miércoles, 23 de octubre de 2019

La gente no nace fascista

La gente no nace fascista, se hace en un proceso de conversión personal y fascistización social como el que actualmente se vive en Cataluña desde hace años. Las ideas que conforman el pensamiento fascista no se plantan de golpe todas juntas en un lote, las ideas ultras, de extrema derecha, racistas, xenófobas, ultranacionalistas, supremacistas… se van adquiriendo día a día, en el colegio y universidades, en iglesias, por los medios, por las relaciones sociales, pueden haber anidado en muchos individuos durante múltiples momentos, y parecer dormidas en estado latente, salvo hechos puntuales, para de repente surgir acumuladas en un momento explosivo provocado por un hecho significativo.

Habitualmente surgirán en situaciones de crisis, el odio a los demás surgirá violentamente cuando alguien se oponga, haga frente, o cuando la indignación por los sufrimientos infringidos, reales o imaginados, aflore a través de un acontecimiento mediático. La frustración por un sueño que creían al alcance de la mano y la insatisfacción generada por los partidos o líderes en quien se confió, hará saltar a primer plano formas violentas de respuesta.

El miedo al presente y futuro, junto con los anteriores, son aspectos que pueden instalarse en los individuos y que poco a poco conformarán su comportamiento y una manera de ver las cosas, pero ello necesitará dar un salto hasta la consideración de fascismo, necesitará de organización grupal y de movilización social, con objetivos que pretendan cambiar la vida y crear una nueva sociedad ilusionante, inmaculada. Las organizaciones fascistas impulsarán un espíritu revolucionario, de acción como forma de vida que provoque un cambio profundo, que rompa la sociedad en la que viven.

El concepto facha es ampliamente utilizado para insultar al oponente, a quien lleve la contraria o simplemente tenga opiniones diferentes, para descalificarlo; en bastantes ocasiones quienes lo utilizan como insulto se comportan como tales fachas, piensan, hablan y actúan bajo un comportamiento fascistoide, habitualmente formando haces, grupos en panda, lo hacen menos en solitario, lo hacen para atacar y en su primer grado de violencia, despreciar a las otras personas con significantes de basura humana, con los cuales justificarán marginar y aplastar al individuo distinto, al que convertirán en enemigo.

Parte de la incomprensión actual del fascismo se debe al simplismo de la sociedad que cualquier acontecimiento o conflicto lo intenta reducir a cuatro frases, toda explicación del hecho social lo quieren encerrar en una sola palabra o frase, en este caso la utilización de facha, como insulto descalificador en cuanto una persona lleva la contraria a otra. Opinar distinto no es visto como consecuencia de diversidad de ideas y personas con intereses diversos, pero compatibles en una sociedad común, opinar o actuar diferente tratan de asimilarlo a un hecho represivo hacia ellos, los que quieren imponer sus ideas por la fuerza del grupo, poniendo los poderes establecidos a su exclusivo servicio, Generalitat, Mossos, TV3, Catalunya Radio…  lo cual lleva al absurdo de considerar fachas a los que lleven la contraria a los fachas, a quienes se defiendan de ellos, pero así descargan sus conciencias.


‘’ Raza y Nación son dos conceptos inseparables: el primer nombre significa un complejo de características fisicopsíquicas parecidas que presenta un grupo de hombres; el segundo nombre significa la unidad de este grupo de hombres. ...

La Nación representa un deseo de poder: la Raza, un deseo de reproducción y de expansión. Hay un sentimiento que las une, pues: el sentimiento del imperium. … son dos sistemas útiles e inseparables.

Las razas, en cambio, no pueden nunca desaparecer del todo: pueden estar como en letargo durante siglos, pueden perder la consciencia de ellas mismas, pero en cuanto se dan unas circunstancias favorables, rebrotan con nuevas energías. Es la misma raza, no la misma nación: tiene otro espíritu, otra fuerza, incluso, a veces, otra lengua; las nuevas familias dirigentes ocupan el lugar de la antigua clase patricia degradada: nuevas tradiciones han aparecido. El individuo y la raza son eternos a través del soma, que pasa de padres a hijos y no muere: el uno y la otra perduran mientras evolucionan indefinidamente. Esta eternidad del individuo y de la raza tan sólo puede ser frustrada por un cataclismo.’’
Jaume Antón Aiguader i Cortès (1914-1972). “Sobre els errors del racisme i de l’antiracisme”, Quaderns de l’exili, 1945.

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