lunes, 23 de julio de 2012

Rescate. Mentiras, y cegueras de visionarios. 6


Al otro extremo del argumento de Rajoy, ‘nadie puede gastar lo que no tiene’ comentado hace días, se encuentra la ceguera visionaria del ‘aquí no pasa nada y podemos seguir igual, -o casi-, los otros nos prestarán lo necesario’. 

Es el pensamiento dicotómico español, amante de los extremos, blanco o negro, aquello o esto, amigo o enemigo. Tan falto de sensatez era el argumento derechista, como el de muchos izquierdistas que llevan años despreciando el problema de la deuda, como si pudiéramos seguir sin dar un vuelco profundo a la situación.

Y no les quepa duda que un gran vuelco se dará, con su participación o sin ella, dirigido solo por el PP, o en un gran pacto opinando los demás; guste o no, habrá que darlo, y si alguien se retira de escena y se limita a rezar ‘virgencita que me quede como estoy’  la función continuará solo con los azules que aprovecharán su poder y las crisis para fabricar un país a su medida, reelaborando modelos;  productivo, de bienestar, sanidad, educación, prestaciones dependientes, administrativo, territorial, laboral, energético, urbanístico, medioambiental, organización política,… retrocederemos 50 años en  derechos y bienestar. El problema colateral, es que en esta dinámica las izquierdas están perdiendo la batalla del lenguaje, hay una pérdida del discurso, dejándole en propiedad de unos pocos individuos del lado neoliberal.

Por descontado, aceptemos que todo el mundo quiere mantener lo que tiene sin modificar a peor, ya que la culpa no es nuestra, es de los otros, que no quieren hacer tal cosa y tal otra, porque si lo hicieran… El problema de esta postura infantil de esconder la cabeza bajo la sábana para protegerse del peligro, es que puede entenderse en la ciudadanía, pero nunca en una formación política, sea grande o pequeña, parlamentaria o extraparlamentaria. La realidad soportada seguirá su curso y nos pasará por encima y todos los partidos políticos deberían asumir una parte de responsabilidad en su capacidad de mejora y resolución de problemas del conjunto de la ciudadanía.

Para empezar hay que aceptar que tenemos un tremendo problema que va en aumento agravándose, el déficit y el empleo, y que ningún gobierno lo podrá resolver solo, nadie podrá obligar mayorías ciudadanas a que acepten sus planes, o se convierte en tarea colectiva, consensuada, participada, o no podremos seguir, esto no ha sido aceptado todavía por todos los partidos políticos y menos por el partido del gobierno, al que seguimos escuchando a la Vice, a Cospedal, a Pons,… llevar su discurso exclusivamente a argumentar que todo es culpa del PSOE, cuando no los exabruptos de sus parlamentarias/os que muestran el odio que guarda su subsconsciente hacia la ciudadanía. Mientras tanto el desapalancamiento español, -devolución de la tremenda deuda privada- apenas ha comenzado lo que sugiere una situación que parece va para muy largo, como refleja el cuadro de Mckinsey publicado al inicio.

Otra cuestión será ¿cómo lo hacemos?, aspectos en donde la discusión puede ser abundante y ninguno podrá imponer al resto su estrategia ideal, y menos la de hace unos años, nadie podrá obligar a 2/3 de la sociedad a recortes y recortes sin otro horizonte que la destrucción del actual modo de vida, o reconocemos todos que el déficit nos está matando o no encontraremos salidas. O aceptamos todos que el empleo es lo importante o no encontraremos apoyos ciudadanos a ninguna medida. El empleo es crecimiento y éste es trabajo, y por tanto posibilidad de pago de deudas. O aceptamos que solo con una acción política conjunta, se pueden cambiar rumbos en Europa –y en el mundo- o no encontraremos apoyos suficientes en Bruselas, BCE… porque no creo que nadie piense en serio que este gobierno está presionando a Europa y al F.M.I., como dice Rajoy.

La imposibilidad de pagar nuestras deudas en 20 años, se acercaría a la realidad, nos llevaría camino de realizar quitas. Es lo que ven los mercados, por eso cierran el grifo de financiación o exigen intereses altísimos ante ese riesgo. Ya nadie quiere deuda pública española, y lo que es peor todos los extranjeros venden, así la prima de riesgo, el diferencial con Alemania, aumenta y nos lleva a pagar por encima del 7% el bono a 10 años, duplicando en pocos meses los pagos de intereses de financiación a plazos cortos entre 2 y 5 años. La Europa de varias velocidades, de varios precios está realizando una gran transferencia de riqueza, moneda única pero precios distintos por el dinero hacen viajar al euro del sur al norte.

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