Esta parece haber sido una de las clásicas crónicas de una muerte anunciada. A estas horas parece que la suerte está echada. Los tipos de interés del bono a dos años están en el 70%, son tipos de interés teóricos a los que prestarían los prestamistas porque estiman que una gran parte del valor del principal se perdería con la quita. Descuentan el hecho del impago. Pero, ¿saldrá del euro?
Grecia dejará de pagar una parte de sus deudas porque es imposible que lo haga en estas condiciones. Necesitaría mucho más tiempo para hacerlo y mejores condiciones financieras. Además tendría que crecer económicamente y en la situación actual es prácticamente imposible hacerlo, los que mandan hoy en la eurozona no están, por ahora, en la idea de facilitar el crecimiento a costa de aligerar la presión sobre el déficit.
Y encima se avista una posible recesión, hoy frenazo económico. Y encima la economía griega estaba dañada desde antes de su entrada en el euro y con cifras maquilladas, y encima se falsificaron cuentas y datos en los últimos años antes de la crisis, y encima su Estado es muy débil, su economía sumergida enorme, su corrupción social alta, sus gastos en armamento exagerados…
Las muchas huelgas generales, poco arreglaron, a pesar de tener razones para el grito y el llanto, poco modificaron la situación tremendamente difícil a la que habían llegado los griegos. Los prestamistas no quieren prestar más dinero porque no ven garantías de devolución, después del fracaso del primer plan de rescate y con el segundo discutido, aplicarlo dependería de cierto nivel de confianza en que fuera útil. Ese nivel de confianza no existe. Pocos saben a estas horas qué será lo mejor, dentro de lo posible. Porque lo mejor imposible no vale para nada.
Estamos al borde del abismo, luchando por no caer
Los bancos alemanes y franceses, fundamentalmente, tenedores de muchos de los bonos griegos (y de otros países) se tambalearán, muchos de ellos han perdido en bolsa más de la mitad de su valor en este viaje desde 2008, algunos llegan a dos tercios y ahora con la quita a realizar se derrumbarán y tendrán que volverlos a sujetar los gobiernos, ¿cómo? La posibilidad de una nueva crisis financiera europea por la caída del conjunto de la banca es probable y eso afecta a toda Europa. Los bancos tienen sus balances repletos de deuda pública y privada, de bonos e hipotecas y activos inmobiliarios los españoles, que además tienen grandes intereses en Portugal, que junto con Irlanda se verán afectados por Grecia…Y Alemania empieza tímidamente a tener ojeriza en los mercados, por primera vez aparecen síntomas en los CDS a 5 años (seguros que miden riesgos de impagos).
Continuar insistiendo en que los gobiernos están al servicio de la banca, es mirar con un solo ojo que no ve la banca al servicio de los gobiernos, seguir pensando que la deuda que compraban los bancos era el negocio del siglo es mirar con un solo ojo, porque un balance cargado de deuda pública, por impago, puede reventar al banco. Seguir mirando los problemas con tanta ideologización, como si no hubiera problemas reales detrás es mirar con gafas de madera, enredarse en los principios 1sin buscar soluciones concretas es una locura, que nos explotará en las narices.
Estamos inmersos en un gran lio, complejísimo de resolver, dificilísimo para encontrar salidas, que además tienen que satisfacer intereses contrapuestos de múltiples grupos de poder, sea financiero o industrial, comercial o agrícola, de azules y rojos, de verdes y negros, de políticas nacionales o federales europeas, de la eurozona con Europa, de Europa con EEUU, y con los BRIC, etc.
Benditos todos aquellos que ven tan fácilmente que la responsabilidad es de fulano y punto, o que entienden que el problema se resuelve como ellos dicen. Eso sí, sin ponerse a pensar como harían ‘eso’ que ellos dicen y sin pararse a pensar en lo que harían los otros. No, sencillo no es, porque nadie tiene la fuerza suficiente como para poner en marcha sus políticas al completo en una sola dirección, porque el resto de fuerzas en lucha tienen otros intereses. Los eurobonos globales, y no de cada país como ahora, que al final deberán imponerse, reflejan la disparidad de intereses y contradicciones entre los diferentes gobiernos y partidos.
Ni siquiera en el BCE existe una sola fuerza, (al margen de su discutida independencia) como estamos viendo estos días con las dimisiones y protestas en contra de su política de compra de deuda pública, últimamente italiana y española. Compras que podrían haber desatado la reforma constitucional española, como condición para seguir realizándolas en estos días que esperaban de la debacle griega. (En carta dirigida a Berlusconi y casi seguro a Zapatero). La política nunca es limpia, las decisiones se toman ante realidades complejas y concretas y no con el criterio de me gusta o disgusta, así suena más normal ‘si quieres que siga comprando deuda debes darme algo a cambio’.
Para los contrarios a ello, la realidad puede darlos la razón, si ahora estuviera sobrecargado de bonos y éstos se derrumbaran, caería con ellos. Parece que la unidad si existe en frenar las subidas de tipos de interés ante el parón económico, pero no en lo fundamental de dotar al BCE del doble objetivo que tiene la FED, de inflación y paro (o crecimiento). Si Europa no pone en marcha políticas de crecimiento es muy probable que desaparezca la eurozona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario