lunes, 5 de julio de 2010

Las izquierdas en crisis. (Izqcri 1)

La idea del trabajo anterior ‘La crisis. Y la izquierda’, pretendía tocar alguno de los palillos de la crisis de las izquierdas, esta vez manifestados por la crisis económica. Envié el trabajo completo por correo a individuos y colectivos, he recibo correos de respuesta diversos, en uno de los cuales, un buen colega, me emplazaba para un trabajo específico sobre la crisis de la izquierda.

Es un viejo reto, y ya en el trabajo citado se contienen algunos aspectos críticos referidos a la crisis de las izquierdas, que ahora intentaré ampliar apoyado en la polémica surgida a raíz del envío citado, para lo cual publicaré como post alguno de los correos recibidos, (espero no se enfaden mucho). Me parece que tal como estamos, empujados por la crisis, puede ser buen momento crítico en las izquierdas.

Mejor las izquierdas, en plural, porque los mimbres son muchos y variados, están el PSOE y sus corrientes, IU y sus corrientes, los ex militantes de extrema izquierda, de izquierda, los alter, los antisistema, la extrema izquierda comunistas, anarquistas, socialistas, los socialdemócratas, sindicalistas, los intelectuales de izquierdas, los izquierdistas soñadores, los ilusos, los sentimentales, los nuevos y variados movimientos sociales, vecinales, algunos republicanos, cristianos, ONG’s, ecologistas y feministas (también los hay que no aceptan este calificativo), etc.etc. por eso mejor el plural, hay muchas y ninguna tiene el derecho de carnet exclusivo.

¿Que une hoy a estas fuerzas, sectores, grupos o individuos?, es difícil de explicar, antiguamente parecía mas clara la definición respecto a la defensa de intereses de clase, obrera y campesina, y defensa de intereses populares y étnicos, respecto a luchas por la independencia, o por los derechos civiles, o pacifistas, modernamente se fueron incorporando grupos y movimientos (‘verdes y malvas’), lo cual ofrece una amalgama de intereses trasversales en no pocas ocasiones. Pretender que gays, o feministas sean de izquierdas es equívoco, como lo es incluir a muchos ecologistas, algunos desmarcados explícitamente de esta identificación, igual que movimientos vecinales, cuyos integrantes votan indistintamente a unas u otras fuerzas políticas, o se abstienen.

Lo más visible quizás sea el sentimiento de sentirse de izquierdas, que es bastante indefinido y diferente de unos a otros, una especie de sentimiento o ideal de querer un mundo mejor, en torno a conceptos como ‘libertad, igualdad, fraternidad, justicia, solidaridad, sostenibilidad…) pero puesto que ese sentimiento global y abstracto lo compartiría mucha otra gente que no quisiera ser identificada como de izquierdas, quizás fuera conveniente no apropiarse de dichos conceptos u otros de progreso por parte de nadie. Al fin y al cabo mucha gente no ha necesitado de ningún título o carnet para hacer grandes cosas en la buena dirección de progreso social. No es sencillo concretar y definir que tienen en común los colectivos anteriormente definidos como de izquierdas, máxime cuando pueden llegar a enfrentarse violentamente entre ellos, signo apreciable de los diferentes. Quizás parezca exagerado enunciarlo así, pero recordemos un poco.

Históricamente, hay documentadas suficientes luchas entre las izquierdas, algunas terribles, a muerte en bastantes ocasiones, matanzas estalinistas o maoístas, y de otros, en España anarquistas y comunistas aunque no solo, los sucesos de Barcelona con el POUM también son significativos. A partir de luchas hasta matar al otro, imaginemos otras de menor calado, denuncias y descalificaciones, ante colectivos sociales, e incluso a la policía, insultos, golpes, escisiones violentas en todas las organizaciones, una parte importante de la energía ha sido gastada en estas cuestiones. Todos recordamos las sucesivas refundaciones y llamamientos a la unidad de muchos colectivos, producidas después de que meses antes expulsaran a grupos destacados de militantes.

En fin un cirio, del que conviene precisar que la etiqueta 'izquierdas' hoy no aporta un plus de calidad ni salva de nada, en este sector hay tanto hijo de mala madre, ignorantes y enloquecidos, vagos y maleantes, machistas, xenófobos y racistas, borrachos, pendencieros y derrochadores, como en cualquier otro lado. Parece que las identificaciones ideológicas expresamente fuertes, y/o la ‘seguridad religiosa’ de estar en posesión de la verdad, propician batallas, como vimos en Europa y fuera de ella, las guerras de religión entre cristianos, las cruzadas entre cristianos y musulmanes, las batallas judías en la antigüedad, por lo que parece que la discrepancia y el enfrentamiento violento forman parte del genoma humano. Pero ahora hablamos de las izquierdas.

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