jueves, 27 de mayo de 2021

El fiasco de la gestión bancaria del PP

Algunos artículos merecen leerse para no olvidar.

El fiasco del rescate bancario. Xavier Vidal-Folch. 24-05-2021

No es solo numérico, sino de objetivos: ha ocurrido lo contrario de lo prometido

La quiebra técnica del banco malo o Sareb (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria), soterrada durante años, incrementa ahora —en la peor fase de la economía desde la Guerra Civil— la deuda española en 35.000 millones de euros, sumándole tres puntos, del 117,1% al 120% del PIB. Una cantidad que equivale a la mitad de los fondos de recuperación europeos no reembolsables previstos para España.

Es el fiasco que desborda el vaso. El conjunto de las pérdidas estimadas para las dos patas de la reforma financiera del PP, organizada hace casi un decenio por su titular de Economía, Luis de Guindos, roza el doble, los 70.000 millones.

Primera: el rescate bancario (con inyecciones de capital para salvar entidades insolventes y compensaciones a sus compradores, los “esquemas de protección de activos”) se financió sobre todo con ayudas de la UE de más de 40.000 millones. El saldo a 20 de noviembre de 2019 ha sido un coste de 42.561 para el erario público, según el Banco de España (y de hasta 65.725 millones de pérdidas contando el daño al sector privado).

Segunda: a esa cantidad se le añade el agujero ya certificado del banco malo, 9.704 millones a final de 2020 (7.512 millones de pérdidas más 2.192 millones de capital consumido). Que aumentará al menos en otros 10.000 millones los próximos años, según la estimación más optimista. Y quizá el doble, pues solo le quedan por vender los peores activos (inmobiliarios: suelo sin clasificar, casi invendible; y créditos-promotor, otro tanto), consumiendo, para el diablo, buena parte de la deuda pública que ahora se multiplica. De ahí que se rocen los 70.000 millones.

El doble fiasco no es solo numérico, sino de objetivos. Ha ocurrido lo contrario de lo prometido. El rescate no detraería “ni un euro” a los ciudadanos, se comprometió el Gobierno.

No habrá “un coste para los contribuyentes” (Guindos, mayo 2012); “ningún coste para la sociedad, sino todo lo contrario” (Guindos, junio 2012); es solo “un crédito a la banca que va a pagar la propia banca” (Mariano Rajoy, junio 2012), se alegó.
…/…

Y eso que se le prodigó ingeniería financiera. El primer truco, que ahora pagará el contribuyente, el aval del Estado a los 50.000 millones de deuda (solo se han recuperado unos 15.000), pasivo con el que se financió la compra de unos activos ruinosos; pero como la mayoría del exiguo capital la ostentaban las entidades privadas para que su deuda no computase como estatal, la Sareb no obedecía a los criterios de transparencia e incompatibilidades del sector público.

Segundo truco, ya en 2014 las pérdidas absorbieron todo el capital obligando a enmascararlas convirtiendo en capital la deuda subordinada. Tercero, como en 2015 afloró un agujero de 3.000 millones, pues una circular del Banco de España obligó a retasar todo el ladrillo a precios de mercado, se optó por difuminarlo a los años anteriores. Y como remate, en 2016 el Gobierno cambió la normativa permitiendo no apuntar las minusvalías a la cuenta de resultados sino a otra desde la que no aflorarían… Y así.

Gestión —continuista— aparte, y abstrayendo también los costes exorbitantes de su nutrida plantilla, la principal razón de tanto fracaso fue el penoso diseño de la corporación. Por la pésima calidad de los activos absorbidos de las entidades fallidas: fue “sensiblemente inferior a la inicialmente esperada”, ha reconocido el director general del FROB con Guindos y uno de los creadores de la Sareb, Antonio Carrascosa (Expansión, 12/4/2021). ¡Pero que se tasaron en base a los números de la consultora favorita, Oliver Wyman (reducidos), y la Comisión Europea ya advirtió que eran exagerados! Así que se impuso la venta a pérdidas, a precios del ladrillo inferiores a su valor en libros.

Y, para empeorar las cuentas, Romana contrató en verano de 2013 un derivado asegurador, un crédito swap para protegerse de aumentos de los tipos de interés sobre la deuda. Genial visión en una ex directora general del Tesoro: por efecto del “haré lo que sea necesario para salvar al euro” anunciado un año antes por Mario Draghi, los tipos REFI ya se habían desplomado a la mitad y en 2014 se pondrían a cero.

Lo que generó pérdidas añadidas por 3.200 millones a la Sareb, por apostar a la mula coja de una próxima subida. Y correlativas ganancias para el sindicato de bancos asegurador, copilotado por el Santander, a cuyo consejo se incorporó Romana en enero de 2015 sin cursar ninguna cuarentena por razón de incompatibilidad moral; legal no la había.

Todo muy discreto. Pero algunas entidades, menos ingenuas, no se dejaron engañar. Provisionaron sus aportaciones de capital dándolas por fallidas casi al inicio.

¿Era ineluctable el fracaso? Pues no. El banco malo de Suecia, creado en 1993 recuperó 50.000 millones de los activos (cuantificados en 65.000) que absorbió. Al Nama irlandés, fundado en 2009, se le colocaron 70.000 millones de activos tóxicos y saldó las deudas en marzo de 2020.

No era la idea lo malo del banco malo español, sino sus fundamentos: “Era todo una quimera”, rememora uno de los participantes en el proyecto, “que ha redundado en una gigantesca transferencia de deuda privada al sector público y a otras entidades saneadas, una verdadera socialización de pérdidas”.

Esa precaria arquitectura obedeció a la premura con que Guindos precipitó el estallido de la crisis de las cajas, con unas declaraciones al Financial Times, al inicio de 2012, afirmando que la banca española necesitaba provisiones por 50.000 millones… sin tener preparados los mecanismos para hacer frente al estallido.

Era su estrategia de presión, insólitamente pública en un gobernante, para romper con la del “aterrizaje suave” que encabezaba el entonces gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. “Queríamos ir a por todas. Huíamos del parcheo anterior”, alegó el ministro en su libro España amenazada. Solo dos años después, en febrero de 2014, invirtió su óptica: “Lo importante es ganar tiempo y Sareb es un instrumento para ganar tiempo”. El exjefe de Lehman Brothers en España ganó tiempo y posición. El contribuyente paga esa fiesta.



jueves, 20 de mayo de 2021

En recuerdo de la indignación

 


Crisis española. No sirve el viejo, ni el nuevo mundo


En España resulta erróneo, por extremadamente incompleto, tratar de explicar nuestros males culpando de los mismos al funcionamiento del capitalismo o de los mercados, a los que sin duda habrá que recurrir, pero aquí tenemos nuestras particularidades sin las cuales sería imposible entender lo que ha ocurrido en este país: la derechona española y su ideología carca e inculta, enemiga acérrima de la cultura, del conocimiento, de la investigación e innovación, como fuentes de progreso –tradicionalmente tenemos un horizonte cargado de torres y no de chimeneas que indican producción y trabajo, un país de pocas escuelas y religiosas, y solo recientemente de públicas-.

Gentes atrasadas, ancladas en privilegios desde la Edad Media y aristocrática, llegando hasta ayer a los que sumaron los conseguidos con la sangría que hicieron en la guerra civil, y en posterior postguerra. Grandes enemigos del trabajo como fuente de riqueza y que para más inri creen ser los dueños del país por la gracia de Dios, de sus tierras, playas e industrias, de sus gentes y futuro, de banderas y símbolos. Alguien puede explicar acudiendo a conceptos como capitalismo o mercados, la sinrazón e injusticia de que la Iglesia Católica se apropie e inscriba en el Registro de la Propiedad la Mezquita de Córdoba, por 30€ -treinta euros les costó, e incluso la están cambiando el nombre en papeles, libros, entradas- así como multitud de propiedades comunales, tales como ermitas, fincas, montes, edificios… todo ello apoyados en una ley del Gobierno del PP de Aznar que les permitía inmatricular aquello que no estuviera registrado y ponerlo a su nombre. Eso sí, como de costumbre sin pagar impuestos, como tampoco los pagan por solares, aparcamientos, edificios…

Los capitalistas carpetovetónicos, individualmente o encuadrados en patronales supuestamente modernas, que apoyan a sus corruptos convictos y confesos, son enemigos de toda competencia y mercados, que se las traen al fresco para ganar dinero mientras tengan subvenciones estatales y concesiones privilegiadas, sean de radio televisión, como de líneas de transportes, sean de suelos o restricciones de entradas en sectores productivos… facilitadas por sus amigos políticos, al precio que fuere. Mercados y capitalismo competitivo les traen al fresco, mientras tengan cercanía con caciques que les permitan mamar del Estado, reminiscencia franquista no desterrada de tiempos más antiguos, amplias concesiones y privilegios a grandes empresas, como el agua de nuestro ríos a eléctricas, o suelos bosques y playas a industrias no competitivas para que se aprovechen de las ventajas, o grandes concesiones de obras públicas entregadas a constructoras e importadoras o tele comunicadoras amigas, a cambio de sobornos –así los llama la prensa extranjera a los aquí muy suavecitos sobresueldos- ; garrulos que se enriquecen mutuamente junto con los caciques locales y regionales por recalificaciones que perjudican a los pueblos, tratos de favor y privilegios a donantes pequeños o medianos y correligionarios, colocación y trabajo en empresas públicas creadas ad hoc a familiares y amigos, pléyades de asesores como aduladores y nuevos cortesanos, -Ayuntamiento de Madrid 200 consultores amiguísimos, con sueldos por encima de 50.000 € salario suficiente 10.000.000, para pagar 1.000 nóminas—Los etc. son tantísimos que se convierten en una de las causas principales que explican la situación de España, y no los mercados.

A lo anterior habría que sumar los apoyos populares a los corruptos y ladrones, porque ‘son sus cabrones’, la ideologización llevada a las últimas consecuencias por el pueblo e instituciones que benefician a los corruptos a costa del particular perjuicio, el propio patrimonio público, que tendrán que pagar a través de sus impuestos. Los escándalos de Marbella, Valencia, Madrid, Galicia… con repetidas mayorías absolutas conseguidas por corruptos es otra prueba de la pérdida de moral colectiva. Es tremendo comprobar que la policía o servidores del orden, no protegen ni sirven a los ciudadanos, solo vemos que pegan y detienen a los que protestan por tanto delito cometido y tanta injusticia, cuando podrían evitarlo deteniendo a los que provocaron la situación. Alguien puede justificar por qué un tal Bárcenas entra y sale como quiere, cuando quiere, sin que nadie le moleste, y los sobornados según la propia investigación policial, por qué les siguen prestando protección, …. o tantos evasores fiscales suministrados por los datos de la lista Falciani son protegidos para que sus nombres públicos no se conozcan.

Poco pueden explicar los mercados sobre lo acontecido en España respecto a la actitud complaciente y de pérdida de ética de los individuos que dirigen instituciones que son arrastradas beneficiando a los privilegiados olvidando el beneficio debido a la sociedad en su conjunto, saltándose normas y espíritu de las leyes, renegando de la más mínima justicia y eficiencia en sus trabajo de control siempre que perjudique al pueblo, la falta manifiesta de controles, sean bancarios, o de agencias reguladoras de competencia, o del Tribunal de Cuentas. Igual se puede aplicar a los órganos de dirección de la judicatura, a los retrasos judiciales en atacar robos y delitos de puños blancos, mientras un robo de manzanas es inmediatamente demonizado.

La lista es enorme, pero quedaría incompleta sin añadir a los medios y tertulianos, tanto golfo escondido tras sobornos para defender a los anteriores y atacar siempre a los débiles que protestan, a los que demonizan insultan y pretenden encauzar para que protesten según sus reglas: despacito, calladitos, blanditos… Sinvergüenzas.

En este segundo aniversario del 15-M muchas cosas se pueden decir del mismo, y de todo movimiento social que se mueve por las calles y rincones de España, pero hoy quiero resaltar una de ellas y es: LO EXTREMADAMENTE PACIFICAS QUE HAN SIDO LAS PROTESTAS Y OPOSICIÓN A LA DESTRUCCIÓN DE UN PAÍS POR TANTO MISERABLE, APROVECHADO Y SINVERGUENZA.

Sí, ya se, y además están el capitalismo y los mercados.

PD. La imagen es de KAP, tomada de CCOO.
(15 DE MAYO DE 2013)

miércoles, 19 de mayo de 2021

Los indignados no trajeron la revolución (2)

''Más vale ser Sócrates insatisfecho que loco satisfecho. El progreso moral viene de la insatisfacción ante el funcionamiento del mundo.''  Adela Cortina.


El 15-M es un movimiento, como tal heterogéneo, dentro del mismo hay sintonías diversas, a veces contradictorias, a cuyas acciones puntuales se incorporan miles de personas sin vínculos militantes, a manifestar su indignación, y cuyo funcionamiento estable mantienen vivo simpatizantes y militantes de muchos partidos y grupos de izquierdas, gente todos ellos que ha dirigido votos a sus listas. En Madrid recordamos que ha aumentado el número de votantes en las elecciones municipales 2011, han descendido abstención, votos nulos y blancos, por lo que la influencia de una parte del movimiento que defiende estas opciones ha sido muy pequeña.

La realidad que viven estos entornos de redes sociales distorsiona a quienes participan inmersos en ella, confundiendo a veces una parcela de realidad, con el conjunto de millones de personas que están jubilados, los que estudian, los que están parados, los que trabajan en fábricas, centros de trabajo y comercios, barrios, asociaciones y ONG’s, sindicatos y calles, bares y metros. La gente que está dentro del ‘hormiguero de internet’, como la que esté en un concierto de rock, son hooligans que piensan que todo el mundo está allí, y además es como ellos, pero hay otros muchos fuera, infinitamente más numerosos que los de dentro, muchos de los cuales ni conocerán a ese grupo. Otros conociéndolo, tendrán gustos diferentes. Confundir la realidad con los deseos es uno de los principales errores políticos, no querer verlo ni atender las señales cuando se manifiestan es un suicidio. Basarse en tópicos lleva al fracaso, por ejemplo, los trabajos del CIS, de cara a las elecciones generales de 2011, indicaban que las nuevas hornadas de jóvenes basculaban algo más a la derecha en su auto identificación en el eje izquierda-derecha, la incorporación de jóvenes votantes privilegian el voto al PP.

Mientras tanto la derecha lo tenía claro, aquel movimiento regenerativo correspondía al lado progresista, así que tocaba echar leña al fuego, lo manifiestan las portadas ‘La Razón’, ‘’15-M, 15 mentiras’’ ejemplos de la necesidad de regeneración democrática que necesita afrontar la derecha, en este caso, personificada en su director el Sr. ‘de que’, Marhuenda. Para ellos el 15-M incomoda, no sigue las reglas de la ‘buena educación’ que para estos señores consiste en callar todo lo que hacen las inmorales élites españolas, son culpables de montones de cosas, por ejemplo, de no dejar dormir tan panchos a gentuzas como aquellos que no critica ‘La Razón’. Para el periódico no existe el Sr. Divar ni la inmoralidad que representa ‘’un presidente del Tribunal Supremo capaz de endilgar gastos personales al erario público y que llama miseria, cuando la justicia que el administra puede castigar con una pena de prisión de hasta 18 meses a quien cometa un hurto de más de 400 €’’ S. Gállego-Díaz. Ni existen responsabilidades en el PP por la quiebra de BFA-Bankia –Caja Madrid y Bancaja- PP madrileño y valenciano, Blesa y Olivas, Rato y Aguirre…’’donde el PP colocó adecenas de amigos, familiares y militantes’’ S.G-D.

Para este periódico, los jóvenes pro Papa tienen derecho a llenar Madrid y sus plazas, apoyados con dinero público en transportes, locales de pernocta, subvenciones en bocatas y comidas… tienen derecho a las manifestaciones pro familia, o antigobierno socialista, con el cuento del terrorismo, pero aquellos que denuncian lo anterior no tienen derecho a ocupar los espacios públicos.
Para este director los que se indignen porque ‘’el Estado español ha puesto hasta ahora para ayudar a la banca el equivalente al 11.5% del PIB…cuando según Ana Mato el presunto agujero de la Sanidad que ha impulsado los recortes más recientes es del 1.6% del PIB’’. J. Estefanía

‘La Razón’ es un medio de prensa del que existen serias dudas de que viva por sus cifras de negocio periodístico. Sus tiradas son difundidas gratuitamente en hospitales privados, universidades, otras instituciones y grandes negocios, lo cual es indicativo de su poca venta, a pesar de lo cual siguen manteniendo grandes tiradas ficticias. ¿Con qué dinero ejercen su apoyo al PP, al Gobierno y la Iglesia? Una parte del dinero procede de la Iglesia, romana. La Razón acusa a los indignados de ser: ‘’Antidemocráticos, antisistema, no han presentado herramientas para el cambio, de no defender a los comerciantes ‘los mayores sufridores de la crisis’, no son pacifistas, no se rebelan contra todas las injusticias, no son solidarios, no son apartidistas, no se organizan horizontalmente, no se rebelan contra toda impunidad, no representan a la mayoría, solo son inconformista porque les conviene’’.

Se entiende que los representantes de medios derechistas, defienden a los demócratas, siempre que no discrepen del PP; por supuesto los de derechas se rebelan contra toda impunidad, pero callan cuando afecta a cualquiera cercano a 'la paloma azul'; los de derechas son solidarios, representan a la mayoría, son inconformistas… ¡Esto es una mierda! Lo incomprensible es cómo estos jóvenes del 15-M se siguen comportando tan educadamente contra las provocaciones y agresiones de los poderosos, nada pacifistas. Porque todos nos preguntamos por qué estos machotes policiales nunca detuvieron a Blesa, Rato, Olivas y tantos prestidigitadores del dinero público. Lo incomprensible es que periódicos como ‘La Razón’ y sus gentes de derechas puedan soportar sin preguntarse por qué la poli no detenga a los corruptos y ladrones, esos antisistema y poco democráticos Mata, Camps, Urdagarín, Fabra o Barberá… y meta en la cárcel a jóvenes por cantar y agitar las manos. Y por señalar corruptos y defectos.

¿Nadie en la policía y gobierno se plantea donde puede conducir su escalada de violencia?, no es tan difícil percatarse de que, si pegan y detienen por estar sentado o agitar las manos, la próxima vez muchos harán algo ya que las consecuencias son las mismas. Cuando las penas asemejan el castigo por no hacer nada y sí hacer algo, fomentan hacerlo. La escalada de violencia se está alimentando gratuitamente desde las instancias de poder y desde los cenáculos derechistas. Ha pasado un año de aquella avalancha de indignación en la que confluyen tantas cuestiones, y tantas personas soportando cada motivo, no siempre los mismos, y muchas cosas se han escrito, muchas imágenes difundidas, muchas palabras, cada individuo tiene para elegir, resalto en la efeméride del año a modo de homenaje, una lucha en particular, la de aquellas personas enfrentadas contra la banca, contra uno de sus rasgos concretos, los desahucios. Luchas contra injusticias del sistema, por mejorar las condiciones de vida, por acercarse a sueños, existían antes del 15-M, como la vida misma; gentes de todas las izquierdas, partidos, grupos pequeños, anti sistemas, anticapitalistas, alter globalizadores, cristianos, socialistas, comunistas, ácratas, verdes, gais, lesbianas, sindicalistas, ONG’s, etc.

Mucho cambió hace un año aglutinando una realidad diferente, cuando además de los anteriores activistas, miles de personas en su mayoría jóvenes, pero no todas, se incorporaron a la indignación provocada por los poderes económicos y políticos; todos ‘confluyeron en Sol’ uniendo gritos y organizándose alrededor de una sola marca -15-M- A raíz de su abandono de la plaza se distribuyeron y asentaron por barrios y pueblos formando núcleos de gente solidaria con los débiles y dispuesta a la batalla contra las injusticias allá donde se hayan producido. Son muchas personas de latitudes diferentes, un mundo que, en parte, ya existía antes con poca luz y taquígrafos, sin atención de los medios de prensa, bajo las capas biempensantes de la sociedad, se movían con experiencias diversas, mas los nuevos, fueron integrándose todos juntos bajo los mismo nombres y la misma global indignación, formando grupos de barrio que al incorporar masivamente las nuevas tecnologías en los movimientos sociales se convirtieron en amplificadores de esfuerzos, solidaridad y estímulos para la lucha contra esta debacle sistémica que nos tocó vivir. Estos grupos de barrio y pueblo forman una de las esencias de la actividad del Movimiento 15-M.

(mayo 2012)

lunes, 17 de mayo de 2021

Los indignados no trajeron la revolución.

Los indignados no traen la revolución. Ni falta que hace

Dicen algunos al ver las acampadas y sus movilizaciones, ‘imparable oleada de poder ciudadano’, ‘son nuestro hijo haciendo la revolución’, yo no creo que sea para tanto, pero, ni falta que hace. Sean bienvenidas las movilizaciones de indignados tal cual, y además no conviene poner el listón tan alto porque luego no se le ve, ni se percibe su inconveniencia. Hoy por hoy, a un mes de su nacimiento, son algo necesario pero no excluyente de otras opciones y a la recíproca, como son las movilizaciones de parados, o las del mundo sindical, o el movimiento estudiantil, o la acción de agrupaciones y partidos políticos, de los grandes y de los grupúsculos, de las ONG’s y movimientos vecinales, o el sin fin de grupos locales con reivindicaciones concretas y parciales, todos ellos y muchos más continuarán coexistiendo, aún cuando ninguno tenga la importancia mediática lograda por el 15-M. El movimiento aparenta vitalidad de crecimiento, aunque aún no tiene fuerza suficiente como para imponer sus reivindicaciones, parece con ganas de perdurar en el tiempo, o al menos de fortalecerse en este año y ya veremos en el futuro próximo.

La actividad del Movimiento 15-M, una movilización ciudadana, puede contribuir a generar salud democrática y hoy concita gran ilusión en la ciudadanía necesitada de la misma, por su iconografía y simbología, por su capacidad de aglutinar cabreos e ilusiones, por su enorme influencia mediática, su propuesta deliberativa sin tapones impuestos, su carácter asambleario, y su transversalidad ideológica, de edad, clase, sexo, raza, religión, y por su pacifismo, seña de identidad que le dota de fuerza específica y diferente, hasta ahora, y permite la incorporación de niños y ancianos a su ágora. Un icono de esta época, el ágora, la utilización del espacio público con la finalidad de reunirse la ciudadanía para discutir. Pocas veces las plazas han tenido mejor destino que éste, dialogar, para el que en principio fueron creadas, ya no son solo usadas para ejercitar derechos de manifestación, o de mercadeo, sino para hablar y discutir, para reunirse y desgranar los problemas de esta sociedad.

Las fuerzas del movimiento suman voluntades todavía preferentemente en el rechazo a lo existente y en la expresión de indignación, no tanto en la lucha por unas propuestas concretas que, aunque existen, -y algunas con carácter suficiente como para sumar en la misma dirección-, aún son insuficientes las fuerzas agrupadas para conseguir los sueños. A su alrededor, la iniciativa popular se despierta en todos los campos, una vez más, como en los grandes momentos, va sumando acciones, grandes y pequeñas, locales y generales, establece relaciones más ligeras y amplias que las de militancia tradicional apoyándose en las nuevas tecnologías y hasta ahora va aportando soluciones a problemas de comunicación de gestión y acciones reivindicativas. En algún momento cercano perderán la efervescencia de los medios que han impulsado la simpatía general, mas en el centro izquierda, perderá importancia en las redes sociales y se dotarán de estructura orgánica, una o varias, (pueden salir varios grupos) y algunos establecerán relaciones más estables con otros movimientos y organizaciones existentes, incluidos los partidos roji-verdes que empezarán a considerar sus propuestas en mayor o menor medida, en parte para integrarlas, porque no tendrán otra salida si quieren seguir existiendo en esta sociedad.

Los indignados son una mezcla de ciudadanos de edades diversas, preferentemente jóvenes, como siempre pasó en las movilizaciones sociales, jóvenes precarios, activos y en paro y también hay maduros, hay parados y trabajadores fijos, jubilados y prejubilados, padres y madres que van a ver a sus hijos mayores y otros que van con sus hijos incluso los pequeñitos en brazos, sectores feministas y sectores alternativos, soñadores y viejos militantes de otras batallas, etc. Fundamentalmente son la punta de lanza de una indignación y hartazgo, en esta larga etapa de crisis económica sin salidas visibles y de empobrecimiento democrático, que claman contra el alejamiento y abandono de líderes, contra la sordera y ceguera de la llamada clase política, contra algunas cosas que a muchos molestan: la corrupción, la imposibilidad de controlar y elegir a nuestros representantes, o el diferente peso de los votos/cargos electorales, contra la poca permeabilidad de los partidos en recibir propuestas y en atenderlas, por la eliminación de actitudes de elitismo político alejadas del pueblo, etc.

Si el Movimiento 15-M, solamente consiguiera modificar la actitud de los dirigentes y los partidos políticos, funcionamiento y relaciones con la ciudadanía, solo con ello, sería altamente positivo y una gigantesca ola de aire fresco se introduciría en la sociedad dotándola de mayor contenido político con el que poder enfrentarse a los poderes económicos. Paralelamente, aumentó la producción de referencias a viejos sueños revolucionarios, en tantas páginas y correos, en reuniones de grupos ultraizquierdistas, en muchos lugares, demasiados individuos solo prestan atención a las revoluciones pendientes, a los sueños e ilusiones. Para mucha gente la solución de los problemas es tan sumamente difícil y laboriosa que todo queda reducido a la utopía, a los milagros, y a ser posible dentro de los viejos moldes de agrupación ideológica identitaria que son los conocidos.

Una de las diferencias del movimiento con el pasado, es la utilización de la red en el proceso de movilización, discusión, agitación y organización, que dotará a la política española de una dimensión distinta a partir de estas experiencias, porque integra e incorpora más al individuo en los procesos colectivos permitiéndole opinar y decidir más fácilmente que en las estructuras grupales anteriores, incorpora más ciudadanía que clase, favorece la transversalidad y la relación de militancia variable, sin el respeto cerrado a la obligatoriedad de mando, en definitiva aumenta la sensación de liderazgo e importancia personal. Está por ver que este modelo, por sí solo, tenga mayor eficacia en la conquista de reivindicaciones, o necesite de complementarse con anteriores formas conocidas.

Serán irremediables las comparaciones, pero no son Mayo del 68, con toda la prevención que debemos mostrar para no unificar tanta diversidad como surgió en aquellos tiempos en las movilizaciones parisinas, o en la primavera de Praga, o en Polonia y Rumanía, en las luchas italianas o en las acciones pro derechos civiles norteamericanos, o contra la guerra de Vietnam, ni siquiera en las movidas universitarias españolas, ( un concierto de Raimon en Madrid podía ser un acto de desafío y lucha contra la dictadura), concentraciones anti guerra de Vietnam, en fin en una amplia panoplia de movilizaciones en las que generalmente no había lugar para niños pequeños ni ancianos, fundamentalmente por los aspectos violentos de enfrentamiento contra el sistema que giraban alrededor de dichas movilizaciones. Aquellas acciones fueron en general, más violentas, -salvo las vinculadas al mundo hippie y pacifista, y no siempre- algunas eran en teoría más revolucionarias, sus participantes estaban más encuadrados, grupos estudiantiles y obreros, partidos y sindicatos, e intelectuales, querían destruir una sociedad y construir otra, y no modificar aspectos de la misma para mejorarla, como parece ser el elemento de mayor peso del 15-M. También contiene rasgos comunes, como muchas veces que se han producido explosiones sociales, y una parte de la colectividad siente que le roban presencia e influencia social, eran entonces y son ahora, movilizaciones contra los poderes establecidos, económicos y políticos, exigiendo mayores cotas de libertad y cambios en las relaciones de poder.

Tampoco son las luchas de la Transición, ni sus movilizaciones claramente diferenciadas por serlo entonces en las calles y en los centros de producción, con 16 millones anuales de horas perdidas en huelgas, contra 1 millón el año pasado, porque carecen, hasta ahora, del empuje del movimiento obrero, los trabajadores, que en aquellos momentos fue esencial junto con el movimiento estudiantil, el movimiento feminista y el movimiento vecinal de barrios. Respecto a la capacidad efectiva para producir cambios, hoy su fuerza es muy escasa para provocarlos en la política económica, en los modelos de producción y en la organización política, administrativa y social. Es demasiado pronto, pero si las actuales movilizaciones formaran parte de un movimiento ciudadano mayor, que sumara y mezclara lo nuevo y lo viejo, podría alumbrar nuevos tiempos políticos en los partidos y sindicatos, en el resto de organizaciones y movimientos sociales, en la sociedad civil y por ende se traducirían impulsos de cambio a la sociedad. No son la esperanza, pero forman parte de ella.
(21-06-2011)

miércoles, 5 de mayo de 2021

El mundo ni empieza, ni acaba hoy

Antes de un análisis sobre resultados y sus consecuencias inmediatas, de los que hay muchos, permitan que vuelva a publicar unos párrafos de un trabajo que escribí en el verano de 2010, '' Las izquierdas en crisis''. Quizás sirvan para situar esta realidad en la que las izquierdas deben tomar nota, porque entre otras cosas, aquí ha habido un aviso al Gobierno de la Nación.

Fragmentos de 'Las izquierdas en crisis'. Verano 2010.

Los conceptos de ‘lo necesario y lo posible’, saltan a primeros planos después de hacerse preguntas como las anteriores y aparecerá el objetivo de participar electoralmente, que no agrupa a todas las fuerzas de izquierda pero sí a una parte importante de ellas. Serán los votos quienes permitan conquistar el poder político, por tanto aglutinar voluntades en torno a programas deseados y posibles será condición básica para intentar modificar la sociedad, lo cual obligará a dotarse de línea, programa y discurso político suficientemente amplio para interesar al mayor número de personas. La opción de mantener esencias ideológicas aglutina a grupos de pocas personas y tiene otra efectividad política (¿menor?) y deberán ser conscientes las fuerzas que apuesten por ello del diferente papel que tendrán que asumir en la actividad política.

En este sentido los discursos clásicos de traición, en boca de individuos de pureza ideológica supuesta, no tenían validez para definir a los que no hacen lo que ellos no pueden hacer pero quiere que otros hagan, (aquellos que exigen al gobierno hacer su política, por la que concurren a las urnas y son rechazados por los ciudadanos) porque la base de las políticas que pondrán en marcha los ganadores, serán las que les hayan dado las mayorías de votos para ello. Hoy la situación es bien diferente, y podría aceptarse la definición de traidor a quien ha sido elegido con un programa y políticas explícitas, y modifica su comportamiento dando un giro de 180º sin explicación alguna a sus militantes y electores. El énfasis habría que ponerlo no solo ni tanto en las políticas como en la falta de explicación, que denota, desprecio, miedo, o comportamiento peligrosamente individualista para una tarea tan colectiva.


Acordar mínimos comunes para sentirnos a gusto con la definición de izquierdas me parece un ejercicio inútil, siempre que se intente meter en el mismo saco tantísima diversidad como la existente, lo importante en torno a un partido o coalición progresista, sería determinar dos cosas: las políticas a desarrollar y crear los sistemas democráticos de funcionamiento internos, que es lo verdaderamente difícil. Cuestiones ambas, que permitieran sumar voluntades para adoptar acciones concretas, que sirvieran para ocupar posiciones de gobierno, (central, autonómicos, locales, europeos), y otras posiciones de poder, no necesariamente gubernamentales, (los sindicatos, movimientos sociales u otros colectivos tienen cuotas de poder y no gobiernan) que permitieran influir a la sociedad en una dirección aceptada ampliamente, lo cual implica aceptar una sociedad democrática y a ser posible en esta generación en este momento, no en el futuro paraíso.

El párrafo anterior contiene polémicas implícitas, latentes en este mundillo, que influyen en la crisis de la izquierda, como es la cuestión del poder. Para mí no existe el poder, en singular, me recuerda el absoluto más cercano a tiempos antiguos. En la sociedad moderna hay diversos y variados poderes, económicos, políticos, ideológicos, judiciales, sindicales, grupales, mafiosos, lobbies, siempre en plural porque no considero que exista un solo poder económico, o político o… Una vez más, pensar en un concepto globalizador es un inmenso error, sea este la izquierda o el capital.

La existencia de contradicciones entre grupos y personas, será lo natural en la sociedad, muy lejos de ciertas armonías imaginadas entre clases, empresas, capitales o individuos, las luchas entre sectores de izquierdas se producen también entre grupos de cualquier poder, sea económico, político, religioso, militar, o sindical. Las luchas entre capitales son constantes, sean éstos de diferentes ramas, o entre capitales nacionales, aparecen intereses particulares de un grupo por derrotar al competidor del mismo sector o por defenderse de una OPA, los intereses del capital inmobiliario no coincidieron con los del resto de capitales de sectores industriales y tecnológicos, los financieros chocan contra los intereses de capitales productivos, los de unos fondos con los de otros, etc. más allá de considerar que todos tienen el mismo interés de apropiarse, enriquecerse o aumentar el capital, que es tanto como sostener que todos los seres humanos tenemos los mismos intereses, por vivir y reproducirnos, lo cual sirve de muy poco para explicar nuestros comportamientos políticos.

El poder político existe, es un poder, aunque nunca esté solo, aparece acompañado con otros poderes, pero existe e influye socialmente. Hace ya bastantes años las clases populares, los desposeídos de otros poderes, abrieron una puerta a su intervención colectiva en la sociedad ocupando parcelas de poder político, a veces en compañía de otras clases que dirigían la situación, (pero que solas no hubieran conseguido el poder político) y otras dirigiendo directamente sus destinos, desde organizaciones y colectivos y utilizando el aparato del estado, sea gobierno central, autonómico o municipal.

El asunto tiene su importancia, porque si aceptamos que el poder político es susceptible de ser utilizado como transformador social, y decidimos enfocar la actividad política en esa dirección, la fuerza de los votos será determinante para actuar y esta fuerza dependerá de nuestra mayor o menor compenetración con la ciudadanía, dependerá de la confianza e ilusiones que generemos, como fuerzas políticas, entre los ciudadanos, porque lo esencial no serán las buenas ideas sino la asunción por mayorías de ideas colectivas aunque éstas no fueran las mejores, (que por cierto ninguna será la mejor). Muchos pequeños grupos, con ideas de ‘mayor pureza y extremas’ por tanto minoritarias, creen ver el momento para lograr apoyos sociales que hasta ahora no lograron, solos o en coaliciones a la izquierda del PSOE, incluida IU que cree acogerá a gran parte de los votantes socialistas.

Naturalmente que existen otras organizaciones, colectivos, e individuos, que trabajan socialmente en el campo de la izquierda y del progreso, aunque no solo, nombres hay muchos así que para no herir olvidos no cito, pero a la memoria nos vienen desde ONG’s, a grupos políticos y religiosos, pasando por activistas médicos, agrarios, medioambientales, o de otros tipos, movimientos étnicos o feministas o gais, que trabajan localmente en muchos casos y globalmente en otros, realizando una actividad social ampliamente diversa y maravillosa, que probablemente marque tendencia en este siglo XXI.

Pero hoy, estas gentes no hacen la revolución, entendida al estilo clásico como la definen extrema izquierdosos comunistas y anarquistas, aunque en muchos aspectos, (feministas y mundos gais y trabajos en campos concretos) han logrado la revolución del siglo XX, aunque no participan directamente en la dinámica de acción política a la que nos referimos anteriormente, salvo como apoyos, anexos, alianzas, etc. no entran a competir por el gobierno, por ahora y aquí, al menos directamente. Este aspecto podría ser el que tuviera en mente Sami Nair en su artículo del 17-07 (que yo recomendaba el mismo día) y que provocó una respuesta de ATTAC.


Nadie conoce los alineamientos que se producirán como consecuencia de la crisis en España y Europa entre las fuerzas y colectivos después de romperse tantos lazos y acuerdos sociales en estos años de crisis económica, dentro de los sindicatos, con sus afiliados y con jóvenes mujeres y parados, dentro del partido de gobierno con sus líderes, y con sus votantes, entre otras izquierdas, las rojas y las nuevas formas verdes y malvas, ¿se dotarán por fin de una gran organización estable, con suficiente poder como para gobernar? Y ojo porque, la vieja tradición de agruparse en los malos momentos puede no servir ahora, y podría haber colectivos de izquierda quemados por no obtener salidas a problemas reales de ‘las clases populares’ en estos años, que se fueran a otras partes, desde la abstención a salidas populistas.

Partidos y sindicatos podrían perder amplios apoyos sociales, lo cual resultaría bastante grave, porque dejaría expedito el camino a importantes retrocesos sociales, y a muy pocos vemos practicar análisis críticos explicativos de la situación anterior. Asimismo acciones u omisiones actuales deberían ser extremadamente cuidadosas para no provocar derrumbes que luego siempre se imputan en su totalidad a los otros, al enemigo, y nunca a nuestros propios errores que parecen no existir. La situación de diversidad contiene otras variables a estimar, que bien recoge Vicente Verdú en un reciente artículo, en el cual destacaba:


Mi escepticismo aumenta con los grandes proyectos ideológicos que pretenden reelaborar, reinventar o refundar, porque en el terreno de las ideas y de la abstracción mirando a las ilusiones muchas cosas pueden ofrecer bonitas imágenes, pero la realidad está abajo, por ello miro al suelo, al sistema organizativo que potencie iterar dentro de los partidos y hacia afuera, valoro la democracia interna de las organizaciones e instituciones porque esas dinámicas trascienden socialmente.

Sigue habiendo ayuntamientos en los que no se deja hablar a las concejalas, y ningún proyecto ideológico va a permitirlo o atacarlo, pero ocurre, y no es fácil encontrar los medios para impedirlo. Y me sigo preguntando cómo es posible que aún hoy, este verano, ayuntamientos de diferente signo (PP-PSOE-IU) presenten planes de ajuste, en folletos lujo o DVD de distribución gratuita, (y a la vez siguen potenciando iniciar proyectos faraónicos). Mal deben funcionar los partidos cuando nadie les asesoró desde hace 3 años para hacerlo entonces.

Mis preocupaciones las formulo con las siguientes preguntas a las que no les encuentro sencillas respuestas cuando deberían tenerlas altamente clarificadas. Por qué han fallado los detectores, por qué no han saltado medidas que impidieran o frenaran tanta insensatez, por qué no existen más organismos y prácticas políticas que permitan y posibiliten influir permeablemente a la sociedad civil en los partidos, y dentro de éstos en los órganos de gobierno de tanto proyecto público.

Nuestro elemento esencial de poder ciudadano es la capacidad de influir en lo político, en lo que nos rodea, en lo cercano, si en una organización lo permiten y potencian, si explícitamente lo consideran importante en el proyecto, éste deberá tener una atención distinta a si no lo tienen en cuenta, y ello por encima de sus precisiones socialistas, izquierdistas, etc.

A toro pasado algunas explicaciones teóricas pueden ser útiles, otras ni de lejos aclaran nada de lo que ha ocurrido, y por supuesto las grandes abstracciones de poco sirven en las calles, tajos y bares, entre los ciudadanos. Por el contrario hubiera sido muy eficaz haber sacado el debate político a la calle, y no evitarlo, dejándolo reducido a cenáculos aislados, acercarlo a la gente y hablar de cosas concretas: de política fiscal,(el PP lo ha hecho) y la necesidad de los impuestos para una mejor sociedad, de la conveniencia de lo público por más eficiente, en la sanidad, o en la educación y no solo de la denuncia de las privatizaciones, porque lo que hay que demostrar a la gente es que es más beneficiosa una cosa que la otra.

No es muy útil estar básicamente a la contra, contra la reforma laboral, contra el paro, contra la crisis, hubiera sido mejor formular medidas concretas en la reforma que proponían los sindicatos e izquierdistas hace años, los planes de creación de puestos de trabajo alternativos a la construcción, los sectores productivos a impulsar, el trabajo con células madre y su importancia en la salud de las personas, la necesidad de la muerte digna y la eliminación del dolor por mayor humanidad, valorar el trabajo y quienes lo hacen, y despreciar la especulación y especuladores, reconocer lo que tenemos conseguido y sacar valores al debate callejero …

En definitiva las izquierdas para calar deben poner el énfasis en las etapas y no solo en los finales, la ideología hay que concretarla hacerla terrena, pensar más en los medios que en los fines. Hemos perdido el discurso comprensible y clarificador de la política en la calle, y lo hemos dejado para que lo soporten en los medios de comunicación, terreno en el que las izquierdas siempre estarán en desventaja. Estas son algunas razones que explican el triunfo del PP en Madrid y en Valencia.

Las primarias de Madrid en el PSOE en el fondo lo que están discutiendo es algo relacionado con este asunto. Imágenes y sonrisas, nombres y comunicación son importantes, pero la base de cualquier proyecto son los ciudadanos, afiliados y militantes, los equipos de trabajo, los proyectos e ideas discutidos, las relaciones de los militantes con la sociedad civil, los individuos que participan en esos proyectos y su poder de intervención y variación de los mismos, y por descontado poder de evitar que sus líderes cometan atropellos, incluso apartándolos de sus cargos o echándolos.

La necesidad de agruparse. ( A escala nacional. No es el caso de Madrid)

La necesidad de agruparse para no desperdiciar esfuerzos es creada por la ley electoral y forma parte de las reglas de juego actuales. Aparecen proyectos de nuevas agrupaciones, organizaciones o cooperativas políticas, de matiz izquierdista y verde además de la UPyD para encontrar representación parlamentaria, dotada de nuevos sueños e impulsos y basada fundamentalmente en el desengaño y posible desastre que se percibe en las filas socialistas a consecuencia de los golpes de timón que han dado sus mandatarios.

Demasiados proyectos, en demasiados ámbitos, podrían perder bastantes fuerzas de representación y llevar nuevamente a desilusiones, algunos pretenden con buena lógica sumar un 15 % de votos para salvar las pegas de la ley electoral española que penaliza gravemente a los pocos y dispersos votos, y que ya que estamos se podría aprovechar la situación para exigir a todas las fuerzas que se presentaran en las generales un compromiso de adecuación de las prácticas electorales:

a) mayor racionalidad entre número de votos/asientos.

El propio Consejo de Estado elaboró un informe para paliar algo el problema, que impulsaba aumentar el número de congresistas para dotar al Parlamento de mejor representación, intentando saltar ese obstáculo de 2 asientos provinciales que privilegia a las zonas más despobladas y a las hectáreas sobre las personas. Una página especializada en el tema es ‘1 voto 1 asiento’.
http://1voto1asiento.blogspot.com/

b) mayor capacidad de control de electores sobre las listas, permitiendo elegir nombres dentro de partidos. Listas abiertas o más abiertas que las actuales.

c) Elegidos que respondan directamente ante sus electores, además de ante sus ejecutivas, porque la democracia española concede bastante poder a los partidos, pero hay que ampliar el de los electores.

PD. Y sí, Errejón es una gran esperanza para la socialdemocracia en España.

lunes, 3 de mayo de 2021

Trabajadores

 De mi serie 'Trabajadores'









































sábado, 1 de mayo de 2021

1º de Mayo. Trabajadores

De mi serie Trabajadores. Hoy 1º de Mayo de 2021