martes, 25 de octubre de 2016

La sociedad española está siendo destruida

La sociedad española está siendo destruida, se está destruyendo. Es un proceso que viene siendo visible desde hace años y que se ha acelerado con las crisis; la crisis económica, la crisis política, la institucional, la territorial… coincidentes en el tiempo con el cambio de siglo, e iterando entre sí con el cambio de época que supone la globalización, los mercados y los emergentes. Hay otra crisis producto de todas ellas, o quizás basamento de las mismas, la pérdida de moralidad y ética, probablemente sin ella no hubiéramos llegado a esta situación tan desastrosa. La corrupción se extendió como la espuma, y los inmorales sin escrúpulos se hicieron visibles por todas partes, pero lo peor no fue eso, sino su impunidad y el apoyo que les prestan millones de ciudadanos que no saben que ‘la ética abarata costes en dinero en energía y en sufrimiento’, Adela Cortina. 


Solo la bajeza moral extendida entre amplias capas de población justifica el apoyo electoral de tanto corrupto, de todos los partidos, sean ERE’s andaluces o la gran mancha corrupta de Gurtell, y Bárcenas… La pérdida de moralidad llegó a parlamentarios y gobernantes que encubren y apoyan, premian con colocaciones bien pagadas, y llegado el caso indultan a culpables sentenciados, de los suyos. Ya les da igual el tipo de delitos, sea agresión sexual o robo. Solo una gran pérdida de moralidad de la ciudadanía permite explicar la insistencia en el apoyo a los mal nacidos, eso son los votos que les reeligen en los cargos, como ejemplifica el mantenimiento de tanta corrupción en Levante: accidente de metro de Valencia, el mayor de la historia de España, tapado apenas sin investigación, aeropuertos sin aviones, fiascos televisivos, basuras y recalificaciones, grandes obras de Calatrava, derroches a cuenta de la visita del Papa,... Casi da lo mismo que cada día salga una nueva noticia, la alcaldesa del PP en Alicante o los urinarios de superlujo de la fórmula 1, o la existencia de medio grupo parlamentario del PP valenciano imputado, pero sentado en sus escaños.

Mientras tanto la Iglesia española, ha perdido toda referencia y ejemplaridad referida a la moral entre sus feligreses conservadores, está perdida en su cruzada contra la ley del aborto y matrimonio, por suprimir Educación para la ciudadanía, y por aumentar sus ingresos directos del Estado, o los indirectos, a través de concesiones y prebendas de colegios, o inmatriculaciones por las que está adueñándose del patrimonio común de los españoles, como la Mezquita de Córdoba, o miles de fincas, edificios, ermitas… Pero ¿conocen ustedes proclamas contra los corruptos? ¿En contra de indultos a delincuentes sentenciados?

A consecuencia de la crisis económica, los gobernantes y el empresariado mezclan todo y agitan para poder justificar las mayores atrocidades en derechos y libertades, en condiciones de vida y dignidad, que nos retrotraen al pasado franquista, viendo corruptos en altos cargos políticos y empresariales. Mientras tanto estamos volviendo a la España de la caridad, en donde se mueven los nacional católicos, cuentan con la complicidad de los medios de comunicación para ocultar que la sociedad tenga como principios la justicia y solidaridad, la equidad y libertad.

No pretendo predisponer al sector conservador, tendrán que realizar su propia regeneración desde sus propias entrañas, más dolorosa cuanto más tarde comiencen. En las izquierdas sí quiero influir y contribuir a renovarla para lograr reducir el poder derechista, a ellas me dirijo criticando errores y comportamientos, con la intención de evitar mayor descomposición y pérdida de influencia que ha facilitado el poder omnímodo de la carcunda. Es necesario restablecer nuevos equilibrios de poder político, porque solo desde la política podrá intervenirse en la vida de millones de españoles. 
…/…
Algunas cosas que escribo del PSOE, las veo en Alcorcón, también en la Comunidad de Madrid, otras son producto de estudios y discusiones que puedo contar por afinidad personal de amigos socialistas de diferentes ciudades. Tengo otros amigos en distintos sectores de izquierdas y algunos en las derechas; supongo que cuanto mayor se hace una persona, las relaciones acumuladas van siendo más transversales; y no crean que haya una franquicia de buenas personas, como a veces digo, gente buena y chunga encontré en todas partes. –Si quieren una buena descripción de lo que nos pasó durante décadas a los españoles como ayuda a comprender lo ocurrido, lean a Antonio Muñoz Molina en ‘Todo lo que era sólido’, Seix Barral.-

Dentro de mis amigos socialistas, todos mayores, algunos fueron cargos electos y han abandonado el partido en estos años, unos quemados de intentar cambiarlo desde dentro se fueron a casa, otros, metidos en procesos de construcción de nuevas formaciones como Equo, de la que salen al poco tiempo aburridos y se ponen a impulsar Podemos u otros proyectos. Algunos siguen militando dentro, incluso con cierta responsabilidad, dicen estar hartos de la poca discusión y vida política interna, al menos éstos son de los pocos que escuchan. Otros amigos militantes socialistas desde antes de la muerte de Franco, insisten en que fuera no hay lugar para nada, por tanto se cuecen en sus propias ideas internas y cierran sus oídos a cualquier análisis, comentario o crítica de la situación. 

La cuestión que se plantea mucha gente, queda reflejada en una triple cuestión: 

1) ¿Un gran conglomerado progresista fue útil en el pasado?

2) ¿El papel de conglomerado progresista que el PSOE tuvo antaño está vacante? 

3) ¿Podría o tendría que ser sustituido por otro partido o coalición? O por el contrario los militantes socialistas tendrán las suficientes agallas como para reconducir la situación, lo cual implica a muchos de ellos echarse a un lado y abrir puertas a gente nueva. 

Rectificar es de sabios. Pero de sabios que se han equivocado. Reconocer errores no es confesar culpas y seguir haciendo lo mismo, implica sobre todo modificar comportamientos, para lo cual es imprescindible escuchar, porque si hasta ahora no los han reconocido-modificado, quizás no sepan exactamente qué quiere la gente. También puede ocurrir que no quieran aceptarlo, o peor aún, se consideren fuera del foco de responsabilidad por lo ocurrido, -ya saben culpables los mercados y el liberalismo, nunca decisiones concretas- en todo caso, sin abrirse a otras opiniones ajenas a compadres de militancia de estos años será imposible modificar actitudes, y estarán contribuyendo a destruir el partido, cuando quieran darse cuenta de ello será demasiado tarde. 

(Escrito en Junio de 2014, como introducción a 'Agitando Izquierdas...')

miércoles, 12 de octubre de 2016

La Fiesta Nacional. ¿Por qué no cambiamos el día?

El viernes 12 de Octubre de 2012, escribía sobre la efemérides, lo reproduzco. 
Dice la locutora de TVE que durante el desfile por primera vez en varios años no ha habido gritos ni insultos. ¿Se darán cuenta de que esto señala un problema? Porque ello quiere decir que para los asistentes ‘verdaderos españoles’ España es azul, solo es de ellos, la bandera solo es suya, los ejércitos solo son suyos… el resto estamos de prestado. Supongo que en la derecha hay personas inteligentes y racionales que entenderán que esto es un problema.

Tenemos muchos problemas sin resolver, al margen de la crisis. Uno de ellos podría ser el del día de la Fiesta Nacional de España. Para empezar no parece que fomente demasiada unión celebrarla con un acto principal que recuerda a muchos el desfile de la victoria, aquel con el que los franquistas conmemoraban la derrota de la mitad de los españoles. Difícilmente un desfile militar de estas características podría unir, es más, parece que facilita ‘salivar’ y viejas pasiones fascistoides y exclusivistas…

Nunca compartí la excesiva importancia que un gobierno cede a los militares, lo cual por otra parte solo oscurece al resto de españoles, médicas, maestras, arquitectos, mineros, pescadores, agricultores, barrenderos, poceros, electricistas, biólogas, etc. etc. al menos, tan necesarios e importantes como el que más.

La transición dejó cosas sin resolver, muchas podrían haber ido encontrando salidas poco a poco, pero se fueron pudriendo, a veces por olvido o por pocas fuerzas que se dedicaban a otras tareas. Ningún español asesinado debería estar en cunetas, cuevas y pozos –salvo que sus descendientes lo deseen como símbolo, lo cual es comprensible-, los emblemas fachas de calles, plazas, edificios, deberían haberse quitado hace mucho tiempo,… porque seamos serios, mantenerlos supone un insulto a la mitad de los españoles -‘¿recuerdan? que se jodan’ - que solo pretende degradar a los que perdieron y encabronar a medio país lo cual aleja a millones de personas del nuevo estado democrático.

Los días festivos deberían haberse alejado el máximo posible del aroma franquista, tanto en la elección de fechas como en la parafernalia que los acompañe. Los símbolos son importantes para la gente, de tal forma que si unos individuos se apropian de banderas, días, ejército, conceptos como patria, españolizar… otros muchos individuos los rechazaremos, porque no representarán nada agradable.

Este es el problema de la bandera, complejo sin duda, no era sencillo encontrar una bandera nueva con la correlación de fuerzas existente, pero, mantenerla casi igual para muchos representa el anterior régimen sanguinario que destrozó la España democrática de la República, por eso sigue viéndose por todas partes la bandera tricolor republicana, lo cual tampoco parece una salida que fuera aceptada mayoritariamente. Lo que está claro es que los símbolos para que hubieran unido más deberían haber sido nuevos, sin historias sangrientas entre mitades de población de las que este país tiene sobradas experiencias. –Esta es una de las ventajas de los nacionalismos periféricos, nacen vírgenes de maldad o con inventadas historias de sufrimiento compartido ante enemigos externos-

Por seguir con el día de la Fiesta Nacional, no sería tan raro celebrarlo con un carácter abiertamente civil, modificando también la fecha que tiene algún componente rancio, volcándolo al día de la Constitución, elemento nuevo, sin sangre, sin malos demonios detrás, de unión de mayorías… y suprimir tentaciones de aplausos militaristas y apropiaciones indebidas. Precisamente ahora que gobierna la derecha, es cuando mejor se pueden hacer estas cosas, incluidas las órdenes, o sugerencias para que la utilización de símbolos patrios fuera extremadamente cuidada en todo momento a fin de evitar sentimientos hostiles. Que se generan no les quepa duda, que no suman, sino restan.

PD: ¿Ustedes no creen que ha sido una metedura de pata monumental celebrar en Barcelona un día de la raza, de la hispanidad, 12 de Octubre o reivindicación españolista? 

¡¡No has dicho tú ná, Manué!!
«
Cuando la fiesta nacional yo me quedo en la cama igual, que la música militar nunca me supo levantar»

Totalmente de acuerdo con lo que dices en este artículo. ¿Pa qué desgastar más teclas?  Saludos,

Pues no es tan difícil, comparado con las cosas que se están cambiando. Y las que se cambiarán. El 12 de octubre no tiene tantos apoyos como día de la gran fiesta nacional, sí parece que habría mayor consenso en vincularlo a los lazos con América, pero podría quedar civilizado, festivo, excluido lo militar y el tufillo que respira el desfile.


Hoy en 2017 abundo en la reivindicación del 12 de Octubre como día de fiesta hispana, o latina. La fiesta del español, del idioma, es un hecho que representa uno de los grandísimos activos que disfrutamos, poco valorado a pesar de permitir relacionar y unir a muchos millones de personas a ambos lados del Atántico, y por el resto del mundo. Sobre el tema encontrarán en 'Arian seis' :


martes, 11 de octubre de 2016

Necesidad de lo emocional y lo racional

Este texto lo escribí hace más de dos años, pensando en Podemos, pero veo que puede servir también para la actualidad del PSOE a raíz de los comentarios del presidente de su Gestora, en los que manifiesta que 'la política no es sentimiento, es razón'

Lo emocional es necesario para ganar. Lo racional para gobernar

El reto de Podemos es movilizar a su favor grandes contingentes de electores para tener posibilidades de gobernar, para ello abandonan el esquema izquierda-derecha que les limita el discurso y las posibilidades, ya que saben que solo con la izquierda no ganarían y no quieren publicitar como básico que necesitan centro y derecha para gobernar. El problema es similar al que se encuentra PSOE e IU, pero la forma de abordarlo es diferente, mientras IU no suelta su agarre a la izquierda, lo cual le evita crecer, el PSOE acepta ser un partido socialdemócrata, con intereses e ideología de centro e izquierda, el problema para el socialismo europeo es que perdió sus señas de identidad global aquellas que definían un estilo y visión de la vida que mantuvo durante muchos años y que la crisis sepultó para millones de personas. Así la globalidad del discurso de las élites de Podemos es algo diferente, pretende situarse al margen de ideologías para evitar encerrarlo en el esquema clásico de izquierda-derecha que limitaría sus posibilidades de crecer, ante la situación global de desastre país, intentan captar la diversidad de grupos sociales e intereses materiales e inmateriales, quieren introducir un marco general –lo cual requiere no demasiadas propuestas concretas- en el que todo tipo de electores se identifique oponiendo los desastres de las crisis que viven la inmensa mayoría, el pueblo, y una pequeña minoría que pasa por la crisis mejorando su situación y que ahora controla y gobierna, la casta.

La realidad es que el voto de la derecha está aglutinado en torno al PP, mientras el voto del resto –voto de progreso…- está disperso, entre varios partidos de centro e izquierda y dos grandes opciones aglutinadoras, PSOE y Podemos. Ganar por mayoría absoluta es posible con 11 millones de votos, pero siempre que el resto de votos se encuentre disperso entre varios partidos, lo cual aquí y ahora tiene en su mano el PP, pero no el PSOE o Podemos, cuya suma de votos aunque fuera superior estaría repartida, reduciendo bastante sus posibilidades de gobierno ya que el sistema electoral penaliza la dispersión favoreciendo la concentración. Podemos lo afronta apostando a todo o nada, pretende derrotar al socialismo hasta convertirlo en residual y que la disputa sea entre ellos y el PP, lo cual daría lugar a un nuevo bipartidismo. En todo caso el problema de los estrategas para hacer aparecer diferente el marco global de las distintas opciones entre los electorales, será monumental.

Unidad de la derecha y dispersión de la izquierda, o progresista, cuestiones antiguas discutidas ampliamente en el mundillo de la militancia, como también lo era la fidelidad ideológica en las votaciones, superior a la fuerza de los programas, ampliamente demostrado por las votaciones durante la Transición. Esta última idea la reincorporó al mundo actual haciéndola famosa George Lakoff, autor del librito ‘No pienses en un elefante’ editado por Editorial Complutense. El autor, profesor universitario en Berkeley, hizo una lista de cuestiones importantes de los republicanos en estos años y se encontró que encajaban en la visión de conjunto de vida conservadora; al pensar en las demócratas, comprobó que todas tenían contraposición. Eran dos visiones globales del mundo manifestadas en cada campo concreto.

Sintetizando viene a decir que a un grupo de electores, le une fundamentalmente los valores globales y no los programas, dice que la mayoría de la gente no vota por intereses materiales, sino por intereses inmateriales, por su identidad, votan por aquellos con quienes identifican sus valores inmateriales. Lakoff mantiene que los valores morales son más importantes que todas las demás cuestiones y que las visiones del mundo viven en la mente de los votantes. Agregaría otra idea que el librito desarrolla poco y es la de transversalidad en la vida moderna, quiere decir que en todas partes los individuos mantenemos en general aspectos de unas teorías acompañados de retazos de otras diferentes. Gente ultra izquierdista en algunos aspectos puede ser tremendamente reaccionaria en otros y a la inversa. 

Un ejemplo en la serie ‘El Ala oeste de la Casa Blanca’, una conversación entre un consejero progre del presidente, con un congresista republicano, para convencerle de votar una ley a favor de los gais. El cruce de argumentos es genial y al final de la escena, le espeta, ‘como es posible que estés en el partido republicano y además votes la ley en contra’ y le responde ‘has esperado mucho en hacerla, pero es que el conjunto de mi vida no gira en torno a mi forma de enfocar el sexo’. Evidente que el mundo gay vota también Gallardón, como el mundo obrero vota PP, izquierdistas votan nacionalismo, etc. Eso es transversalidad.

Anguita insistía, ‘programa, programa, programa’, de cara a ganar era un error, error, error, pocos ciudadanos votan programas, eligen opciones por afinidad o rechazo de valores generales, por un conjunto de ideas o visión global de la vida. -Habría que preguntarse cuáles y cuantas son las diferencias globales, entre PSOE, Podemos e IU-. La experiencia de Obama fue importante, en sus campañas gran parte de las fuerzas eran destinadas a hablar de emociones, pocas veces aspectos concretos, pero fundamentalmente arrastraba con ideas generales que ilusionaran. Ha sido importante el error cometido por el PSOE e IU de no elaborar un discurso coherente y global, ilusionante y con proyección futura y señalara una dirección hacia dónde caminar, como el independentismo hizo, abrazó una utopía ilusionante que movilizó decenas de miles de personas. Necesario, aunque no suficiente, debe ser acompañado de métodos de funcionamiento y movilización ampliamente democráticos y decisoriamente participativos, que impidan que un individuo dirija la nave hacia donde quiera y cambie de rumbo cuando solo él decida.

Una lista de cuestiones importantes no es una visión moral, dice Lakoff, un programa electoral o políticas concretas no son un marco global, pero, añado, debería ser imprescindible insertarlas en dicho marco. Lo que mantiene el autor es que cada individuo se dota de una interpretación del mundo y lo que le rodea, y todo lo enmarca allí, despreciando lo que no cuadra y encaja en la visión de su realidad. Añado, la lista de cuestiones importantes son aquellas medidas concretas, (llámense ajustes, reformas, o…) pero deben encajar dentro de una visión global de la vida, ideológica, ética; si no consiguen formar parte de la cosmovisión de cada individuo las medidas no tendrán la consideración de importantes. Una sucesión de decisiones inconexas –medidas, programas- por muchas que sean no forman un marco global, deben ser conectadas en un discurso con proyección, enmarcadas en un proyecto a realizar con perspectiva de futuro.

miércoles, 5 de octubre de 2016

El problema de la militancia. En los partidos, en el PSOE

La implosión del PSOE ha sacado a la luz muchos problemas que tenían atascados dentro del partido, sin duda uno de ellos es la relación de la militancia en los partidos actuales. Se trataría de encontrar respuestas a  preguntas tales como: ¿quienes deciden en las organizaciones, de quien son los partidos, quienes deben elegir representantes, a quienes se deben éstos? En el pasado antifranquista y durante la transición, los partidos eran de los militantes, a ellos les correspondía elegir y ser elegidos, determinar su línea política y decidir los órganos de gobierno interno, eran aquellos militantes sometidos a disciplina interna quienes asumían responsabilidades, estaba motivado entre otras cuestiones por la necesaria clandestinidad en la que había que desarrollar la política. En la democracia es distinto.

Hoy los partidos son organizaciones que tienen entre otras misiones conquistar parcelas de poder, ganar elecciones que les permita gobernar. Los partidos hoy, están cambiando su relación con la militancia, entendida como aquellos individuos comprometidos permanente y establemente con la organización y sometidos a su disciplina, pero en los partidos caben otras relaciones más flexibles con los afiliados, y con los simpatizantes que puedan ampliar el número de votantes. Un partido actual sin votantes es poquísima cosa, los militantes pierden influencia relativa, por sí solos no conquistarán el gobierno, necesitarán la confianza el apoyo y los votos de la ciudadanía, que no tiene por qué someterse a disciplina partidaria pero sí querrá influir en el partido.

La militancia de antaño ha perdido importancia relativa respecto a otros ciudadanos, electores, que son los que pueden aupar al partido a parcelas de poder, ganando elecciones. Para lograrlo son necesarios los militantes, pero no será suficiente, necesitan otros niveles de apoyo, afiliados, colaboradores, simpatizantes y votantes; para ganar elecciones  necesitan ciudadanos a su alrededor que presten muchas y diversas colaboraciones sin que necesariamente estén sometidos a la disciplina partidaria, necesita difusores de ideas insertos en todos los grupos sociales, niveles y clases, en todos los territorios y ciudades, entre todos los grupos de edad…

Ignacio Urquizu en ‘La travesía del PSOE’. ‘’…en las ciudades de más de 50.000 habitantes el Partido Socialista viene siendo, como mucho, la tercera fuerza política en las dos últimas elecciones generalesentre aquellos que declaran tener estudios superiores, el PSOE cae a la cuarta posiciónnunca el Partido Socialista había tenido tan pocos apoyos entre la gente con estudios universitariosen las clases medias y en las clases medias-altas se sitúa en tercera o cuarta posición. ’’

En los partidos actuales tienen enorme importancia la permeabilidad en las formas organizativas que faciliten la deliberación, que permitan influir en la discusión de cuestiones estratégicas, marcar objetivos de largo plazo, definir la senda táctica en torno a la cual realizar movimientos de medio plazo, ¿qué, cómo y cuándo aplicar la táctica concreta ante los problemas inmediatos? como tomar decisiones del tipo de votar no o abstenerse; o la de elegir Secretario General. La forma de elección directa entre las bases del representante máximo, candidato a presidente de gobierno, choca con que sea posible la revocación realizada por unos cuantos barones detentadores de parcelas de poder, elegidos por el aparato sin apenas participación de la militancia.

La lucha que hemos visto estos días en el comité Federal del PSOE forma parte de uno de los problemas básicos de este partido, al menos desde la etapa de Zapatero en la que éste tomó decisiones que comprometieron a todo el partido, a su militancia, afiliados, simpatizantes y votantes. Los electores tomaron conciencia de que fueron manipulados y gritaron ‘¡No nos representan!’. Habían votado para que sus representantes hicieran una determinada política y sintieron que los elegidos no les hicieron caso, tomaban decisiones en dirección contraria. Y nadie en el PSOE explicó nada, ni entonces, ni luego. Ninguna explicación a escala nacional, ni en las autonomías, tampoco en los municipios, ni por el Comité Federal, ni por los barones, ni por la militancia, nadie cuestionó a Zapatero. Nadie le obligó a dimitir en 2010, cuando hubiera sido la medida lógica, dimisión y convocatoria de elecciones. Resistió hasta finales de 2011 y perdieron 4.3 millones de votos.

En primer plano la cuestión de la propiedad del partido, de la relación de la ciudadanía con las formas organizativas que mejor permitan llevar a cabo decisiones que afectan a la colectividad, que sean más adecuadas para difundir políticas e ideas de la organización, así como la forma de elegir representantes y el papel de los representados; la sociedad actual da un vuelco a la antigua relación de militancia partidaria, no puede ser tan disciplinada, ni permanente como antaño, ni tan estable en todas las cuestiones partidarias, el activismo actual pretende influir en la deliberación y en las decisiones por ellos elegidas, sin cortapisas, sin someterse a disciplina interna, los nuevos militantes pretenden iterar con la organización cuando ellos decidan, quieren tener la puerta abierta a influir pero sin la obligación de hacerlo, el derecho a votar no la obligación. Actualmente las redes sociales fomentan y facilitan este tipo de relación más líquida, la gente vive un compromiso más ligero que el de socialistas y comunistas de antaño con el que se quiere decidir.


domingo, 2 de octubre de 2016

La crisis socialista, viene de atrás


¿La deliberación, la decisión y representación política atañe a lo particular de los partidos o por el contrario debiera ser asunto colectivo? En todos los partidos tradicionales, las personas que los conforman, siguen actuando como si fueran feudos particulares, consideran mayoritariamente que sus problemas les atañen exclusivamente a ellos, los trapos sucios se lavan en familia. Claro que, entonces la respuesta lógica será: ¡si son suyos, que se queden con ellos, pero no busquen mi voto esperando que confíe en quien no lo hace en mí!; la confianza es mutua, no pidan que les acepten como elegidos, ni siquiera como elegibles, si ustedes no aceptan que los electores conozcan y participen de sus opiniones y debates en el grupo. Los electores quieren derechos de ciudadanía, de intervención, saber qué posturas mantiene cada elegible y por qué, muchos ciudadanos quieren participar en la construcción de opiniones y decisiones. Este es uno de los asuntos de por qué estamos aquí, tras el 15-M, y por qué surgió aquel grito, ¡NO NOS REPRESENTAN! 


Aquellas condiciones de funcionamiento de grupos que existían en la clandestinidad, no son útiles hoy, amén de no ser aceptadas, como tampoco las costumbres posteriormente practicadas de construir fronteras insalvables entre los aparatos y militantes, o la militancia y los simpatizantes, la ciudadanía pretende una relación más participativa y decisoria, que ni siquiera queda reducida a unas primarias, se pretende una relación electores/elegibles con mayor democracia, no se conforma con votar y punto, se trata de tener capacidad de intervención de los representados sobre los representantes, ya no son entelequias de unos cuantos sujetos sino prácticas sociales de decenas de miles de personas que se mueven por muchos rincones y que los socialistas no están consiguiendo aglutinar. 

No se trata solamente de sus errores en el diagnóstico de la crisis, también de los errores en la gestión y las políticas anti-crisis, se entiende que muchos de esos errores fueron cometidos como consecuencia del alejamiento de las élites o aparato socialista de sus bases sociales. Por eso es muy pobre la información posterior que da el PSOE sobre el reconocimiento de errores pasados, porque siguen sin enterarse de que la ciudadanía se siente marginada y no acepta que la marginen. Supuestos representantes, cargos electos y responsables diversos en todas las instancias de la vida pública, sin acompañamiento ciudadano, tienen demasiada facilidad para entrar y salir por las puertas giratorias de poder político y económico.

Una pregunta surge en torno a los errores cometidos, a la tendencia de nuevos acontecimientos que surgían sin estar previstos, en torno a la inadaptación a la realidad cambiante… ¿el PSOE tenía, o podía tener, recursos intelectuales suficientes para conocer y difundir en su partido que pudieran haber minorado los desastres?, sin ninguna duda. De no contar con ellos dentro de su estructura, los podía encontrar a su disposición en empresas y universidades, en la Administración y sociedad civil…, el problema es que el partido de la etapa Zapatero no atendía demasiado las valoraciones ajenas. Ni sus dirigentes en los órganos centrales e intermedios, ni en las agrupaciones locales. No fue cierto que nadie supiera ni dijera nada de aquella burbuja inmobiliaria y de crédito, u otros problemas de la crisis española.

La impermeabilidad en partidos de gobierno es más visible, por las consecuencias, pero igualmente se produce en los partidos pequeños, con excesivo culto al jefe, el parco funcionamiento de equipos y la excesiva ideologización de posturas contrapuesta a racionalizar alternativas concretas a problemas concretos. Este es un problema generalizado en todos los partidos que llegan a despreciar sugerencias o estudios que no cuadran con sus posturas previas; conocidas son las actuales tensiones y fuertes discrepancias del PP con gabinetes de estudios y fundaciones cualificadas de la derecha en propuestas anticrisis.

La cuestión no es que hubiera gente soñadora, necesaria en toda colectividad, lo importante es que los partidos políticos no tenían equipos para funcionar, sino individualidades, ya no eran o deberían ser órganos colectivos, con puertas y ventanas abiertas para buscar opiniones distintas que pudieran contextualizar los sueños y hacerlos posible a tamaño real. Al final lo que importa en la calle es el resultado de todo ello, -la debacle socialista- pero éste dependerá mucho del funcionamiento abierto o cerrado, de la democracia interna, de la relación electores elegidos, de la participación de cada persona militante y simpatizante. 

PD. Lo anterior lo escribí hace mas de tres años en relación a la crisis del PSOE ya muy fuerte con Zapatero. Los hijos de los socialistas votan a Podemos porque el PSOE olvidó y/o despreció muchas cosas que tienen que ver con la indignación.