jueves, 23 de enero de 2020

LOS DESEOS. LA SOCIEDAD QUE TE GUSTARIA


O sobre cómo te gustaría que fuera la sociedad en la que vivir, y al tiempo comprobar que esa realidad soñada choca e interactúa con las de otros colectivos humanos de este y de otros países. Te gustaría que aquí no hubiera capitalismo, ni mercados, eso es un deseo, que deberías plantearte contrastándolo con el mundo real, europeo, asiático, africano, americano. ¿Como suprimirlos?, ¿que pondrías en su lugar?, ¿lo querrían así los millones de personas que conviven contigo?

¿Aceptaríamos regresar a la edad media? ¿Podríamos vivir solos y aislados en un país sin mercados? Te gustaría de verdad vivir sin salir de aquí y sin que nadie entrara, sin contactos con el mundo, te gustaría la autarquía ya intentada por Franco y Falange?

Dentro del mundo de los deseos es equivocado considerar que todos los individuos que te rodean tienen tus mismos intereses, misma ideología, mismo criterio político…Quizás este sea un aspecto más genuinamente español, ya que estamos poco acostumbrados a convivir con la diversidad, (en los últimos 100 años), sin darnos cuenta que nuestros deseos no son iguales a los de la gente cercana que pueden tener otra idea de la vida. ¿Aceptamos vivir sin gastar tanta energía?, ¿creciendo o decreciendo?, ¿menos transportes, menos comodidades, menos mercancías, suprimimos el dinero?, ¿es deseable vivir en un monasterio, no unas vacaciones sino toda la vida, pero a escala país, decenas de millones de personas, o a escala continental centenares de millones y crees que sería elegido por ellos?

Complejo de Peter Pan. En la izquierda tenemos un problema añadido, parece como si estuviéramos a disgusto y disconformes dentro de nuestros cuerpos. No aceptamos fácilmente la sociedad que nos hemos dado, en la cual hemos participado en su construcción y en la que nos toca vivir. Es como si quisiéramos escaparnos de un cuerpo que contiene nuestra mente. Y lo que es peor creemos que eso es posible, pero ya sería hora para muchos de identificar unos cuantos deseos con la realidad.

Dentro de amigos y conocidos hay muchos que valoran poco nuestra sociedad y parecen preferir otras, las de Méjico, Bolivia, Venezuela, Cuba, Brasil, India, China, etc. por encima de la europea, cuando esas citadas y otras muchas se encuentran lejísimos de los criterios y realidades europeas de justicia, laicismo, solidaridad, libertad, igualdad y fraternidad, para hombres y mujeres, ancianos y niños, o grupos de minorías. Cualquier somera investigación mostraría gigantescas diferencias en sus niveles de enfermedad, inseguridad, represión y maltratos a mujeres, niños y ancianos, a minorías, sociedades polarizadas en extremo, poco solidarias, etc. etc., En el siglo XXI no tendría que ser necesario recordar estas cosas tan ampliamente documentadas para cualquier interesado, y sin embargo se olvidan en demasiados círculos.


La comunidad europea de los últimos 50 años es quien más cerca ha estado de los ideales del anarquismo, socialismo, comunismo y feminismo, en la historia de la humanidad pocas han estado tan cerca, quizás ninguna. Muy pocos grupos sociales mundiales han contado con tanta libertad individual y colectiva, libertad ideológica que incluye diversidad de creencias, de medios de prensa, radio televisión, edición, de partidos y grupos, de movimientos de mercancías, personas e ideas. Libertad de vida, sin pena de muerte, lapidaciones o linchamientos, sin torturas. En casi ninguna parte del mundo se dan parecidas situaciones de igualdad y libertad de sexos, de razas, de religiones, en casi ninguna parte existe sociedad tan laica como la europea, o sociedades con tanta seguridad en temas de delincuencia, asesinatos, violaciones, trabajo y maltrato infantil, guerras.

A pesar de lo anterior, escucho a algunos jóvenes decir que nunca estuvo el pueblo tan oprimido como hoy con el capitalismo, y así lo creen muchos izquierdistas menos jóvenes. Todos deberíamos estudiar algo de historia social, Grecia, Roma, la edad media, el renacimiento, los absolutismos, o más allá, Egipto, Persia, en ninguna parte encontramos ciudadanos, en ninguna época hubo derechos humanos, que es una construcción reciente de la Europa Ilustrada, el ser humano siempre fue una bestia sin derechos hasta hace poco tiempo, salvo emperadores y realezas, señores feudales, el clero y los mandos militares. Y todavía hoy no en todos los lugares.

Ni que decir tiene que el estado de bienestar europeo no existe hoy en parte alguna, los niveles de pensiones, sanidad, educación, subsidios o ayudas a los necesitados, el tamaño del salario social en Europa y los parámetros de solidaridad interior y exterior, ninguna otra zona del mundo los ve de cerca, todo ello es poco imaginable en los teóricos revolucionarios que podamos conocer. Ahora, como ya lo tenemos, lo valoramos poco, incluso lo despreciamos.

En esto llegó la crisis y afecta gravemente a Europa, a lo que representa en relación con el resto del mundo, millones de trabajadores en Asia, Sudamérica y África pueden trabajar en condiciones de mayor precariedad que los europeos. Bien, pues en el terreno de los deseos se empieza a jugar esta guerra. Los campos de batalla para resolver los problemas son:

1) Mas o menos Europa. Difícilmente se podrán resolver mejor los problemas con mayores cotas de autarquía, o independencia como proclama parte de la derecha española y muchos líderes del PP. Con la peseta, o sea fuera del euro, podríamos devaluar y perder ese 20% de peso del que tanto hablan algunos economistas, sin tanto esfuerzo inmediato, otra cuestión sería el medio plazo, sería desandar caminos que nos han acercado a una sociedad de mayor libertad, justicia y solidaridad.

2) Más o menos Estado. Saldremos hacia una sociedad mejor si damos mayor poder al Estado, si fortalecemos las instituciones para elegir, controlar, legislar, corregir, porque en el Estado podemos influir los ciudadanos y tiene que actuar de contrapoder con los otros poderes en los que podemos influir muy poco. En este tramo de la historia es posible, en otros momentos ni siquiera los individuos podían planteárselo.

3) Más política o más economía. Es el cemento de ambos anteriores, mayor peso a la política, al Estado en Europa, con mayor implicación ciudadana en el control de las instituciones. Casi ninguno de los problemas de deuda, de control de mercados financieros, de regulación bancaria, de penalización de actividad especulativa de tasas financieras especiales, etc. pueden encontrar salida fuera del marco global de la UE, para ello las instituciones comunitarias (particularmente las de la Eurozona) deben hacerse más fuertes políticamente, la integración política debe dotarlas de mecanismos de mayores y rápidas respuestas económicas. Incluido la actuación en ámbitos más amplios, G20, FMI u otros, que para que sea eficaz tendrá que ser europea, y no nacional.

Mas política en España supone mayor participación ciudadana, mejorar la implicación de los partidos en la sociedad y su representación, superior control y participación social de los partidos incluido el control parlamentario al gobierno, mayor control del gobierno a su presidente, aumentar peso a las instituciones y rebajarlo a los dirigentes. No podemos aceptar que se produzca un giro de 180 º en las políticas gubernamentales y nadie sienta la obligación de explicar el por qué a la sociedad.

¿Alguien propone otras ilusiones o deseos de sociedad?, o solo juega a la contra. Nos molesta todo y somos susceptibles de criticar cualquier cosa, por supuesto, tenemos capacidades intelectivas y tiempo para pensar, y necesidades materiales profusamente satisfechas, así que desde estos cuerpos que no aceptan nuestras mentes podemos hacer de masocas. Que se pueden modificar, hagámoslo, pero desear que no existan mercados, por ejemplo, es un deseo que convendría precisar porque de lo contrario solo se queda en una chiquillada, o en una lamentación ante nuestra impotencia y desconcierto, y nos quita fuerzas para plantear límites en determinadas operaciones financieras, por ejemplo.

Estamos viviendo una época de trascendentales cambios en nuestras vidas,
similar en cuanto a la profundidad de ellos a la Transición, con un elemento diferenciador básico, entonces los cambios conducían a avanzar, en mas derechos, libertades y justicia, eran movimientos hacia adelante, los actuales son hacia atrás y pocos de los jóvenes antifranquistas hemos vivido situaciones regresivas, y menos aún las generaciones posteriores.

Este hecho diferencial, el retroceso, hace que sea importante fijar los sueños y los deseos de sociedad, y lo es porque para empezar muchos antifranquistas deberían asumir, de una vez, que en los últimos 35 años hemos avanzado, por eso ahora supone un retroceso, Y esto es importante porque haría encarar los problemas de forma más concreta y real, acercándolos a salidas posibles, de lo contrario aceptar que retrocedemos sin haber avanzado nos llevaría al franquismo, en nuestras cabezas. Extraño campo de lucha realidad-irreal, que elimina posibilidades para unos, dejando caminos expeditos para otros, la derecha.

Muchos deberían pensar que ha llegado el momento de abandonar su complejo de Peter Pan, anclados en lecturas y sueños de su niñez, y aceptar que los deseos de mayores son otros, porque seguir manteniendo que nada cuesta, y su corolario de querer mas de todo, no conduce a buenos puertos, porque mientras ellos abandonan la realidad soñando imposibles, la sociedad en la que vivimos se mueve en la dirección opuesta.



LA CRISIS. Y LA IZQUIERDA. MANUEL HERRANZ MONTERO.

Junio 2010. Desde ‘Arian seis’. 

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