martes, 11 de febrero de 2014

La economía sumergida, en la sombra, subterránea...

Economía en la sombra, sumergida, oculta, no declarada, subterránea, irregular, negra, paralela, invisible, clandestina… Un remedio que no debería ser solución.



 


 (Escrito en 2012, en el libro 'Sobre el paro. Y aledaños' ) La imagen son recortes de prensa de hace 35 años hablando sobre el problema de la economía sumergida.



La economía sumergida puede ser una de las explicaciones al contrate que muestran nuestras estadísticas oficiales de paro, cuando se comparan con las de otros países. Es difícil cuantificar su peso, que pueden situar entre 15% a 25 % variando en las últimas décadas, en los resultados de múltiples estudios y sistemas que existen para estudiar el fenómeno. Hay datos de algunos de los últimos estudios sobre el asunto, que sitúan la economía no declarada con un peso alrededor de entre una cuarta y una quinta parte del PIB, lo cual es enorme.

Bien es verdad, que en todos los países existe una parte de economía oculta, el asunto es determinar cuánto. Algunas estimaciones que se realizan para Europa la calculan alrededor del 10% en algunos países del norte y en el entorno del 20/25% en España, Italia, Portugal… EEUU, Reino Unido, son dos países que arrojan cifras muy contradictorias en distintos estudios sobre el tema, llevándolos unos al primer grupo –alrededor del 10%- y otros al segundo –rodeando el 20%-. Gobiernos e Instituciones pretenden sumar al PIB, dentro de 5 años, la economía ilegal, (prostitución, droga…) entonces veremos si las cifras se hacen más fiables ya que habrá mayor atención a estudios y trabajos sobre el asunto.
                           
El fenómeno es viejo en España, por ceñirnos a etapas recientes, es conocido desde la posguerra –otra cuestión es cuantificarlo- pero la producción de mercancías y servicios cuyas actividades no pagaban impuestos tiene amplia tradición en el franquismo; Posteriormente, durante las crisis de la transición–desde mitad de los 70 hasta mediados los 80, la expresión ‘crisis económica’ cobra un valor similar al actual y se adueña de libros, prensa, medios, calle… Renace su importancia fruto de la cual, desde la Dirección General de Estudios y Documentación de Presidencia del Gobierno, -auspiciado por J.B.Terceiro- se celebró en diciembre de 1981 en Madrid un Simposio Internacional sobre Economía Oculta, al surgir con fuerza la preocupación por definirla e integrarla en obligaciones fiscales, apareciendo entonces múltiples estudios y artículos que trataban el problema.

El concepto de ‘economía sumergida’, puede integrar situaciones muy distintas, incluso en la utilización de los nombres para conceptuarla, –oculta, en la sombra, irregular, no declarada, etc.- ya que las realidades que definen pueden ser muy diferentes y los grupos sociales afectados no son solamente trabajadores o autónomos como en ocasiones quieren hacer creer desde los ultramedios. Podemos diferenciar distintos grupos del fenómeno:

1.- El dinero/ocupación que mueven mafias o individuos en las actividades ilegales, perseguidas, o delictivas, como las vinculadas a contrabandos, drogas, prostitución, tráficos de personas, armas, animales o productos, extorsión, seguridad...

2.- La economía sumergida, la relacionada con la ocultación al fisco, a la Seguridad Social, al Ministerio de Trabajo, etc. integra empresas de todas dimensiones y sectores productivos que declaran menos de la realidad que manejan, por supuesto hay grandes corporaciones, empresas medianas y pequeñas que desarrollan actividades lícitas, pero realizadas en parte ilegalmente, sin declarar al Estado. Incluye evasiones, subcontratas, sacar parte de la actividad fuera de balances, ocultación de ingresos/beneficios –por tanto cotizables- que se derivan a gastos de la empresa, por ejemplo de vacaciones disfrazados de cursos de formación, de consumos de lujo tales como propiedades, fincas, coches, aviones o barcos, viajes, comidas… Ello no ocurre solo en las grandes compañías, también en muchos talleres o empresas medianas y pequeñas se realizan trabajos de los que se declara solo una parte, en donde pueden convivir una parte de trabajadores dados de alta con otra parte ocultos…

Bastante de la economía no declarada era conocida desde mi niñez y juventud, ahora solo añade algún componente nuevo. Hace muchos años era práctica habitual que los comerciales bancarios ofrecieran productos ‘ad hoc’, opacos fiscalmente, a profesionales liberales; dentistas o médicos, despachos y servicios de profesionales tipo abogados, arquitectos, aparejadores, asesores,… ahora esta actividad se ha modernizado sacando la pasta fuera de España a otros países y paraísos fiscales. Sectores tradicionales hace 30 años fueron el calzado, juguetes y textil, -con gran peso en Galicia y Levante, donde fue estudiado, realizado en casas o locales no registrados-.

3.- Como en el grupo anterior dentro de la actividad no delictiva, pero realizada sin controles legales, ni declarada, existen múltiples actividades conocidas por el común de los mortales, por ejemplo el trabajo doméstico y/o familiar no considerado como producción económica a efectos de PIB, o la ocasional de temporeros, los clubs de trueque –importantes en EEUU, o aquí en zonas rurales y novedosos en algunos barrios- trabajos con inmigrantes, horas extras no declaradas, jornadas completas cotizadas como parciales, pagos en metálico sin control, becarios, y/o en prácticas con trabajo total…

Siempre hubo y aún hoy existen grupos de trabajadores que producen fuera de control fiscal en sectores tradicionales en la agricultura, ganadería y pesca; hay miles de ‘chapuzas’ dedicados a rehabilitación y arreglos de viviendas, en oficios clásicos de fontanería, electricidad, carpintería, albañilería, pintura… hay por los extrarradios de las grandes urbes y ciudades alejadas, profusión de talleres y trabajos de mecánicos de autos, de arreglo de electrodomésticos, de nuevas tecnologías e informática tanto en maquinaria como programación, adecuación mantenimiento y montajes, transporte de personas y mercancías, carga y descarga; venta ambulante, compraventa de chatarras y artículos dudosos; además de labores en hostelería y alimentación; servicios diversos de asistencia y limpieza, de cuidados personales, docencia, arreglos de textil y calzado, teletrabajo diverso, vigilancia y seguridad,… como vemos la lista puede tocar todas las necesidades humanas que podamos imaginar.

Muchos obreros autónomos y pequeños talleres de las actividades citadas anteriormente, son en bastantes ocasiones los despedidos de empresas dedicadas a esas tareas y que desde fuera siguen con una actividad similar, aunque sin control fiscal. Y lo que es más importante, sin derechos, ni seguridad laboral, ni vivencial, sin cotización social para su futuro, así el país pierde, ellos pierden, la sociedad pierde. De esta manera se construye la fábrica social de sudamericanización aumentando las diferencias sociales y polarizando a los individuos en dos grandes grupos, los que tienen derechos y los que no.

       
(‘El trabajo no declarado en España’, nº 45 de Estudios de la Fundación 1º de Mayo, de CCOO, cuadro en el que citan el trabajo de Arrazola)

Hay muchos trabajos disponibles sobre el tema en cuestión. El último de ellos, publicado recientemente por FUNCAS, cifraba su peso en un 22% entre 2005/2008, con unos costes de impuestos no declarados al fisco de alrededor de 70.000 millones de euros  –cifra similar al déficit del Estado-, estimando en cuatro millones y cuarto los puestos de trabajos existentes bajo estas condiciones. Naturalmente habrá que pensar que no todos los empleos serían de jornada completa además de algunos compartidos con  otros trabajos, pluriempleo. Un matiz importante a considerar, es que este tipo de economía también se ve afectado por una recesión, y aquí y ahora se detectan signos de caída, de pérdida de actividad debido a la depresión en la que estamos sumidos.

Como vemos, supuesto que fueran completamente ciertas estas estimaciones, y considerando solamente su aplicación legal en la mitad de las mismas, de repente las cifras del paro se homologarían con las del resto de países de la UE17 o mejorarían respecto de ellas, lo cual marca como una tarea preferente de cualquier gobierno su afloramiento a mecanismos legales de control fiscal. El problema, como de costumbre, es que los esfuerzos se gasten en perseguir el eslabón débil dejando, sin control, una vez más, al eslabón fuerte de la cadena, grandes y medianas empresas, las subcontrataciones y la ingeniería contable y fiscal, y la corrupción...

Gastar 200 cuando se declaran 100 de ingresos, es una de las muestras de la economía oculta, y más en los más grandes. El paseo por ciudades costeras españolas ofrece a la vista decenas de puertos repletos de embarcaciones de recreo, yates de diverso calado, de particulares y empresas, muestra parte de lo oculto al fisco, al igual que una visita por los polígonos industriales que rodean Madrid –supongo que por otros será parecido- les mostrará flotas increíbles de cochazos de lujo en las puertas de empresas industriales pequeñas –entre 10 y 20 trabajadores-, con varios restaurantes de alto nivel por la zona; también se pueden vislumbrar resultados del comercio de arte, lujo y antigüedades. Al mismo tiempo que todos recordaremos amigos o conocidos de los anteriores, que tienen dos pisos en la costa, la mansión en el pueblo, el adosado o buen piso por la ciudad, los dos pisos para los hijos, - la burbuja inmobiliaria entre otras cosas era una forma común de invertir lo opaco fiscalmente… todo ello convenientemente puesto a nombre de la suegra, primo o cualquier testaferro.

Esta realidad oculta que puede representar en valor, la cuarta parte del PIB, supone que hay millones de trabajadores que ‘trapichean’ en la economía sumergida y carecen de los derechos del conjunto de la población, no cotizan a la Seguridad Social, no pagan los mismos impuestos que el resto, por tanto con los trabajadores sumergidos, aparecen al menos dos problemas:

1) Las discusiones en cuanto al tiempo o cuantificación de pensiones o edad de jubilación les afectan poco, al igual que la seguridad en el empleo y prestaciones por despido, etc. Su seguridad laboral no tiene nada que ver con la defendida para los fijos, ni con la teórica que nos gustaría a todos. Mientras tanto son carne de cañón de la que se aprovecha el sistema, con pocos apoyos políticos y sindicales.

2) Parte del sostén lo ofrece el salario social, sanidad, educación, prestaciones por desempleo, rentas de ayuda e inserción…componentes del estado de bienestar que cada día encuentra menores contribuyentes, muchos de ellos sumergidos, por lo que irá disminuyendo su peso y posibilidad de contribuciones sociales. (Una pescadilla que se muerde la cola)

Así que, en este campo la sociedad tiene un trabajo urgente que realizar, gobiernos, sindicatos, partidos,… deben reflotar y sacar a la luz aquello que existe, que puede ser otra rama diferente a las políticas de generación de empleo, se trataría de hacer visible lo real dándole una forma adecuada de mayor seguridad y que permitiera arropar a los futuros jubilados que de otra forma quedarían ‘un poco desprotegidos’ ampliando la brecha de miseria que se agranda cada día.


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