Este puede ser buen momento para recordar algunos rasgos que manifiesta públicamente la rancia derecha española, la derechona. La tormenta política está arreciando,el caso Garzón es sintomático de su fuerza y muestra como están usándolo como uno de sus arietes en la toma del castillo.
Religiosidad extrema y fundamentalista.
Se creen elegidos de Dios y desprecian la doctrina social del cristianismo, utilizan religión e Iglesia como cemento de unión y captación de apoyo popular. Influidos por los ultracatólicos y por el Opus Dei y por ''los legionarios de Cristo'', a los que pertenecieron en época de Aznar ministros, altos cargos y familiares de los mismos. Son guerreros de la religión, mas papistas que el Papa, recordar las posturas contra la guerra de Irak de la Iglesia y del Papa y los comentarios despectivos de Aznar, insultando a todos aquellos que estuvieron en contra de la guerra.
La religión ha vuelto a ocupar lugar principal en los colegios y la calle, pero no en las iglesias, como bien expresó El Roto, al igual que sucede con los fundamentalistas estadounidenses, recibieron y aún reciben, prestaciones económicas de todo tipo, tienen ventajas fiscales, donaciones de suelo y edificios, incluida la de no rendir cuentas por las numerosas asociaciones dependientes de la Iglesia.
La religión, siempre contra la ciencia y la tecnología, por lo que el gobierno PP nunca invirtió en modernidad, le escocía invertir en educación en I+D+i, por eso fueron líderes en campañas internacionales intentando que la ONU y la UE prohibieran la clonación terapéutica, por supuesto con los insultos adecuados acusando de irresponsables a quienes lo apoyen. Devolvamos su sitio a Dios decía ‘’Nueva Revista’’ una de las publicaciones bandera del PP. En la actualidad gran cantidad de edificios que legalmente estaban sin dueño se van sumando al patrimonio eclesiástico apoyados en una ley del Gobierno Aznar, claro que también suman concesiones de emisoras de radio y televisión en muchas comunidades.
Todavía los integrantes de la Iglesia Católica española, obispos, curas, y fieles, ocultan casos de malos tratos y pedofília en España, como se ocultan los miles de robos de niños republicanos, puestos en negro sobre blanco por Garzón. Todavía podemos ver como lucen orgullosas símbolos fascistas, las fachadas de muchísimas iglesias españolas, que muestra bien a las claras cual fue su papel en este país y el grado de política y hermanamiento entre la derechona y el nacionalcatolicismo.
La religión siempre estuvo contra los derechos sociales y cívicos, antes contra la educación e investigación, aquí y ahora azuzada en las calles y medios contra las uniones de parejas del mismo sexo, contra la adopción de niños por estas personas, contra las leyes pro derechos de las mujeres similares en la UE y aprobadas por la derecha europea. Los ultracatólicos se creen con toda la razón del mundo para imponer a los demás su catecismo en los libros de texto, sus crucifijos y sus neuras sobre la muerte y el sufrimiento, todavía resuena en nuestros oídos la campaña contra L. Puentes en el Severo Ochoa de Leganés por dar calmantes a los moribundos para evitarlos dolor al morir.
Todavía muchos jueces dictan sentencias religiosas más que laicas, claro que si el año judicial con todas sus autoridades se abre con y bajo los símbolos de la Iglesia por el Sr. Dívar ya avisa del carácter de la independencia de la judicatura. Todavía tenemos procesiones en las calles bien mezcladas con los políticos, o actos públicos de Estado, sean funerales o fiestas, bodas o entierros, entrelazados con la Iglesia, actos civiles y militares entrelazados con obligaciones religiosas, o miles de cementerios propiedad de la Iglesia, no del Estado, municipios o comunidades, o tanatorios sin salas para laicos, (o con salas pero con crucifijos), todo ello y muchos ejemplos más, muestran la falta de respeto al ciudadano,
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