sábado, 22 de diciembre de 2018

Comienzos del fascismo. Antes y ahora tras las crisis

Los comienzo del fascismo. Antes y ahora tras las crisis.

Es frecuente tener como única referencia del fascismo su tramo final de barbarie, aparecen torturas, campos de concentración, exterminio,… sus resultados deben recordarse, al tiempo, no debemos olvidar sus comienzos, no se da suficiente importancia a momentos en los que hubiera sido más fácilmente enfrentarlo, la experiencia demostró que después de su ascenso y toma del poder un manto negro cubrió la sociedad. Los comienzos del proceso de fascistización se produjeron durante las décadas de los años ’20 y ’30 en toda Europa, hubo en Reino Unido, Francia, Austria, Holanda, Hungría, Bulgaria, Rumanía, Grecia, en los Balcanes, Finlandia, Dinamarca, Suecia… el apoyo encontrado por los nazis en estos países es una de las razones que explican la rápida expansión alemana durante la guerra. Este trabajo prestará atención a las referencias de Italia, Alemania y España, principalmente. 

El fascismo no nace repentinamente, se incuba y necesita un tiempo de maduración y consolidación. Surge en tiempos de enorme crisis económica, que provoca una grave crisis política en la que se produce, ‘la ruptura del vínculo representantes-representados, esta ruptura progresiva afectó ante todo a la relación de representaciónuna ruptura entre los representantes políticos –partidos y personal políticos- de la burguesía y sus representantes’… produce la duplicación institucional de esos partidos por una serie de redes paralelas, funcionando como correas de transmisión de poder y de las decisiones…como núcleos de reorganización política, hasta la instalación de verdaderas redes paralelas… escribe Nicos Poulantzas en ‘Fascismo y dictadura’, Siglo XXI, 1971-1973.

Desafección política e insatisfacción con el funcionamiento de la democracia en Cataluña, se detectaron como problemas desde los inicios del nuevo siglo y propiciaron varios estudios desde la Generalitat, específicamente el publicado en la Serie Monografías, ‘Elementos y significados del malestar con la política en Catalunya’. Dice dicho estudio ‘Las conclusiones del estudio sugieren que, aunque la política y la democracia pueden coexistir e incluso alcanzar importantes grados de estabilidad con altos niveles de insatisfacción entre sus ciudadanos, ni su legitimidad ni el sentido interno de autoridad que los ciudadanos proyectan sobre la democracia debería darse por descontado. Algunos de los rasgos del discurso público de la ciudadanía evocan, por el contrario, significativas lesiones de confianza en la relación entre representantes y representados.’

Es con la explosión de la crisis económica y política tras 2008, cuando aparecen firmemente sus resultados, crisis de representación en las instituciones y los partidos, son tiempos del no nos representan del 15-M, destrozo de partidos clásicos y sus líderes por la corrupción que obliga a disolverlos y crear otros, la crisis de representación política no suprime los partidos, pero sitúa en primera fila redes paralelas que funcionan como correas de transmisión y de poder, tal como señalaba Poulantzas, agrupaciones, organismos, y múltiples formatos catalanistas tipo ANC, Ómnium, AMI, etc. que generan, impulsan, deciden, y dirigen el movimiento por la independencia.

Poulantzas diferencia entre los comienzos del proceso de fascistización y los orígenes del fascismo, -además hace hincapié en su distinta actuación desde los poderes del estado una vez conquistados-. Los comienzos no están marcados  por el nacimiento de las organizaciones fascistas, las cuales, aunque existieran no serían visiblemente significativas, esas organizaciones pueden existir durante tiempo sin ser relevantes y tomarían fuerza posteriormente, tras los enfrentamientos producidos durante el tiempo de crisis. El proceso de fascistización es el caldo de cultivo fascistoide que se va introduciendo en ‘las masas’, las cuales ya aparecen como fuerza de cambio y van adoptando ideas de desprecio por la democracia y  sus leyes que no les resuelven sus penurias, van interiorizando comportamientos hacia otros seres humanos, sobre todo los extranjeros, a los que responsabilizan de su miserable situación y los ven como amenaza, se extiende la desconfianza hacia los partidos y sus representantes políticos,… son momentos de luchas internas entre los bloques de poder en cada país, sin que una opción domine claramente a las otras imponiendo su hegemonía durante este proceso de crisis de representación de partido… llegado un punto de no retorno en el que el fenómeno fascista ya es difícilmente evitable y éste ocupa el poder entre partidos y el poder de los aparatos del estado.


En Cataluña –y en el conjunto de España- como consecuencia de la crisis económica se ha producido un empeoramiento de las condiciones de vida, agravada la percepción al venir de la etapa de bonanza de años anteriores que rompió con la escasez generalizada anterior a la Transición, este es un hecho además, novedoso para quienes nacieran después del franquismo. Marina Subirats sintetiza lo ocurrido: ‘’el camino que transcurre entre la escasez y la abundancia y el que describe el cambio que experimenta un grupo humano cuando pasa de una situación que podemos considerar como de necesidad a la que podemos caracterizar como de libertad. Se trata de dos procesos centrales…De la escasez a la abundancia: hasta los años ochenta, la nota dominante en la sociedad barcelonesa fue la de la escasez…De la necesidad a la libertad: la sociedad catalana anterior a la transición política estaba profundamente marcada por lo que podemos llamar, necesidad, en un sentido muy concreto: la capacidad de las personas para poder elegir sus formas de vida, para controlar las condiciones en qu4e esta se desarrolla, era enormemente limitada. ‘’De todo ello hay que retener un hecho fundamental que hemos podido comprobar a través de este análisis: la gran disminución de las desigualdades económicas en la Región Metropolitana (de Barcelona), sobre todo en los años ochenta y noventa’’. Marina Subirats, ‘Barcelona: De la necesidad a la libertad. Las clases sociales en los albores del siglo XXI’. UOC Ediciones.2012.

La crisis que comenzó en 2008 ha destruido expectativas sobre el futuro, el cierre de negocios, el aumento del paro, la precarización y los desahucios, caída de actividad económica, aumento de deudas, cambios en modelos productivos, revolución tecnológica, reducción del estado de bienestar, mientras ha crecido el miedo y la sensación de desamparo. La globalización ha provocado una reducción de las clases medias en Occidente, y aumento en los países emergentes,… al tiempo que la corrupción aumentaba, su percepción ascendió verticalmente, creció la desafección con la política y la pérdida de confianza hacia los partidos y los representantes políticos, hasta situarlos como uno de los grandes problemas en todas las encuestas del servicio de estadísticas del CEO (Generalitat). En esta situación aparecen grandes movilizaciones del 15-M con especial fuerza en Cataluña, territorio en donde fueron aplicadas las medidas de austeridad antes que en otra parte de España. Todo ello fue utilizado por el independentismo tradicional para generar un movimiento social anti sistema expandiendo de manera populista su doctrina racial y secesionista.


Los datos facilitados por el CEO, la Generalitat, sobre la percepción que tenían los catalanes sobre cuáles eran sus principales problemas no dejan lugar a dudas, el paro, la precariedad laboral, el funcionamiento de la economía, y un alto grado de insatisfacción con la política manifestado en repetidos estudios… por debajo figura las relaciones Catalunya-Espanya, aspecto que no necesariamente indica en la totalidad de su grupo de opinantes una preferencia por la secesión. Salvando las distancias con el pasado fascista, el caldo de cultivo en Cataluña, España, Europa, en esta crisis económica y política, era el más fácilmente comparable al pasado de entre los últimos cien años, propicio para el ascenso de populismos, nacionalismos, y xenofobia, en el que volver la mirada al pasado buscando salidas en antiguas glorias nacionales que enfrentar a los enemigos externos causantes de las penurias actuales.

Los independentistas de toda la vida y los sobrevenidos del catalanismo tradicional aprovecharon la oportunidad para redirigir la indignación hacia sueños míticos como la autodeterminación, buscando salidas fuera de los movimientos sociales existentes, así El secesionismo barre los movimientos sociales y el movimiento por la independencia da un salto perdiendo lo concreto de las reivindicaciones para abrazar la mística nacionalista, los independentistas tomaron la fuerza de la indignación para arrojarla contra un enemigo externo, lo español, al que se culpa de todos los males que sufren en la actualidad o hayan padecido en el pasado, reconvirtiendo las luchas hacia la solución de todo para todos, en la independencia.


La eclosión de los nacionalismos europeos ejerce de parteaguas de los fascismos, entre las dos guerras mundiales se produce la crisis de 1929 y la Revolución Rusa, tiempos en los que la miseria y la crisis política fueron extremadamente agudas provocando grandes luchas sociales, los movimientos obreros cobran fuerza, marxismo, anarquismo, comunismo, por las calles andan millones de personas sin trabajo, despedidas de fábricas desmilitarizadas tras el fin de la guerra, la desmovilización de los ejércitos envía centenares de miles de hombres a sus casas, la pobreza se extiende por cierres de pequeños negocios o talleres arruinados por la crisis, millones de personas deprimidas ayudaron al fascismo a instalarse en el poder.

Surgen corrientes ideológicas que movilizan  políticamente a millones de personas que padecen penurias y sufrimientos, utilizando la mística nacionalista, recurriendo a las emociones, remueven conciencias y suman millones de adeptos. Los discursos fascistas se caracterizaban por hacer llamadas a los sentimientos de los individuos y por la renuncia a la argumentación objetiva; escribía Adolf Hitler: ‘La buena táctica en materia de psicología de masas reside en renunciar a toda argumentación y en presentar a las masas solamente la gran meta final’’. Uno de los ejes de la propaganda populista secesionista.

A menudo ocurre que quienes practican el fascismo no se dan cuenta, no lo reconocen como tal, han decidido etiquetar una etapa poniendo en el espejo a sus enemigos, y a ello se remiten, el franquismo es el paradigma fascista, y no parece existir nada más. De poco sirven amplias experiencias documentadas en Cataluña, múltiples escritos difundidos de catalanistas defensores de la raza catalana, diferente y superior, xenófobos combatientes contra la emigración, supremacistas catalanes etc. La respuesta más común será negarlo, ellos no. En todo caso afirmarán que Franco existió y el racismo español, variante pobre del, ‘y tu más’. Claro que existió el fascismo y el racismo español, -no merece la pena detenerse en las diferentes formas de abordarlo- porque existió, se combatió, desde posiciones democráticas y de izquierdas, entonces se luchaba contra los intentos del fascismo español por construir un enemigo sobre el que cargar todas las frustaciones, no se justificaba de ninguna manera, se luchaba contra él, batallando con ideas y en las calles, con huelgas y movilizaciones, con altos costes personales, sin apoyo institucional, porque el fascismo ocupaba los puestos de representación social.

Lo sorprendente del caso catalán es que similares posiciones fascistas no se combaten desde círculos progresistas, al contrario, son apoyadas por muchos que combatieron el franquismo. Imágenes, sucesos, proclamas, de supuestos héroes catalanistas que defienden inequívocamente posiciones racistas, supremacistas y xenófobas, cuyos escritos harían vomitar a los antifranquistas de antaño, hoy son difundidos y aclamados por cientos de webs  independentistas, cuando se comenta el asunto y facilitan textos, el máximo argumento que esgrimen es: ‘Franco era fascista’, además de ponerte verde, por supuesto, bastante parecido a lo que hacen los falangistas ante cualquier comentario que realices. La diferencia a señalar es el comportamiento general de la ciudadanía española, a ningún progresista se le ocurre hoy disculpar discursos realizados desde las instituciones del Estado, si el Gobierno glosara a José Antonio Primo de Rivera, si el Congreso proclamara homenajear a Ramiro Ledesma Ramos, se montaría un escándalo mayúsculo, si la Federación de Municipios festejara a las JONS, la oposición y los medios no dejarían títere con cabeza… mientras en Cataluña se organizan habitualmente actos institucionales por poderes públicos y de representación social en defensa de aquellas ideas.

En el manifiesto de presentación de la Revista Joventut el 15 de febrero de 1900  podemos leer: ‘Todos los que formamos la Redacción somos catalanes y queremos como el que más a Cataluña, y porque la amamos, voldriam que volviera a ser lo que fue en los siglos XII, XIII y XIV, es decir, la primera de las naciones latinas, ya bóvedas la primera de toda Europa. (...) Creemos que nuestro pueblo es de una raza superior a la mayoría de las que forman España’. La Revista  Joventut, publicó en Barcelona entre 1900/1906, órgano de expresión de la Unión Catalanista, cuna de diferentes escisiones y organizaciones catalanistas, - La Lliga, CNR, Solidaritat Catalana; Prat de la Riba, Verdaguer, Muntaner, Rovira i Virgili, etc.- fue presidente Doménec Martí i Juliá, autor de ‘Per Catalunya’, figura relevante del catalanismo gran propagandista en La Renaixença, La Pàtria, La Nació, Catalunya, Joventut, La Tralla i El Poble Català. A mediados de 1914 intentaron organizar la UniónCatalanista como partido político provocando numerosas escisiones entre los asociados. En aquellos momentos las proclamas que impulsaba la organización a través de Martí i Juliá, gran ideólogo, eran del tipo fascista xenófobo Cataluña para los catalanes y sus derivadas. La emigración murciana y almeriense, era atacada como grave problema; los pueblos eran la esencia de los organismos vivos, y no los individuos. Estos aspectos continúan inmutables en el actual independentismo.

‘’Los pueblos, los núcleos sociales diferenciados, las nacionalidades, son organismos vivos en los cuales se encuentran todas las funciones y actividades que posee la personalidad humana. Son organismos más superiores aún que los humanos porque poseen funciones intelectuales y morales más desarrolladas, más extensas, más complejas, y porque puede decirse que son organismos más conscientes y con mayor conocimiento de todos los atributos, antecedentes y accidentes. El elemento fundamental de estos organismos es la personalidad nacional que no está precisamente localizada en el individuo, porque es imposible que la individualidad sea pura y sin defectos…’’ ‘’El catalanismo no es más que la aplicación de leyes naturales que son necesarias a los pueblos para su grandeza’’… ‘’Por esto la tarea del nacionalismo es nacionalizar y arraigar a los desnacionalizados y desarraigados, que es lo mismo que decir humanizar a los catalanes desnaturalizados por sentimientos enfermizos, por sentimientos egoístas…’’ Martí i Juliá,  ‘La grandesa dels pobles’, La Renaixenca 17-XII-1899. Tomado de Francisco Caja, ‘La raza catalana’.

Vila d’Abadal, presidente de la AMI, Asociación de Municipios Independentistas en la campaña electoral compartía lista con Artur Más, condensará esa idea en la frase ‘’No se puede pedir a los emigrantes que se sientan de aquí, sino que se los tiene que obligar. Aquellos que no quieren sentirse de aquí, no tendrán cabida’’. Las ideas de fondo no se pueden contener siempre, se escapan de vez en cuando, aunque en general los programas, las proclamas fascistas, prometían todo, a todos, en todo momento y lugar, así sumaban las fuerzas de la desesperación. La idea de que la independencia catalana resolvería todos los problemas fue extendida por sus activistas, si están en la universidad, ofrecerán estudios gratuitos, si les preguntan las chicas, dirán que la república independiente será feminista, -ya veremos lo que pedían a las mujeres catalanas- por supuesto, si están en asambleas y ante el mundo sindical, el trabajo dejará de ser precario y la independencia dará trabajo de calidad a todos, a las empresas grandes les garantizarán su desempeño y un aumento de negocio porque son más eficientes que los españoles y los mercados estarán abiertos y deseosos de comprar productos catalanes, al comercio pequeño le aseguran sus establecimientos tradicionales en las ciudades y que los grandes centros comerciales no les afectarán, a todos les dirán que los recortes en sanidad y educación los resolverá la república independiente cuando los españoles dejen de llevarse el dinero pagado por impuestos, etc. etc.

Promesas como las anteriores se escuchan a diario, en universidad y en alcaldías de pequeños pueblos, se oyen por la radio y televisión catalanas, se propagan en las asambleas y corrillos de los grupos pro independencia, se extienden entre las asociaciones de padres-madres en los colegios, entre grupos de jóvenes, y entre profesores, entre policías y periodistas… todo mejorará, la globalización  no existe, el poder financiero global ha desaparecido, -fueron los grandes fondos de inversión internacionales los que obligaron a cambiar la sede a La Caixa y Sabadell-, para los indepes el cambio climático es un invento que cada territorio podrá resolver. El secesionismo, sus activistas, sus organizaciones, sus voceros, garantizan la integración en la UE y la eurozona, a pesar de lo que digan leyes y tratados, afirman que las principales empresas del mundo se pelearán por instalarse en la nueva Cataluña, a pesar de la salida de varios miles, afirmarán la validez de leyes y el respeto de los derechos de todos, al tiempo de promulgar otras leyes que invalidan tratados y suprimen derechos.

En febrero de 1931, en Madrid se distribuye el ‘Manifiesto político: La conquista del Estado’, firmado por grandes figuras del fascismo español, entre otros por Ramiro Ledesma Ramos, Ernesto Giménez Caballero, Juan Aparicio, y otros. En el manifiesto, escriben: ‘’España atraviesa hoy una crisis política, social y económica, tan honda, que reclama ser afrontada y resuelta con el máximo coraje. Ni pesimismos ni fugas desertoras deben tolerarse ante ella. ’’… ‘’España vive desde hace casi tres siglos en perpetua fuga de sí misma…en una autonegación suicida de tal gravedad, que la sitúa en las lindes mismas de la descomposición histórica. Hemos perdido el pulso universal. Nos hemos desconexianado de los destinos universales…frente a ellos, más allá que ellos, sin división lateral de derechas e izquierdas…iniciamos una acción revolucionaria en pos de un Estado de novedad radical…

En los puntos de ‘La conquista del Estado’ los fascistas españoles escribirán: punto 8º ‘Auténtica elaboración de la Universidad española. En la Universidad radican las supremacías ideológicas que constituyen el secreto último de la ciencia y la técnica. Y también las vibraciones culturales más finas. ’’ Punto 9º: ‘’Intensificación de la cultura de masas, utilizando los medios más eficaces. ’’ Punto 11º: ‘’Plena e integral autonomía de los municipios, en las funciones propia y tradicionalmente de su competencia, que son las de índole económica y administrativa. ’’ En los siguientes puntos, podemos leer: ‘’ Estructura sindical de la economía…Potenciación del trabajo; Expropiación de los terratenientes. Las tierras expropiadas se nacionalizarán y serán entregadas a municipios y entidades sindicales de campesinos…’’

En el epílogo tras los puntos del manifiesto de ‘La conquista del Estado’ escriben los fascistas españoles: ‘Nacemos con cara a la eficacia revolucionaria, no buscamos votos, sino minorías audaces y valiosas. Buscamos jóvenes equipos militantes, sin hipocresías frente al fusil y a la disciplina de guerra. Milicias civiles que derrumben la armazón burguesa…’ Su estilo romántico, soflamas, nacionalismo, creación de un estado nuevo, espíritu para construir un hombre nuevo, consideración del momento oportunidad,… no hay demasiadas diferencias con lo escrito por los fascistas catalanes en ‘L’Estat Catalá’ o ‘Nosoltres sols’ por los independentistas Daniel Cardona y amigos ‘’ ¿No vale más que caigan tendidos por un tiro de browing que no que caigan por siempre más en este surmenage moral y físico?… La causa de Cataluña requiere una browning (pistola brownin) en cada bolsillo para se respete nuestro derecho...’’

La Universidad y la juventud siempre fueron imprescindibles en los movimientos de masas, y los campesinos –en aquellos momentos- y los trabajadores… sin ellos no hablaríamos de fascismo, de ahí las proclamas que tratan de sumar adeptos, las promesas, las contradicciones entre lo escrito y lo realizado, visibles a posteriori no a priori. Y el culto al héroe, a la aventura, el culto a la muerte.


‘’Y humildísima opinión mía es, que tenemos que ser nosotros, los jóvenes catalanistas, por patriotismo y por sentimiento de humanidad, los que debemos oponernos en este aguacero de vicio, genuinamente castellano, que hace tiempo que invade la Tierra Catalana.

Yo creo que, en nuestra reconstrucción nacional, han de intervenir todos, absolutamente todos aquellos elementos necesarios para la obra definitiva. Pero todos ellos, han de ser rigurosamente elementos sanos, que vivifiquen y revuelvan en anales de lucha y de vida el espíritu de la Patria; nunca, pero nunca, los elementos infecundos, que de sí, son ya un verdadero peligro con el sólo contagio. ‘’ Daniel Cardona i Civit . “De la Moral i del Catalanisme. An En Josep Sartol’’ 1913. 

Los individuos que formaron parte en el nacimiento de los movimientos fascistas durante los años veinte y treinta, no creían en aquellos momentos, que estuvieran cometiendo atrocidades, ni ellos ni los fascistas actuales, no creyeron ser monstruos ni asesinos desalmados; por el contrario se consideraban buenas personas, se creían los mejores, intentaban arreglar aquella sociedad en crisis según sus ideas, aunque ello supusiera imponérselas a los demás y si fuera preciso por su resistencia, atropellándolos, su grado de violencia practicado dependía de la resistencia encontrada; eran gente mística, religiosa en su mayoría, creyente en la bondad de sus actos y la maldad de los demás individuos, y también fueron jóvenes que soñaban con revoluciones. Por supuesto en los grupos siempre hubo quienes defendían los intereses de los propietarios agrarios, de banqueros e industriales, racistas, xenófobos, supremacistas, anticomunistas...

Incluso en los momentos de mayores brutalidades, los fascistas decían hacerlo bajo el convencimiento de construir un mundo nuevo que resolvería todos los problemas de la nación, ellos eran los elegidos, amantes patriotas y en ocasiones, en otras parcelas de la vida cariñosos padres de familia. Fue después de varios años de implantación, tras consolidar su dominio social, con palizas, asesinatos, abundantes festejos y manifestaciones masivas, enfrentamientos con quienes se resistían a su implantación, fue después, tras generar masacres inmensas allí donde se hicieron con el poder estatal, que la historia aplicó el calificativo de horrorosa brutalidad a los comportamientos y resultados que pusieron en marcha los fascismos. Pero transcurrió mucho tiempo hasta que el mundo pudo ver y analizar los resultados de aquella barbarie, identificando entonces el fascismo con sus últimos desastres, quedando un poco en el olvido su nacimiento y consolidación.

El tema sorprende, porque fascista es un concepto que tiene connotaciones muy negativas para quienes lo utilizan, y precisamente es utilizado por quienes tienen comportamientos fascistoides, se están insultando a sí mismos, si no fuera porque ellos en su idealización se consideran a salvo de toda influencia negativa, si no fuera porque están convencidos de actuar como pueblo elegido, se insultarían a sí mismos si no fuera porque la ideología supremacista se les ha metido en la sangre y les faculta para despreciar a cualquiera; señas de comportamiento inequívocamente fascista. Hoy los indepes utilizan el concepto fascista profusamente para descalificar al otro, a quien no sigue a rajatabla la letanía secesionista, sea Marsé o Serrat, Sardá o Coixet o los periodistas no comprados, los niños en un colegio o  los padres de barrios obreros de la Región Metropolitana de Barcelona.

lunes, 17 de diciembre de 2018

SUPREMACISMO, SECESIÓN, fascismo en el independentismo. (V)


El supremacismo, un aspecto importante del catalano-fascismo

‘’Creemos que nuestro pueblo es de una raza superior a la de la mayoría de los que forman España. Sabemos por la ciencia que somos Arias; bien por los autóctonos Celtas; bien por los Griegos, Romanos, Visigodos, Ostrogodos, Francos y otros que vinieron; y por tanto, queremos ser dignos descendientes de razas tan nobles. ’’
Pompeu Gener: “Presentació”, Joventut, I/5, 15 de marzo de 1900.

‘’Y ha pensado y ha trabajado, ha reconstruido su Historia y ha visto que era muy superior, en civilización, a la de Castilla. Y ha desenterrado sus tradiciones y ha descubierto que tenían un origen común con las de los demás pueblos arios de Europa. Y ha estudiado su ascendencia y ha visto que su raza derivaba de razas superiores a la de los que la dominaban diferencias que de raza a raza había. ‘’
Pompeu Gener ‘Resurrecció!’, Joventut, II/61, 11 de abril de 1901

Los catalanes “conocemos que somos Arios europeos y que como hombres valemos más en el camino del Superhombre”.
Pompeu Gener: Herejías (versión ampliada), 1903.

Para justificarse superior, hay que demostrarse diferente, así los catalanistas del XIX y XX tuvieron una obsesiva preocupación por encontrar rasgos que diferenciaran la, para ellos, raza catalana, del resto de los españoles. Lógicamente las distinciones que encontraran serían válidas si les favorecían, resaltando la raza catalana como superior a cualquier otra comparación española, para ello estudiaron diferencias en la genética, en la evolución, buscaron en el aire que respiramos y sus compuestos, (Pompeyo Gener) parece que diferentes allí que aquí, buscaron en el suelo y los materiales que componen el terreno donde habitamos, (Miquel Coll), parece que diferentes allí que en Castilla, buscaron en las mezclas migratorias, amplísimas en la Península Ibérica y en Europa, pero, parece que a salvo el territorio por donde pasaban gran parte de ellas.

El supremacismo aparece constantemente entre los independentistas, a cada instante, en la calle y en el trabajo, en la universidad e institutos, en cada pueblo, apreciable en toda su actividad y comportamiento social, en las relaciones con otras personas e instituciones, su enorme complejo dicotómico, de inferioridad, de victimismo, lo superan con el sentimiento de ser una raza o grupo social superior al resto. Solo considerándose seres superiores a sus convecinos es posible actuar con el desprecio que muestran hacia ellos, como todo fascismo tratan de deshumanizar a quien no participa de sus aquelarres, sean pintadas o actos universitarios, poner lazos amarillos o pintar pueblos enteros de amarillo. El supremacismo catalanista está asentado ampliamente en los intelectuales catalanistas y su obra, en su mitología, religiosidad, clasismo, sus fundamentos teóricos quedan desvelados en el trabajo de Francisco Caja, 'La raza catalana, I y II', Ediciones Encuentro, 2013.

A los militantes indepes será difícil convencerlos de que bases teóricas están detrás de sus comportamientos políticos, pero a quienes apoyan a los independentistas les vendría bien leer las fuentes catalanistas antes de seguir adelante, ¿Qué harán en el futuro cuando se den cuenta de a quienes y qué apoyaron? No lo duden, dirán que nunca dijeron o hicieron nada que significara apoyar al independentismo. No se trata de que un escritor importante y dos secundarios alumbraran una teoría racista, fueron una pléyade de intelectuales catalanes hoy admirados y seguidos por el movimiento independentista, desde Almirall, a Pujol, pasando por Pompeu Gener,  Pere Bosch-Gimpera, Bertomeu Robert, Hermenegild Puig i Sais, Domènech Martì i Julià, Enric Prat de la Riba, Antoni Rovira i Virgili, Daniel Cardona i Civit, Batista i Roca, Pere Màrtir Rosell, Carles Pi i Sunyer, Carles Sentís, Josep Antoni Vandellós, Anna Cabré… autores cuyos escritos se transcriben en el libro citado, que repasa la elaboración de su línea doctrinal, su encaje y relación entre sí, lo que dio lugar a conformar las bases catalanistas en el pasado, y basamento en aplicación actual en el movimiento independentista.

‘’Los pueblos normales, las sociedades no degeneradas, los núcleos sociales no desequilibrados ni enfermos, tienen todos el ideal, que es siempre símbolo de salud y de virilidad; las sociedades degeneradas, los pueblos desviados y los núcleos sociales sensualistas y alocados no tienen ideal, porque son impotentes para tenerlo, son escépticos y fatalistas, desvarían convirtiendo en grandezas las manifestaciones de su descalabro y, redoblados de vanidad tanto como carentes de energías del pensar y del querer, fructifican con la desorganización de su núcleo social y favorecen la degradación biológica del individuo y de la colectividad. …/…’
‘’Es bien evidente que en los pueblos del sur de Europa se manifiesta la degeneración de la sociedad, porque son pueblos carentes de ideal. Ni Francia, ni Italia, ni Portugal, ni los pueblos de lengua castellana tienen ideal, porque son pueblos con conciencia social disgregada, son pueblos que aceptan por progresivas acciones que llevan a la impotencia del individuo y de la colectividad, son pueblos que se alaban de ser progresivos, a la vez que se suicidan socialmente, por consentir que el individualismo egoísta, el sensualismo y el eliminar del todo la tradición normal y biológica, sean fuerza revolucionaria destructora que debilita la sociedad en su pensar, en su sentir, en su salud e incluso en el número de sus individuos. Cataluña es una excepción en medio de esos pueblos sin ideal, de esos pueblos que decaen, porque Cataluña en el Catalanismo tiene el ideal social que hace progresar a los pueblos, ideal social idéntico al de los pueblos verdaderamente democráticos y civilizados del norte de Europa. ’’
Domènec Martí i Julià: “L’Ideal”, La Renaixensa, XXXI/8676, 13/10/ 1901.

Ocupar calles y edificios públicos y marcarlos, señalizarlos para delimitar territorio, como hacen los animales, para meter miedo a los diferentes y enardecer a los propios militantes, fue una actividad fascista de antes y ahora. Como lo fueron los acosos a personas, comercios y empresas, atemorizar de forma general, pretende expulsar a los otros, echar a miles de catalanes no independentistas fuera de Cataluña, la idea totalitaria de de la independencia nacionalista. La ocupación de calles y edificios institucionales, que en una sociedad democrática deberían ser de todos es una táctica típicamente fascista, -también mafiosa, nunca democrática- habitualmente lo hicieron agrupados en falanges, en haces, contando con apoyo de poderes locales y de grupos de policías o militares, igual que los grupos de estudiantes en la universidad protegidos o nunca increpados por las autoridades universitarias, o los comandos en las calles, apoyados por los mossos cuando es necesario, pretende fundamentalmente marcar, atemorizar, callar a los otros.

No es el ejercicio de la libertad de expresión como pretenden hacer creer, si ocurriera a la inversa, si los otros trataran de ejercitar sus derechos poniendo sus símbolos serán vejados, retenidos e identificados por los mossos, quienes habitualmente prestan su apoyo a los lazistas amarillos, a las agresiones universitarias, a las broncas de padres en colegios, a la rotulación de comercios, a la ocupación de calles, vías férreas y carreteras, cuando son cortadas por una docena de activistas… Actividades de agitación y propaganda que cuando fueron realizadas en el pasado contra el fascismo franquista, siempre supusieron riesgo de detención y cárcel, de despidos y palizas, de ataques de viandantes… nunca estas actividades contaron con la colaboración de los poderes institucionales como en este caso los poderes catalanistas.

‘’Los castellanos forman un pueblo en el que predomina el carácter semita que se revela en su manera de pensar y obrar y en todas las manifestaciones de la vida pública y privada. Hablando de la Castilla del siglo XVII, así se expresaba Taine: “No ha olvidado, dice, las ideas de las civilizaciones despóticas, que tienen como único ideal la administración, pero considerada como una conquista a domicilio, como un pachá que corta el árbol para obtener frutos”.
Joan Baptista Vilà i Estruch “Caràters de les races ibèriques”, La Nació Catalana, VI/84; 30/11/1906.

Probablemente ninguno de los rasgos citados en este trabajo, portado por sí solo y de manera ocasional, sería suficiente para definir un movimiento como fascismo, pero cuando se practica un conjunto de ellos y de forma habitual, es difícil escapar a su caracterización. Naturalmente no nos referimos aquí solamente a los grupos fascistas catalanes que muchos reconocen como tales, CEDADE, PNSC Partido Nacionalsocialista Catalán, Nosaltres Sols!, Estat Catalá,… Más allá de la pelea por la adscripción del movimiento a un neo fascismo, postfascimo, protofascimo, etc. la realidad es que el movimiento independentista catalán contiene muchos de los caracteres fascistas clásicos, aquellos visibles en Europa durante los años 20 y 30, o en España durante los años 40 y 50, ideas y prácticas, aquellas, que durante mucho tiempo todos llamábamos fascismo. Naturalmente en cada país y en cada época los comportamientos fueron diferentes, adaptados a particularidades políticas y económicas adaptados a culturas específicas, adaptados a la correlación de fuerzas del entorno, y adaptados a la resistencia que encontraban para dominar aquellas sociedades. Esto ocurre ahora, todos los fascismos europeos o sudamericanos se adaptan al momento y lugar, como hace el movimiento independentista catalán, además de incorporar otros rasgos nuevos adaptados a estos tiempos y lugares.

Tampoco históricamente pueden asignarse a todos los fascismos europeos el mismo conjunto de características, -no eran igual los nazis que los fascistas italianos-, pueden variar por particularidades locales y temporales, pero todos agrupan un racimo con varias de las características reseñadas en estas páginas, tales como: racismo, xenofobia, totalitarismo, desprecio por la legalidad, salvo la suya, sus activistas siempre fueron interclasistas o transversales dicen ahora, tienen rasgos de chulería, machismo, ultra religiosidad, se apropian del lenguaje hasta retorcerlo, -democrático es cerrar el Parlamento cuando se los antoja o desposeer de derechos a la mitad de la población, usar fachadas de edificios institucionales para poner su propaganda parcial, etc. etc.-, tienen características de victimismo, son tradicionalistas-carlistas, ultra-nacionalistas, amantes de banderas y movilizaciones de masas organizadas, controladores del espacio público del que expulsan al resto, las calles son suyas, los colegios son suyos, los medios de comunicación son suyos, las instituciones son suyas… ultra propagandistas y fabuladores de paraísos al tiempo que nostálgicos de un pasado glorioso que nunca existió.

En sus teorías básicas de apoyo doctrinal, que forman un cuerpo teórico ampliamente desarrollado, sumado a su práctica social, los independentistas suman múltiples comportamientos fascistas, desarrollando su particular formato de catalano-fascismo puesto en marcha desde hace años, en el procés tratan de justificarlo siempre envuelto con palabras democráticas, apoyados por el gran poder catalanista que controla instituciones, políticas, económicas, culturales, religiosas, educativas, mediáticas…

‘’Lo que determina el progreso humano es la estructura del cerebro, la manera especial en que está dispuesta la masa cerebral y, según lo esté, su producción será tal o tal.
…En el cerebro sucede una cosa por el estilo: la substancia nerviosa de los hombres no es diferente, pero su producción funcional es múltiple y diversa. Cada grupo, o mejor, cada raza, como una especie zoológica, se caracteriza por su producción intelectual particular, como el erizo por las púas y la oveja por la lana. …
Nosotros hemos dicho que el carácter básico racial era la mentalidad. Esta propiedad es de orden funcional y por tanto habrá que encontrar por carácter inmediato, o primero de los caracteres secundarios, un carácter que le sea inmediatamente subordinado, es decir, de la misma naturaleza. Este carácter secundario, también de orden funcional, está compuesto por una serie de propiedades corporales y psíquicas que se llaman gestos.
Los gestos, pues, constituyen el primero de los caracteres secundarios. A los gestos siguen el perfil de la cabeza, el índice cefálico, las conexiones de los huesos de la cabeza, el pelo y la estatura. Este orden morfológico se consigna en términos generales, ya que a veces otro carácter de menos importancia, como la ceja, puede servir, él sólo, para diferenciar a la mayoría de los individuos de dos razas, como la española y la catalana, la primera de ceja corta y la otra de ceja larga.’’
Pere Màrtir Rosell i Vilar La Raça, Llibreria Catalonia, Barcelona, 1930,

El supremacismo era una particularidad de los nazis, convencidos de ser una raza superior actuaban como tales, se creían con derecho moral a gobernar al resto de europeos y expandirse territorialmente. El supremacismo catalán está amplísimamente documentado en una abundante lista de autores catalanistas, complemento de su xenofobia, el desprecio por los de fuera vistos como enemigos que les quitaron o quitarán el trabajo, sus granjas, su espacio, al principio extranjeros, migrantes, luego simplemente los distintos. Murcianos, almerienses, del mismo país, serán considerados anticatalanes en tanto no sean asimilados, integrados en la lucha por la independencia, tal como Franco consideraba antiespañoles a los rojos, masones y separatistas, o los nazis consideraban antialemanes a quienes no tuvieran tradición aria, a judíos, comunistas, gitanos, homosexuales o aquellos que no se sumaban a sus designios.

Los indepes, los votantes del referéndum se consideran con derecho a votar lo que ellos quieran y cuando quieran, sin más, al margen de lo que digan las leyes, y lo publicitan como si ello fuera democrático, aunque se salten sus propias leyes como el Estatuto, o las normas que rigen su Parlamento, -modificar el Estatut requiere mayorías amplias, pero una mayoría simple que ellos publicitan hasta del 27%, podría servirles para independizarse-. Ese comportamiento solo se explica porque actúan como supremacistas, se creen a sí mismos superiores, como si fueran el pueblo elegido por los dioses para poner y quitar derechos a los otros, considerados seres inferiores. Los no independentistas son considerados anticatalanes, -antiespañoles llamaba  Franco a quienes no le seguían-, los que no siguen a los indepes  no son buenos catalanes y por tanto carecen de dignidad, no merecen respeto, sus constantes insultos a los distintos, son otra muestra supremacista.

Están votando y actuando con el objetivo de eliminar derechos actuales a los no independentistas, el hecho de potenciar esta votación supone aceptar la idea supremacista de que unos cuantos puedan suprimir la identidad a otros, quitarles su pertenencia a España, su ciudadanía que es un conjunto de derechos, también de sentimientos y emociones, quieren arrebatarles su pertenencia a la Unión europea, al euro, a Schengen, los indepes pretenden suprimir la identidad a la mitad de la población catalana.  El referéndum de autodeterminación muestra a sus defensores actuando por encima del resto de catalanes, quienes montaron el referéndum conocen de sobra estos aspectos, pero son supremacistas ungidos por Dios y se creen superiores, tanto como para eliminar derechos de millones de catalanes. Fascismo y nacionalismo dedicarán montones de páginas parecidas en las que tratarán de justificar la superioridad de su pueblo sobre todos los demás.

‘’Ahora y siempre hemos de trabajar por la vida libre de Cataluña, cansados de ser esclavos de una centralización brutal e inepta y resueltos a hacer patentes y efectivos los derechos que nos da la naturaleza.
Y si los semitas se oponen a nuestras reivindicaciones legítimas, reconquistaremos por encima de ellos nuestra tierra, ganando frente a la civilización moderna el pleito de nuestra autonomía. ’’
 Joaquim Lluhí i Rissech “Contra’ls semitas”, La Veu de Catalunya, I, 7/11/1899.

Gente que hoy apoya el secesionismo desde las izquierdas lo hace influido por teorías favorables a la autodeterminación de los pueblos oprimidos, tomadas del pasado y cuya justificación se encontraba explicitada en una situación colonial, explotadora y represiva, carente de mínimas libertades y capacidad de decisión de los individuos, pero que hoy poco tienen que ver con la realidad de Cataluña. Aquellas ideas se dan de bruces con las poblaciones de la Unión Europea, y sin estudiar la realidad concreta, el aquí y ahora, tratadas de aplicar hoy se convierten en meros clichés. ¿Y si un día se dieran cuenta que apoyaron a supremacistas?

Quienes apoyan el movimiento no han considerado que el movimiento nacionalista por la independencia está sustentado en bases ideológicas racistas y supremacistas. El movimiento soberanista es transversal, sí, como todo fascismo, pero la base ideológica que le da cuerpo, es una doctrina nacionalista con altos componentes de raza superior, que se desarrolló fundamentalmente en el siglo XIX y comienzos del XX. Hoy, en la Unión Europea, solo tiene el sentido de una regresión al pasado más reaccionario. Aunque siempre habrá quien diga que los españoles también tienen su tradición racista, olvidan que precisamente desde las izquierdas y progresistas siempre se combatió. En todo caso en los últimos 150 años es muy difícil encontrar una lista de españolistas, preocupados por la raza, mucho menos tan extensa como la catalanista, y que en su obra aporten tan variados rasgos supremacistas.

La Unesco publicó:
Los estudios históricos y sociológicos corroboran la opinión según la cual las diferencias genéticas no tienen importancia en la determinación de las diferencias sociales y culturales que existen entre diferentes grupos de Horno sapiens, y los cambios sociales y culturales en el seno de los diferentes grupos han sido, en conjunto, independientes de las modificaciones en su constitución hereditaria. Han podido comprobarse transformaciones sociales considerables que no coinciden con las alteraciones del tipo racial.

Nada prueba que el mestizaje, por sí mismo, produzca malos resultados en el aspecto biológico. En el aspecto social, los resultados, buenos o malos, a los cuales conduce, se deben a factores de orden social.

Todo individuo normal es capaz de participar de la vida en común, de comprender la naturaleza de los deberes recíprocos y de respetar las obligaciones y los compromisos mutuos. Las diferencias biológicas que existen entre los miembros de los diversos grupos étnicos no afectan en modo alguno a la organización política o social, a la vida moral o a las relaciones sociales.


jueves, 13 de diciembre de 2018

NACIONALISMO, RACISMO, xenofobia, fascismo. (IV)


Nacionalismo, racismo, xenofobia, secesión, fascismo

‘’Si la nacionalidad reaparece al encontrar un lugar y tiempo favorables, ya se ha dicho que es debido a que no ha muerto el pueblo que la forma. Si hubiese muerto el pueblo, habría muerto la raza aborigen: en este caso, la nacionalidad no habría renacido, pues habría faltado el elemento diferencial. 
La raza catalana, pues, perfectamente conocida hoy por nosotros, atravesó sin desfallecimiento a través de romanos y godos, elementos del todo extraños a su temperamento aborigen y a las razas similares que vinieron después a darle forma. 
Hay, pues, una raza catalana, hay, pues, un pueblo catalán. ’’ 

Nacionalismo, secesión, fascismo: Conceptos más unidos de lo que el común de los mortales imaginaba. Más allá de los insultos repetidos hasta la saciedad que dedican los independentistas, sean viejos, mayores, jóvenes o niños, llamando fascistas a cualquier persona que no se incline ante su comportamiento, el concepto fascista tiene un significado político e histórico, y puede aplicarse, a quienes basan sus ideas en la ideología fascista y desarrollan en su práctica social un comportamiento fascistoide, lo sepan ellos mismos o no.  
La exaltación de lo nacional tiene sentido como elemento para aglutinar y diferenciar, busca e inventa historias y mitos del pasado que conformen unidad en una identidad diferente a la de otros, busca lograr un plus moral de superioridad ya que nadie pretendería diferenciarse para justificar demostrarse inferior a otros. Hablar de nación e identidad conducirá a buscar diferencias profundas, llegarán a la raza como pretendida fuente de diferencias esenciales que justifiquen superioridad y derechos distintos a otros que serán convertidos en los causantes de todos los males a quienes se profesará odio que habrá que alimentar constantemente. Odio y desprecio para intentar convertirlos en bestias, deshumanizarlos, una pretensión de todo fascismo para justificar marginarlos, marcarlos, atacarlos, privarlos de derechos…


‘’Cuando el viajante fenicio que Avieno copió, reseguía, quinientos años antes de J.C., las costas del mar Sardo, se encontró con el etnos ibérico, la nacionalidad íbera, extendida desde Murcia hasta el Ródano, esto es, desde las gentes líbico-fenicias de la Andalucía oriental hasta los ligures de Provenza. Aquellas gentes son nuestros antepasados, aquel etnos ibérico, la primera anilla que la historia nos deja ver de la cadena de generaciones que han forjado el alma catalana…
Pero bajo el peso de la dominación romana, el espíritu de las viejas nacionalidades palpitaba con fuerza… y el viejo etnos ibérico, el primero, hizo resonar los acentos de la lengua catalana desde Murcia hacia Provenza, desde el Mediterráneo hacia el mar de Aquitania, ligures gaélicos y tartesios, griegos y fenicios, cartagineses y romanos no habían hecho retroceder ni un palmo de tierra a nuestro pueblo. Las fronteras de la lengua catalana eran las mismas que daba al etnos ibérico el más antiguo de los exploradores-historiadores. ’’ 
Enric Prat de la Riva y Martí i Juliá: Iberisme, Socialisme. Fonaments psico-biologics del socialisme i del nacionalisme. La Novel·la Nova, II/68, 1918: Tomado de ‘Racismo y xenofobia en el nacionalismo catalán’, edición a cargo de César Guarde, de ‘Argón, Grupo de Estudios Filosóficos’,2016.

El fascismo encuentra su acomodo en el ultranacionalismo. Todos los fascismos son fuertemente nacionalistas, empeñados en poner fronteras y buscar elementos diferenciales respecto a otros, necesitado de culpar de sus males a enemigos internos y externos para lograr la unidad en la identidad, los otros, españoles, murcianos, almerienses, andaluces, extranjeros… son culpables de todos los males, pasados, presentes y futuros, los nacionalistas se reservan para sí la consideración de pueblo elegido, vivirían mejor si dominaran, gobernando sobre el resto de pueblos, diferenciado y enfrentado contra una única identidad portada por cada individuo, sea biológica o cultural, sea raza, religión, cultura, lengua... el nacionalismo sueña y busca una diferencia de pureza que defenderá contra las impurezas de los otros, emigrantes, refugiados, españoles de otros lugares, no aceptará mezclas, ni igualdad de condiciones y derechos.

El ultra nacionalismo, sitúa la nación por encima del individuo, aunque no todo nacionalismo es fascista, sí todo fascismo es altamente nacionalista. Luchan por definir una identidad nacional única y diferenciada de los demás, sin mezclas, y exaltan los elementos diferenciales que siempre existirán, -igual que entre los pueblos  Villarriba y Villabajo- exaltar lo diferente lleva a ocultar experiencias  históricas y elementos culturales comunes. Recurrirán a mitificar hechos, reinventándolos, se proclamarán víctimas históricas de sus enemigos, inventarán penalidades y sufrimientos presentes y pasados para fomentar la imagen de un pueblo homogéneo humillado, llevado al sufrimiento por un enemigo externo, lo cual utilizarán como exculpación de cualquier tropelía individual o colectiva actual, siempre realizada contra el enemigo común, real o imaginario, definido por los líderes del movimiento y contra el que desahogar toda indignación y agresividad. La relación entre raza y nación la dejamos aquí explicada por el catalanista Jaume Antón Aiguader i Cortés:

‘’Raza y Nación son dos conceptos inseparables: el primer nombre significa un complejo de características fisicopsíquicas parecidas que presenta un grupo de hombres; el segundo nombre significa la unidad de este grupo de hombres…
La Nación representa un deseo de poder: la Raza, un deseo de reproducción y de expansión. Hay un sentimiento que las une, pues: el sentimiento del imperium. … son dos sistemas útiles e inseparables.
Las razas, en cambio, no pueden nunca desaparecer del todo: pueden estar como en letargo durante siglos, pueden perder la consciencia de ellas mismas, pero en cuanto se dan unas circunstancias favorables, rebrotan con nuevas energías. Es la misma raza, no la misma nación: tiene otro espíritu, otra fuerza, incluso, a veces, otra lengua; las nuevas familias dirigentes ocupan el lugar de la antigua clase patricia degradada: nuevas tradiciones han aparecido. El individuo y la raza son eternos a través del soma, que pasa de padres a hijos y no muere: el uno y la otra perduran mientras evolucionan indefinidamente. Esta eternidad del individuo y de la raza tan sólo puede ser frustrada por un cataclismo. ’’

Nacionalismo, racismo, xenofobia, conceptos con significados diferentes pero relacionados, buscan diferenciar, separar a los otros, alientan la adscripción a bandos, amigos y enemigos, potencian tratar a unos como acreedores de derechos superiores, de manera distinta a los otros. Nacionalismo no es fascismo, pero todo fascismo es nacionalista, nacionalismo llevará a racismo y supremacismo. Los héroes catalanistas establecen jerarquías entre las razas, que por supuesto, siempre les favorezcan, los catalanistas se definirán como arios, europeos, de color más claro y puro que el color más oscuro de los semitas y bereberes, como definirán a los españoles, cuya procedencia sería África. Escribió en 1905 Pompeu Gener en la revista ‘Joventut’: ‘’Y viajando por Suiza y por Alemania comprendimos aquellas consideraciones como aglomerados de Estados de hombres a los que sólo separan pequeñas diferencias de raza, pero todos, al fin y al cabo, Arios. En la presentación de la revista Joventut leemos: ‘’Creemos que nuestro pueblo es de una raza superior a la de la mayoría de los que forman España. Sabemos por la ciencia que somos Arios; bien por los autóctonos Celtas; bien por los Griegos, Romanos, Visigodos, Ostrogodos, Francos y otros que vinieron; y por tanto, queremos ser dignos descendientes de razas tan nobles. ’’
Los arios tendrían cráneos más grandes y desarrollados, lo que supone que serían superiores y hasta por sus mejores cejas, se podría valorar su superioridad racial, como escribe Pere Mártir Rosell i Vilar, llegó a ser diputado de ERC en el Parlament y escribía: “La política de la libertad completa, individual y colectiva, tiene un nombre: política raciológica”. Racismo no es igual a fascismo, puede crecer en muchas ideologías y personas, pero los fascistas son racistas.
‘’Lo que determina el progreso humano es la estructura del cerebro, la manera especial en que está dispuesta la masa cerebral y, 
según lo esté, su producción será tal o tal…
En el cerebro sucede una cosa por el estilo: la substancia nerviosa de los hombres no es diferente, pero su producción funcional es múltiple y diversa. Cada grupo, o mejor, cada raza, como una especie zoológica, se caracteriza por su producción intelectual particular, como el erizo por las púas y la oveja por la lana…
Nosotros hemos dicho que el carácter básico racial era la mentalidad. Esta propiedad es de orden funcional y por tanto habrá que encontrar por carácter inmediato, o primero de los caracteres secundarios, un carácter que le sea inmediatamente subordinado, es decir, de la misma naturaleza. Este carácter secundario, también de orden funcional, está compuesto por una serie de propiedades corporales y psíquicas que se llaman gestos.
Los gestos, pues, constituyen el primero de los caracteres secundarios. A los gestos siguen el perfil de la cabeza, el índice cefálico, las conexiones de los huesos de la cabeza, el pelo y la estatura. Este orden morfológico se consigna en términos generales, ya que a veces otro carácter de menos importancia, como la ceja, puede servir, él sólo, para diferenciar a la mayoría de los individuos de dos razas, como la española y la catalana, la primera de ceja corta y la otra de ceja larga. ‘’ 

La xenofobia no implica fascismo, pero el fascismo es xenófobo, la xenofobia se instala en la extrema derecha a través de individuos dañados por las crisis, implica miedo y desprecio a los extranjeros, lucha contra los emigrantes, si son pobres, que tienen otra cultura que al mezclarse manchan su pureza, rechaza a los otros por miedo a que le roben puestos de trabajo, cree que quieren quitarle lo suyo, el bienestar social al que solo tiene derecho el definido como nacional. El populismo,  el fascismo utiliza la xenofobia, el miedo a los otros, como aglutinador, para ello difunde sentimientos basados en supuestas noticias falsas, ‘España nos roba’, ‘el murcianismo’, ‘la invasión castellana para desnaturalizar Cataluña’ ‘la superioridad de la raza catalana’… La xenofobia y el racismo, implicarán estudiar las maneras de mantener la pureza de la raza, demonizando la mezcla con los de fuera. ‘No caben todos’, en esa u otra formulación es una típica consigna facha, antes y ahora.

"Ahora miras a tu país y vuelves a ver hablar a las bestias. Pero son de otro tipo. Carroñeros, víboras, hienas. Bestias con forma humana, sin embargo, que destilan odio. Un odio perturbado, nauseabundo, como de dentadura postiza con moho, contra todo lo que representa la lengua. Están aquí, entre nosotros. Les repugna cualquier expresión de catalanidad. Es una fobia enfermiza. Hay algo freudiano en estas bestias. O un pequeño bache en su cadena de ADN. ¡Pobres individuos! Viven en un país del que lo desconocen todo: su cultura, sus tradiciones, su historia. Se pasean impermeables a cualquier evento que represente el hecho catalán. Les crea urticaria. Les rebota todo lo que no sea español y en castellano. Tienen nombre y apellidos las bestias. Todos conocemos alguna. Abundan las bestias. Viven, mueren y se multiplican. Una de ellas protagonizó el otro día un incidente que no ha llegado a Catalunya y merece ser explicado, como un ejemplo extraordinario de la bestialidad de estos seres. Pobres bestias, no pueden hacer más [...] Pero ¿por qué hay que movilizarse cada vez? ¿Cuando acabarán los ataques de las bestias? ¿Cómo podemos en 2008 aguantar tanta vejación, tanta humillación y tanto desprecio?". Quin Torra, 19-12-2012 en diario digital 'El Món' 'La lengua y las bestias'.

No todos los fascismos fueron igual de racistas, los nazis lo extremaron con el mito de la raza aria de origen nórdico superior al resto, -a la que se asignan los catalanistas- otros fascismos como el español y el italiano, lo minoraron, a cambio integraron con fuerza el componente religioso como seña de identidad, el nacionalcatolicismo.  Los catalanistas aúnan los dos componentes, el ultra católico, siempre fue muy importante desde el carlismo catalán, y una extraordinaria preocupación por la raza, superior y diferente a la española, manifestada en multitud de catalanistas.  La mejora de la raza utiliza como una medida para lograrlo, el control de la migración y además trata de evitar el mestizaje con los extranjeros, para los catalanistas, son los españoles. La construcción del hombre nuevo, portador de valores eternos, no excluye la ingeniería social, utilizando biología y limpieza  de individuos externos a su pureza de raza, étnica y/o cultural. Los nazis llevaron a los extremos el exterminio y limpieza, judíos, gitanos, comunistas, disminuidos, intelectuales,… sus experimentos biológicos no fueron únicos, en España fueron realizados experimentos por Vallejo Nájera buscando el gen rojo el que identificara al nacimiento a los futuros rojos hasta bien entrada la postguerra. Los catalanistas hicieron algo similar años antes, crearon en Barcelona un Instituto para que realizara investigaciones sobre los españoles que migraban allí, dando por buenos los valencianos y mallorquines, por su afinidad y maldiciendo murcianos y almerienses, y andaluces en general, por sus enfermedades.

‘’Un cráneo de Ávila no será nunca como uno de la planicie de Vic. 
La antropología habla más elocuentemente que un cañón del 42’’. 

Tras la II Guerra Mundial el racismo fue condenado por la brutalidad que alimentó, parecía claro que la causa de “la grande y terrible guerra que  acaba de terminar no hubiera sido posible sin la negación de los principios democráticos de la dignidad, la igualdad y el respeto mutuo de los hombres, y sin la voluntad de sustituir tales principios, explotando los prejuicios y la ignorancia, por el dogma de la desigualdad de los hombres y de las razas”. Eso dice el Preámbulo de la Constitución de la Unesco, aprobada el 16 de noviembre de 1945. Es posible olvidar para las generaciones actuales que esas doctrinas estuvieran entre los más importantes elementos que contribuyeron a la II Guerra, también es posible que las ideas de épocas anteriores a 1940 no supieran cuales serían los resultados que provocarían. Mas difícil es aceptar que escritos que defendían aquellas ideas racistas, hoy se aplaudan y difundan publicitados como heroicos y basamento del actual movimiento independentista.

En 1950 se produjo la primera declaración  de la Unesco, instada años antes por  las Naciones Unidas, en la que trataba de atajar las doctrinas racistas, decía ‘’Los sabios están generalmente de acuerdo en reconocer que la humanidad es una y que todos los hombres pertenecen a la misma especie Horno sapiens. Además, se admite comúnmente que todos los hombres proceden del mismo tronco’’... Fueron apareciendo declaraciones de Naciones Unidas -1950, 1951, 1964, 1967 y 1978- a través de la Unesco, potenciaron que los gobiernos mundiales, instituciones internacionales, intelectuales, medios de prensa, grandes masas de población, condenaran toda doctrina que se acercara al racismo, lo cual potenció el oscurecimiento de sus defensores, incluso la ocultación del término.

Aquella primera declaración de la Unesco en 1950, era muy clara, pretendía marginar a los defensores de teorías racistas. Los catalanistas actuales no se dieron por aludidos, ni sus apoyos procedentes de sectores de derechas o izquierdas tampoco, y así el movimiento por la independencia seguiría insistiendo muchos años después en las mismas doctrinas racistas como una de las bases teóricas que aglutinara el movimiento. Decía la declaración de la Unesco en su punto 5:

5. ‘’Mucha gente llama “raza” a todo grupo humano arbitrariamente designado como tal. Así ocurre que muchas colectividades nacionales, religiosas, geográficas o culturales, debido a la acepción tan amplia que se da a esta palabra, han sido consideradas como “razas”, siendo así que, evidentemente, los americanos no constituyen una raza, como tampoco lo son los franceses, los ingleses o los habitantes de cualquier otra nación: igualmente, ni los católicos, ni los protestantes, ni los musulmanes, ni los judíos representan razas: no puede definirse como grupos “raciales” a los pueblos que hablan inglés o cualquier otra lengua; los habitantes de Islandia, Inglaterra o de la India no forman una raza; tampoco podría considerarse como miembros de una raza particular a los individuos que participan en la cultura turca, china, 0 en cualquier otra cultura.’’

Miquel Coll i Alentorn, Presidente del Parlament de Cataluña durante los años 1984/88,  escribirá en 1978 lo siguiente:

‘’En relación a los elementos genéticos hay un aspecto poco estudiado y prácticamente desconocido que, con todas las reservas, me permito insinuar. Me refiero a la posible influencia de la composición química del suelo sobre la manera de ser del cuerpo humano, sobre encimas, hormonas y otros elementos fisiológicos. Recordemos la importancia que actualmente dan los biológicos a los llamados oligoelementos, y subrayan que la península Ibérica está geológicamente dividida en dos grandes zonas: la granítica al oeste y gran parte del centro, y la calcárea al este. ¡Quién sabe lo que nos reserva en este campo un conocimiento más profundo de la cuestión…’’  Miquel Coll i Allentorn, ‘La naixenca de Catalunya’, Fundació Jaime I, Barcelona 1978, p. 28. Citado en ‘Racismo y xenofobia en el nacionalismo catalán’, edic. a cargo de César Guarde, Agon, Grupo de Estudios Filosóficos. Barcelona 2016.



Oriol Junqueras, autodefinido como buen católico, presidente de ERC, vicepresidente de la Generalitat 2016-2017, escribía en Avui, en el 2008, preocupado por la genética de la raza catalana:

"En concreto, los catalanes tienen más proximidad genética con los franceses que con los españoles; más con los italianos que con los portugueses; y un poco con los suizos".

 










Las viejas doctrinas nacionalistas, racistas, siguieron existiendo, en algunos casos fueron cubiertas con ropajes nuevos, sus defensores tenían que disfrazarlas ante las masas para lograr apoyos, sorprendentemente hoy los catalanistas siguen diciendo que los genes, el suelo, o los componentes químicos del aire… hacían distinta a la gente, por tanto, según ellos, sus derechos debían ser distintos. La esencia era la misma, se trataba de justificar derechos históricos, grupales, identitarios, particulares, sectoriales,… La declaración de la Unesco de 1950, decía:

‘’6. Los grupos nacionales, religiosos, geográficos, lingüísticos o culturales no tienen por qué coincidir necesariamente con los grupos raciales y los aspectos culturales de estos grupos no tienen ninguna relación genética demostrable con los caracteres propios de la raza. Los graves errores ocasionados por el empleo de la palabra “raza” en el lenguaje corriente hacen desear que se renuncie por completo a emplear este término cuando haya que aplicarlo a la especie humana y que se adopte la expresión “grupos étnicos”. ’’

‘La raza catalana’, tomos I y II de Francisco Caja, Editorial Encuentros, 2009.  Es un trabajo imprescindible para entender el núcleo del nacionalismo catalán, a través de la obra de múltiples catalanistas el autor ‘sostiene que el núcleo de la doctrina catalanista es la doctrina de la raza: que el nacionalismo es una especie de racialismo, -en sus propias palabras, y sigue diciendo- si uno dijera: los inmigrantes son una raza inferior que amenaza la pureza de sangre de la raza catalana… sería inmediatamente tachado de racista. Consecuentemente la formas de burlar esa ‘prohibición’ es transferir la estructura que se contiene en esa fórmula a términos ‘abstractos’ o ‘metafóricos’, que expresan lo mismo pero consiguen ‘hacer pasar’ el contenido prohibido-reprimido’’.  Francisco Caja nos muestra la doctrina racialista que elaboran los textos del catalanismo, que guiará el comportamiento racista de que hacen gala tantos individuos independentistas, su racismo, que el autor define en pocas palabras ‘como una doctrina política que establece como principio supremo de orden político la raza, o deriva consecuencias políticas de ella’.

‘De aquí proviene la importancia que tienen en la formación del pensamiento de un pueblo la raza a la que éste pertenece, las condiciones geográficas y topográficas del país que habita, la manera en que emplea su actividad, la forma política con que se gobierna y, por encima de todo, la predestinación divina’.  
Josep Torras i Bages. ‘La Tradició catalana’.

Los diferentes autores catalanistas dedicarán largas polémicas intentando camuflar la brutalidad de su racismo, étnico, cultural, antropológico… algunos autores darán vueltas sobre el término racismo, para volver siempre al mismo lugar; ellos, los catalanes, son diferentes a los españoles, ellos serán europeos y los españoles semitas. En palabras de Joan Baptista Vilà i Estruch “Caràters de les races ibèriques”, La Nació Catalana, VI/84, 30 de noviembre de 1906 (‘’Los castellanos forman un pueblo en el que predomina el carácter semita que se revela en su manera de pensar y obrar y en todas las manifestaciones de la vida pública y privada. ‘’ Tomado de ‘Racismo y xenofobia en el nacionalismo catalán’, edic. a cargo de César Guarde, Agon, Grupo de Estudios Filosóficos. Barcelona 2016.). Ellos escribirán que los catalanes pertenecerán a la raza aria, los españoles bereberes… vueltas y revueltas para regresar al punto de partida, ellos son diferentes, y la diferencia les hace acreedores de mayores derechos. Por supuesto ellos, los catalanistas, tienen ventajas morales sobre el resto de españoles que les oprimen y explotan y no les permiten expresarse en su lengua ni expandirse. Los escritos clásicos catalanistas contienen cientos de páginas que documentan esta doctrina política que conforma la base ideológica del independentismo, como se puede apreciar en cientos de webs y blogs independentistas, en ayuntamientos y centros, en actos culturales y revistas… a pesar de algunos intentos por camuflarlo la doctrina racista catalana, la xenofobia y el supremacismo, rompen las costuras y constantemente baña el procés.

''Ese sustrato ideológico, que conduce por vía directa desde algunas variantes del romanticismo y, sobre todo, de la escuela histórica del derecho, explícitamente antiilustrada e irracionalista, hasta el nazismo, arranca con una mentira inaugural: existe un momento histórico privilegiado, una edad de oro, que dibujaría de una vez para siempre la identidad de la nación. Un pasado imaginario, cebado por historiadores complacientes (verdaderos nation builders), se convertirá en un ideal regulativo, en el parque temático —o jaula de hierro— de una identidad que requiere permanentes tareas de mantenimiento. La tiranía del origen, en expresión de George Steiner.  Félix Ovejero, ‘El nacionalismo catalán: de las mentiras de la política a la política de las mentiras’.