por su editorial del día 24 ‘En la encrucijada’.
Estimados señores leo con interés su editorial del día 24, del que comparto sus opiniones respecto al diagnóstico de la situación, estamos en un momento crítico y las salidas serán dolorosas, pero difiero de su conclusión respecto a un posible adelanto electoral.
No creo que se deduzca de sus opiniones el que ‘’un adelanto electoral que arrojase dudas sobre el rumbo que seguirá la política económica equivaldría a un suicidio colectivo’’ apareciendo como un añadido u opinión subjetiva de deseos, y no como una consecuencia lógica de sus argumentos.
La oposición ha demostrado ampliamente que no está a la altura de colaborar con el Gobierno de España, por lo que esperar algo en este sentido es una pérdida de tiempo, y la incertidumbre política ya está creada desde hace mucho tiempo, casi al momento que nació la incertidumbre económica, pero el que nos dirijamos, o no, a una década perdida, dependerá mucho de las posibilidades de dirección de un gobierno mas estable y fuerte que el actual.
‘Este sería el peor momento para sumar incertidumbre política a la económica’. Me temo que la incertidumbre política que se vislumbra desde fuera de España, ya existe, es real, y en mi opinión aumentaría si se tomaran en solitario las medidas que ustedes mismos dejan entrever en su escrito. La situación de incertidumbre no se resolverá con deseos, y podría agravarse en dos años, o disminuir, dependerá de las alianzas y pactos que consiga el Gobierno que permitan aumentar la capacidad de maniobra.
Vivimos una situación dramática para España, con un Gobierno presidido por el Sr. Rodríguez Zapatero, que ha modificado gran parte de su discurso y prácticas políticas mantenidas durante la campaña anterior y esta legislatura, y al que ustedes mismos descalifican para gestionar la crisis, la cual seguirá acompañándonos durante tiempo, por tanto su postura parece algo contradictoria.
Gobierno al que se le pide tener fuerza y claridad suficiente de liderazgo, y que no ha tenido hasta ahora, sin apoyos sociales y sin apoyos políticos, pero se quiere que gobierne en contra de todos los partidos políticos y agentes sociales y en contra de la mayoría de la población en uno de los momentos más difíciles de los últimos 40 años, un poco contradictorio. Al tiempo que aceptan lo inevitable de la situación al reconocer que los enfrentamientos sociales, ‘si triunfara una huelga general serían un revés para los planes del Gobierno y fatal para la posición internacional de España y si fracasara, también’.
Señores, sería engañarnos durante un tiempo, si pensáramos que es posible seguir gobernando contra la mayoría de población, para al final de ese corto trayecto de un máximo de 2 años, realizar una campaña electoral que nos traería hasta hoy, punto de partida.
‘Un adelanto electoral que arrojase dudas sobre el rumbo que seguirá la política económica equivaldría a un suicidio colectivo’. El problema no creo que lo plantee el adelanto electoral, sino, como ustedes mismos dicen, las dudas sobre el rumbo que pudiera seguir la política económica. Dudas que si no se producen hoy se producirían dentro de 2 años, para mantener su argumento, ¿creen ustedes entonces que no deberíamos celebrar elecciones? o ¿en qué se basan para pensar que luego será mejor momento que éste?, porque podría ser igual, o peor incluso.
En mi opinión el rumbo básico de la política económica no ofrece demasiadas dudas entre las fuerzas políticas españolas, caso de que gobernaran unos u otros partidos, una coalición u otra, el rumbo en lo fundamental sería el mismo, pero lo que hace este momento mas peligroso es el rendimiento electoral a corto, medio y largo plazo que espera sacar cada uno de la situación penosa del país.
Ahora resulta demasiado cómodo oponerse a las medidas del Gobierno y sale casi gratis culpar al PSOE de todos los males que acontecerán al ciudadano español.
‘Solo desde un amplio y sólido acuerdo sería juicioso convocar elecciones para mantener el rumbo’, dicen ustedes, pero justo eso es lo que se ha revelado imposible en estos momentos, por qué no pensar que fuera más provechoso al revés, convocar elecciones para intentar conseguir un acuerdo amplio y sólido.
La campaña obligaría a explicar las preferencias y políticas de cada cual, permitiría rediseñar las fuerzas y agrupamientos posibles en esta situación de plena crisis anticipando los sacrificios futuros, restaría armas a los que están contra todo, y se las daría a los que intentaran sumar y agrupar, ya no resultaría útil culpar al gobierno de las medidas a tomar, cuando quizás las puedes tomar tu.
En el Reino Unido han celebrado hace pocas semanas una campaña electoral, en plena crisis y no parece que se haya agravado la situación por ello. Los gobiernos buenos o malos siguen funcionando hasta que se produce el cambio, al cabo de unos meses. Si no hacemos nada, ¿no estaremos prolongando la situación de interinidad durante 2 años, no estaremos perdiendo oportunidades por ello? En mi opinión necesitamos un fuerte revulsivo que desatasque la situación actual difícilmente sostenible.
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