viernes, 28 de febrero de 2020

La libertad de prensa en España. Comparativa (8)


La libertad de prensa en España comparada




Ayuda a esos silencios la situación de la prensa, hoy dramática, pues desde 2008 se han cerrado casi 300 medios de comunicación y se han perdido cerca de 12.000 puestos de trabajo ocupados por periodistas.
‘C de España, página 230’.

‘’…determinadas opiniones o posicionamientos se mueven entre la autocensura, la invisibilidad y la clandestinidad. Si eso es evidente en ámbitos nacionales podemos imaginar la situación en ámbitos geográficos y administrativos más reducidos. Aquella persona, aquel autor, que no está en el sistema, en el régimen, tiene muy complicada una salida pública y será ninguneado con total tranquilidad en el mundo editorial o en el mundo periodístico, controlados en muchas ocasiones por eminentes caciques con evidentes intereses en el ámbito inmobiliario’’.
 ‘C de España, página 231’

Probablemente en otro momento no se hubieran abordado los párrafos anteriores, pero es necesaria respuesta en el contexto del relato que el libro ‘C de España’ sitúa como idea básica, que no es otra que la lucha por la calidad democrática de España, y que los autores del libro califican como de muy baja, uniendo en su narración histórica de forma determinista los desastres del siglo XIX, franquismo y democracia, como si una naturaleza esencialista española nos condujera a los desastres. En ese contexto es necesario mostrar otros datos, que existen y no son tenidos en cuenta por los autores, otras interpretaciones, -por ejemplo no es lo mismo estar situados en el primer cuarto de una tabla que en el último cuarto-, otras miradas sobre pasado y presente de España que permitan mostrar errores y corregirlos sin flagelarnos. Total, como en todos los países, en todo tiempo.

¿Quiere decir el primer párrafo que antes de 2008 consideraban los autores la situación de la prensa española como normalizada? en relación claro está a los estándares de países democráticos, ¿antes del cierre de empresas por la crisis económica, existía libertad de prensa en España?, la pregunta viene a cuento porque parecería que esta idea fuera contradictoria con la formulada en la página 231 que parece decir que la desaparición de casi 400 medios de comunicación, entre periódicos, radios, televisiones, agencias, es una prueba de falta de libertad de prensa. La crisis de la prensa en papel, en cuanto negocio es un tema del capitalismo siglo XXI vinculado a los cambios tecnológicos y económicos, a la influencia de internet en los cambios de costumbres, -la caída de difusión de los seis grandes diarios nacionales fue superior a un 60% durante los años de crisis-. La libertad de prensa es otro asunto diferente, aunque tengan conexiones, ya que todo cambio tecnológico y/o económico tiende a generar una pelea por redefinir las estructuras de poder que hasta ese momento disfrutaban de cierto equilibrio -inestable, siempre en constante cambio-. El problema se plantea si consideran este asunto como un nuevo hándicap de la democracia española en particular, que mermaría su credibilidad.

En todo caso permitan un matiz comparativo, en España cerraron durante la crisis unos 60.000 bares, y abrieron otros 40.000, por tanto, perdió unos 20.000 bares, no podemos deducir de ello que descendiera el consumo de bebidas. Quizás falte un estudio más detallado de cuantas empresas de prensa analógicas fueron cerradas y cuantas digitales fueron abiertas, cuantas aprovecharon para despedir viejos periodistas y contratar jóvenes por menos salarios y sin antigüedad, ni compromisos con las nuevas direcciones, cuantos inversores estimaron fracasados sus negocios de prensa y sacaron el dinero hacia otros sectores más rentables o de igual o superior influencia popular, pero más modernos tecnológicamente, -la caída de inversión publicitaria en prensa de papel ha sido espectacular, al tiempo que la subida de publicidad en digital e internet ha sido enorme-.

En definitiva, la primera frase no es significativa de la existencia de menores y/o peores medios de comunicación. Ni por supuesto de mejores. Constatamos que el futuro de la prensa de papel es muy incierto y particularmente creo que el futuro digital no será más favorable a la libertad y veracidad de información mundial que con la prensa que conocemos. Pero entiendo que aquí se discute el nivel de la calidad democrática de España en su relación con el mundo y no creo que esta revolución digital sea más perniciosa aquí que para el resto del planeta.

La prensa escrita en papel, está en todo el mundo en retroceso. Tiene mucho que ver internet y las redes sociales, la explosión de la comunicación digital arrasó y arrinconó la analógica, el papel cede posiciones en todas partes a comunicaciones muchísimo más cortas en las diversas pantallas que nos rodean. Algunos lo defienden como etapa de mayor libertad que la anterior, sin duda dudoso, aunque sí es clara la pérdida de puestos de trabajo y de periódicos en papel, como ocurre en montones de profesiones y trabajos con la entrada de lo digital y la robotización, pero la redefinición de la prensa y de la profesión no parece pueda imputarse como una particularidad de la baja calidad democrática española. En todos los países del mundo se está produciendo una redefinición de las inversiones publicitarias que sostienen a la prensa, pasando del papel a lo digital en altas proporciones.

La idea del segundo párrafo, de la existencia de censura considerada como invisibilidad territorial parece acertada, para cualquier territorio del mundo de cualquier época, demostrada preferentemente en la Rusia de Stalin, la China de Mao, o la China actual. Y por supuesto sin comentarios de la situación existente en otros países de África, Asia o América. Como siempre, al hablar de la situación en España, debería tenerse en cuenta el contexto, el mundo en que nos movemos, dependerá de los grados de mordaza para ser juzgada como susceptible de mejorar, o como lacra que hace insufrible vivir aquí. El dilema otra vez es ¿destruirla o cambiar lo dañado?

Unas preguntas surgen al leer el párrafo de la página 231: ¿debemos pensar que los autores que publican en los territorios federales españoles, -llamadas CCAA- forman parte de la casta caciquil del Régimen del 78? ¿Los autores no se dan cuenta que la propia publicación de este libro sobre un asunto tan pegajoso como la corrupción y molesto para los poderosos, les está destrozando la argumentación? ¿o pretenden decirnos que a ellos les editan sus libros, precisamente porque forman parte del sistema de poder territorial? Para salir de este atolladero personalista veamos estudios internacionales sobre la libertad de prensa y libertad de expresión que pueden aclararnos un poco el espacio relativo que ocupamos los españoles en el mundo respecto a este asunto. -Al margen de su particularidad en cuanto a metodología y posible crítica a RSF y Freedom, no hay muchos mas estudios globales comparativos-.

El primer gráfico ‘Freedom of the Press Worldwide 2019’, lo publican Reporteros Sin Fronteras, evalúa el estado del periodismo en 180 países, España figura entre los países de mayor libertad de prensa, en color amarillo, dentro del 24% de países con situación muy buena o buena. Ellos lo, definen como: ‘una instantánea de la situación de la libertad de los medios basada en una evaluación del pluralismo, la independencia de los medios, la calidad del marco legislativo y la seguridad de los periodistas en cada país y región…no es indicador de la calidad del periodismo… Este análisis cualitativo se combina con datos cuantitativos sobre abusos y actos de violencia contra periodistas durante el período evaluado. Los criterios utilizados en el cuestionario son el pluralismo, la independencia de los medios, el entorno de los medios y la autocensura, el marco legislativo, la transparencia y la calidad de la infraestructura que respalda la producción de noticias e información.’

El gráfico, Global Press Freedom in Peril, para 2019, de Freedom House, organización especialista en este asunto, incluye a España en el segundo grupo de países, delante de los otros tres grupos de países que serían la mayoría del mundo. Otra vez situados entre el 25% de los mejores.


En otro gráfico, el publicado por Forbes-Statista, que elabora recogiendo datos de ‘Reporteros Sin Fronteras’, ‘Freedom House’ e incorporando los de Forbes, deja a España entre los países pintados de amarillo, con una situación calificada de satisfactoria, en el segundo grupo, tras los países pintados de verde, en buena posición. El gráfico publicado por El Parlamento Europeo, consideraba la libertad de prensa española en 2018 satisfactoria, con una situación similar al Reino Unido, Francia e Italia.



El cuadro publicado a continuación procede de ‘European University Institute. CMPF, Centre for Media Pluralism and Media Freedom’, con patrocinio de la UE centrado en Europa, realiza un estudio de riesgos orientado en cuatro aspectos: Protección básica, Pluralidad de Mercado, Independencia Política, e Inclusión Social. En dichos apartados España figura en el nivel medio de los riesgos. Los definen así:

Protección Básica; evalúa los factores fundamentales que deben existir en una sociedad plural y democrática, a saber, la existencia y efectividad de la implementación de mecanismos reguladores para salvaguardar la libertad de expresión y el derecho a buscar, recibir e impartir información; el estado de los periodistas en cada país; la independencia y efectividad de la autoridad de los medios; El alcance universal de los medios tradicionales y el acceso a Internet.

Pluralidad del mercado; el MPM evalúa los riesgos para el pluralismo de los medios vinculados a la falta de transparencia y concentración de la propiedad de los medios, la influencia comercial y del propietario sobre el contenido editorial y las condiciones económicas en las que operan los medios (viabilidad de los medios).
La independencia política; se evalúa utilizando indicadores que evalúan el alcance de la politización del sistema de medios, las organizaciones de medios, las salas de redacción, los informes de los medios y los medios de servicio público. 
El área de Inclusión Social; analiza el acceso a los medios de comunicación por parte de diversos grupos sociales y culturales, como minorías, comunidades locales / regionales, personas con discapacidad y mujeres. Además, el Monitor considera la alfabetización mediática como una condición previa para usar los medios de manera efectiva, y examina los contextos de alfabetización mediática, así como las habilidades digitales de la población.


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