jueves, 8 de noviembre de 2018

Incomprensión del fascismo: ideas, comportamientos (2)

Así, habrá que explicar los aspectos que contiene el concepto fascista, para comprobar después lo que se asemeja cada movimiento social, aclarando que los fascismos siempre encendieron las conciencias hablando de hacer revoluciones, de crear un mundo nuevo, conquistar futuros maravillosos, arrancar la independencia que les quitaron sus opresores, recuperar pasados imperiales, sus discursos están llenos de héroes y mártires, de lucha y esfuerzo, de glorias pasadas y auroras claras en el futuro. Al principio, algunas de las cosas que decían no parecían peligrosas, nadie analiza a fondo discursos y slogan, en todo caso en aquellos momentos faltaba un estudio a posteriori de sus resultados, faltaba saber qué harían realmente. Los fascistas eran de extracción social diversa, y no fueron desde su nacimiento los asesinos de las cámaras de gas, eran gente aparentemente normal, como otros muchos individuos de su época, con un componente fuertemente nacionalista. Muchos militantes fascistas salieron de entre los estudiantes, la juventud siempre fue importante, había comerciantes, pequeños propietarios, campesinos, trabajadores agrarios, empleados públicos, policías, parados, desmilitarizados… Es absurdo pensar que los fascismos se nutren de los hijos de los adinerados, sin duda estarán algunos, pero aunque solo fuera por su escasa importancia numérica, habría que determinar que un  movimiento de masas se nutrirá en general de mayorías que solo pueden proceder hoy de clases medias, trabajadores y sus hijos.

Los dirigentes del fascismo procedían de estratos sociales diversos, unos podían ser burgueses, hijos de papá, o proceder de la aristocracia, otros del mundo del derecho o del ejército, algunos estaban cerca del movimiento obrero, como Mussolini, que fue activista obrero y militante socialista; en la Italia de los primeros años veinte los ‘camisas parda’ de Musolini eran presentados como continuadores de los ‘guerreras rojas’ de Garibaldi. El fascismo forma parte de los grandes movimientos sociales del primer tercio del siglo XX, es un movimiento con penetración en amplios sectores sociales, policía, ejército, administración pública, entre el campesinado, la pequeña burguesía, y la clase obrera, en 1922 el sindicato fascista Confederación Nacional de las Corporaciones contaba con 700.000 militantes, principalmente trabajadores agrícolas y miembros de profesiones liberales. En 1923 en las elecciones para las comisiones obreras en la Fiat de Turín, los fascistas obtienen un 27,4% de los votos, -citado por N. Poulantzas-. En Italia la penetración del fascismo entre la clase obrera industrial fue bastante inferior a la lograda por el nazismo.

Hitler fue socialista y nacionalista en su juventud, militante del Partido Obrero Alemán en 1919, organización que al año siguiente, cambiará su nombre por el de Partido de los Trabajadores Alemanes Nacionalsocialista (NSDAP), -el partido nazi-. El NSDAP, presentará en 1920 en Munich su programa de 25 puntos, dice el punto 1): ‘Exigimos la unión de todos los alemanes para constituir una gran Alemania fundada en el derecho de la independencia de que gozan las naciones’. La dureza y chulería con la que marcan a quienes no piensan igual de entre los que viven a su alrededor, para marginarlos en principio y tratar de expulsarlo haciéndole la vida imposible, cerrando todas las puertas y posibilidades, ¡porque no se someten! porque no son tan catalanistas como ellos, estas actitudes masivamente practicadas hoy fueron típicamente fascistas, mal que les pese a las personas que insisten en ese comportamiento y se horrorizan cuando lo indicas. De ninguna manera se debe considerar toda movilización como de izquierdas, muchas personas no entienden que el fascismo es imposible comprenderlo sacándolo fuera de los movimientos de masas y de una ideología que corroe a los individuos.

En 1920 el programa nazi de los 25 puntos, dice en el punto 4). Nadie, fuera de los miembros de la nación, podrá ser ciudadano del Estado. Nadie, fuera de aquellos por cuyas venas circule sangre alemana, sea cual fuere su credo religioso, podrá ser miembro de la Nación… en el 5). Quien no sea ciudadano del Estado, sólo residirá en Alemania como huésped y será considerado como sujeto a las leyes extranjeras. En el 6). El derecho a sufragar para la formación del Gobierno del Estado y para la sanción de las Leyes será ejercido únicamente por ciudadanos del Estado. Exigimos, en consecuencia, que todas las funciones oficiales, sea cual sea su naturaleza, tanto en la nación como en el campo y las localidades menores, sean desempeñadas exclusivamente por ciudadanos del Estado.

Los puntos anteriores tendrán transcripción en las ideas catalanistas vertidas en los años  veinte y treinta en la revista ‘Bandera Negra’ del grupo ‘L’Estat Catalá’, en ‘Nosaltres Sols’,… por los hermanos Badía, Dencàs, Baltà, Daniel Cardona, Pere Màrtir Rosell, J.M. Batista i Roca,… J. Genovés Moles escribirá ’Ningún catalán ni catalana dignos de tal nombre admitirán unión matrimonial con individuo español, o hijo de españoles’. Daniel Cardona el 15 de marzo de 1923 escribirá en ‘L’Estat Catalá’, la revista que edita Francesc Maciá, un artículo que titulará ‘La Ocupació castellana’: ‘Dejemos que fluya la sangre pura de su voz, la patria está infectada con sangre extranjera’, Tomado al igual que lo anterior del extraordinario trabajo de Francisco Caja, ‘La raza catalana’, tomo I, Ediciones Encuentro, 2009. Clamarán por la existencia y superioridad de la raza catalana, por la necesidad de su independencia, y el obligado sacrificio por las armas, clamarán por la pureza que debe mantener la sangre catalana, y por apartar de cualquier puesto de responsabilidad social a la emigración española.

Ideas similares a las anteriores se encuentran instaladas hoy entre las élites independentistas, traduzcan del programa nazi los puntos 4, 5 y 6, cambien la referencia a ciudadanos del Estado, o alemanes, por catalanes, o catalanistas. Entiendan catalanes no como personas nacidas en Cataluña, además deben aceptar la nación, (la nación la aceptamos muchos) y el Estado independientes, la República Catalana. Ello choca no solo con la defensa de derechos universales de ciudadanía,  para todos por igual, además oculta la realidad sobre la formación histórica de la población catalana; teniendo en cuenta solo las primeras migraciones del siglo XX auspiciadas por los programas de obras públicas del dictador Primo de Rivera, hoy habría descendientes catalanes, con padres catalanes, abuelos catalanes y hasta bisabuelos catalanes, cuya lengua materna será el castellano. En 1950 podrían haber nacido en Cataluña descendientes de aquellos, que podrían haber tenido hijos en 1975, y éstos a su vez tener hijos en el 2000, todos ellos catalanes nacidos en Cataluña, pero no de pura raza catalana, por lo que no tienen iguales derechos, en la práctica no ocupan los puestos de dirección económica, política, educativa, etc.

Además están los españoles que viven en Cataluña nacidos en otras partes de España, considerados extranjeros por el independentismo y a los que se quiere expulsar, salvo integración-sumisión, absorción. En la realidad actual de Cataluña, la inmensa mayoría de puestos con responsabilidad política, gubernamental, legislativa, económica, sindical, mediática, deportiva, cultural, social, educativa… está en manos catalanistas, independentistas, quedando como ciudadanos de segunda los españoles no nacidos catalanes, los catalanes con sentimientos de identidad española y catalana y los emigrantes residentes allí, nacidos en otros países.

El programa del partido nazi en 1920 reclamaba la nacionalización de las sociedades por acciones, decía el punto 13) ‘Exigimos la nacionalización de todos los negocios que se han organizado hasta la fecha en forma de agrupaciones de sociedades (trusts)’. Todavía en 1933, años antes de la guerra, la propaganda nazi prometía la revolución a los obreros industriales -al tiempo que garantizaba a los grandes capitalistas su protección ante las luchas obreras-. Quien pensara que los fascistas eran fácilmente identificables por sus palabras se equivoca, no fue tan simple, al igual que hoy conviene hacer esfuerzos para traspasar la apariencia. En los ’20 y ’30 para atraerse a la pequeña burguesía y a los obreros, en sus discursos y propaganda eran marcadamente anticapitalistas, ¡prometían la expropiación de los medios de producción! -para ponerlos en manos del pueblo, no de la clase obrera, como decían las organizaciones marxistas y anarquistas-,  propugnaban el control obrero, la cogestión, el cooperativismo, la propiedad comunal… elementos visibles en todos los fascismos, incluido el español. Los fascismos antes de tomar el poder, propugnaban luchar por mayores derechos en las empresas a los sindicatos, defendían el voto secreto, el apoyo a la pequeña burguesía contra los monopolios. En sus primeras etapas, les prometían todo a todos. Algo similar a la promesa que difunde el movimiento independentista de que la República Catalana solucionará todos los problemas de todos los catalanes.

A comienzos de los años veinte, Gr. Strasser un líder del partido nazi, escribe: ‘’La industria alemana, la economía alemana en manos del capital financiero internacional es el fin de toda posibilidad de liberación social…Nosotros jóvenes alemanes de la guerra, nosotros jóvenes revolucionarios nacionalsocialistas, empeñamos la lucha contra el capitalismo y el imperialismo cuya encarnación es la paz de Versalles…Nosotros nacionalsocialistas, hemos reconocido que existe un vínculo…entre la libertad nacional de nuestro pueblo y la liberación económica de la clase obrera alemana.’’ Citado por Nicos Poulantzas, ‘Fascismo y dictadura’. Siglo XXI.  Strasser sería ejecutado por sus compañeros nazis en la noche de los cuchillos largos, verano de 1934.

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