domingo, 10 de enero de 2010

Se terminaron las fiestas.

Que largas son y que pesadas resultan a veces. Pero bueno, hablemos de regalos. Imagen y sonido. En mi caso, coinciden en este tramo anual, el cumple, santo y las fiestas.

Me gustan las series americanas, recuerdo muy gratamente algunas cortas de hace tiempo, pero de pocos años a esta parte son diferentes, han dado un salto de calidad, seriedad, cantidad y artístico. Hay un plantel extraordinario de series que sustituyen al gran cine americano de hace décadas. Los guionistas son la clave, trabajan en equipos, han perdido peso los autores individuales, tipo directores, (aunque en el cine americano las películas estaban realizadas por equipos mas que por individuos, salvo excepciones y en algunos casos los autores eran mas productores que directores), ahora en las series cambian y mezclan directores y guionistas cada varios capítulos.

Las historias resultan creíbles a pesar de lo increíbles de algunas pero en su desarrollo y diálogos consiguen la magia de que el espectador se identifique, metiendo sentimientos y emociones universales y mezclando vida cotidiana y aventura. Su calidad de imagen, interpretación, dirección, guión, decorados, vestuario, etc. es en numerosas ocasiones superior a la cinematográfica.

En muchas de ellas, corales, aparecen personajes típicos de este tiempo que vivimos en occidente, personajes minoritarios y plenamente instalados en la sociedad para bien y para mal, altamente creíbles. Me refiero a gays, lesbianas, mujeres empresarias, policías, separadas, adoptados, huérfanos, trabajos raritos, pero reales, problemas sociales, políticos, problemas emocionales de toda la vida, la variedad de tipos y situaciones es enorme, muy superior a lo que reflejan otras series o pelis de otros países.

Las series al ser corales aprovechan para meter diversidad de personajes e historias, de tal forma que consiguen sumar espectadores diferentes que se acoplan o apuntan a unos u otros personajes, que prefieren unas historias a otras, pero que encuentran diversidad y posibilidad de elección e interiorización de personajes.

Todas estas series tienen una rapidez endiablada en la sucesión de acontecimientos y diálogos. Ocurren muchas cosas en poco tiempo, pero con el sistema de mezclar historias de personajes distintos, consiguen que el tempo se frene por momentos, porque entre cada historia hay paréntesis, para el espectador que se ha identificado y preferido una de las vías propuestas, así tendrá momentos de descanso de reflexión, mas propio del público europeo, mientras salen otras historias.

Me gusta ver un apartamento y que lo sea de verdad, que sea habitable, no que se vea falso, decorado, me gustan las calles o bares, oficinas o dependencias policiales que sean reales. Si alguien cruza al fondo, o hay gente que comen al lado, me encanta ver que realmente hacen eso, que no se vean impostados. Esta es una tradición del cine norteamericano, de sacar las cámaras a la calle. Aspectos que suelen fallar en las series de otros países.

Polis y políticos corruptos era una tradición del cine norteamericano, son los primeros que yo veía de niño, (luego los vi al natural, estaban cerca de todos nosotros) y eran malos, en las versiones actuales son perversos pero mezclados con buen corazón familiar, o con bestialidad y amorosos. Los gays los hay como no podía ser de otra manera, buenos, malos y regulares, asesinos y normales, con cualquier profesión y comportamiento, triunfadores o perdedores.

En The wire, la mejor, aparecen algunos de estos personajes, ladrones, drogadictos, hampones, negros, violentos y con sexualidad preferente masculina. Yo me he cogido otra temporada. Tardaron tiempo en traer una nueva y hace dos meses entraron la 3ª y 4ª. Como ya he dicho, me parece genial, los problemas de la sociedad actual, los muelles en Baltimore, la ciudad, la corrupción y la necesidad de vivir, los sindicatos y la especulación inmobiliaria, el paro y la facilidad de la droga para vivir.

Tambien he cogido otra temporada de ‘El ala oeste de la Casa Blanca’. Gran serie, que muestra los entresijos de la política. Todo se negocia con todos, los presupuestos, las inversiones, los capítulos de las leyes, las declaraciones, las acciones militares…Hay liderazgo que arrastra y toma decisiones, pero siempre basadas en trabajos de equipos, que existen a todos los niveles, tienen sus tareas y sus responsabilidades Todos los individuos y grupos tienen intereses en la sociedad actual, por tanto todos opinan y defienden sus intereses, en cualquier sitio sobre cualquier tema.

Para mi la serie es un canto al trabajo político de colectivos y a la negociación al diálogo. Siempre hay que negociar con los tuyos o con los otros, hay que encontrar elementos comunes a ambas posturas, en ocasiones vencer pero no recuerdo aplastar al adversario, supongo que la serie acabaría.

Otra cosa ha sido la música. Mientras en las imágenes hay un claro avance que puede estar al mismo nivel que mis antiguas películas, en las voces no opino lo mismo. Este año me decanté por las nuevas jazzwoman, Diana Krall, Esperanza, Madeleine Peyroux, Lizz Wright. Por supuesto cantan bien, pero todo es muy acaramelado, las voces y estilos me suenan parecidas entre sí, con mucha importancia de las músicas. No creo ocupen el lugar de mis antiguas Billie, Ella, Sarah, Nina, Lena Horne, Carmen Mc Rae, Dinah Wahington.

He descubierto una voz que no conocía, italiana, Pietra Montecorvino, buena, pero tampoco me hace olvidar otras voces, como Mina, aunque intentaré seguirla. Sí acerté repitiendo una voz antigua, muy particular, Tom Waits. No me defraudó el último directo.

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