lunes, 28 de febrero de 2011

Rojo. Los sindicatos ya no son lo que eran

Reflexiones sobre sindicalismo. Desde el lado Rojo.
Los sindicatos ya no son lo que eran.


Evidentemente, ni tú, ni yo, ni el Estado, ni la miseria española, ni el ejército, ni el español medio… Cuando escucho este lamento en boca de los ultramedios y sus tertulianos, me pongo a temblar y me pregunto ¿Y ahora, que querrán?

En los últimos tiempos individuos antisindicalistas homenajean a los antiguos luchadores de fines del XIX, de la República y la postguerra. ‘Aquellos si luchaban dignamente y pagaban con su vida la consecución de derechos’. Que desfachatez pronunciado por determinadas bocas.

Los seres humanos vivimos en sociedad y durante muchísimos años el pueblo no tenía más derecho que a malvivir. Empezaron a unirse para defenderse mejor de los reyes, señores feudales, de los latifundistas y de la patronal. Desde hace unos 170 años podemos hablar de movimiento obrero en una sociedad parecida a la que dio lugar a ésta en la que vivimos. Las luchas (en Europa y EEUU) de finales del siglo XIX y principios del XX, produjeron unas organizaciones que dieron en llamarse sindicatos y cuya finalidad era mejorar las condiciones de trabajo y salario, los entornos, la salud y educación. De aquella época data la jornada laboral de 8 horas, por ejemplo.

Las agrupaciones obreras, anarquistas, comunistas y socialistas, regaron con la sangre de militantes obreros las semillas de mayor libertad, igualdad y justicia, arrancadas a quienes las detentaban y puestas a disposición de todos. Gracias a estos luchadores verdaderos héroes de la historia de la humanidad, los cuales se dotaron de organizaciones (sindicatos) para ser más eficientes en sus reivindicaciones, hoy podemos disfrutar de cosas como las pensiones, salarios que perciben los individuos cuando dejan de trabajar, o podemos ver a todos los niños, pobres incluidos, en los colegios o comprobamos que cualquier individuo puede ser médicamente atendido.

Estas conquistas no están muy lejos de nosotros. En España se implantan universalmente, para toda la población, en los años 80, lo que hasta entonces solo disfrutaban unos cuantos privilegiados, los ricos y servidores directos de ellos. Durante estos últimos 50 años aquellos sindicatos (y partidos) reivindicativos de los 60/70 donde una lucha por mejorar unas primas suponía el despido, la cárcel, palizas,…fueron dando paso a organizaciones estables, que a partir de los 80 lograron hacer una sociedad sólida por primera vez en la historia de España. Estabilidad lograda por todas las fuerzas políticas y sociales que constituyeron un gran pacto de convivencia situando los conflictos de intereses en otro nivel de disputa algo más civilizada.

En los años 80 y 90 las organizaciones sindicales van sufriendo una profunda reconversión para adaptarse a una sociedad completamente distinta, más civilizada, dejando de ser organizaciones de lucha, y relegando las luchas reivindicativas, la mayoría de ocasiones, en la esfera individual y de empresa, (como casi siempre) Los sindicatos asumen un papel institucional, socialmente global, de planeamiento, negociación y previsión, que junto con las patronales acuerdan elementos de convivencia presente y futura para el conjunto de la ciudadanía y no solo para sus afiliados y militantes. (Naturalmente los procesos no son lineales ni absolutos aunque son válidas las líneas generales)

Y llegamos hasta hoy en donde todo se tambalea, no solo lo sindical. Lo conseguido por todos, el modelo de sociedad español, ha entrado en crisis, son muchos años de toda la sociedad española con los ojos cerrados a otras realidades externas que suponen que un tercio de la población mundial (Asia…) se incorpore a los mercados mundiales y a su sistema económico capitalista. La globalización permite mover capitales planetariamente mientras que los poderes nacionales poco pueden hacer por sí solos para impedirlo. Las fábricas se trasladan de unos países a otros y en China, India, Corea, Brasil… se producen mercancías parecidas con salarios 10 veces menores que los europeos.

Ese tercer mundo, esos emergentes, no tuvieron la misma experiencia histórica de creación del capitalismo con sus movimientos obreros que les dotaran de sindicatos, y sus condiciones de vida y trabajo difieren demasiado de las europeas, lo cual implica que su salario social no existe o es ínfimo.

Y aquí estamos con unos sindicatos algo dormidos en los últimos 15 años para defender los derechos de los no afiliados, de los parados, de las mujeres, de los jóvenes, concentrados en gran parte en la defensa de los trabajadores fijos, olvidaron los precarios y las condiciones que fue implantando la burbuja. (En los tiempos de bonanza llegamos a tener 2 millones de parados). Y el país se fue sumiendo en la grave crisis actual empujado por la burbuja inmobiliaria que dilapidó ingentes recursos que no existían y fueron pedidos prestados. (Sobre la crisis véase abundante material en Arian seis, http://arian-seis.blogspot.com/)

Cuando todo se tambalea, la culpa se echa a los débiles, nunca a los poderosos que fueron los que provocaron el desastre. Los medios de prensa y la derechona española, como siempre, se lanzaron en tromba contra los trabajadores y sus organizaciones, culpándoles de todo y tomaron por sorpresa a millones de ciudadanos dormidos en el sueño de la abundancia (éramos uno de los 10 primeros países del mundo) que empezaron a mirar los defectos sindicales, que en verdad existían, pero que en ningún caso fueron los causantes del desastre.

Otra vez se trata de desviar la atención de los culpables para responsabilizar a los trabajadores de los problemas y en esta batalla estamos instalados. La lucha de salida se establece ahora globalmente en el terreno de la competitividad internacional y la derechona española con las gafas de madera puestas, pretenden como en el pasado volver a ganar competitividad a base de reducir salarios, lo cual es un error monumental, como siempre lo fue, incluso mayor ahora que no es posible devaluar la moneda.

La derecha rancia domina la situación y no deja salir a la derecha más moderna que junto con los sindicatos pudieran abordar este tremendo problema considerando otros aspectos diferentes al salario, como son: las comunicaciones, la I+D la innovación, la organización del trabajo, las infraestructuras, la educación, la necesaria reconversión del empresariado, la salud, la pérdida de sanguijuelas en lugares claves como el sector energético, financiero, inmobiliario, el marco legal, la penetración de internet, etc. (Mayor información sobre competitividad

Sí, los sindicatos tienen que volver a realizar otra nueva reconversión, y los partidos, y la Iglesia y la judicatura y las administraciones y la sociedad toda. Hemos llegado al final de una etapa y el comienzo de otra, en la cual las organizaciones sociales siguen siendo imprescindibles.

3 comentarios:

  1. he visto que en tu blog andas por un numero importante de visitas, eso quiere decir algo ¿no?: creo que la reflexión es buena y a la gente le interesa. Insisto: Felicidades

    89 visitas 20,05 horas

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  2. Sí parece que suben, aunque las visitas que aquí salen parece que pueden ser un poco equívocas respecto al total, creo que solo son una parte de ellas, las que pican el blog, no las que utilizan el agregador de Red de Blog Socialistas, cuya lectura se ve allí, o las que siguen a RBS por twiiter o facebook.
    En todo caso es una subida, supongo que enlazada por las otras reflexiones.

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