sábado, 28 de febrero de 2015

Podemos. Lograr la mayoría, ganar el poder, requiere resolver

El objetivo fundamental proclamado por los líderes de Podemos es lograr la mayoría, aprovechar la ventana de oportunidad que puede hacerlo posible y por tanto toda actividad política se subordina a ese logro casi inmediato. Muchos problemas surgen como consecuencia de fijar ese objetivo de corto plazo, sus líderes saben que solo podrán conseguirlo: tras incorporar izquierdistas desde la abstención, fagocitando al electorado de IU, quitándoles el sitio y sus cuadros políticos, y conquistando el centro, saben que el grueso de la batalla se librará con el PSOE luchando por ser el gran aglutinador del electorado socialdemócrata, -la mayoría del electorado posible-, que incluye izquierda, centro izquierda, centro y centro derecha.

Lo anterior condiciona a quien quiera gobernar, necesita dejar de lado el discurso izquierdista, insuficiente para sumar 10 millones de votos como muestra un año tras otro la experiencia de IU, que tan bien supo ver Podemos, y obliga a elaborar otro discurso transversal, interclasista e inter-generacional, con ingredientes populistas, -cosas que todo el mundo quiere oír sin pararse a reflexionar sobre costos y contradicciones- para que sumen a la mayoría de la gente enfrentándola a un enemigo supuestamente pequeño en número. Con una base de simpatía relativamente asegurada a su izquierda, lograda en sus inicios, -y que, por simplificar, siguen a Monedero- ahora toca elaborar relatos para ganar el centro, -que podrían corresponder a Carolina y Errejón, también por simplificar- el discurso así se torna en muchas ocasiones contradictorio lo que podría apartar a gente.

Lo tienen claro, quieren gobernar, fundamentalmente en el Gobierno Central, consideran que desde él tendrían poder para hacer cosas y dejan en el camino todo lo que consideran que les podría quitar votos en unas elecciones generales. Tiene su lógica, en unas elecciones municipales necesitarían miles de candidatos que hoy por hoy no están definidos por una línea concreta, por lo que se colarían muchos intrusos facilitado por su particular relación organizativa, más ligera que las tradicionales, en una campaña de elecciones locales habría mucha gresca que desgastaría la inmaculada ilusión actual, así sus líderes estiman que tienen más que perder, que lo que podrían sumar.

Deprisa, deprisa, falta tiempo 

Acaban de nacer, se están formando como organización y las ideas no han tenido tiempo de fraguar en experiencias colectivas de funcionamiento. Sus portavoces dicen que en las municipales se colarían intrusos, que no podrían controlar por falta de tiempo y medios, es cierto, pero eso les pasará en las siguientes elecciones generales, como a todos los partidos se les sumarán arribistas Nadie sabe cuál será el resultado y la percepción de la gente una vez que tengan que tomar decisiones, así que dicen, mejor dejar al margen las elecciones municipales para evitar desgastes que permitan llegar a las generales mejor situados.

El problema del tiempo existe en cuanto a la tarea de preparar equipos sólidos de gestión; en política no es suficiente tener ideas, ni siquiera sirve de mucho tener razón, lo fundamental es tener fuerza, ganar para poder decidir, y para gobernar pueden ser necesarios alrededor de 10 millones de votos y eso no se logra solo con la extrema izquierda. En terminología CIS eje de auto-ubicación ideológica, se consigue más allá del 1 y 2, entrando en los espacios 3, 4, 5 y 6 del eje izquierda/derecha. Para llegar a esa población de centro izquierda, centro y centro derecha, tiene que lanzar constantes mensajes que cubran sus intereses y percibirse la solidez de los equipos de gestión, pero la solidez requiere pruebas, práctica, experiencia, algo de lo que un partido nuevo carece y que podría contrastar con la no participación municipal. 

Existen similitudes entre este Podemos de Pablo Iglesias y aquel PSOE de Felipe González, principalmente la percepción que tenían el equipo gestor socialista y la que ahora tiene el equipo gestor de Podemos, ganar el centro sin cuyos votos es imposible poder gobernar. Las diferencias existentes, fueron entonces más favorables al PSOE, su tradición e historia le facilitaba fuerte apoyo internacional por los vínculos con la socialdemocracia europea y mundial, ello facilitaba ayudas económicas y relaciones empresariales, relaciones políticas con otros partidos y gobiernos, vínculos diplomáticos, cobertura ideológica… relaciones de muy superior calado a los que tiene Podemos en la actualidad.

El PSOE en aquellos años pudo formar equipos de gestión sólidos porque abrió sus puertas, integró, fagocitó,… a miles de líderes y activistas de todas las izquierdas y movimientos sociales, eran gentes con gran experiencia en resolver problemas concretos insertados en todos los ámbitos de la sociedad, -capacidad o impulso que perdió en los noventa, una de las causas fundamentales de su agotamiento-. Las posibilidades para integrar a tantos individuos, las facilitó una estructura organizativa y equipos que tenían clara la necesidad de incorporar gestores políticos diversos. Este podría ser el destino para muchos cuadros de IU, aunque aún no sabemos si Podemos cuenta con posibilidad de integrar organizativamente en su estructura, y si aceptará la entrada de activistas que pueden provocar fricciones, diferencias y dispersión, lo cual podría transmutar parte del discurso conocido hasta hoy, que fundamentalmente es el de los líderes.

miércoles, 25 de febrero de 2015

La realidad de las redes sociales puede ser un engorro

Dos aspectos problemáticos para un futuro de responsabilidad pueden estar contenidos en un factor de éxito repentino, como fue la suma de simpatías hacia Podemos. La rapidez y extensión de los apoyos logrados por Internet, su facilidad para comunicar y votar, son una cara de la moneda, que contiene otro lado de fragilidad. Las redes sociales pueden sumar velozmente, y pueden restar con la misma velocidad, cambian percepciones y noticias en instantes, pueden convertir en obsoletas tendencias de apoyo de un día para otro, esa realidad líquida tiene grandes dosis de inconsistencia y dificultades para perdurar en la misma línea, lo cual puede generar inestabilidad en las fuerzas de apoyo a Podemos que tendrían menor consistencia que la facilitada por antiguas militancias vinculadas a otros partidos hoy con menor número de militantes y simpatizantes.

Partidos nuevos y movimientos como el 15-M son abanderados de las formas políticas, 2.0. No existen pruebas de que esas nuevas formas garanticen buenos resultados en cambiar la correlación de fuerzas, salvo en procesos electorales, en donde sí hay experiencias de su potencial en campaña, por ejemplo en EEUU, en donde existen pruebas de similar validez para comprobar que los resultados no tuvieron estabilidad ni consistencia suficiente que permitieran modificar las relaciones de poder. Seguro que la política no podrá vivirse sin contar con esas nuevas herramientas, al tiempo que parece excesiva la confianza depositada en las redes sociales como determinantes de cambios en las relaciones de desigualdad. 

El extraordinario apoyo mediático proporcionado al 15-M y la experiencia de la primavera árabe, pueden llevar a idolatrar las tecnologías por encima de los compromisos de lucha, en ambos casos las redes han mostrado ser instrumentos de primerísimo orden para comunicar y convocar acciones, sin embargo parece excesivo concederles la misma importancia en cuanto a modificar las estructuras de poder en esos países, o determinar posturas de cambio y compromisos de lucha en los individuos participantes. La realidad árabe ha sido modificada por decenas de miles de personas que ya tenían tomada postura de rebelión, luchando abiertamente contra otras fuerzas, las bases reales sobre las que se asentaron las revueltas, fueron los movimientos físicos de miles de personas, cuya resistencia durante bastante años en forma de manifestaciones, luchas callejeras, reuniones y organizaciones de grupos que provocaron muertes, represión, torturas… antes de la primavera árabe dichas acciones fueron imprescindibles para que posteriormente con el uso de las nuevas herramientas de internet tomaran otra forma en Túnez.

El papel de internet y las redes sociales, es diverso y presenta dos caras. Por un lado, abre puertas al margen de los poderes tradicionales, no solo gobiernos y poderes económicos, también los partidos y élites tradicionales, permite a los individuos y grupos, extender una rápida comunicación e información, ideas, convocatorias e imágenes, circularán a gran velocidad facilitando el acceso a la mayor información que haya existido nunca, -hasta el punto de ocultar lo importante por aplastamiento de cantidad y diversidad y por tanto generar un problema nuevo en la selección y búsqueda de lo útil-. La utilización de internet facilita coordinación, adoctrinamiento, preparación y convocatorias de acciones puntuales a los activistas ya existentes, sean éstos yihadistas o grupos de mujeres, jóvenes demócratas o defensores del antiguo régimen y por supuesto permitirá mayor participación en debates y aportaciones tanto en la centralización de esfuerzos como en su descentralización.

Internet posibilita la incorporación de millones de personas a movilizarse, al margen de su encuadramiento en movimientos ya existentes, ONG’s, partidos y sindicatos tradicionales, permite la transversalidad en la movilización por cuestiones concretas sin necesidad de encuadramiento previo, -militantes de partidos distintos, activistas con bases programáticas diferentes, se unen en los movimientos árabes, el 15-M, etc.- y al facilitar la inmediatez en la transmisión deliberativa y toma de decisiones, abre una real posibilidad de mayor y mejor participación social entre representados y representantes, entre consumidores y empresas, entre individuos y grupos, entre diversos grupos, etc. Pero internet y las redes sociales también impulsan otros aspectos, que giran en torno a la entronización de la superficialidad como norma de conducta supuestamente válida para atacar a los poderes, llegando a entronizar en millones de mentes una supuesta facilidad para iniciar la revolución, fundamentada en una herramienta, la tecnología, en vez de en las luchas de los seres humanos quienes se valen de los medios a su alcance en cada momento. La tecnología en manos de los movimientos sociales será una herramienta poderosa, siempre que existan activistas políticos a los que no podrá sustituir. 

El segundo aspecto problemático a que hace mención el comienzo, estaría relacionado con la convivencia de dos mundos muy diferentes, la militancia de redes sociales y la militancia de cuadros medios necesaria para desarrollar a Podemos allá donde se encuentre la formación en contacto directo con la ciudadanía, sean ayuntamientos, barrios, fábricas, etc. etc. Gran parte de estos cuadros medios imprescindibles para desarrollar los objetivos del partido, desembarcarán procedentes de IU y otros pocos del PSOE y otras formaciones y movimientos. Las experiencias directas de estos cuadros políticos y su forma de actuar en el terreno, chocará frontalmente en teoría y práctica con los militantes y cuadros que provengan de las redes sociales abriendo un frente de conflicto de conflictos. Los cuadros políticos de un partido de izquierdas tendrán que luchar in situ contra patronal y fuerzas de orden, contra otros adversarios sindicales y políticos, contra enemigos políticos de otras formaciones parlamentarias, o extraparlamentarias, contra patronales grandes, pequeños y medianos, contra iglesias, creyentes… tendrán vínculos y relaciones concretas en primera línea con los ciudadanos y sus problemas, todo ello será muy diferente a las relaciones que pudieran establecerse por las redes sociales, lo cual puede abrir una situación conflictiva.

Una derivada de la complacencia social, y la entronización de una realidad líquida, es visible en la difusión que tienen las nuevas formas de protestas blandas, ‘suavecitas’, que tienden a ser percibidas como suficientes y por tanto calmar millones de conciencias y convertirse en sustitutorias de otras formas de presión utilizadas hasta hace poco. Las redes sociales tienden a engañar respecto al poder transformador de los poderes económicos y políticos al sustituir formas de presión que requieren esfuerzo y provocan enfrentamientos y riesgos, por las modernas formas blandas que difunden, en muchos casos cuasi juegos, que todo el mundo acepta precisamente por su facilidad y poco riesgo, incluidas las grandes corporaciones causantes de gran parte de los problemas que se quieren resolver con apretar un botón, mandar un mensaje, apagar la luz, etc. etc. Las luchas por concretas necesidades vitales y falta de derechos, contra injusticias, explotación y represión, de cualquier movimiento habrán de salir a espacios donde supongan enfrentamiento con los poderes y no una fiesta. En el mundo de las redes sociales se impulsan muchas protestas que contienen altas dosis de carácter festivo y facilón, con pocos resultados prácticos en cuanto a cambiar relaciones de poder, ese carácter festivo se expande y difunde como aspecto básico de una nueva forma de afrontar problemas ocultando otras aristas duras y difíciles de ver, por ejemplo en los países árabes y emergentes, en donde los muertos, torturas y las cárceles han rodeado sus protestas antes de ser difundidas por los medios con excesiva luz enfocando lo bonito de lo nuevo, oscureciendo los tradicionales riesgos de las luchas. (Mas sobre el asunto en ‘’El poder y las redes sociales’’.)

domingo, 22 de febrero de 2015

Podemos. Capacidad de pactar. El problema está relacionado con la virtud

La ventaja comparativa percibida por simpatizantes y militantes, y por una parte de la ciudadanía harta de acumular cabreo, es que las élites de Podemos han logrado su marginamiento del sistema, o una apariencia de estar en las inmediaciones del mismo. Les ha resultado muy positivo su capacidad para separarse del resto de fuerzas y de las élites político-económicas, -la casta, los malos-, alejados de ellos les permite mostrarse al otro lado, inmaculados, sin historia reciente de sufrimientos, errores y corrupción, se sitúan en el otro conjunto del relato, -el pueblo, los buenos-. La simplificación de abajo-arriba, buenos y malos, -tan cercana a las religiones-, históricamente ha dado siempre excelentes resultados para movilizar y sumar voluntades; aunque no fuera útil de cara a resolver problemas, y dificultara la convivencia.

Su merma en la capacidad de pactos y relaciones podría ser un gran problema y el que más directamente depende de ellos para ser resuelto. Las élites de Podemos se están metiendo en un pozo voluntariamente, aislándose del resto de élites de la sociedad española y de su propia gente a la que no están preparando para entender los pactos que necesariamente van a realizar porque será dificilísimo obtener por encima de un 30% de los votos; luego será complicado de explicar la boutade de maldecir pactos con la socialdemocracia y aprobarlos con la extrema derecha, - como Syriza en Grecia-. La mayoría social a que se hace referencia continuamente, se situará en el entorno de un tercio de votantes, -Syriza menos del 37% de votos- lo cual significa la existencia del doble individuos no seguidores, otros dos tercios de adversarios y enemigos. 

La capacidad de pactos de Podemos se está viendo perjudicada por su actitud contra el resto del mundo, y dado que no es probable una victoria por amplia mayoría absoluta, serán necesarios acuerdos de gobierno para poner en marcha los cambios necesarios, y eso en todos los niveles, locales, autonómicos y nacional, por tanto el problema afecta a las élites de esos diferentes niveles. Ítem mas, en cualquier sociedad moderna es necesario negociar habitualmente con poderes económicos y políticos, nacionales e internacionales, sean afines o contrarios. ¿Alguien se imagina que pueda empezar a resolverse el grave asunto del paro sin un pacto nacional por el empleo en el que participen sindicatos, patronales, todos los partidos…? ¿Sin pactos que reduzcan adversarios y neutralicen enemigos no podrá embridar a las empresas energéticas? Lo que será necesario para impulsar crecimiento domando los costes energéticos. Poner en marcha una reforma fiscal profunda, requiere la participación de diversas fuerzas, incluidos apoyos europeos, plantearse programas de I+D+i, reencauzar el estado de bienestar, reindustrializar España, las relaciones con Europa, etc. etc. todo ello necesita mayorías muy amplias para poderse realizar -a veces de 2/3 o 3/5- y lo que es más importante requiere amplias mayorías para que los cambios sean estables y por tanto resulten eficaces.

En el caso español, la situación de deterioro social e institucional es muy grave, como los diagnósticos recogen, por tanto y según sus propios análisis para reconstruir sociedad e instituciones, será necesario un nuevo pacto social, lo cual requerirá de múltiples pactos a múltiples niveles, salvo creer en la fantasía de reunir un voto del 95% en todos los ámbitos de la sociedad, sea en la fábrica, en el pueblo, en la capital, en aquella Comunidad, o en el Parlamento. Pactar, depende de la correlación de fuerzas y no solo de la voluntad o deseos de un interlocutor, pero además se verá influido por el talente de la relación. Enfrentarse a todos los adversarios políticos, está limitando opciones de futuro, y salvo para los frikis que creen que se puede vencer a los contrarios y derrotarlos totalmente hasta hacerlos desaparecer, cualquiera que esté en la política a cualquier nivel, debería saber que tendrá que negociar diariamente casi todo lo que haga, dentro y fuera de su grupo de actividad.

Dados los vínculos convendría estudiar–aquí de forma sintética- el ejemplo de Varoufakis, intelectual y ministro de economía griego, intentando renegociar mejores condiciones de financiación para Grecia; sus propuestas de nuevos bonos referenciados al crecimiento griego para cambiarlos por los de la deuda con la UE y la dirigida al BCE con intercambio de la actual deuda por bonos perpetuos, al margen de que fueran buenas o malas ideas, la forma –además del poco soporte de otras medidas complementarias- ha provocado una reacción del BCE consistente en declarar inaceptables los bonos griegos como activo colateral para obtener los créditos bancarios que dotan de liquidez a la banca, lo cual va a perjudicar gravemente a millones de griegos, al limitar y encarecer su financiación. Una acción política no mejora objetivos por basarse en buenos deseos, requiere además una táctica, y un talante adecuado con los interlocutores que facilite apoyos y despeje el camino al objetivo. 

Antes de seguir mejor detenerse un momento por el asunto de las élites para precisar el contexto de la necesidad de pactos. En cualquier tiempo los pactos sociales de cualquier sociedad los ejecutan las élites, nunca los firman millones de personas sentadas en una mesa, o fueron negociados por miles de individuos en una plaza…los cuerpos dirigentes, son las élites de una cadena cuyos eslabones forman otras élites, sean grupos sociales, partidos políticos, sindicatos, grupúsculos, movimientos, ONG’s, etc. ellos asumen, representan, recogen, centralizan, iteran con miles de personas a su alrededor, activistas –también élites en su entorno- que a su vez iteran con otros miles, etc. al final hay unos cuantos individuos que representan a conjuntos más amplios, esto pasó en el postfranquismo. La transición no fue un camino de rosas, aquello no fue negociado entre una docena de individuos con el Rey a la cabeza al margen de las masas, como se decía entonces, la ciudadanía se diría hoy. Reconvertir la sociedad franquista costó mucho sufrimiento, lágrimas y mucha sangre.

En aquellos tiempos de la Transición el pacto social lo negociaron unas élites, porque tales eran los dirigentes de los partidos políticos, sindicales, fuerzas económicas, grupos franquistas, fuerzas internacionales… élites que estaban siendo condicionadas y presionadas por cientos de miles de personas, movilizadas, alimentadas, dirigidas, coordinadas, impulsadas… por otras élites, eslabones de la cadena que no estábamos en las mesas negociadoras con las figuras más públicas y conocidas del momento, pero dirigíamos partidos y sindicatos, cuyos militantes en grupos y grupúsculos estábamos insertos en empresas y calles, universidades y barrios… Los dirigentes de grupos izquierdistas, sus comités de dirección eran élites dirigentes respecto a esos grupos, los dirigentes vecinales lo eran respecto a los activistas de barrios, que a su vez lo eran respecto a conjuntos amplios de vecinos, los líderes sindicales, eran élites respecto a sus militantes que lo eran respecto a sus afiliados, que lo eran en relación a sus compañeros de trabajo, etc.

La construcción de una organización, o la preparación de una movilización la realizan unos pocos individuos, igual da mirar a la izquierda o la derecha, en el pasado o en el presente. Montar una manifestación, una huelga,… requiere mucha preparación que realizan élites de activistas, acción a la que se irán sumando otros grupos de individuos hasta plasmarse sumados todos ellos en la gran acción visible con miles de personas. Nunca serán esos miles quienes firmen pactos, negocien leyes específicas, dirijan el gobierno, asistan a las cumbres europeas, organicen la policía, etc. etc. desde luego, esos miles de personas influirán en las decisiones de sus respectivos dirigentes, que éstos aceptarán en mayor o menor grado. La capacidad de influencia dependerá de las presiones, de la fuerza desplegada de la mayor o menor proximidad, de los medios organizativos que lo permitan en mayor o menor medida, múltiples aspectos influirán en los eslabones de la cadena de élites entre los cuales estarán presentes no solo las presiones de los próximos, también las de los adversarios y otros poderes.

La cuestión a entender de la democracia, es que la representativa es una forma válida, útil, para deliberar y decidir, que no se conocen parlamentos o gobiernos, cuyas deliberaciones se celebren abiertas en plazas en las que participen decenas de miles de ciudadanos. Las asambleas se celebran en todas partes pero no todas juntas, sería impensable reunir asambleas de millones de personas además de poco útil y perjudicial para discutir temas concretos y tomar decisiones, que hubieran permitido previamente amplia capacidad deliberativa. Resulta más sencillo y es útil agrupar deseos, intenciones, propuestas etc. a través de cadenas de representación delegada, y de otros medios entre los cuales hoy destaca sobremanera el uso de internet. En este sentido, las élites de Podemos –concentradas y vinculadas a entornos profesorales universitarios- lo construyeron inicialmente bajo unas premisas a las que el resto aceptaron sumarse y continuar, ellos trazaron las líneas estratégicas de línea política y de carácter organizativo, definieron líneas de alianzas, y definen constantemente táctica y estrategia, etc. y celebran sus reuniones diferenciadas, separadas de las asambleas generales, o de los círculos de barrios, como en casi todo grupo humano. Esas élites tendrán la responsabilidad por su capacidad de influencia, en abrir o cerrar puertas a actuaciones y corrientes que faciliten o perjudiquen negociaciones que posteriormente necesitarán realizar en cualquier nivel de actividad.

viernes, 20 de febrero de 2015

Las trincheras del Papa


''Este Papa actual cae muy bien a laicos y a católicos disidentes, y bastante mal, al parecer, a no pocos obispos españoles y a sus esbirros periodísticos, que ven con horror las simpatías de los agnósticos (utilicemos este término para simplificar). Las recientes declaraciones de Francisco I respecto a los atentados de París (qué es esa coquetería historicista de no llevar número: Juan Pablo I lo llevó desde el primer día) no parecen haber alertado a esos simpatizantes y en cambio me imagino que sus correligionarios detractores habrán respirado con alivio. Un Papa es siempre un Papa, no debe olvidarse, y está al servicio de quienes está. Puede ser más limpio o más oscuro, más cercano a Cristo o a Torquemada, sentirse más afín a Juan XXIII o a Rouco Varela. Pero es el Papa.
Francisco I es o se hace el campechano y procura vivir con sencillez dentro de sus posibilidades, pero esas declaraciones me hacen dudar de su perspicacia. Repasémoslas: “En cuanto a la libertad de expresión”, respondió a la pregunta de un reportero, “cada persona no sólo tiene la libertad, sino la obligación de decir lo que piensa para apoyar el bien común … Pero sin ofender, porque es cierto que no se puede reaccionar con violencia, pero si el Doctor Gasbarri, que es un gran amigo, dice una grosería contra mi mamá, le espera un puñezato. ¡Es normal! No se puede provocar, no se puede insultar la fe de los demás … Hay mucha gente que habla mal, que se burla de la religión de los demás. Estas personas provocan y puede suceder lo que le sucedería al Doctor Gasbarri si dijera algo contra mi mamá. Hay un límite, cada religión tiene dignidad, cada religión que respete la vida humana, la persona humana … Yo no puedo burlarme de ella. Y este es el límite … En la libertad de expresión hay límites como en el ejemplo de mi mamá”.
El primer grave error –o falacia, o sofisma– es equiparar y poner en el mismo plano a una persona real, que seguramente no le ha hecho mal a nadie ni le ha impuesto ni dictado nada, ni jamás ha castigado ni condenado fuera del ámbito estrictamente familiar (la madre del Papa), con algo abstracto, impersonal, simbólico y aun imaginario, como lo es cualquier religión, cualquier fe. Con la agravante de que, en nombre de las religiones y las fes, a la gente se la ha obligado a menudo a creer, se la ha sometido a leyes y a preceptos de forzoso y arbitrario cumplimiento, se la ha torturado y sentenciado a muerte. En su nombre se han desencadenado guerras y matanzas sin cuento (bueno, no sé por qué hablo en pasado), y durante siglos se ha tiranizado a muchas poblaciones. Las religiones se han permitido establecer lo que estaba bien y mal, lo lícito y lo ilícito, y no según la razón y un consenso general, sino según dogmas y doctrinas decididos por hombres que decían interpretar las palabras y la voluntad de Dios. Pero a Dios –a ningún dios– se lo ve ni se lo oye, solamente a sus sacerdotes y exégetas, tan humanos como nosotros.
La madre de Francisco I fue probablemente una buena señora que jamás hizo daño, que no intervino más que en la educación de sus vástagos, y contra la cual toda grosería estaría injustificada y tal vez, sí, merecería un puñetazo. Pero la comparación no puede ser más desacertada, o más sibilina y taimada. A diferencia de esta buena señora, o de cualquier otra, las religiones se han arrogado o se arrogan (según los sitios) el derecho a interferir en las creencias y en la vida privada y pública de los ciudadanos; a permitirles o prohibirles, a decirles qué pueden y no pueden hacer, ver, leer, oír y expresar. Hay países en los que todavía las leyes las dicta la religión y no se diferencia entre pecado y delito: en los que lo que es pecado para los sacerdotes, es por fuerza delito para las autoridades políticas. Hasta hace unas décadas así ocurrió también en España, bajo dominación católica desde siempre. Y hoy subsisten fes según las cuales las niñas merecen la muerte si van a la escuela, o las mujeres no pueden salir solas, o un bloguero ha de sufrir mil latigazos, o una adúltera la lapidación, o un homosexual la horca, o un “hereje” ser pasado por las armas. No digamos un “infiel”.

Así que, según este Papa, “la fe de los demás” hay que soportarla y respetarla, aunque a veces se inmiscuya en las libertades de quienes no la comparten ni siguen. Y en cambio “no se puede uno burlar de ella”, porque entonces “estas personas provocan y puede suceder lo que le sucedería al Doctor Gasbarri…”. Sin irse a los países que se rigen por la sharía más severa, nosotros tenemos que aguantar las procesiones que ocupan las ciudades españolas durante ocho días seguidos, y ni siquiera podemos tomárnoslas a guasa; y debemos escuchar las ofensas y engaños de numerosos prelados en nombre de su fe, y ver cómo la Iglesia se apropia de inmuebles y terrenos porque sí, sin ni siquiera mofarnos de la una ni de la otra, no vayamos a “provocar” como ese pobre Doctor que se ha llevado los hipotéticos guantazos de Francisco I. Con semejantes “razonamientos”, no se hace fácil la simpatía a este Papa. Al fin y al cabo es el jefe de una religión.''

miércoles, 18 de febrero de 2015

Problemas Podemos. Culto al líder. Vieja enfermedad

El hiperliderazgo, o liderazgo exagerado puede taponar el desarrollo de muchas fuerzas creativas. Las prisas y la fuerte personalidad de las élites de Podemos han propiciado el encumbramiento de unos pocos y éste, el taponamiento de los cuadros medios. El asambleísmo que vota directamente a los líderes no es una opción más democrática que otras, una asamblea no facilita la participación en la deliberación mejor que una comisión, ni mejora la elaboración de línea política, votar un documento programático en su totalidad, para aprobar o rechazar globalmente, aceptar el todo o nada, impide sumar otras opciones que no estén incluidas y que podrían mejorar conclusiones y actuaciones, sobre todo desmoviliza a quienes podrían formular opciones con la intención de mejorarlo al incorporar otras percepciones. Si no se consideran las aportaciones salvo las de la élite, los cuadros medios no surgirán, ni se forjarán, o se apartarán del proyecto al sentirse excluidos.

Naturalmente siempre habrá alternativas a rechazar, pero cuando el procedimiento del todo o nada se mantiene como norma, pasa a ser un problema de exclusión. Si en la votación de candidaturas para la dirección hay que elegirlas completas se está potenciando el mismo error del sistema electoral con las listas cerradas y bloqueadas, que dan todo el poder a los aparatos de partidos y marginan la voluntad de los electores, en el caso de elección cerrada para la dirección de un partido supone despreciar, apartar elementos de participación democrática, votar lista entera, elegir todo o nada, es una opción que excluye militantes, fomentará el culto al líder, propiciará el peloteo para sumarse al poder existente en ese momento y fomenta la desmovilización la idea de que otros resuelvan mis problemas, elijo a aquel y que me guie en vez de propiciar cauces de participación que me incorporen al proceso deliberativo y electivo y decisorio.

En la sociedad española está sobredimensionada la figura del individuo sobre la del colectivo, la del líder sobre la del equipo, está sobrevalorado el pope político, e infravaloradas las fuerzas locales, en todos los partidos del arco ideológico incluidas las nuevas propuestas, la militancia local está limitada en gran medida a preparar los acontecimientos para la presencia de los personajes significativos y a transmitir documentos de las centrales. Pero la vida diaria necesita esos individuos y sus opiniones y sus errores, su participación en debates y decisiones, sin necesidad de esperar al gran personaje; de tal forma que si no se entrena la participación luego se generan militantes pasivos que generan mayores errores al dejar las decisiones en poder de gente muy alejada. Este es un problema que no aprecian en los partidos.

Aquella antigua forma de funcionar de antaño pudo servir durante la dictadura, pero no es posible mantenerla en democracia, ni siquiera adaptada a los nuevos tiempos, el cambio debe ser más profundo, deben utilizarse nuevas maneras. La ciudadanía pide mayor participación en los debates, en las decisiones, en la elección de sus representantes... O se romperá la baraja, como está ocurriendo. Las agrupaciones locales deben tener más opiniones, la militancia local tiene que opinar y debatir sin esperar los papeles de arriba, las discusiones con los vecinos o compañeros de trabajo hay que hacerlas sin esperar a los popes, los individuos, militantes, no pueden quedar convertidos en meros comparsas para los mítines de los personajes. Sobre el paro y la crisis todos tienen que opinar, sobre Catalunya y Europa, etc. por el contrario se ven encorsetados, llama la atención las pocas conversaciones públicas que mantienen los militantes de partidos tradicionales, que las reservan para sus popes.

Hay que intervenir en sociedad extensamente, más que ahora, con más agitadores que un líder como soporte, hay que llegar a bases sociales más amplias que el grupo de influencia de un líder, con ideas sobre todas las cosas contadas por gente tan corriente como quien escucha, y no necesariamente ideas partidistas, para lo cual debe ser gente cercana que no espere al líder para hablar. Esto lo realiza bien la derecha, llenan montones de órganos de expresión locales con sus opiniones en prensa gratuita, y opinión general en prensa de pago, radios locales y teles generales, difunden por clases y púlpitos sin esperar al papa u obispo... inundan el ámbito local y global, mientras los progresistas se resisten a crear plataformas locales de opinión, no partidaria, con ideas laicas, críticas y racionalistas, defensoras de la equidad y justicia, democráticas, capaces de explicar mil y un pormenores concretos de la vida desde una óptica alejada de la carcunda reaccionaria, sin necesidad de ensalzar al empresariado español, tan cerca de las tetas del estado y tan alejados de los emprendedores y empresarios creadores de productos y servicios con trabajo, tan cerca del BOE y tan lejos de los trabajadores...

Hay montones de ideas y aspectos necesarios a distribuir y opinar sobre ellos, sin esperar a que vengan a hacerlo en tu entorno las élites partidistas, -da lástima ver militantes de partidos que esperan que vayan sus líderes a un mitin en su pueblo para extender sus ideas- El culto a las élites, a los líderes, creció y muchos debates fueron olvidados y hay que volverlos a retomar, otros son producto de la nueva realidad, obligan a debatir a la ciudadanía y opinar de mil maneras sin dejar el terreno libre a la carcunda que nos rodea. Todos los pueblos necesitan un órgano de prensa digital, no partidario, que concentre diversidad de ideas y opinadores fuera del ámbito de control partidario. Muchos se resisten, porque no ven la utilidad de que exista una plataforma más amplia que sus propias siglas, precisamente hay necesidad de llevar la política más allá, órganos de prensa no partidistas podrían aumentar la rentabilidad social, por llegar a bases más amplias que trascendieran a los partidos, siendo de utilidad para todos los progresistas.


No me gusta que todos los partidos que se presentan realicen una campaña tan asquerosamente individualista, tan iguales en la exaltación del jefe de turno que presentan como candidato a presidente de gobierno. Las elecciones en España son para elegir diputados y senadores y no candidato a Presidente que lo elige el Congreso, los representantes elegidos, estos sí, por el pueblo. A pesar de que se dé por entendido que el líder/jefe de una lista electoral sea el presentado por esa lista como candidato a Presidente, es confundir al electorado jugar en falso, porque aunque sea elegido representante al Congreso salvo 2 de ellos, ninguna tendrá posibilidad de ser candidato a Presidente, que en todo caso no elige el pueblo sino los diputados.

Si lo anterior no fuera suficiente es todavía peor la excesiva imagen personalista en las campañas, el culto al líder, no me gusta tanto individualismo, por mucho que los gurús de campañas indiquen la conveniencia de personalizar, en España es uno de los grandes defectos, criticados por casi todos los partidos pequeños, y practicado por todos. Cargar un alto porcentaje del peso de la campaña en pegar fotos del jefe es un mal germen para el futuro.

Si queremos dar mayor responsabilidad a diputados y senadores empecemos por pensar en su existencia individualizada al margen de considerarlos meros comparsas del jefe de turno, sea Lara, Uralde, o Díez. Los parlamentarios deben cobrar mayor vida pública de la que dan los medios de prensa, tener mayores vínculos con el electorado, para lo cual deben empezar por ser conocidos, ser escuchados, tenemos que poder exigirlos, hablarlos, saber qué piensan y como formulan sus discursos. 

Sucede en Ayuntamientos, solo conocemos al alcalde, en CCAA solo a su presidente, nadie más habla, nadie monta reuniones, charlas conferencias, salvo para que hable el jefe, no se conocen los equipos, no se ven en entrevistas en los medios, en las calles, mítines, reuniones, en las radios. Hay solo un jefe parlanchín arropado y cuando éste no llega, un subteniente. Forma de empobrecer la política. Ningún partido tendrá sentido sin sus militantes, simpatizantes, parlamentarios y ello empieza por concederlos valor, que no solo tiene la cabeza, el jefe. Necesitamos saber que cuando existan dificultades no las resolverá el jefe solamente, necesitamos conocer a los equipos compuestos por diferentes personas que deberían funcionar, queremos saber que están preparados y pueden ser exigidos por todos, y ello comienza en la campaña electoral acercando realmente caras, personas y discursos, no solo de un jefe.

Cambios en la ley electoral pedimos todos, muchos coincidimos en aquellos que den mayor igualdad a la relación votos/escaños y en la posibilidad de elegir el orden dentro de una lista que no estuviera bloqueada, pero nada tiene sentido sin ampliar el marco de referencia de las personas en los partidos. El culto a la personalidad que se instala desde el principio en los partidos nuevos es incomprensible si quieren revitalizar la política y el instalado en los partidos viejos debería reducirse. Tantos y tantos jefes en cada campaña general, local y autonómica nos apartan las personas de los candidatos y encumbra peligrosamente a esos jefes a la toma de decisiones como reyezuelos de taifas aislados de sus bases. En esta situación de qué sirve tanta discusión programática y de principios si cuando haya que tomar decisiones de gobierno las decidirá un individuo al margen de ideas colectivas.

‘’A quien únicamente le ofrecen nuevos libros parecidos al que compró, no se le abren nuevas posibilidades. Y, claro, el que no conoce otras opiniones, ni réplicas a las suyas, en realidad no puede ni siquiera ponderar el valor de las propias. No se demanda lo que se ignora y se ignora aquello que está fuera del horizonte dibujado por mis elecciones anteriores, por mi trayectoria hasta aquí mismo. ’’ ¿Idiotas o ciudadanos? Félix Ovejero Lucas, Ediciones Montesinos.

domingo, 15 de febrero de 2015

Terminé el libro sobre 'Podemos'



                           PODEMOS O



¿Serán parte de la solución, o del problema?

A los detractores, para que consideren las causas
         que influyeron en el nacimiento de Podemos.

A los seguidores, para que eviten
 confundir sus deseos con la realidad.

A unos y otros, que enfrentan conflictos similares
 para combatir ‘la nueva normalidad’.




Manuel Herranz Montero. Enero 2015. ‘Arian seis’.




viernes, 13 de febrero de 2015

Podemos. A vueltas con los conflictos

Podemos es el revulsivo político del momento, solo con ello ya habría logrado un gran papel en los tiempos que corren, porque muchos se están moviendo a partir de su irrupción en la vida política; las encuestas podrían indicar que consolidan la fuerza de la indignación. Ya veremos de cara a las elecciones futuras en qué se concreta este revoltijo que se está creando entre IU, PSOE y Podemos, y como afectaría a UPyD, Ciudadanos, nacionalistas varios, Equo, de los que desconocemos cómo y cuándo romperán su adormecimiento actual, y esperemos ver la reacción del PP.

Difícil sería que Podemos mantuviera la preeminencia que reflejan algunas encuestas de finales 2014 y comienzos 2015, tampoco sería extraño ver resultados electorales por debajo de estas enormes expectativas, los datos resaltan a su favor: estabilidad mantenida durante meses en los apoyos, distribuidos por todos los territorios autonómicos, mayor en los sectores jóvenes, mayor en los núcleos urbanos grandes, con fuerte apoyo en izquierda, centro izquierda y centro derecha, -apoyos por la derecha empiezan a bascular hacia Ciudadanos- los simpatizantes tienen alto nivel de estudios, los apoyos que se incorporan procedentes de la abstención, de antiguos votantes de IU y del PSOE fundamentalmente, y en menor medida de otras formaciones,… pero los datos también comienzan a dar síntomas de cierto cansancio o desgaste entre sus bases sociales, posiblemente influidos por conflictos internos y por movimientos en otros partidos, y en el resto de posibles electores aumentan aquellos que nunca los votarían. Así que dos problemáticas se abren:

1) Por ellos mismos, lo interno. Sus errores y miserias irán saliendo, como las de otros. Empezarán a lanzar propuestas, necesitan un programa creíble de soluciones concretas… y entonces dejarán de ser inmaculados, ya no servirá como valor supremo de unidad ir a la contra, el programa se mirará con lupa, -discusión sobre costes, posibilidades, resultados y alternativas-. Empezarán a funcionar como organización, discutirán la concreción de cada alternativa y mostrará vencedores y derrotados y eso desgasta, comporta roces, diferencias, habrá gente que se quedará descolgada antes de las elecciones. El desgaste normal de la actividad política sucede siempre que se propone alguna salida concreta porque nunca puede satisfacer por igual los intereses de todos los colectivos afectados, las bondades para unos perjudicarán a otros. 

Un ejemplo se aprecia en propuestas como la jubilación a los 60 años –al margen de su posibilidad o no, aquí interesa en cuanto contradicción que enfrentará intereses- La lucha generacional es uno de los grandes conflictos europeos de intereses que tienen que afrontar los partidos, el diferente nivel de esfuerzo público dedicado a juventud o vejez es un nuevo campo de batalla, que incluye la capacidad de unos u otros para influir políticamente dependiendo de su inserción social. Adelantar la jubilación permite abrir el mercado de trabajo y la sociedad para los jóvenes, pero expulsa a los mayores, lo cual empezamos a ver ya en las direcciones de empresas, instituciones y partidos políticos, este es un nuevo frente de intereses diversos y contradictorios, difíciles de encajar en la vieja idea de alternativas beneficiosas para todos.

2) Por los otros, lo externo. Puede frenar su empuje reciente al empezar a configurarse la respuesta de los otros competidores, principalmente PSOE e IU, aparentemente a día de hoy con mejores perspectivas para los socialistas en cuanto a ser opción de contraste con Podemos, y menores para los comunistas que podrían llegar hasta a desaparecer; ya veremos la capacidad de respuesta de IU, organización algo anticuada, con historia de 35 años y militancia probada e insertada en los movimientos sociales. La gente comprobará que algunas de las propuestas de Podemos serán similares a las de IU y PSOE.

Otro aspecto de la influencia externa que puede frenar su ascenso será el miedo, a que ganen ellos y más fuerte, a que ganen los otros, miedo a que su fuerza sea insuficiente para detener el desastre. El PP podría ganar las elecciones, entre otras cuestiones por la dispersión el voto de izquierdas y centro, así muchos indecisos ante una nueva victoria derechista podrían reconsiderar no tanto su simpatía, cuanto el voto, -evitar el efecto cuña que beneficia al PP-, no sería extraño que la proximidad electoral volviera a considerar voto útil el que impida ganar al PP, siempre que los partidos tradicionales despertaran de su letargo modificando comportamientos.

Los problemas externos de Podemos para crecer, consolidarse y conquistar el gobierno, en gran parte son los mismos que tienen las izquierdas en general. Se enfrentan a cuestiones que atenazan la socialdemocracia europea en particular o a cualquier gran partido progresista que pretenda aglutinar la mayoría de intereses sociales en liza. Para transformar la sociedad, regenerar la democracia, modificar la ley electoral, las instituciones, los comportamientos económicos y orientaciones sociales, reducir el aumento de las desigualdades… -los desahucios se siguen produciendo a pesar de ser uno de los movimientos más destacado de los últimos años- no son suficientes las manifestaciones y las huelgas para cambiar ampliamente muchas cosas. Es necesario poder parlamentario y parcelas de gobierno, y para lograr ese objetivo son necesarios millones de votos. Con un hándicap añadido, el sistema electoral prima la concentración del voto, fundamentalmente por la circunscripción provincial y el número de candidatos, cuestión resuelta en la derecha y nacionalismo; el sistema al tiempo penaliza la dispersión, típica cuestión del resto de opciones progresistas y centristas. La batalla entre PSOE y Podemos será encarnizada, repartiéndose los votos, permitiendo sacar mayor provecho a la concentración de voto provincial al PP que obteniendo el mismo número de votos obtendrá una cifra muy superior de diputados.

jueves, 12 de febrero de 2015

Conflicto sindical. Podemos como aglutinador. 3

Siguen los conflictos que debe afrontar el partido que pretenda ser gran aglutinador para ganar, son los problemas que afronta la socialdemocracia europea ante su pérdida de fuerza por dispersión de sus bases sociales. 

Sindical. Mundo laboral. En el mundo de la producción hay conflictos entre los trabajadores y las políticas a impulsar, para empezar entre aquellos que tienen empleo y los parados, los que tienen contrato fijo y todas las modalidades de precario, los de economía sumergida y los cotizantes, entre empleo público y privado… muchas decisiones chocan entre colectivos, los sindicatos y partidos tradicionales tendieron a primar más a los ocupados y a los fijos, cuanto menos al intentar defender esas pautas con el ánimo de extenderlas. Las cifras de sindicación, afiliación, que se concentran en lo público, y en los fijos ya indican parte del problema. Las cifras de huelgas disminuyen en sectores privados, y movilizaciones, no huelgas, aumentan en las calles, principalmente de sectores públicos.
        
Tasas de densidad sindical 1990-2007. Beneyto.
año
1990
1995
2000
2004
2007
%
16.8
20.5
17
16.7
15.8

Las tasas de afiliación sindical caen en la última década en el conjunto de países de la OCDE; del 2001 con un promedio 20% a 2011, con un 17,5%, los de mayor afiliación siguen siendo los nórdicos, con tasas alrededor de 70/80% y entre los de menor afiliación sindical, España con menos de 16%. Otras cifras similares a las de la OCDE son las facilitadas en el cuadro ‘Tasas de densidad sindical 1990-2007’ por Beneyto, MTIN, Encuesta de Calidad de Vida en el Trabajo de 2007; con caídas para España desde 1995 con un pico del 20,5% hasta el 15,8% de 2007, inmediatamente antes del estallido de la burbuja. 
        

Los sindicatos en España frente a los retos de la globalización y del cambio tecnológico. Holm-Detlev Köhler (con la colaboración de José Pablo Calleja Jiménez) Documento de trabajo 142/2008. Fundación Alternativas.

En España la afiliación es mayor en el sector público que en el privado, destacan por mayor afiliación, sanidad y educación y transportes y almacenamiento, menor en jóvenes y en ocupados sin estudios. En el siguiente cuadro, destacan la pérdida de afiliación sindical en Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Hungría, Irlanda, Holanda, Portugal… La cuestión es que millones de personas se sienten relegados en proyectos y alternativas de los partidos tradicionales y sindicatos, parados, precariados, los no cotizantes,... por lo que se alejaron de sus entornos de influencia. Muchos de los cuales nutren a Podemos.

‘’A las manifestaciones sindicales durante la crisis, acudieron en un alto porcentaje trabajadores activos maduros, los contratados fijos al tiempo que más sensibilizados por las jubilaciones, pero ello también era indicativo de un grave problema, la falta de jóvenes y parados tras sus pancartas. Los sindicatos durante muchos años han representado fundamentalmente a los ocupados contratados fijos, a los trabajadores vinculados a las administraciones públicas y a los de grandes empresas fabriles y de servicios que son los que en mayor proporción tienen contratos indefinidos. La situación de precariedad y temporalidad en altos porcentajes afectaba fundamentalmente a jóvenes, que fueron apartándose de vínculos sindicales, y políticos, si añadimos ahora el paro que incide sobremanera en la juventud -un 50% de tasa de paro juvenil- y en la emigración, agravamos la tendencia de alejamiento de la órbita sindical al no sentirse representados por las medidas y planes que escuchan de los grandes sindicatos.

Este es un tema muy serio y preocupante. El vacío no existe, así que tenderá a llenarse tarde o temprano, la cuestión es de qué forma lo hará, ¿donde tomarán posiciones la emigración y la juventud que ahora no se ven representados? ¿aparecerán explosiones violentas, se arrimarán al populismo que optarán por poner como listín de enganche, o agrandarán el fascismo que podría encontrar sitio en sectores desesperados? Mientras tanto podemos seguir discutiendo de los derechos existentes, pero durante poco tiempo, porque habrá que discutir urgentemente de los derechos no existentes, partidos y sindicatos deben ponerse las pilas si no quieren perder definitivamente, una generación de ciudadanos. Sería necesario generar expectativas rápidamente y para ello crear contratos de trabajo factibles para crear 2 millones de puestos de trabajo, lo cual es prácticamente imposible, nunca se hizo antes en este país. Así que o todos cedemos algo de nuestros sueños o seguiremos cayendo en un largo túnel, o metemos racionalidad en el asunto y soltamos ideología o tendremos muy difícil y rara salida.’’
(26-02-2010)
        

Sectores productivos, industria, servicios. El cambio de fuerzas en los sectores productivos es enorme, la desindustrialización occidental es grave, la española gravísima, un país sin industria pierde autonomía y desintegra su tejido asociativo fortaleciendo el individualismo. Los sectores industriales concentraban grandes grupos, permitían trabar lazos, cohesión obrera y social, en torno al trabajo considerado digno, conformando urbanismo y relaciones y una cultura solidaria, cuya expresión más visible estaba en torno a la sindicación. El cambio en los sectores productivos empezado por Thacher y Reagan, potenciado por la globalización y los emergentes, ha roto las bases sociales socialdemócratas. Muchos de los nuevos sectores productivos dispersan la mano de obra, - a comienzos de la crisis más de ocho millones de personas- comercio, inmobiliarias, servicios a empresas, transportes y comunicaciones, turismo, nuevas tecnologías, hostelería, culturales y recreativos, servicios personales,… -el 99% de las empresas tienen menos de 50 trabajadores, la mitad de ellas son unipersonales- los intereses de unos chocan con los de otros, las dificultades para sindicarse y la dispersión de los representados y representantes aumenta.

Economía real y financiera. Globalización y mercadosUn choque que interrelaciona los aspectos anteriores, tiene que ver con la globalización y los mercados financieros, afecta no solo a grandes multi-billonarios también a muchos millones de ahorradores, trabajadores, jubilados que con sus ahorros juntos y acumulados trabajan los fondos de inversión. La rentabilidad que pueden obtener los mercados financieros es muy superior a la de producir en la economía real –hoy, no sabemos por cuánto tiempo será soportable- los grandes fondos y fortunas moviendo el dinero de un país a otro y de un sector a otro consiguen mayores beneficios en menor tiempo, sin tratar con oleadas de obreros, proveedores y clientes. Los riesgos son otra cuestión, movimientos gigantescos e incontrolados pueden implosionar el sistema. Si las rentabilidades de bonos públicos tienen un proceso de caída continuada, como ahora, los grandes movimientos de dinero girarán rápidamente obviando riesgos para conseguir aumentar réditos.

Desigualdades.  Paradigma actual, las desigualdades aumentan, se alejan los pocos súper ricos de los muchos que menos tienen, la concentración de riqueza en pocas manos se aceleró a finales de siglo XX y comienzos del XXI en Europa, todavía muy lejos de la desigualdad de EEUU –y Reino Unido- que comenzó anteriormente. El mundo en su conjunto ha reducido pobreza, ya que cientos de millones de individuos pasaron a ingresar las llamadas clases medias en los países emergentes, realmente son trabajadores urbanos con salarios mayores que hace 20 años, al tiempo que nacían nuevas oligarquías de multi-billonarios en Rusia, China, etc.

En España esta crisis abrió la brecha que había ido cerrándose y aunque seguimos lejos de muchos otros países, la velocidad con la que crece la desigualdad es temible, en parte de sectores obreros y de la llamada clase media ven como los partidos tradicionales no aplican medidas concretas para impedirlo, más allá de la asistencia social y la caridad. La desigualdad no solo es un concepto económico, también es político, derechos, libertades, justicia, basculan en Europa hacia el poder del dinero tras el paréntesis de 40 años de postguerra, acercándose a la situación del siglo XIX. La democracia cede terreno al poder económico.

martes, 10 de febrero de 2015

Conflictos género y ecología. Podemos como aglutinador. 2

Son conflictos con importancia creciente que debe afrontar todo partido que pretenda aglutinar para ganar y Podemos tiene ese objetivo como principal, en gran medida se producen ajenos al carácter de clase, lo cual aleja la dinámica izquierda derecha de quien pretenda ganar y lo sitúa en otro terreno, de ahí la insistencia en las élites de Podemos en rechazar el marco ideológico.


Género, hombre, mujer, feminismo. 
Este es un terreno amplísimo que rebasa el marco de clase social, es la gran revolución global producida en el siglo XX por lo que su importancia resulta fundamental en la configuración de la actividad política, los aspectos de conflicto son muchos y variados, tendrán que abordarse en el terreno de las nuevas familias cambiantes en el tiempo, transversales, monoparentales, de personas del mismo sexo o distinto, con o sin hijos propios y/o adoptados, afecta a las libertades algunas necesitadas de regulación específicas, de mercado de trabajo, mas paro femenino, de igualdad salarial, menor salario por ser mujer, de discapacidad y dependencia sesgada a la atención femenina, de igualdad en gobernanza privada y pública, etc. etc. y por supuesto modifican un amplio abanico de programas sociales, escolarización infantil y guarderías de amplio horario, conciliación familiar, servicios familiares, descarga de responsabilidad dependientes, urbanismo adaptado, tratamiento fiscal, etc. etc., lo cual supondrá poner en conflicto recursos y medidas para unos u otros grupos. Y todo ello a pesar de la inexistencia de partido específico e independiente, por ahora, por lo que los conflictos y alternativas se dirimen dentro de los partidos clásicos impulsados por los grupos de presión o lobbies correspondientes, de mujeres, gais, etc.

Ecología política. Medio ambiente, la sostenibilidad, el cambio climático, las relaciones con las energías… la ecología política abre campos nuevos de conflictos de intereses, modificando y enfrentando alternativas. Unas muestras son visibles en el entorno de la energía, nucleares,… sectores importantes de las renovables apuestan y defienden actividades enmarcadas en la sostenibilidad, la política de subvenciones las impulsa, pero también dota de excesivas prebendas, asegurando por largo tiempo rentabilidades de un 20%, cuando la deuda pública estaba por debajo del 5%, rentabilidad que tendrá que pagar el resto de población, encareciendo la energía. La relación con el territorio, transportes, comunicaciones, urbanismo, playas y montes,… chocan frontalmente intereses de futuro y presente, interclasistas, no solo de grandes corporaciones, también de grupos diversos de población. 

La contradicción entre el corto y largo plazo inunda estos debates; crecer o decrecer, debería ser un debate público, pero en plena crisis resulta una temeridad proponer a millones de precariados que es más sostenible decrecer, porque a corto plazo quedarán marginados. Cambio climático y cambio de opciones energéticas, resulta dificilísimo encajar dicho debate en una sociedad dependiente del petróleo, dependencia que en España llega a ser asfixiante, pero seguimos sin movernos en otra dirección. Para situar el contexto y simplificando, podríamos estimar un rango entre un 5/10% de voto ecologista en España, -Angel Valencia cita un porcentaje cercano al 10% como donante a grupo ecologista, lo cual podría asimilarse en alguna medida a cierto grado de afiliación, y el CIS estima un 4.5% de población que se define como ecologista en primera opción, y un 7% en segunda- un 4.5% sobre 16 millones de votantes, los habidos en estas elecciones de 2014, supondrían unos 720.000 votos, un 10% nos llevaría hasta 1.600.000-. Evidentemente el total de voto ecologista se distribuye entre todas las formaciones políticas del arco ideológico, incluidas derecha y centro, podemos suponer que cuanto más cercano esté a la definición en primera opción, las preferencias se acercará más a partidos verdes, sin olvidar que socialistas y comunistas también contienen voto verde auto-considerado ecologista en primera y segunda opción. 



‘Opiniones y Actitudes. Ciudadanía y conciencia medioambiental en España’. Ángel Valencia Sáiz, Manuel Arias Maldonado, Rafael Vázquez García. CIS.2010.

domingo, 8 de febrero de 2015

Conflicto intergeneracional. Podemos aglutinador. 1

Los problemas no son muy diferentes a los del resto de partidos, pero se hacen más difíciles de resolver al querer ser un partido gigante, donde pretenden tener cabida casi todos los intereses de la sociedad y alternativas de gobierno. Aquellos partidos que solo luchen por defender un sector de la sociedad que pueda representar un millón de votos o dos, podrán elegir más fácilmente entre opciones sin grandes choques entre su electorado, pero quienes busquen más de 10 millones de votos se enfrentarán a múltiples conflictos de intereses, las contradicciones les afectarán por diferentes sectores y tendrán que hacer encaje de bolillos para evitar que los votos se les escapen por varios lados al menor desliz.


La uniformidad de intereses no existe, los conflictos no se producen solamente inter clases, todo se hace más transversal, los poderosos luchan entre sí, corporaciones, sectores productivos, economía real y financiera… unos contra otros, ni siquiera se producen solo entre esos grupos y el resto de población, los choques de intereses se producen ahora también entre grupos de población de base social trabajadora, dentro de sí. Si algún partido cree que una solución a un problema satisface al 99% de población, mejor que cierre el kiosko, nunca una salida podrá satisfacer los intereses del 99%. Esa cifra mítica, tiene sentido en economía, pero políticamente es muy engañosa.



La división de la sociedad genera enfrentamientos y contradicciones entre los diferentes grupos de población en los que difícilmente un partido, sea PSOE o Podemos, pueda definir siempre la opción que beneficie al conjunto de los integrantes de su base social. En páginas anteriores exponía parte de los cambios soportados en cifras de población en España. A continuación una pequeña muestra de conflictos reales en los que el voluntarismo no bastará, las propuestas que beneficien a algunos chocarán con intereses de diversas partes que no necesariamente se identificarán con los poderosos, los problemas no solo se sitúan en el marco de las relaciones entre propietarios y desposeídos:




Conflicto inter-generacional, juventud, vejez. No se trata del viejo conflicto generacional en el que tradicionalmente los jóvenes tomaban el lugar de los viejos; al fin y al cabo, obreros o campesinos como sus padres, el tratamiento continuaba siendo posible dentro de la política de clase. Sus vidas duraban pocos años tras el deterioro por el trabajo y los viejos simplemente eran apartados de la sociedad y abandonados por los rincones a su suerte durante los pocos años que transcurrían entre el fin del trabajo y la muerte. Los jóvenes, no tenían juventud, entendida como ahora un período específico de la vida en el que formarse y consumir fuera del mercado laboral con prestaciones y asistencia de la sociedad. Antes del estado de bienestar, los niños pasaban a adultos normalmente a realizar los mismos trabajos que los padres en condiciones similares.

En Europa nace un conflicto nuevo, de dimensiones muy distintas a lo anteriormente descrito en años anteriores a la IIª Guerra Mundial conflicto que en gran parte queda fuera de las políticas de clase. En Europa se produce una quiebra a partir del reciente estado de bienestar a mediados del siglo pasado. Nunca en la historia hubo cifras con tan altos porcentajes de población mayor de 65 años, asistidos socialmente –sanidad, pensiones- y con una larga esperanza de vida, lo cual al mismo tiempo choca con oleadas de millones de jóvenes que se encuentran fuera del sistema y sin expectativas, también asistidos por el estado de bienestar, -educación, sanidad-. Una España sin trabajo estable, en cabeza mundial de paro juvenil, inundada de precariedad para muchos lustros, enfrentará a los partidos a una realidad que habrá que resolver con propuestas precisas que chocarán con intereses generacionales, ¿Cuánto esfuerzo fiscal requieren los mayores y cuánto los jóvenes? 

La cuestión principal no es discutir si el capital enfrenta jóvenes contra viejos, sino entender que la demografía, la globalización, la vida, se mueven y modifican el mundo conocido, por lo que la actividad política debe estudiarlo y adaptarse . Millones de niños y jóvenes menores de 18 años, en cifras similares a los mayores de 65 años, algo inimaginable antiguamente, no existían, ni por tanto sus roles de edad tenían duración apreciable separada del rol de edad central de sirviente u obrero, en ejercicio o en paro. Hoy tenemos por un lado gente sin trabajo, sin perspectivas ni posibilidad de cotizar para garantizar pensiones futuras, mientras crecen las pensiones actuales en número absoluto, (ya son 9 millones) crecen en importe ya que la media salarial es más alta que hace 30 años y se alargan percepciones por mayor duración temporal al vivir más años, además de aumentar los gastos en atenciones sanitarias y sociales para una población que envejece a gran velocidad.

¿Cuánto del gasto social habrá que destinar a los jóvenes y cuanto a los viejos? será una batalla que no sabemos hoy como afrontarán los nuevos partidos, aunque podemos imaginar que sesgarán salidas a favor de los jóvenes. Las nuevas élites reflejan la realidad de esta lucha –PSOE, IU, Podemos…- en todos los partidos son expulsadas las élites viejas para ocupar su lugar las jóvenes cohortes. Las tasas de ahorro de las generaciones jóvenes son ridículas comparadas con las de los viejos, y menores que las de generaciones siguientes. En EEUU se anticipó un fenómeno que ha llegado a Europa con distintos aspectos formales, pero con igual conflicto de fondo, las deudas por préstamos ahogan a los jóvenes que les deja paralizados/apartados de por vida, a pesar de sus estudios universitarios que ya no dan posibilidad de trabajo de calidad ni siquiera suficiente para pagar los créditos concedidos para dichos estudios. –Las encuestas dicen que este conjunto es uno de los afluentes principales que nutre Podemos, jóvenes ni, nis, y oleadas con estudios universitarios sin trabajo y sin futuro, sin afiliación ni sindicación junto con el precariado de todas las edades y autónomos y pymes hundidas-

sábado, 7 de febrero de 2015

Podemos encuentra un entorno de complejidad y dispersión

‘Podemos’ nace en un entorno alimentado, e influido por dos grandes baterías de problemas que interrelacionadas tienen que ver con los reequilibrios de poder entre la economía y la política:

1) Problemas relativos a los cambios sociales observados a finales del siglo XX –en Europa y EEUU comenzaron en el último tercio de siglo con Reagan y Thacher- modificaciones estructurales en la organización y distribución del trabajo y en las formas de vida lo cual afecta a la composición de clases y grupos sociales aumentando su dispersión y complejidad de los intereses y nuevas formas de activismo que demandan nuevas formas organizativas, de selección de élites.

2) Problemas relativos a las crisis, económica, política e institucional… lo cual está relacionado con la pobreza y aumento de las desigualdades, la deuda, el paro, la globalización, los emergentes… también con la corrupción y la necesidad de regeneración democrática que incluye las formas de participación ciudadana en la sociedad, organizativas, participativas, deliberativas de selección y revocación de élites…

La falta de democracia en los partidos es un serio problema, tiene relación con la posibilidad de intervención ciudadana en los asuntos que le afectan, también tiene que ver con la corrupción, aquellos militantes corruptos se sienten poco controlados en sus actividades por parte de los representados, poder elegir en listas no bloqueadas totalmente permitiría quitar a los mas chungos; tiene relación con la financiación irregular de los partidos, al no tener control sobre ellos dará lugar a trapicheos y prebendas, la falta de democracia interna impide control sobre los aparatos de partidos y remover cargos fácilmente por asumir responsabilidad política al margen de penalización judicial… Evidentemente son necesarios cambios legales, pero nada se andará mientras en los partidos no entre aire renovador, nuevos individuos, otras fuerzas que pongan en marcha las maquinarias ante el agotamiento mostrado, porque, más importante que las leyes son los comportamientos de las personas que ya deberían haber producido cambios con el marco legal existente. Otras reglas de juego para cambiar los partidos solo serán posibles si son empujados a cambiar, previamente. 

Democracia interna y cambios en la militancia son imprescindibles, sin olvidar que además hay otra serie de problemas generales que afectan a los europeos, y que influyen con fuerza en la crisis de las formaciones de izquierda. Empiezan a ser visibles en la época de Thacher y Reagan y se hacen más evidentes desde la caída del muro de Berlín, son transformaciones profundas que experimentan obreros y trabajadores. Las bases sociales tradicionales de izquierdas, se trocean y dispersan, aumentando la complejidad de intereses enfrentados. El agotamiento de los partidos en España, hoy clamoroso, ya era visible a partir de la segunda mitad de los noventa y también tiene que buscar explicaciones y respuestas a estos cambios.

Se está produciendo un gran revuelo entre los partidos de izquierda, no están claras las opciones que tomarán, no sabemos quiénes tendrán fuerza suficiente para lograr ser el único gran aglutinador, ya que ahora parecen empatados PSOE-Podemos y a distancia IU. Lo que sí sabemos es que los problemas que tienen los partidos socialdemócratas, o quienes pretenden sustituirlos; las contradicciones sociales surgidas tras el largo período de desarrollo de estado de bienestar tras la II Guerra que se manifiestan abruptamente y de forma nítida a finales de siglo en toda Europa han roto, dispersado y enfrentado la base electoral en la que se apoyaba la socialdemocracia, tradicionalmente estable durante 40 años desde la postguerra mundial.

En España respecto de Europa, el proceso se retrasó dos décadas, lo que sirvió para montar el estado de bienestar tras la Transición, pero la ruptura se presenta ahora de forma similar al resto de Europa. Además del problema de las élites extractivas y/o de la casta, o de la agotada generación política que ocupó y dirigió los partidos… además de la generalización de impunidad de los corruptos, la crisis institucional, la crisis del modelo productivo, crisis del mercado laboral, competitividad,… además de la globalización, de los emergentes y de la nueva redistribución del poder en la forma de entronización de los mercados financieros… Además de lo anterior, o precisamente por ello, surgen nuevas, o se hacen visibles ahora, contradicciones difíciles de armonizar y encontrar salidas válidas para todas ellas juntas en un solo partido.

Actualmente cualquier aglutinador progresista, se encontrará con una base social diferente a la que existió en el pasado siglo tras la II Guerra Mundial, gran parte de la cual estaba vinculada en torno al movimiento obrero industrial, íntimamente ligado al movimiento sindical y político, el proletariado industrial europeo ha disminuido a la mitad respecto al de hace 40 años, grandes complejos industriales desaparecen, ciudades y barrios obreros quedan sometidos al precariado, aumentaron las personas dependientes de subsidios, las afiliaciones sindicales y políticas se desploman, los nuevos trabajos en su mayoría han ganado en aislamiento e individualismo, aumentan enormemente los mayores de 65 años, los estudiantes, los autónomos, los grupos gerenciales no propietarios directos, los sectores de servicios comerciales, la movilidad de personas y centros de producción, etc. Ha surgido una nueva sociedad muy compleja en intereses dispares que no se encuentra agrupada fundamentalmente, o no solo, en torno al trabajo o la propiedad y control de los medios de producción; colisionan la edad, el género, el sexo, la migración, la religión, las TIC, los nacionalismos, la cesión de soberanía, la diversidad de poderes, la globalización, los mercados, los países emergentes… 

Un partido socialdemócrata hace 40 años representaba al conjunto de la clase obrera, que por simplificar incluía a todos los trabajadores y sus familias, cuyas vidas variaban poco, vivían en ciudades y barrios parecidos con pautas de consumo similares y necesidades parecidas, hoy un partido que pretendiera representar tanta diversidad de intereses como los citados, tan diferentes y en ocasiones enfrentados lo tiene bastante difícil. Este es un asunto de tan raras soluciones que pudiera modificar la existencia de partido gigante, para acercarse a coaliciones de partidos sensibles a sectores determinados de población, lo que obligaría como poco a la formación de coaliciones electorales. La diversidad de problemáticas potencia diferentes relaciones de militancia, ya no solo en partidos grandes y pequeños, también en ONG’s, u otros tipos de compromisos, a veces determinados por campañas específicas, en todo caso la participación exige mayor flexibilidad que la tradicional militancia partidaria y mayor democracia interna, requiere tener capacidad de debate y decisión.

Antaño, un partido socialdemócrata tenía más fácil actuar como gran aglutinador, podía simplificar las opciones políticas considerando que casi toda la problemática se concentraba en torno a la clase trabajadora, que era fundamentalmente su base social, el resto de las diferencias quedaban subsumidas en el gran peso que tenía el carácter de clase. Hoy las líneas de fractura son muchas y diversas, y deberían verse afectados por ello todos los partidos, sucede sin embargo, que en España, la derecha está concentrada en su aglutinador que dirige la la derechona, ultras, neoliberales, nacional-católicos, franquistas,… por lo que condiciona sobremanera cualquier alternativa política, puesto que todas pasan por intentar frenar la regresión hacia el pasado. Lo anterior es un aspecto particular, que se une al marco de juego de la ley electoral que obliga a concentrar fuerzas para obtener resultados, ambos aspectos influyen en la crisis de la socialdemocracia en España más seriamente que en otros países, en cuanto ganar poder electoralmente, necesita una gran fuerza progresista hoy en disputa entre Podemos y PSOE capaz de contraponerlo al PP.

En este punto surgen campañas que pretenden apropiarse electoralmente de parte de la base social PSOE identificándolo groseramente con el PP. Que son parecidos no les quepa duda, en todo país democrático, aquellos individuos que conviven tienen que tener muchos aspectos coincidentes, de lo contrario sería imposible la convivencia, dejaría de ser democrático, pero desde luego una simple mirada a las acciones y políticas desarrolladas durante 35 años permitirían ver las diferencias, en normativa sobre libertades, en tolerancia diaria, en construcción de sanidad, educación, pensiones, ordenación del territorio, apuesta por mayor I+D+i, etc. etc. Que podrían y deberían haber hecho más, puede afirmarse, pero también que no son lo mismo. Los franquistas se mondan de la risa al ver las campañas de los izquierdistas, ellos lo tienen muy claro, pero si dudan vayan ustedes a decirles a los votantes del PP que puesto que son lo mismo, en las próximas elecciones voten al PSOE. El simplismo del pensamiento y la falta de racionalismo se han instalado en grandes sectores de población, incluidas élites de izquierdas.