La prensa carga las portadas de penosas cifras de paro y déficit, al tiempo que recogen propuestas y decisiones del Gobierno, cuyos puntos fuertes son reducir gasto público en cantidad considerable y promover el aumento de la edad de jubilación.
Las noticias con ser espectaculares, no tienen mucho de nuevo, las hemos escuchado y leído en innumerables ocasiones desde hace tiempo, en numerosos medios y foros de especialistas españoles y del resto del mundo. Todo el mundo esperábamos medidas de peso ante los graves problemas que tenemos, todos se preguntaban cuando empezarían a tomar decisiones en consonancia con la gravedad de la situación que deberían abordar y que el gobierno retrasaba demasiado.
Parece que el Presidente despierta y toma decisiones, y surgen preguntas ¿por qué todas juntas? por qué ahora? por qué el presidente asume este enorme desgaste? por qué de repente hace pública la decisión sin tratar previamente de sumar acuerdos y voluntades? y por qué existe tanta distancia entre las decisiones con el discurso anterior del gobierno? El tema da para mucho tiempo, pero inmediatamente surgen varias conclusiones.
1) Esta nueva postura puede costar unas elecciones. Los frentes que se abren afectan a los sectores de votantes PSOE, trabajadores, clases medias, jóvenes, mayores y jubilados, ya no hablamos de medidas modernizadoras y progresistas que afectarán a pequeños nichos de votos sino de los grandes núcleos de votantes de izquierda, de centro izquierda y de centro. El miedo es libre, crecerá y se extenderá alimentado por la derecha.
2) Parecería en primera impresión que el Presidente quema las naves de su reelección. Podría estar asumiendo el trabajo sucio y la responsabilidad de quemarse antes de irse? Y así dejar el paso libre a otra opción PSOE para las elecciones. Ojo porque podría darse la vuelta y después de un período de 2 años salir fortalecido. Me inclino por la primera opción.
3) La presión internacional ha causado efecto. Era demasiada presión sobre el crecimiento del déficit, si bien es verdad que la deuda española es muy baja comparativamente con el resto del mundo incluida Europa, también lo es que el déficit estaba creciendo de forma alarmante y aumentaba la desconfianza internacional en que pudiera estabilizarse la situación, lo cual pintaba muy mal a futuro.
4) La presión nacional era muy fuerte, la coyuntura es tremenda. Aceptar la realidad de que a escala país atrasemos varios pasos, una pérdida de un 20% de peso económico es una grave tragedia. La lucha entre el corto y medio plazo será dificilísima, porque la disminución del paro (que para muchos será la salida de la crisis) solo será posible con medidas que potencien trabajos intensivos en mano de obra, que son los menos indicados para las salidas a largo plazo. Solo sectores atrasados, los que debieron disminuir su potencial hace tiempo, serán capaces de generar abundante empleo. Aquí tenemos planteada una batalla en toda regla entre el pasado y el futuro y es una batalla que no puede dar un partido político solo.
5) Las medidas parece que están en la dirección de lo esperado, desde hace mucho tiempo. Son poco sorpresivas, salvo para airear titulares y para rasgarse las vestiduras con llantos conocidos de que aquí nadie había dicho nada sobre el tema.
Pero al igual que pasó con el tema de la burbuja inmobiliaria, han sido muchos años desde diversas fuentes las opiniones y estudios publicadas sobre qué podría ocurrir si no se tomaban medidas. Cuando reventó, todo el mundo criticó a los economistas que no lo habían previsto, pero hay múltiples pruebas escritas de que sí se había hablado de lo que se avecinaba, a pesar de lo cual nadie hizo caso, por eso ocurrió. De hecho solo se daba crédito a la corriente de opinión buenista, la que defendía que todo era jauja y crecería indefinidamente, eso es lo que quisimos creer cada uno de nosotros,los analistas, banqueros,asesores gubernamentales, tu…
Ejemplos hay suficientes para aburrir, desde intelectuales individuales hasta empresariales. En los años de la segunda legislatura de Aznar los servicios de estudios de la banca española alertaban sobre los peligros de la burbuja inmobiliaria que estaba claramente identificada, así como sus efectos en el sector y en toda la economía, el exceso de endeudamiento. Gentes diversas alertaban sobre el exceso de precaridad en el empleo, sobre las consecuencias desastrosas en la formación, o del crecimiento económico endeble soportado en trabajo de poco valor añadido, gentes que contaban las dificultades existentes para exportar...
Continuará
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