Visité la exposición de Caixa Forum dedicada a Miquel Barceló, la cual recoge obra desde 1.983 hasta el año pasado, es una gran exposición de uno de los grandes. Hay bastante obra mostrada y diversidad de la misma, cuadros grandes, pequeños, libros de aguadas, aguadas, esculturas, cerámicas, pintura gruesa con materia en lienzos, pintura sobre papel, obra de hace 20 años y obra actual…
Miquel Barceló es uno de mis artistas favoritos, empezó a encumbrarse por encima de los de su generación de forma imparable en 1.985 cuando montó la exposición en la Casa de Velázquez del Retiro madrileño, de la cual recuerdo sus librerías, alguna de las cuales está en la exposición actual.
Eran tiempos de la movida madrileña, destacaban Martín Begué, Pérez Villalta, Sevilla, Sicilia, Broto, pero a mi me pareció que este joven era el mas trabajador de todos, el que menos importancia daba a las juergas, a las movidas, a las fotos, al glamour. Al mismo tiempo me parecía un tipo serio, alguien que me hacía ver su obra dentro de un discurso, dentro de un camino, parecía como si supiera en qué dirección trabajar.
Creo que una de las cuestiones importantes para juzgar a un artista, es su discurso, su trayectoria, el conjunto de su obra, en cada momento. No me parece apropiado pretender mirar y valorar a un pintor, o cualquier artista, por medio de una exposición, o de uno o pocos cuadros. Este aspecto me parece esencial para apartar de inicio el grano de la paja.
Barceló desde hace 25 años se acercó bastante a aquellos grandes artistas españoles como Saura o Tapies. Mas cercano a éste último, pero menos oriental, mas mediterráneo, mas ligado a la tierra y al mar y bastante mas ligado a los seres humanos, pintor con gran impacto visual, con pintura fuertemente cargada de materia a la que incorpora materiales, elementos de la naturaleza, mejillones o conchas, tierras, etc., su expresividad le llevaba a la abstracción pero con un pie en la realidad figurativa.
Casi siempre es posible identificar algo de nuestro mundo en su obra, al margen de sentimientos o emociones, te agarra la vista para que identifiques algo y te acerques al cuadro, así tenemos personas, o animales, peces, o cabras, comidas, o barcas, pulpos o tomates, árboles o piedras, desiertos o suelos marinos, edificios…
En la exposición hay librerías que a mí me encantan y su estudio en Mallorca, con la vista al mar, también bodegones, a destacar la paella con sus ingredientes materiales y los tomates. Hay cuadros blancos, pintados después de un viaje por el desierto. Grandes cuadros de suelo, con luz que ciega y tropieza en pequeñas piedras, crean un ambiente de cierta paz, pero no de recogimiento, desde que los conozco, al mirarlos, siempre me crearon sensación de pequeñez, de sentirme pequeño en grandes espacios, eso debe ser el desierto. Durante años pude ver cerca del P. º Recoletos, por donde trabajaba, alguno de estos cuadros en una galería. Llamaban la atención poderosamente su blancura, como contraste del gris de la ciudad.
En su obra entra África, al igual que en otros artistas españoles, como Picasso, la influencia africana en Barceló es grande, suelo, luz y gente en movimiento. Sus aguadas y acuarelas son preciosas, cualquiera de ellas para colgar en mi casa. Las mujeres africanas trabajan y llevan a sus niños sujetos y colgados de coloristas telas, al igual que sus vestidos. Me gustan sus aguadas porque son ligeras, son el otro polo de su pintura matérica, recargada, en este caso la ligereza de líneas es lo que atrapa. Y su color muy luminoso con tintes puros, rojos, azules, amarillos, verdes, bañadas de luz, también son más amables en temática, en expresividad humana y animal. En este lado africano pero en pintura de grandes dimensiones, aunque tratadas las figuras con la ligereza de la acuarela, llama la atención Dogón 2, obra reciente.
Recomiendo encarecidamente a quien visite la exposición detenerse en los dos cuadernos de apuntes a la aguada, en los que pueden pasarse las hojas con una presión de dedo sobre el cristal donde se exponen. Hay dibujos maravillosos de personas y animales. Hay otros libros, ilustrados por él, tres ejemplares de ‘La divina comedia’ en otra sala.
Claro y la obra que da titulo a la exposición, La soledad organizativa’ el gorila sobre fondo claro, pensando en que hace, en que hacemos. Y el elefante de la calle haciendo equilibrios en su trompa.
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