lunes, 30 de septiembre de 2019

Conflictos que afronta un aglutinador progresista


Ecología políticaEl medio ambiente, la sostenibilidad de los procesos, el cambio climático, las relaciones y cambios con las energías… la ecología abre campos nuevos de conflictos de intereses, modificando y enfrentando alternativas. Unas muestras son visibles en el entorno de la energía, nucleares… sectores importantes de las renovables apuestan y defienden actividades enmarcadas en la sostenibilidad, las subvenciones las impulsa, pero también dota de excesivas prebendas, asegurando por largo tiempo rentabilidades de un 20%, cuando la deuda pública estaba por debajo del 5%, rentabilidad que tendrá que pagar el resto de población, encareciendo la energía. La relación con el territorio, transportes, comunicaciones, urbanismo, playas y montes… chocan frontalmente intereses de futuro y presente, interclasistas, no solo de grandes corporaciones, también de grupos diversos de población.

La contradicción entre el corto y largo plazo inunda estos debates; crecer o decrecer, debería ser un debate público, pero en plena crisis resulta una temeridad proponer a millones de precarizados que es más sostenible decrecer, porque a corto plazo quedarán marginados. Cambio climático y cambio de opciones energéticas, resulta dificilísimo encajar dicho debate en una sociedad dependiente del petróleo, dependencia que en España llega a ser asfixiante, pero seguimos sin movernos en otra dirección. Para situar el contexto y simplificando, podríamos estimar un rango entre un 5/10% de voto ecologista en España, -Ángel Valencia cita un porcentaje cercano al 10% como donante a grupo ecologista, lo cual podría asimilarse en alguna medida a cierto grado de afiliación, y el CIS estima un 4.5% de población que se define como ecologista en primera opción, y un 7% en segunda- un 4.5% sobre 16 millones de votantes, los habidos en estas elecciones de 2014, supondrían unos 720.000 votos, un 10% nos llevaría hasta 1.600.000-. Evidentemente el total de voto ecologista se distribuye entre todas las formaciones del arco ideológico, incluidas derecha y centro, podemos suponer que cuanto más cercano esté a la definición en primera opción, las preferencias se acercarán más a partidos verdes, sin olvidar que socialistas y comunistas también contienen voto verde auto-considerado ecologista en primera y segunda opción.



Opiniones y Actitudes. Ciudadanía y conciencia medioambiental en España’. Ángel Valencia Sáiz, Manuel Arias Maldonado, Rafael Vázquez García. CIS.2010.

Urbanismo y territorio. Campo, ciudad; centro, periferia; ciudad mediterránea o urbanizaciones alejadas y/o cerradas; costa, interior; agua, secano etc. son algunos elementos contradictorios del urbanismo y territorio, difíciles de entender con criterios de clase y cuya inclusión solo en el espacio ecologista sería una simplificación excesiva, existen aspectos hasta de identidad territorial, afectan a los partidos en la defensa de intereses locales, complicados de agrupar en uno solo frente. Por ejemplo desarrollar el programa europeo del corredor del Mediterráneo, económicamente razonable por la importancia de la economía levantina, al tiempo potenciará los intereses de nacionalistas periféricos, y chocará contra la necesidad de defender criterios de igualdad, derechos y libertades, condiciones de vida del interior abandonado, las Castillas y Extremadura, alejaría más el Atlántico.

La ordenación del territorio volcada en las costas españolas, desertiza el interior abandona grandes extensiones y deja regiones y pueblos dispersos, cumplir objetivos de igualdad será complicado, facilitar asistencia similar a grandes zonas pobladas y pueblos semi-desiertos es un conflicto nada fácil de resolver. La enormidad de 8.118 pueblos españoles es una insensatez, de los cuales solo 400 tienen por encima de 20.000 habitantes, cifra considerada adecuada para dar vida propia sostenible a una ciudad. Un total de 4.862 municipios, más de la mitad, cuentan con menos de 1.000 habitantes, y como es normal, todos quieren tener derecho a… Instalar prisiones, almacenes de residuos, depósitos de combustible, plantas de reciclaje, tratamiento de bosques, y un largo etc. no solo contienen intereses de clase.


PD. Este escrito tiene mas de 4 años, pero es que las cosas cambian tan poquito aquí. La lucha entre Podemos y Mas País por llevarse a Equo y del PSOE por llevarse a votantes ecologistas se ha agudizado desde cuando esto se escribió hace 4 años, porque los efectos del vaciamiento de la España interior es mucho mas visible y los efectos del cambio climático son patentes y las movilizaciones aumentarán. En todo caso el conflicto no es lineal, ni está situado solo en el eje izquierda derecha.

domingo, 22 de septiembre de 2019

La necesidad de crecer para ganar obliga a ceder posiciones

Mientras el PSOE viraba suavemente a la izquierda pretendiendo conquistar el terreno socialdemócrata perdido, IU empezó a templarse y Podemos empieza a defender el sistema democrático y a suavizar discursos y propuestas, arrinconando posiciones extremas para defender la socialdemocracia. La necesidad de echar a la derechona y atajar la corrupción e imprimir un cambio de rumbo a la situación, empujará a muchas personas a taparse la nariz, asumiendo que el grupo emita olores no deseados pero considerados como mal menor; todos los que ganan lo hacen así, única forma de sumar fuerzas diversas. A todos nos gustaría mandar a la mierda a mucha gente cercana, socialistas, comunistas, ácratas, verdes, alter,… uno se sentiría bien si entre los miembros de su propia familia pudiera expulsar a algunos, y no hablemos de las ganas de dar una patada en el culo a miembros de otras familias; ganar a la derecha, requiere formar un conglomerado suficientemente grande, así que las puertas de la victoria están plagadas de girones, de cesiones. 


El problema para formar coaliciones, o un gran aglutinador es ¿cuánto ceder? Y determinar un suelo de partida, ¿desde dónde considerar la suma, el mínimo común? Hoy en España para que el PSOE fuera considerado el suelo de partida capaz de sumar la savia nueva que está fuera de él, necesitaría realizar cambios profundos, no solo en su línea como en sus órganos de dirección y militancia, en sus comportamientos opacos y cerrados, previamente debería hacer una limpia por todos sus estamentos, de corruptos e indecentes, de aprovechados e inútiles… y de toda aquella militancia secuestradora de decisiones solo con su insoportable pasividad ante lo nuevo. La democracia interna es innegociable, la permeabilidad en la discusión y toma de decisiones debe imponerse en todos los niveles, agrupamientos, instituciones, empresas y barrios, no se puede permitir que las decisiones las tomen los popes, porque ello conduce a callejones sin salida. No sirve de nada grandes discusiones ideológicas si a los dos meses el pope de turno decide subir o bajar impuestos a su libre albedrío, elegir un presidente del Congreso, la dirección de los recortes de gasto público, etc. 

Si observan los movimientos sociales, mareas, grupos, partidos y alternativas izquierdistas, comprobarán que prácticamente todos defienden el sistema democrático, luchando contra el robo de un tiempo y un país que creímos nuestro que está provocando las políticas de la derecha contra el estado de bienestar, aumento desigualdades, reducción de derechos y vuelta al nacionalcatolicismo. Las luchas son defensivas, intentan mantener la sociedad socialdemócrata o de estado de bienestar, fundamentalmente volviendo a reequilibrios anteriores de poderes político-económicos que afectan a la base del funcionamiento democrático que pone en cuestión este modelo social, de equidad, de representación, deliberación y elección. 

Los comunistas que no son IU, -pero controlan una gran parte de la misma- en el pasado criticaron la socialdemocracia por traidora a los intereses de los trabajadores, ahora IU son los máximos defensores del estado de bienestar, por tanto de las ideas socialdemócratas, no proyectan opciones radicales nuevas, ni revolucionariamente diferenciadas de las de multitud de grupos en las calles. Algo parecido sucede con Podemos, con la diferencia de que éstos se están comiendo a aquellos. Lo que está en cuestión como forma de hacer política diaria son los partidos gigantes, en la zona izquierda los socialdemócratas que antes aglutinaban gran parte de las fuerzas opositoras, y durante algún tiempo fueron capaces de sumar diversas corrientes de opinión posibilitando la conquista de mayorías de votos. Hasta que la gente consideró que pesaron más las corrientes carcas dentro de ellos que las progresistas y los fue abandonando. La pregunta es ¿sería catastrófica la marginación parlamentaria de un partido socialdemócrata o progresista? dejaría el camino expedito para la derechona, como se está comprobando en esta legislatura en Parlamento, CCAA y ayuntamientos, además de en instituciones y empresas públicas, lo cual afecta a la organización de la sociedad. Un partido socialdemócrata fue antaño el aglutinador de esfuerzos, ¿hoy es el único que puede nuclear mayorías sociales relevantes? Así parecen verlo PSOE y Podemos.

La cuestión es que en el terreno Parlamentario y de Gobierno una gran fuerza opositora nunca podrá ser formada por grupos minoritarios electoralmente independientes, como muestra el ejemplo que vemos a diario en la vida Parlamentaria e Institucional después del triunfo del PP en las pasadas elecciones de 2011, que llevaron al Parlamento a 13 partidos sin capacidad de hacer sombra al Gobierno. La lucha está en la calle, pero también debe estar en el Parlamento, ya que si los esfuerzos se dejan en la calle, el Parlamento queda libre para aprobar todas las regresiones que se están poniendo en marcha. Lo que las encuestas dicen es que millones de electores están indecisos respecto a que esa gran coalición electoral tenga que estar basada en el PSOE, del que desconfían millones de personas, o hay que pasar a crear un mundo nuevo desde Podemos. 

Ningún partido con capacidad para captar cientos de miles de votos plantea opciones revolucionarias, bolivarianas o en general, más allá del sistema, para mayor precisión, casi nadie, porque siempre habrá múltiples opciones que insuflen aire nuevo, la cuestión es si las nuevas opciones contienen suficiente capacidad movilizadora para ser visibles y transformar la sociedad en que vivimos... Si la cerrazón de los dirigentes españoles –y europeos-continuara agrietando la sociedad, sudamericanizándola como hasta ahora, como en Grecia, agrandando todavía mucho más las desigualdades, desconocemos a donde conducirían dichas grietas. Hoy por hoy, a corto plazo, es necesaria una gran fuerza opositora, que para ser eficiente y obtener representación similar a los votos obtenidos es forzada por la ley electoral a crear un gran aglutinador o sumar una gran coalición, de lo contrario muchas sumas de pocos votos en grupos dispersos darán pobres resultados a tantos esfuerzos, volviendo a dejar el gobierno en manos de la derecha. 

Un ejemplo puede ilustrar la necesidad de la fuerza parlamentaria; el movimiento contra los desahucios, uno de los grandes destacados, por liderazgo y empuje, mejor organizado y de mayores éxitos de las últimas décadas; ha parado muchos desahucios, pero han seguido produciéndose, 30.000 en 2012 y 20.000 entre enero y junio de 2013, en ocasiones uno que era frenado, días después era ejecutado, se echaba de la vivienda a las mismas personas que habían logrado pararlo. Sin cambios legislativos no se podrá remediar el problema que toca muchos aspectos de cambios legales, adaptación europea, modificación ley hipotecaria, leyes de procedimiento, decisiones que cambien leyes sobre las viviendas vacías –unos 3.5 millones-, de la banca pública, de la banca privada, etc. La lucha del pueblo en calles y empresas puede influir en el Parlamento, con mayor facilidad a una fuerza progresista, para lograrlo con esta ley electoral hay concentrar votos en cada circunscripción provincial, evitar la dispersión como factor fundamental, lo cual pone en primer plano de la acción política la labor de coaligar, de sumar para lograr objetivos de gobierno que se dice querer. 

Sumar supone crecer, y crecer aleja la uniformidad, diversifica la pureza ideológica. Una de las disputas habituales que tendrá que dejarse algún día, es la que enfrenta a rojos y verdes por la exclusividad de su territorio. La ecología fue asumida como línea de trabajo y actuación en todas las formaciones de izquierda, con mayor o menor extensión con una u otra interpretación, todos la incorporan, partidos, sindicatos, movimientos, grupos…Como lo fueron las ideas de igualdad de los movimientos feministas (la gran revolución del XX). Digamos que hoy cualquiera que se plantea actuar socialmente, incluye estos factores entre sus líneas de trabajo, porque la realidad ya no es posible observarla sin considerarla globalmente.

A efectos de uso, es constatable que los partidos y sindicatos clásicos tienen buenos trabajos sobre temas ‘verdes, medioambientales’ o de ecología política, al igual que los grupos ecologistas tienen buenos trabajos sobre relaciones de producción. He utilizado del sindicato CCOO, su Fundación 1º de Mayo, excelentes materiales para trabajar sobre ecología, hay trabajos de calidad financiados y publicados por instituciones como el Banco Mundial o el Banco Santander, que poco tienen que ver políticamente con las aspiraciones de rojos o verdes. Hay gente que tiene miedo a utilizar fuentes diversas, quizás por la inseguridad que tengan en su capacidad de discernir, pero resulta ridículo no aprovechar materiales de información oficiales para discutir y elaborar propuestas de actuación, por ejemplo, no podemos imaginar la lucha por el cambio climático sin las informaciones del panel oficial de la ONU o de tantas instancias y organismos internacionales.

Así que no extraña que en la profusión de alternativas novedosas de izquierdas que se intentan formalizar para las próximas elecciones, casi todas, contemplen elementos rojos-verdes-malvas en distinta proporción. Una vez más, las grandes diferencias a discutir no deben ser los criterios ideológicos, a pesar de que no todos dicen lo mismo, ni conceden el mismo peso a unas cuestiones que a otras. En el resultado final tendrá mayor importancia la procedencia de los individuos, militantes y núcleos impulsores. Militantes o núcleos con filosofía o procedencia comunista, darán una resultante distinta que independientes y jóvenes activistas, en general. Una vez más cobrará mayor importancia lo concreto que lo abstracto, lo cual no solo será el programa electoral o acciones a proponer a la ciudadanía (que ya no será a la clase obrera). Tendrá que tener importancia el funcionamiento interno, la democracia participativa, deliberativa y representativa, su permeabilidad social, su sentido y estilo de relaciones entre militancia, apoyos, simpatizantes, votantes,…y tendrá importancia su interés en la conexión europea. Y la ilusión por encontrar salidas.

En el futuro surgirán problemas de crecimiento impensables al inicio. A mayor crecimiento de militancia, de diversidad, de lugares de asentamiento y trabajos realizados hacia la sociedad, mayor número de problemas de interpretación de la línea política y de funcionamiento colectivo común; cuanta mayor número de procedencias y variedad de asentamientos locales mayor probabilidad de que la línea política y el funcionamiento tengan ‘fugas’. Aumentarán los ‘escapes’ cuando se pongan en marcha soluciones a problemas concretos, lo cual es más difícil que sumar contrarios de algo. Muchos de los problemas que se critican hoy a los grandes partidos, son los que tendrán estas agrupaciones nuevas en formación. No hay motivos suficientes para confiar, a priori, en que la nuevas opciones, esta vez sí, conseguirá cambiar la situación de paro; ¿por qué tener fe en que cuando consigan 5 o 10 millones de votos esa maquinaria de partido va a ser permeable a la sociedad? ¿Que ‘espíritu santo’ garantiza ese funcionamiento? El quid de la cuestión será asegurar que los líderes de cada nivel, respetarán a su electorado. Pero, ¿si eran los jefes, líderes, dioses elegidos, por qué diablos van a obedecer en un momento dado lo que digan los demás? , ¿De qué servirán entonces las proclamas genéricas y los sueños de fines maravillosos en los que se perdió tantísimo tiempo discutiendo?
Publicado en 'Arian seis' en octubre 2015

martes, 17 de septiembre de 2019

Fuera del sistema. Ojo a las consecuencias

Decíamos ayer: Un ejemplo: en Madrid las elecciones de 2019 las perdieron las izquierdas, tanto en la Capital como en la Comunidad. Barrios obreros de la capital, en la zona sur, tales como Carabanchel o Vallecas, dieron cifras altísimas de abstencionistas, en muchos colegios electorales superaron el 40% de abstención, en varios se acercaron al 60%. Era gente que se sintió abandonada, probablemente no entendió la labor del gobierno municipal al reducir deuda, o la disminución de contaminación en Madrid Central, o la política cultural del Matadero, etc. El hecho es que decenas de miles de votantes en barrios obreros, dejaron de votar porque no se sintieron bien tratados por los equipos de izquierdas que gobernaron Madrid bajo la batuta de Carmena. Tampoco fueron capaces de distinguir en la Comunidad las diferencias entre unos y otros. Nadie les explicó allí, en sus barrios y lugares de trabajo, la historia y como les afectan los resultados diferentes que se producen entre aplicar las políticas de las derechas o las izquierdas. Por el contrario les ofrecieron hasta una docena de candidaturas para elegir en la Capital o una decena en la Comunidad.

Quizás esos abstencionistas escucharon ideas sembradas por algunos izquierdistas, de que todos son lo mismo, por tanto, lo único útil es derribar el sistema. Los electores no se vieron con fuerzas para ello, después de trabajar 10 o 12 horas en varios trabajos de mierda y consumir tiempo y tiempo en transportes de allá para acá, no quedan fuerzas para derribar el sistema y construir otro inmediatamente. Nadie les explicó qué hacer mientras se logra derribar y poner otra cosa en su lugar, ni cómo resolver entre tanto la comida, vestido y alojamiento, ni lo que costaría y a quien se enfrentarían. Mientras, crece entre los menos pudientes, desolación, desidia y pocas ganas de votar, lo cual facilita el gobierno a la derecha. Cifras tan altas de abstención como se vieron en Madrid, y en Andalucía, hacen sospechar que ha calado fuerte el alejamiento de la política y la desconfianza en que el sistema pueda mejorar sus condiciones de vida.

Así, luchar contra el sistema hasta que desaparezca, alejándose de la política, no parece ser una buena consigna, al contrario, sus resultados adormecen más que despiertan, apartan gente de la lucha en vez de incorporarla. Y vivir fuera del sistema hasta construir otro no parece posible, al menos aquí en Europa, en el mejor de los casos pasarían demasiados años y para entonces ‘todos muertos’. Por otra parte nunca antes existió, ni ahora, ni en el futuro existirá un sistema sin problemas, quien crea en el paraíso mejor retírese a un monasterio a rezar. Toda sociedad genera problemas, tensiones, desigualdad, desastres ecológicos, represión y muertes… el asunto es si más o menos que antes, si mejora o empeora la vida de la gente, la cuestión es si posibilita encontrar formas para resolver o minorar los elementos perniciosos. Acaso el sistema esclavista, o el sistema feudal pueden compararse con la actualidad en el respeto a la vida, en derechos y libertades, cuidados de salud, satisfacción de necesidades materiales e intelectuales…

Vivir fuera del sistema, dicen, lo cual queda en mera frase vacía, porque vivir fuera significa prescindir de artilugios de las Facebook, Amazón, Microsoft, Appel, Google,… que son representación del sistema, significa prescindir de comprar comida, para comerte la que hayas cultivado -decenas de miles de kilos de comida entran en Madrid diariamente, lo cual requiere una organización y control sistematizada entre miles de personas, para su producción, infraestructuras, transportes, mercados, transacciones, controles…-, los enseres de droguería, cuidados y limpieza también son industriales, algunos producidos a gran distancia de tu casa, o ropa, que el sistema suministra desde vaya usted a saber qué países y compañías. Vivir fuera del sistema implica no viajar, o hacerlo andando, porque infraestructuras carreteras, vías, puentes, túneles, aeropuertos y medios de comunicación, coches, trenes, aviones… forman parte del sistema, planeadas y realizadas mediante grandes inversiones públicas y privadas, constituyen parte importante del sistema.

Quizás habría que explicar que en el planeta Tierra, los que viven fuera del sistema son minorías, algunas tribus del Amazonas, quizás los esquimales, algunas poblaciones de África y algunas de Asia,… esos grupos humanos se entiende que viven fuera del sistema porque logran directamente con sus manos, su comida, sacada de la tierra, pesca o caza, elaboran su vestimenta con pieles de los animales que matan, o con fibras de las plantas, construyen ellos mismos su alojamiento con ramas, hielos, barro, etc., no esperan que nadie ajeno a su familiar les proteja la vida, les cuide cuando estén enfermos, o en la vejez. Ellos hacen los caminos por donde transitan y construyen sus medios de transporte con los materiales que les brinda la  naturaleza, etc. Ni siquiera saben lo que es el sistema, solo quienes lo saben y viven dentro de él, se pueden autoproclamar outsiders.

Aquí en Europa, España y en gran parte del mundo, la mayoría de la gente vive dentro del sistema, la comida, vestido, transporte, también los cuidados sanitarios, la infraestructura educativa, la organización social, derechos y libertades individuales y colectivos, cuidados a los no activos y en la vejez, etc. etc. forman parte del sistema, gobiernen estos o aquellos, aunque el sistema no es neutral, ya que favorecerá mas a unos que a otros, dependiendo de quienes gobiernen, así que quizás mejor apostar porque ganen el gobierno, municipal o central, los más cercanos a tus intereses, porque el sistema será quien limpiará las calles, quien dotará de mejores transportes los barrios del centro o los periféricos, pondrá autobuses y metro con mayor frecuencia y limpieza, es el sistema quien dota de mejores colegios públicos a esos barrios, o desvía el dinero público a los colegios concertados religiosos de zonas ricas para crear las futuras élites entre los alumnos seleccionados dejando fuera a los más necesitados. Desde los gobiernos se dota de mayores recursos sanitarios a compañías privadas, o al sector público, consultas y ambulatorios atendidos por más médicas y enfermeros, con mejores contratos, desde los gobiernos también apuestan por mayor seguridad privada o pueden dedicar recursos a proteger tu vida.

En gran parte del Planeta, el trabajo y la comida, el vestido y el alojamiento, la seguridad de los cuidados sanitarios, pensiones o subsidios, infraestructuras de comunicaciones y transportes… hasta la propia vida, aquí y ahora solo se logra dentro del sistema. Los partidos políticos intentan ganar elecciones, porque desde el gobierno pueden modificar algunas cuestiones que afectan a la vida de millones de personas, eso muestra la evidencia empírica. En la misma contienda electoral madrileña citada arriba, en los barrios del centro y norte de Madrid, tradicionalmente de votantes derechistas, su participación electoral fue bastante superior a la de anteriores elecciones, esa gente, si parece conocer las diferencias entre que gobiernen unos u otros, porque las mejoras nunca son para todos.

Así que seguir indicaciones de quedarse al margen de la contienda electoral provoca erróneas relaciones entre los desfavorecidos y la política, - partidos, gobiernos, instituciones, organizaciones… el sistema- relaciones erróneas en cuanto que no producen resultados positivos, no mejoran la calidad de vida de la gente. Dejar como principal actitud ir a la contra de todo, es poco útil políticamente para resolver problemas. Se presume y jalean mensajes de guerreros de película, confusos o inadecuados para mejorar realidades colectivas, fundamentalmente potencian el papel de perdedor marginal, muchas veces, simplemente, crean posturas para los amiguetes,  que muy poco sirven para la gente. Poco ayudan a remediar el desconocimiento de las propias fuerzas y de las adversarias imprescindible para cambiar algo de la realidad.  Por contra a esa actitud, se extienden ideas que van calando sin gran oposición, las derechosas, más fáciles, menos racionales, más emocionales, exigen poco esfuerzo para seguirlas, no se preocupen ellos lo resolverán a su aire.

PD: Podemos, o el Movimiento 5 estrellas, forman parte de gobiernos y parlamentos, son parte del sistema, aunque dentro de esos grupos haya mucho antisistema, lo cual es una de las razones que provoca tanta confusión en sus estrategias.

viernes, 13 de septiembre de 2019

Los ordenatas llevan pilas

Yo no lo sabía. Mi ordenata fallaba, cada vez que le encendía, el reloj, fecha y hora, se había descontrolado un montón de años. Hasta que un día, al encender el ordenado, éste dejó de responder. No había manera de iniciarle, no arrancaba.

Resulta que en la placa base o de arranque, lleva una pila, y se gasta, claro está. Lo del reloj eran avisos de que se le terminaba la carga.

Así que a reponer, a revisar a chequear, y dejar pendientes algunas tareas de escritura y o volcado. Pudo ser peor.

miércoles, 11 de septiembre de 2019

Sin acuerdos. Nada extraño históricamente

Sin acuerdos. Nada extraño históricamente. Hay demasiadas izquierdas, si existen distintos grupos es porque hay gentes que piensan y actúan políticamente distinto, en algunas cosas coinciden, en otras muchas difieren. Históricamente hubo varias izquierdas; anarquistas, comunistas, socialistas, cada tendencia con varias familias, hubo republicanos, que para muchos ni siquiera eran izquierdas. No se olviden que durante la II República, que ahora muchos veneran paseando sus banderas por todas partes, esos republicanos, fueron considerados enemigos durante mucho tiempo, por comunistas, anarquistas y parte de socialistas.

Durante la transición también hubo montones de grupos de izquierdas de las grandes familias, -un centenar- anarquistas, comunistas, marxistas, socialistas, múltiples grupos se reclamaban de extrema izquierda, marxistas leninistas, pro chinos, pro rusos, eurocomunistas, anarcos, cenetistas, radicales de todo tipo,… además diversidad de grupos antifranquistas, monárquicos, cristianos… hasta que muchos grupos socialistas y miles de militantes de todos los grupos fueron entrando en el PSOE, sobre todo a partir de 1979.

Así que la situación actual no es nada extraña, ni siquiera es responsabilidad exclusiva de los dirigentes de uno y otro lado, lo cual no les salva de su incapacidad, inconsistencia, egolatría, etc. Pero no olviden la responsabilidad de los militantes, activistas y votantes de cada grupo o grupillo, con su religión verdadera a cuestas, cada uno azuzando a sus particulares guerreros para enfrentarse al contrario, inundando el panorama de insultos hacia los otros. Como siempre. Todos somos un poco responsables porque todos empujamos en esa dirección, contra los otros, y por supuesto, luego echamos la culpa a los demás.

Iglesias y Sánchez, o viceversa. Mas o menos izquierdistas en el PSOE, ‘Sanchistas’ o ‘Susanistas’, con sus vaivenes ideológico-políticos incluidos pero seguidores de sus líderes, están los constitucionalistas más o menos federalistas, incluso los confederales, que también existen, viejos socialdemócratas o nuevos, buscadores de terceras vías… y las varias mareas adheridas más o menos a Podemos, y los Ganemos, -ojo! no somos Podemos, te dicen ellos mismos- y los Equo, y los PC y los IU, y los Anticapitalistas, y los restos defensores de la opción Errejonista, y troskos por todas partes, y los Peter Pan de la política… sin olvidar los antisistema que desde dentro siguen creyendo en el asalto a los cielos, aún cuando Podemos forman parte importante del sistema.

Son muchas corrientes para una época tan cargada de variables a las que enfrentarse y que mutan rápidamente, entre ellas están las nuevas identidades o grupos de intereses diferentes. Quizás en algún caso habría políticas que podrían coincidir parcialmente, pero muchas actuaciones chocarían, por ejemplo sobre la estructura del Estado y el supuesto derecho a decidir la autodeterminación defendido por algunos, -si Marx, Engels, etc. levantaran la cabeza, gritarían a quienes pretenden llamarse de izquierdas deshaciendo la unión existente, volviendo a la Edad Media, para luego, dicen, votar libremente otra nueva unión federal-. Grandes diferencias existen sobre la necesaria y urgente transformación energética, sobre la deuda y déficit, sobre la ordenación del mercado de trabajo, y las nuevas políticas a considerar en relación a los robots, sobre el estado de bienestar y su financiación, sobre alianzas internacionales y sobre Europa, migración, desertización, España vacía, ordenación territorial, transportes, derechos y libertades, cambio climático…

Muchos objetivos e intereses opuestos se mezclan en la misma olla de izquierdas, ya que no todas las identidades y/o grupos marchan por los mismos caminos: nacionalistas, feministas, ecologistas, obreros, clases medias, jóvenes, viejos, europeístas, exportadores, globalizadores, autárquicos, laicos… Son demasiadas cosas sobre las que casi ni se discute y se lee muy poquito, posibilidades, fuerzas, adversarios, costes, contraindicaciones… después habría que llegar a acuerdos y hacer pedagogía, quizás así se reducirían los grupos diferentes de izquierdistas, quizás así los votantes de izquierdas en vez de insultar a los otros, no verían raro que sus partidarios pactaran con esos otros. Este  problema del alejamiento de visiones progresistas comunes en la sociedad, debería buscarse en el entramado izquierdista, y dejar un poco de mirar tanto a la derechona, bañándose en el fácil caldo de su crítica. Es sano preguntarse ¿qué aporta ese partido a la sociedad en relación a cada problema? ¿Qué mejoró, que resuelve o intenta resolver y a qué costo? ¿Esa acción política es posible y deseable ahora, o hay otras prioridades para mejorar la vida a millones de personas? ¿Ante cada reto ese sector de izquierda qué mejora y a quienes? ¿Por qué en Madrid arrasa la derecha y ninguna fuerza roja o verde consigue ganar desde hace 15 años?,…

Quizás convendría dejar de mirar siempre a la acera derecha para tratar de explicar las cosas, tantos y tantos escritos  diciendo una y otra vez lo malos que son, y lo corruptos, etc. etc. Lo bien recibidos que son esos escritos, entre nuestros amiguetes, a los que nunca convenceremos porque ya opinaban lo mismo. Eso se llama cocerse en la propia salsa, hablamos para nuestro grupo, que en las redes sociales nos jalea, pero no cambiamos nada de nada, no aportamos ni una sola idea distinta que pueda ser utilizada para cambiar el voto de un solo votante. De hecho si quisiéramos hacer un poquito mella en el electorado derechista tendríamos que cambiar los métodos, el lenguaje, meternos en su pellejo, quizás variar los temas, dulcificar expresiones, desarrollar argumentos… lo cual nos llevaría a recibir los insultos de nuestra bancada. Mientras en el electorado de izquierdas lo dejamos abandonado, creyendo que comparten nuestros criterios, en todo caso solo ofrecemos la lucha a la contra. Dejemos de mirar tanto a la derecha y miremos al otro lado, estaría bien empezar por dudar si utilizar hoy los mismos discursos que se utilizaban hace 40 o 30 años, para aclarar realidades que han sufrido enormes cambios desde hace tanto tiempo.

Abandonar clichés y estudiar los nuevos fenómenos que nos rodean es tarea imprescindible si se quiere sumar votos a las izquierdas, movilizar a decenas de miles de abstencionistas requiere mucho trabajo para convencer de lo que puede realizarse desde el gobierno, desde el sistema. Y cuestionarse errores de diagnostico, por ejemplo creyendo que esto es el franquismo, provocan deseos y utopías que tienen que ver con interpretaciones del pasado, pero muy poco con realidades del presente.

Un ejemplo: en Madrid las elecciones de 2019 las perdieron las izquierdas, tanto en la Capital como en la Comunidad. Barrios obreros de la capital, en la zona sur, tales como Carabanchel o Vallecas, dieron cifras altísimas de abstencionistas, en muchos colegios electorales superaron el 40% de abstención, en varios se acercaron al 60%. Era gente que se sintió abandonada, probablemente no entendió la labor del gobierno municipal al reducir deuda, o la disminución de contaminación en Madrid Central, o la política cultural del Matadero, etc. El hecho es que decenas de miles de votantes en barrios obreros, dejaron de votar porque no se sintieron bien tratados por los equipos de izquierdas que gobernaron Madrid bajo la batuta de Carmena. Tampoco fueron capaces de distinguir en la Comunidad las diferencias entre unos y otros. Nadie les explicó allí, en sus barrios y lugares de trabajo, la historia y como les afectan los resultados diferentes que se producen entre aplicar las políticas de las derechas o las izquierdas. Por el contrario les ofrecieron hasta una docena de candidaturas para elegir en la Capital o una decena en la Comunidad.

PD: Sobre este tema escribí: 'Un mito la unidad de las izquierdas'