miércoles, 10 de febrero de 2010

Pensiones, especulación. Y los tiburones. 2

Hace años leí de André Kostolany, entre otros ‘Estrategia bursátil’ ‘¿…y que hace el dólar? Editados por Planeta, Kostolany fue un tiburón del siglo XX que contaba experiencias, gran especulador e inversor enriquecido y arruinado en varias ocasiones, apostando en todo tipo de mercados. Las apuestas inversoras podían estar basadas en buenos estudios, pero todas necesitaban de grandes medios para salir adelante, normalmente con apalancamiento, de préstamos, y de cálculos precisos de cuando entrar y hasta cuando mantener las posturas, para ejecutar las garantías, porque siempre había otra parte que apostaba a la inversa y a la que era necesaria vencer.

Así cuenta muchos ejemplos del funcionamiento especulativo, que intentaré sintetizar con este simil de bancos de inversión que quiebran porque apuestan a la subida de una materia prima, supongamos cobre, y compran a crédito enormes cantidades con plazo determinado de venta a fecha X. Efectivamente esa mercancía puede subir, pero otros bancos, empiezan a vender cobre y lo hacen caer. La lucha es tremenda y toda ella gira alrededor de una fecha exacta, el día X, si en esa fecha ha subido, un banco y todos los inversores que apostaban con él, ganarán enormes sumas, pero otro banco quebrará.

Todo ello girará en torno a conseguir la subida o bajada con límite en una fecha, después de la cual poco importará que fueran buenos análisis o malos, porque pueden ser correctos y estar muy bien documentados y ser verdad que el cobre suba, pero si lo hace al día siguiente de ejecutar las garantías se habrá producido la ruina y no habrán valido para nada positivo y sí para soportar el desastre. De ahí la importancia de las dos cuestiones básicas, el momento oportuno y la otra parte que cubre la apuesta. No tendrán las mismas oportunidades al combatir el euro, que combatir contra la demostrada fiereza de los bancos centrales de EEUU o R.U.

La idea de Kostolany, me parece interesante, una vez decidida la batalla contra la debilidad que se percibe de España, no interesa conocer si podemos o no mantener las pensiones, que son los argumentos de Vicens, interesa sobre todo determinar dos cuestiones, si habrá suficiente fuerza en la defensa inmediata y si el gobierno tiene fuerzas y apoyos suficientes, del electorado, sindicatos, patronal, y capacidad suficiente de la oposición, para reconducir la situación y apuesta por que las cifras de gasto, de deuda y déficit, se mantengan dentro de parámetros previamente determinados en el juego, que serían los fijados por la euro zona y los criterios del FMI y la OCDE o los criterios de las agencias de calificación y de grandes bancos e inversores internacionales.

Claro que también podría salir el BCE a la palestra a mantener la posición contraria a los especuladores y competir contra ellos para aplastarlos. Pero esto me parece un sueño,por ahora, porque mira que si algunos de los especuladores estuvieran cercanos al BCE, no olvidemos que la enorme deuda española está prestada por la banca internacional, en gran parte dinero procedente de Europa y querrán cobrarse caro dichos préstamos. Si los bancos europeos toman préstamos del BCE baratos, al 1% por ejemplo y compran deuda país que paga al 5%, hacen buen negocio, y si consiguen que pague al 10% mucho mejor negocio.

Estas cosas suceden, son realidades, este es el juego que practican los mercados. Y otras parcelas de realidad serán las medidas a tomar para conseguir paz social, para asegurar las pensiones, para ser mas justos, etc. Una misma realidad tiene múltiples lados para ser mirada, con infinitos reflejos que emiten existencias diferentes dependiendo desde donde se mire y lo que se pretenda. Y encima la realidad se mueve.

Quizás convenga aclarar que los problemas que tiene España no los han provocado los especuladores, hay una base real en los mismos, los fundamentales están dañados, pero los especuladores han venido a añadir uno nuevo al cesto de problemas y el que han creado es tan real como cualquiera de los anteriores.

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