Agresiones de la Iglesia a niños

La lista de agresiones de curas a niños es todo lo extensa que se quiera, dura cientos de años, ahora aparecen casos en innumerables países, la actual etapa de conocimiento masivo y público de estos años comenzó en EEUU, que como en otras cuestiones de derechos civiles se adelantó al resto del mundo, allí cientos de curas con diferentes gradaciones fueron condenados por la justicia civil por agresiones a niños, provocando en muchas diócesis su ruina por las indemnizaciones a pagar.

En los últimos tiempos la sucesión de nuevos casos de diferentes países parece imparable y van saliendo a conocimiento público un día tras otro. Una vez más faltan los casos españoles, aunque la marea parece imparable y no tardarán en salir.

Saberlo, lo sabe mucha gente, todos tenemos amigos que relataban casos de su niñez, algunos en colegios religiosos, otros simplemente de curas de parroquia y catequesis, otros de seminarios, era vox populi el conocimiento de los abusos y agresiones a niños y jóvenes.

Lo que diferencia la situación actual del tiempo anterior es que empieza a documentarse empiezan a rodar dossier de muchos lugares y publicarse masivamente en los medios de comunicación y por fin comienzan a llegar a instituciones de poder civil, juzgados y parlamentos. La diferencia es que la sociedad empieza a estar preparada para aceptar que las normas sociales de convivencia elaboradas por instituciones de poder civil deben ser iguales para todos. La sociedad empieza a estar preparada para meter luz en las iglesias y buscar la mierda, al igual que se meten focos en las vidas de los partidos y de las sectas, de las personas y de las organizaciones, de los gobiernos y las policías, de los ejércitos y las ONG, de las empresas y de los sindicatos…

Las iglesias eran lugares en los que durante cientos de años dominaron las tinieblas, organizaciones dictatoriales, sexistas y misóginas en donde se realizaban impunemente todo tipo de tropelías contra seres humanos y luego se ocultaban por curas, obispos y papas, y en donde los seglares, afiliados y seguidores cuando conocían asuntos, miraban para otro lado en vez de exigir investigar y castigar. Durante cientos de años las leyes civiles no entraron en las iglesias, las normas morales de la sociedad quedaban fuera, y así a los de dentro les resultaba fácil perseguir a gente, condenarla, despojarla de sus trabajos, desterrarlas, o agredirlas sexualmente…

O arrebatarles los hijos, como en Australia a las tribus aborígenes, que durante muchos años les robaron los hijos para dárselos a familias cristianas. Hace meses las autoridades australianas pidieron perdón por tantos secuestros cometidos impunemente. En las dictaduras Argentina y Chilena, miles de niños fueron arrebatados a sus madres por el mero hecho de ser de izquierdas y entregados a familias derechosas de los vencedores. Y aquí, aquí también, en la España vencida de la guerra civil, miles de niños (30.000 recogen los papeles de Garzón) fueron arrebatados a sus madres y entregados a familias de ‘buenos cristianos’ vencedoras de la guerra, sin que todavía se conozca quienes fueron.

Por supuesto que hay miles de curas buenos, y de políticos y de…, pero los corruptos y pedófilos a la cárcel. No se trata de pedir perdón, sino de reflexionar entre los creyentes, de entender por qué se pudieron cometer estas tropelías (y muchas más no publicitadas), ¿en que privilegios y poderes se apoyan las autoridades eclesiásticas para cometer sus tropelías y para ocultar las de sus subditos? ¿Por qué muchos fieles que conocen estas situaciones les ceden tanto poder y lo aceptan? ¿Tendrá algo que ver el que se producen en organizaciones cerradas, dictatoriales y sin control social? ¿Hasta cuando mucha gente seguirá uniendo religión e iglesia?