Efectivamente hemos hablado mucho del problema de la ‘Deuda’. Y lo que nos queda. Marcará nuestras vidas y las de millones de personas. A pesar de lo hablado no termina de quedar claro para muchos en qué consiste el problema, y en este caso los matices son muy importantes. A fuer de ser pesado por repetirme, insistiré en mi visión:
1) Primero y principal, el problema de España es un problema de conjunto, que solo a efectos de análisis puede comprenderse, mirarse, en sus aspectos aislados. Lo que perciben los famosos mercados, (inversores, prestamistas, analistas financieros y económicos, fondos soberanos, gobiernos, organismos internacionales…) lo que preocupa es la visión del marco general que ofrece este país.
2) Los aspectos a considerar, son la deuda pública, y la privada de familias empresas y bancos. Dentro de la deuda pesa la externa con mayor peligrosidad que la interna. El recurso mayoritario a préstamos exteriores indica menor capacidad de generar ahorro, implica vivir por encima de las posibilidades existentes, y necesitar de otros de fuera, recursos para mantener una forma y nivel de vida, supone una mayor dependencia de los acreedores, por tanto mayor sometimiento a los mercados y a las influencias económico y políticas externas en definitiva.
3) Dentro de la deuda pública, tiene gran importancia la velocidad de generación, la situación actual de déficit. El déficit público, diferencia entre ingresos y gastos en un ejercicio, a corto plazo, puede tener mayor peligro que la deuda, a largo plazo. En el caso de España el déficit de todas las Administraciones Públicas creció vertiginosamente en 2009 y 2010.
4) Ese veloz crecimiento indicaba un enorme desajuste entre los ingresos que se desvanecieron como consecuencia de la explosión de la burbuja inmobiliaria, y que poquísimos individuos en partidos, sindicatos, gobiernos central y autonómicos, y ayuntamientos, previeron que fuera a ocurrir. Se estaban pagando gastos corrientes con ingresos extraordinarios de algo que todos pensaban que sería ordinario. Todavía hace muy pocos meses, en este año, había municipios gastando en libros publicitarios carísimos o soñando con planes de inversión gigantesco para sus localidades. Eso sin necesidad de hablar de la lista de despilfarro público de estos años, AVE, aeropuertos, museos…
Al mismo tiempo los gastos públicos empezaron a crecer vertiginosamente por las consecuencias de la crisis, para tratar a los bancos y empresas, para tratar de realizar una política keynesiana, por ejemplo Plan E, en mi opinión errónea porque se fijaba fundamentalmente en el nombre y no en los resultados de la misma, y aumentaron velozmente por el salario social, ayudas, subvenciones, subsidios, rentas de inserción, paro…
La financiación del déficit se convirtió en un problemón, al margen de que en el futuro engrosaran la cifra de deuda y pudieran elevarla muy por encima de los parámetros que tenía en inicio, que no olvidemos se duplicó en 3 años.
Recordemos que el déficit afecta directamente a gastos corrientes, de mantenimiento, de funcionamiento diario o mensual, (salarios, pensiones, sanidad, educación, paro, subsidios…) gastos realizados con dinero que no tenemos por lo cual tenemos que pedirlo para poder seguir funcionando al mismo nivel y aquí entran los problemas de financiación, de dificultades de conseguir créditos y altos precios de intereses. El servicio de la deuda puede llevarse todos los recursos generados durante años, impidiendo hacer algo políticas activas de crecimiento.
5) Es un error considerar que la realidad que soportamos es cada uno de los componentes del problema aislado del resto. Por ejemplo, nuestra deuda pública (en el entorno del 60%) no es alta en relación al resto de países de la UE, (Italia 120%). A partir de este dato se pueden leer montones de opiniones que tratan de demostrar con factores ideológicos que el problema es menor del que realmente soportamos. Si solo contemplan un parámetro es fácil equivocarse y a partir de ahí confundir deseos con realidad, si observan solamente la realidad ideal, la teoría, y no la realidad soportada será muy raro comprender el ‘berenjenal’ en que estamos instalados.
6) La mayor deuda, la que nos ha metido en el torbellino, ha sido la deuda privada, familias, empresas y bancos han sido el comienzo del problemón. Pero el problema soportado por el conjunto de españoles es similar en muchos aspectos a si la deuda fuera solamente pública. Las deudas privadas y bancarias, que tienen un enorme componente externo, pesan como losas en los análisis exteriores que miran al conjunto, demasiadas veces históricamente se han convertido en públicas, y esto asusta a los inversores y prestamistas.
7) El sector financiero español ha quebrado en su mitad, las Cajas de Ahorros, salvo 3 o 4 han sido arrastradas por las burbujas inmobiliaria y de crédito y gran parte del sector bancario está seriamente dañado por el aluvión de riesgos inmobiliarios asumidos, hipotecas de particulares, préstamos promotor y constructor…Impagos, quiebras, etc. llevan una gran parte del patrimonio inmobiliario a sus balances, en los que figuran precios de pisos, casas, naves, suelo y promociones completamente fuera de la realidad por elevados.
8) Aquel problema inicial de liquidez de casi todo el sector bancario, se ha convertido en un problema de solvencia de muy difícil digestión, de más larga duración cuanto menos ‘cantarina’. Así no hay crédito fluido ni lo habrá en mucho tiempo, hasta que la banca española resuelva sus problemas.
9) Esta historia se agrava con las posiciones cruzadas del resto de la banca europea, cuyos balances contienen tanta deuda pública de diferentes países, como préstamos impagados de empresas y particulares de todos los países, como posiciones y restos de la debacle inmobiliaria europea y de posiciones de riesgo en subprime americana. Se enreda un poco más con la participación del BC en los préstamos y ayudas y últimamente con la compra de deuda pública. Uno de los mayores frentes en la batalla del euro consiste en la debilidad del entramado financiero bancario europeo, hay súper bancos alemanes (y del resto) que en 3 años han derrumbado su cotización.
10) Añadiremos mayores complicaciones por la recesión pasada y la posible futura, la economía real europea no crece, (no así la financiera), el crecimiento está ralentizado y las perspectivas de futuro deben contemplar la nueva realidad asiática y resto de emergentes, los problemas demográficos europeos, los problemas energéticos europeos, etc. (En este sentido, me parece de gran utilidad en cuanto a trabajo global el presentado por el grupo que presidió Felipe González).
11) En el caso de España los límites al crecimiento dan miedo. Los mercados miran nuestras dificultades para crecer y eso determina la mirada sobre la deuda, déficit, sistema financiero, sistema político, etc. etc. cohabitando con un paro gigantesco y una estructura económica dañada desde hace muchos años, con un sinfín de problemas sin resolver y graves desajustes provocados en parte por el euro y la UE. A esto debemos añadir el componente político, poco halagüeño, y el marco global se enrarece bastante.
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