudicados diariamente, empezando por la dignidad del trabajo bien hecho.
Los matices son necesarios en una discusión, y en la búsqueda de la verdad, a veces determinantes respecto a marcar la dirección o los resultados de la misma, ya que por ejemplo no es igual estar afectado por sífilis que por SIDA, aunque las dos pueden aparecer como enfermedades de transmisión sexual, una tiene tratamiento conocido con respuesta favorable, la otra es muy difícil de tratar y curar. En otras ocasiones los matices aportarán diversidad o añadirán mas aspectos de realidad en la misma dirección enriqueciendo el diálogo.
Recuerdo la discusión con un amigo que defendía determinados puntos de vista sobre un país concreto, el cual durante los últimos años había tenido un superávit comercial, cuando históricamente durante largos periodos había tenido déficit. Mi amigo defendía sus ideas con argumentos soportados en la idea del déficit histórico de ese país, y al poner sobre la mesa las últimas cifras que mostraban el cambio de los tiempos hacia el superávit su respuesta fue un clásico de las discusiones, ‘da lo mismo, el caso es que‘ y siguió repitiendo como si nada todos los argumentos anteriores.
Ni siquiera son iguales todos los gobiernos de la derecha, en España o en Francia, como no son iguales los gobiernos de EEUU demócratas o republicanos. Desconfiemos del interés que muestren por un asunto, aquellos que no vean aspectos diferentes en realidades y personas distintas. Otra cuestión distinta será la generalización que adoptaremos para definir realidades, mayor cuanto mas nos separemos de los elementos analizados, las diferencias en este caso quedarán en segundo plano respecto de las similitudes. Ambos criterios de generalización y diferenciación serán utilizables y solo dependerán del objetivo de nuestros análisis.
Las cifras, los datos, son importantes, si elaboramos un discurso basado en hechos soportado en cifras concretas y éstas cambian, lo lógico sería abandonar los argumentos defendidos e incorporar los nuevos. Conocemos colegas que pensaban que el Gobierno PP era lo mismo que el Gobierno PSOE, ‘todos son iguales, además lo gordo lo determina la Unión Europea’ dicen, (por cierto las instituciones de la Unión Europea las forman los partidos políticos nacionales). Han pasado varios años de gobiernos, franquistas, UCD, PSOE, PP, PSOE, ahora podemos medir, comparar y revisar cifras con cierta proyección en las que vemos disminución o aumentos de las inversiones en sanidad, educación, seguridad ciudadana, investigación y desarrollo, militar, etc. Claro está que además podemos comparar actuaciones entre sí y con otros gobiernos de otros países, del mismo signo o diferente.
Interesante en este caso comparar gobiernos conservadores europeos con el PP nacional, respecto a derechos y libertades, por ejemplo divorcio, penalización del aborto, respeto institucional, separación de poderes Iglesia Estado, impuestos a los ricos. No resisto la tentación de recordar aquí la idea laborista de crear un impuesto especial sobre los grandes beneficios de las empresas públicas inglesas privatizadas.
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