La libertad de prensa en España comparada
Ayuda
a esos silencios la situación de la prensa, hoy dramática, pues desde 2008 se
han cerrado casi 300 medios de comunicación y se han perdido cerca de 12.000
puestos de trabajo ocupados por periodistas.
‘C
de España, página 230’.
‘’…determinadas
opiniones o posicionamientos se mueven entre la autocensura, la invisibilidad y
la clandestinidad. Si eso es evidente en ámbitos nacionales podemos imaginar la
situación en ámbitos geográficos y administrativos más reducidos. Aquella
persona, aquel autor, que no está en el sistema, en el régimen, tiene muy
complicada una salida pública y será ninguneado con total tranquilidad en el
mundo editorial o en el mundo periodístico, controlados en muchas ocasiones por
eminentes caciques con evidentes intereses en el ámbito inmobiliario’’.
‘C de España, página 231’
Probablemente en otro momento no se
hubieran abordado los párrafos anteriores, pero es necesaria respuesta en el
contexto del relato que el libro ‘C de España’ sitúa como idea básica, que
no es otra que la lucha por la calidad democrática de España, y que los autores
del libro califican como de muy baja, uniendo en su narración histórica de forma
determinista los desastres del siglo XIX, franquismo y democracia, como si una
naturaleza esencialista española nos condujera a los desastres. En ese contexto
es necesario mostrar otros datos, que existen y no son tenidos en cuenta por los autores, otras interpretaciones, -por
ejemplo no es lo mismo estar situados en el primer cuarto de una tabla que en
el último cuarto-, otras
miradas sobre pasado y presente de España que permitan mostrar errores y
corregirlos sin flagelarnos. Total, como en todos los países, en todo tiempo.
¿Quiere decir el primer párrafo que
antes de 2008 consideraban los autores la situación de la prensa española como normalizada?
en relación claro está a los estándares de países democráticos, ¿antes del
cierre de empresas por la crisis económica, existía libertad de prensa en
España?, la pregunta viene a cuento porque parecería que esta idea fuera
contradictoria con la formulada en la página 231 que parece decir que la
desaparición de casi 400 medios de comunicación, entre periódicos, radios,
televisiones, agencias, es una prueba de falta de libertad de prensa. La crisis
de la prensa en papel, en cuanto negocio es un tema del capitalismo siglo XXI vinculado
a los cambios tecnológicos y económicos, a la influencia de internet en los
cambios de costumbres, -la caída de difusión de los seis grandes diarios
nacionales fue superior a un 60% durante los años de crisis-. La libertad de
prensa es otro asunto diferente, aunque tengan conexiones, ya que todo cambio
tecnológico y/o económico tiende a generar una pelea por redefinir las
estructuras de poder que hasta ese momento disfrutaban de cierto equilibrio
-inestable, siempre en constante cambio-. El problema se plantea si consideran
este asunto como un nuevo hándicap de la democracia española en particular, que
mermaría su credibilidad.
En todo caso permitan un matiz
comparativo, en España cerraron durante la crisis unos 60.000 bares, y abrieron
otros 40.000, por tanto, perdió unos 20.000 bares, no podemos deducir de ello
que descendiera el consumo de bebidas. Quizás falte un estudio más detallado de
cuantas empresas de prensa analógicas fueron cerradas y cuantas digitales
fueron abiertas, cuantas aprovecharon para despedir viejos periodistas y
contratar jóvenes por menos salarios y sin antigüedad, ni compromisos con las
nuevas direcciones, cuantos inversores estimaron fracasados sus negocios de
prensa y sacaron el dinero hacia otros sectores más rentables o de igual o
superior influencia popular, pero más modernos tecnológicamente, -la caída de
inversión publicitaria en prensa de papel ha sido espectacular, al tiempo que
la subida de publicidad en digital e internet ha sido enorme-.
En definitiva, la primera frase no es
significativa de la existencia de menores y/o peores medios de comunicación. Ni
por supuesto de mejores. Constatamos que el futuro de la prensa de papel es muy
incierto y particularmente creo que el futuro digital no será más favorable a
la libertad y veracidad de información mundial que con la prensa que conocemos.
Pero entiendo que aquí se discute el nivel de la calidad democrática de España
en su relación con el mundo y no creo que esta revolución digital sea más
perniciosa aquí que para el resto del planeta.
La prensa escrita en papel, está en
todo el mundo en retroceso. Tiene mucho que ver internet y las redes sociales,
la explosión de la comunicación digital arrasó y arrinconó la analógica, el
papel cede posiciones en todas partes a comunicaciones muchísimo más cortas en
las diversas pantallas que nos rodean. Algunos lo defienden como etapa de mayor
libertad que la anterior, sin duda dudoso, aunque sí es clara la pérdida de
puestos de trabajo y de periódicos en papel, como ocurre en montones de profesiones y
trabajos con la entrada de lo digital y la robotización, pero la redefinición
de la prensa y de la profesión no parece pueda imputarse como una
particularidad de la baja calidad democrática española. En todos los países del mundo se está produciendo una redefinición de las inversiones publicitarias que sostienen a la prensa, pasando del papel a lo digital en altas proporciones.
La idea del segundo párrafo, de la
existencia de censura considerada como invisibilidad territorial parece
acertada, para cualquier territorio del mundo de cualquier época, demostrada preferentemente en la Rusia de Stalin, la China de Mao, o la China actual.
Y por supuesto sin comentarios de la situación existente en otros países de
África, Asia o América. Como siempre, al hablar de la situación en España, debería tenerse en cuenta el contexto, el mundo en que nos movemos, dependerá de los grados de mordaza para
ser juzgada como susceptible de mejorar, o como lacra que hace insufrible vivir
aquí. El dilema otra vez es ¿destruirla o cambiar lo dañado?
Unas preguntas surgen al leer el párrafo
de la página 231: ¿debemos pensar que los autores que publican en los
territorios federales españoles, -llamadas CCAA- forman parte de la casta
caciquil del Régimen del 78? ¿Los autores no se dan cuenta que la propia
publicación de este libro sobre un asunto tan pegajoso como la corrupción y
molesto para los poderosos, les está destrozando la argumentación? ¿o pretenden
decirnos que a ellos les editan sus libros, precisamente porque forman parte
del sistema de poder territorial? Para salir de este atolladero personalista
veamos estudios internacionales sobre la libertad de prensa y libertad de
expresión que pueden aclararnos un poco el espacio relativo que ocupamos los
españoles en el mundo respecto a este asunto. -Al margen de su particularidad
en cuanto a metodología y posible crítica a RSF y Freedom, no hay muchos mas
estudios globales comparativos-.
El
primer gráfico ‘Freedom of the Press Worldwide 2019’, lo publican Reporteros
Sin Fronteras, evalúa el estado del periodismo en 180 países, España figura
entre los países de mayor libertad de prensa, en color amarillo, dentro del 24%
de países con situación muy buena o buena. Ellos lo, definen como: ‘una
instantánea de la situación de la libertad de los medios basada en una
evaluación del pluralismo, la independencia de los medios, la calidad del marco
legislativo y la seguridad de los periodistas en cada país y región…no es
indicador de la calidad del periodismo… Este análisis cualitativo se
combina con datos cuantitativos sobre abusos y actos de violencia contra
periodistas durante el período evaluado. Los criterios utilizados en el
cuestionario son el pluralismo, la independencia de los medios, el entorno de
los medios y la autocensura, el marco legislativo, la transparencia y la
calidad de la infraestructura que respalda la producción de noticias e
información.’
El
gráfico, Global Press Freedom in Peril, para 2019, de Freedom House,
organización especialista en este asunto, incluye a España en el segundo grupo
de países, delante de los otros tres grupos de países que serían la mayoría
del mundo. Otra vez situados entre el 25% de los mejores.
En otro gráfico, el publicado por
Forbes-Statista, que elabora recogiendo datos de ‘Reporteros Sin Fronteras’, ‘Freedom
House’ e incorporando los de Forbes, deja a España entre los países pintados de
amarillo, con una situación calificada de satisfactoria, en el segundo grupo,
tras los países pintados de verde, en buena posición. El gráfico publicado por
El Parlamento Europeo, consideraba la libertad de prensa española en 2018
satisfactoria, con una situación similar al Reino Unido, Francia e Italia.
El cuadro
publicado a continuación procede de ‘European University Institute. CMPF,
Centre for Media Pluralism and Media Freedom’, con patrocinio de la UE centrado
en Europa, realiza un estudio de riesgos orientado en cuatro aspectos:
Protección básica, Pluralidad de Mercado, Independencia Política, e Inclusión
Social. En dichos apartados España figura en el nivel medio de los riesgos. Los
definen así:
Protección Básica; evalúa los factores
fundamentales que deben existir en una sociedad plural y democrática, a saber,
la existencia y efectividad de la implementación de mecanismos reguladores para
salvaguardar la libertad de expresión y el derecho a buscar, recibir e impartir
información; el estado de los periodistas en cada país; la
independencia y efectividad de la autoridad de los medios; El alcance
universal de los medios tradicionales y el acceso a Internet.
Pluralidad del mercado; el MPM evalúa los
riesgos para el pluralismo de los medios vinculados a la falta de transparencia
y concentración de la propiedad de los medios, la influencia comercial y del
propietario sobre el contenido editorial y las condiciones económicas en las
que operan los medios (viabilidad de los medios).
La
independencia política; se evalúa utilizando indicadores que evalúan el alcance
de la politización del sistema de medios, las organizaciones de medios, las
salas de redacción, los informes de los medios y los medios de servicio público.
El área
de Inclusión Social; analiza el acceso a los medios de comunicación por parte
de diversos grupos sociales y culturales, como minorías, comunidades locales /
regionales, personas con discapacidad y mujeres. Además, el Monitor
considera la alfabetización mediática como una condición previa para usar los
medios de manera efectiva, y examina los contextos de alfabetización mediática,
así como las habilidades digitales de la población.
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