Extracto y enlazo a Gil Calvo.
Gangrena ENRIQUE GIL CALVO EL PAÍS - España - 03-05-2010
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¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Cuando quienes amenazaban con arruinarse por insolvencia deudora y trampas contables eran los bancos privados demasiado grandes para caer, el G-20 y el FMI proclamaron el estado de excepción y nacionalizaron los mercados decretando una economía de guerra contra la crisis. Así, todos los Estados suspendieron la ortodoxia y se endeudaron hasta las cejas para inyectar liquidez deficitaria en los mercados.
En esta línea de hacer los deberes impuestos por el FMI, España fue la primera de la clase, al liquidar en 2008 su superávit fiscal del 3% para incurrir al año siguiente en un déficit del 11%. Y aunque fuera en menor medida, todos los demás países hicieron lo mismo. Pues bien, ahora las tornas se invierten.
Una vez saneada la banca privada con cargo al contribuyente, ahora son los Tesoros públicos quienes amenazan con arruinarse por su insolvencia deudora (y en el caso de Grecia por sus trampas contables). Pero esta vez no se decreta el estado de excepción para diseñar un plan de salvación colectiva. Por el contrario, los que hace un año preconizaban el gasto deficitario ahora decretan el súbito regreso a la ortodoxia, exigiendo a los Estados sanear sus haciendas con máxima urgencia. …/…
¿Qué ha cambiado, para pasar tan deprisa de la heterodoxia a la ortodoxia? Pues que la banca de inversión ya ha logrado sanear sus deudas privadas gracias a la deuda pública. Esa misma banca de inversión que ahora se enriquece al especular a la baja prestando con usura a los Estados tachados de insolventes. Así, cuando la gran banca amenazaba con arruinarse, los Estados se unieron como una piña para comprometerse en un plan de salvamento común. Pero ahora, una vez pasado el peligro de quiebra bancaria, los grandes Estados se desentienden de los Estados pequeños, dejando que cada palo aguante su vela. Con ello se olvida que la verdadera gangrena no es la presunta insolvencia estatal sino la especulación usurera.
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