En Cataluña los antisistema son el
sistema.
Si
hablamos de cifras en las Diadas, parece claro que nunca se llegó al millón de
personas. Ni en Cataluña, ni en Madrid en la Plaza de Oriente franquista, ni en
la visita del Papa a Madrid, en la plaza Colón. Que tantos críticos salgan en
cada manifestación española para desbrozar cifras de asistentes y que en las
Diadas se haya tardado tanto en dar datos con cierta racionalidad, es un
síntoma de miedo social, de miedo a los que te rodean y pueden marcarte y
hacerte difícil la vida. Aceptar como fiables los datos facilitados por los
convocantes directamente, o a través de la prensa local, pagada con anuncios y
subvenciones de la Generalitat, o la Guardia urbana que forma parte del poder
institucional, es confesar la extensión del miedo y el control que ostenta el
movimiento indepe. Al tiempo refleja poca confianza en la racionalidad de
contar los metros cuadrados ocupados por los asistentes y el número de personas
con la posibilidad de moverse que podrían caber por metro cuadrado.
En 2010 vocearon la cifra de un
millón de asistentes, mientras la empresa Lynce especializada en contar desde
el aire, mediante fotografías sometidas a procesos de contado digital, daba menos de 80.000. Cada año las cifras se
engordaban más y más, dos millones declaraban los organizadores y todos giraban
a su alrededor, aunque ellos mismos reconocieran que solo hubiera 400.000
inscritos. Cifras superiores al millón en diferentes años son rebajadas por
medios extranjeros a 300.000, por estadísticos de la UAB a 290.000, por El País
a 160.000… La abundancia era justificación del mensaje y los objetivos, típico
fascista. En todo caso siempre fueron muchas personas y concentraciones de
masas importantes. Que el movimiento no haya tenido accidentes dignos de
mención, tiene que ver con varias razones:
1) Por descontado el movimiento es
amplio, numeroso, porque había gente independentista, tradicionalmente un 15%
hacia 2010, al que se han sumado todos los descontentos con la crisis y la
corrupción española, no la catalana, lo cual puede haber doblado el número de
los secesionistas, a los que se agregan los nuevos conversos ante una ventana
de oportunidad de cambios que abrió la debilidad institucional, tanto europea y
española, como catalana.
2) Los organizadores de actuaciones
masivas se han cuidado mucho de no practicar más violencia de la necesaria para
intimidar, entre otras razones porque hubiera recortado considerablemente sus
apoyos. Pero al mismo tiempo habría que destacar, la otra cara de la moneda,
los otros no incordiaron ni se opusieron de ningún modo, las fuerzas contrarias
a la secesión, al menos la mitad de los catalanes, o el Estado español, no puso
en marcha medios represivos violentos, ni de ningún otro tipo. Cuando se
critica por tantas cosas la democracia española, habría que reconocer que al
mismo tiempo las altas dosis sociales e institucionales de tolerancia, no
existen muchas experiencias actuales de este calibre permisivo en el resto de
países del mundo.
3) Su carácter festivo también lo
explica que este movimiento es a favor de la corriente, está impulsado y
protegido por los gobernantes, apoyado, organizado y financiado por la
Generalitat y los poderes catalanes, que lograron convencer de que el objetivo
de la independencia resolvería SU corrupción, y todos los problemas que tuviera
cualquier individuo catalán. Evidentemente el movimiento está arropado por una
pléyade de funcionarios y responsables
situados en altos niveles de instituciones y organizaciones de la sociedad
civil catalanista, -con buenos sueldos oficiales u oficiosos, alto prestigio
publicitado y difundido y cotas de poder permeables hacia arriba y abajo-, la
mayoría de estos individuos forman parte de élites minoritarias respecto al
conjunto de la población, abrumadoramente con apellidos catalanes, aunque la
población en su inmensa mayoría cuenta con apellidos castellanos.
En las
movilizaciones independentistas, han participado, participan fundamentalmente
funcionarios públicos de la Administración del Estado, subsector catalán,
empleados de oficinas institucionales, trabajadores de enseñanza y sanidad,
periodistas y empleados de medios de comunicación, de servicios culturales y
sociales… vinculados a los poderes fácticos en manos independentistas que
totalitariamente dirigen Cataluña. Muchos jóvenes mostrados en multitud de
fotos pueden asimilarse a clase media alta, pijos, que diría Marsé, proceden de
universidades y colegios religiosos que aportan muchos de estos activistas.
La iglesia fue en el pasado un importante
factor en el apoyo al carlismo, siendo hoy uno de los principales pilares
independentistas, organiza, agita y moviliza, como lo hizo en Euskadi, utiliza
los niños de escuelas infantiles como unidades de agitación y adoctrinados con
prácticas similares al fascismo, además, en el pasado catalanista, igual que
ahora, proveyó un potente armazón que actuó de soporte ideológico religioso al
activismo nacionalista, como ya hizo en el pasado tradicionalista. A estos
grupos se suman apoyos de derecha clásica y neoliberales, nacionalistas e
independentistas, pequeña burguesía, y antiguos izquierdistas pasados al
ultranacionalismo independentista. Además, suman importantes haces
independentistas, por número y control municipal procedentes ruralismo interior,
territorios que coinciden históricamente con los asentamientos de
tradicionalistas-carlistas. ¿Y los obreros donde están?
Steven Forti, -Doctor en Historia por
Universitat Autónoma Barcelona y Universidad de Bolonia-, establece la idea de
la existencia de ‘6 pasarelas’ o causas
principales que explicarían los trasvases que se produjeron antaño de
militantes izquierdistas, anarcos, socialistas, comunistas, hacia posiciones
fascistas, éstas serían: ‘ 1) el valor
otorgado a la acción, al dinamismo, a la praxis. 2) El valor otorgado a las
minorías, a las élites. 3) Fe indestructible en la revolución. 4) Enemigos
comunes en la democracia liberal, el parlamentarismo, burguesía y capitalismo.
5) Una concepción del mundo antimaterialista, fuertemente idealista, y muchas
veces religiosa. 6) Importancia de la nación.’ Steven Forti en ‘Tránsfugas. De la izquierda al fascismo en
la Europa de entreguerras’. Documento de trabajo 2015/2, Seminario de historia.
Universidad Complutenses de Madrid.
Forti plantea que el peso de la nación
puede hacer cambiar el rumbo que tomaron
muchos individuos cuando comenzaron a andar para después llevarlos por
las carreteras nacionalistas. Dejan de ser izquierdistas y pasan a ser de la
izquierda reaccionaria o simplemente, nacionalistas, racistas, xenófobos… Las
pasarelas de Forti indican unos rasgos generales del pasado que adaptados a hoy
explican una parte considerable del impulso movilizador por presentar alta
probabilidad de prender en la juventud, y madurez, proveniente de una aburrida
democracia en la que se presentaron grandes problemas con las crisis. Los
impulsos pudimos verlos en la indignación del 15-M, en el caso catalán,
reorientados por la élite independentista hacia la secesión, al contar con un
amplio abanico de recursos económicos, ideológicos, elaborada teorización. La
capacidad movilizadora e ilusionante de construir algo propio y nuevo, poner en
valor el activismo propio te puede hacerte ver como un elegido, un héroe
formando parte de la élite que construye una nación nueva, sin mácula pasada,
sin perder el tiempo en arreglar los problemas actuales, los cotidianos, con
altos componentes idealizados de un pasado imaginario y fe en el paraíso,
religioso.
‘Los
castellanos, que los extranjeros designan en general con la denominación de
españoles, son un pueblo en el que el carácter semítico es predominante; la
sangre árabe y africana que las frecuentes invasiones de las gentes del Sur le
han inoculado se revela en su modo de ser, de pensar, de sentir y en todas las
manifestaciones de su vida pública y privada’. Prat de la Riba i Sarrà, ‘La question catalane: l’Espagne et la
Catalogne’.
Los secesionistas han logrado el
apoyo, no solo moral, también económico y activo cotidiano de mucha gente que
defiende sus derechos, sin importarlos que al tiempo la otra cara del
supremacismo pretende reducir derechos a los demás catalanes que critican su
totalitarismo, o penaliza a aquellos que
simplemente quieren otras cosas. Este trabajo no se dirige a los
independentistas históricos, quienes llevan toda la vida defendiendo sus ideas,
haciendo su trabajo de raca, raca de
acuerdo con su ideología, sin importarles los cambios reales de la antigua
España centralista, a la actual España federal, en la que Cataluña, o País
Vasco, tienen autogobierno igual o superior a regiones de países federales
conocidos. Claro, claro, autogobierno no es soberanía absoluta, pero es que eso
no existe, ningún país tiene soberanía absoluta, hoy todo es compartido; en
Europa una gran parte de la política medioambiental, social, económica,
exterior, militar… ¿Soberanía absoluta para Cataluña? Tendrán que aclararse,
porque dentro de Europa es imposible, hasta la soberanía monetaria está cedida.
Nadie debería perder tiempo en intentar convencer al Sr. Torra, salido de otro
tiempo y otro lugar, sus palabras, sus artículos, recuerdan mucho la verborrea de los
años veinte, las florituras de los fascistas italianos, la poesía joseantoniana.
‘’Los almogávares en Grecia, los
segadores para Corpus, los de Cardona por el asedio de 1711, los barceloneses y
catalanes a las murallas de la capital de Cataluña en el último aliento de
libertad de nuestro pueblo. La bandera negra está profundamente arraigada
en la historia del país. Una bandera de combate, de lucha, de resistencia,
de libertad.
Hoy la bandera negra vuelve con la misma
fuerza que en 1714. El combate sigue siendo el mismo: el de la libertad, la
lucha que han llevado todos los pueblos del mundo que ha querido ser.
Y yo añadiría, autonomía no es libertad. Cualquier hipótesis que
busque un encaje en la Constitución es continuar promoviendo el provincialismo
en su estado más puro y obsceno. La vía constitucional ha quedado, en
Cataluña, sin relato, por más que los autodefinidos como moderados nos pinten
un escenario futuro digno del Armagedón.
Hay que convencer que vamos a declarar
la independencia y no a regular la pesca de la anchoa; debemos pensar
fríamente, maquiavélicamente, para que la próxima jugada pueda ser jaque mate. La autonomía no se
soberanía . Por eso, ahora es
la hora, que pasa, inexcusablemente, por una manifestación histórica el próximo
11 de septiembre. Con la bandera, el firmamento y la bandera negra (y yo
añadiría la de Santa Eulalia). Con todas las banderas y con toda la
gente. Con la alegría de querer vencer la historia, de ganarnos el futuro.
Hasta el 9-N
necesitamos una cadena ininterrumpida de éxitos. ’’
Quim Torra, 11/8/2014. Bandera Negra.
Las cuestiones de este trabajo se
formulan, principalmente, pensando en antiguos antifranquistas que prestan su
apoyo a la secesión y en todos aquellos que se sumaron al movimiento secesionista
por lo que de encantador, antisistema y
rebelde parecía. A ellos les pregunto: ¿Recuerdan huelgas obreras, en fábricas
o tajos que fueran financiadas por los gobiernos de turno? ¿Recuerdan saltos
cortando calles o carreteras que fueran apoyados por los poderes públicos? En
Cataluña huelgas y movilizaciones se impulsan y apoyan desde las instituciones,
y desde muchas empresas. En la España franquista las manifestaciones de los
’40, ’50 y ‘60, fueron apoyadas, organizadas y pagadas, por instituciones del
poder político, y económico, con la ayuda de
activistas comprometidos con la causa en todos los niveles de inserción
social.
El movimiento independentista es una
fiesta que cuenta con todas las ventajas para producirse, ya que se organiza y
financia desde el núcleo del propio sistema: desde la Generalitat, poder
político representación del Estado, al igual que el fascismo hacía, desde allí se
dirigen fuerzas y consignas, objetivos y dinero, para el derrocamiento del
sistema democrático y lograr la secesión. Desde los ayuntamientos y medios de
comunicación oficiales se organiza y agita contra el Estado, desde las
universidades, colegios e institutos parten acciones impulsadas por rectores, directores y
profesores, representantes del sistema, desde las élites de instituciones
culturales, económicas y deportivas de la sociedad civil, que cobran sueldos directamente
del sistema, se imparten consignas y propaganda y se coloniza al conjunto de la
sociedad, desde empresas vinculadas directamente a la Generalitat, o bien, apoyadas
en su producción por sus presupuestos que vinculan sus beneficios, o
directamente subvencionadas, se pagan salarios a dirigentes independentistas, y
a empresas privadas que a su vez, luego financian directa o indirectamente el
movimiento independentista. Un caudal de fondos oficiales y de fuerzas del
Estado lucha desde dentro para destruir ese Estado. Una parte del Estado,
contra el Estado que le dio legitimidad y poderes.
Los cierres patronales no fueron
nunca del agrado de las izquierdas, salvo aquí y ahora en Cataluña. Deberían
descartar la idea romántica de lucha por la libertad en el caso catalán, cuando
ésta resulta apoyada por los poderes territoriales. Y no, de ninguna manera las
comparen a las luchas antifranquistas, en las que arriesgabas físico y trabajo,
utilizando medios precarios de colectas en barrios y fábricas. Mucho menos son
reflejos de las luchas por los derechos civiles de los negros en EEUU como han
intentado vender, sin ningún pudor han tratado de engañar profundamente a la infancia
y juventud catalana para hacerla creer que están en el lado bueno de la
historia. Es un salvaje insulto a la dignidad de aquellas luchas por sentarse
en los autobuses, utilizar baños, calles, barrios, bares…, que costaban
palizas, secuestros, asesinatos.
¿Recuerdan
durante la transición luchas callejeras por la democracia, amnistía y Estatut
de autonomía? Al luchar contra el poder, se producían cargas brutales de la
poli, coces de los caballos, porrazos, chorros de agua, carreras, pelotazos de
goma y a veces balas de verdad… y detenciones, encarcelamientos y despidos y
había que prestar atención a las agresiones de los fachas cuando realizabas una
pintada o pegabas un cartel, cuando repartías panfletos o cortabas una calle
mediante un salto. Pocos resultados parecidos en Cataluña en donde las
revueltas son apoyadas y financiadas por los poderes autonómicos, los
antisistema en Cataluña no tienen miedo, son el sistema, colocan propaganda en
todo lugar público protegidos por sus escuadras y si llegara el caso por los
mossos, quienes por el contrario identifican a quienes pongan una pegatina con
la bandera española, o deteniendo a quienes quiten lazos amarillos, llegando a
mantenerlos incomunicados en comisaría el máximo plazo que marca la ley para
presentarlos ante el juez. No hemos visto que los mossos, -fuerza armada
cercana a 20.000 personas bajo el mando de la Generalitat-, desmontaran cortes
de tráfico en autopistas catalanas o grandes avenidas de Barcelona realizados
por apenas una docena de personas, o pintadas y ocupaciones de edificios
públicos… pueden ver aquí una muestra de colaboración mossos ocupantes de colegios referéndum del 1-O https://twitter.com/interviu/status/914528814058885120
Los fascismos
tuvieron especial querencia por las fuerzas del orden, antes, durante y después
de tomar el poder, al principio en su modus operandi se abrazaban lo suficiente
como para lograr que sus acciones no fueran reprimidas, pasando a utilizarlos
como guardianes de sus actos en las calles, para posteriormente ser ejecutantes
de sus acciones. En Cataluña solo visibilizamos represión de la policía
autonómica en actuaciones al margen de la secesión, en manifestaciones de
movimientos sociales, de colectivos anti-desahucios, de mareas contra los
recortes sanitarios, de la indignación del 15-M en Barcelona, vean el vídeo del
desalojo de la Plaza Cataluña en 2011 por los mossos https://youtu.be/uH1Eqq4_J9o o de la huelga general del 2012, entonces
sí visibilizamos represión de la policía
catalana, dirigida por la actual élite independentista. Pero, los movimientos
sociales de ese tipo, han sido absorbidos por el independentismo con el intento
de hacerlos desaparecer, con la consigna fascista de la lucha de clases no existe, solo la lucha de la nación. Una de
las resultantes de esta situación es que las fuerzas del sistema se consideran a
salvo para saltarse la ley: ejemplos de corrupción son tantos y tan abundantes
entre las élites catalanistas que no merece la pena reseñarlas, menos conocidas
son las tropelías de los mossos con un
historial de abusos e impunidad, como el recogido por
Laura L. Caro.
‘La herencia, la gran conservadora de las repeticiones biológicas, ha
reafirmado a cada generación en la disposición específica del registro,
condenando al individuo y a la raza a comportarse intelectualmente de una
manera determinada y sólo de ésta. Es por eso que el hombre cuando por su
voluntad, o sin tener conciencia de ello, intelectualmente se separa de la
raza, no es más que un triste imitador’ Pere Màrtir Rossell i Vilar ‘Diferències entre catalans i castellans’.
La base ideológica de los
convocantes y organizadores de las movilizaciones, Ómnium, ANC, AMI, Colectivo
Wilson… junto con las cientos de páginas web que realizan esa tarea, son
independentistas, aunque quizás ese calificativo esconda otros menos populares,
pero que están en la base fundamental de sus ideas, neoliberales, populistas,
xenófobos... Como se puede apreciar en sus páginas y documentos publicados y de
los que se enorgullecen por su amplia difusión, son seguidores y defensores, en
general, de Valentín Almirall, Pompeu Gener, Sampere i Miquel, J.M. Batista i
Roca, Bonaventura Riera, Bartomeu
Robert, Daniel Cardona, Martí i Juliá, Prat de la Riba, Joan Bardina, Rovira i
Virgili, los hermanos Badia, Torras i Bages, Miquel Coll, Mossen Armengou,
Bosch i Gimpera, Casas i Carbó, Pompeu Fabra, Angel Guimerá, Pi i Sunyer, Puig
i Sais, Rosell i Vilar… buena pléyade de racistas y supremacistas, esa lista de
catalanistas con otros crearon una doctrina racial, que es uno de los
basamentos intelectuales de los secesionistas y que está en el fondo del
movimiento por la secesión.
Muchos
de los movilizados desconocen las teorías que elaboraron esos personajes,
aunque sus libros y proclamas están difundidos por todos los rincones de
Cataluña, bibliotecas, colegios, fundaciones, redes sociales, ayuntamientos,
diputaciones, empresas, radios… lo mas que hacen muchos asistentes es escuchar
la historia de esos que consideran sus héroes, que escribían cosas que fueron
consideradas deleznables en muchos países del mundo, por toda persona ilustrada
o progresista, eran las mismas que escribían Hitler, Mussolini, Ledesma Ramos…
y sus acompañantes. Muchas personas no creerán lo que lean aquí, así que mejor
y más documentado será leer las obras originales de esos autores, perfectamente
accesibles, pero no alimenten más la coartada del desconocimiento para dejar
tranquila su conciencia de estar colaborando en la banalización del fascismo.
‘Si por el contrario, la
mezcla de razas persiste, se origina un conflicto tanto más grande cuanto más
numerosos son aquéllas’, escribía
Martí Rosell i Vilar,
colega de Millet, trasladó hacer pruebas y estudios de mejora genética de
animales a la población humana, recibió apoyos institucionales, sociales y
gubernativos; Pompeu Fabra, Josep Maria Batista i Roca, Pi Sunyer, entre otros,
firman el manifiesto por la mejora de la
raza catalana, en 1934, impulsaron la creación de una Societat Catalana
d’Eugènica, dependiente de la Generalitat, para mejorar la raza catalana y al
tiempo demostrar lo
dañino que resultarían sus mezclas con murcianos y resto de españoles, aquello
era tan salvaje como los experimentos nazis dirigidos por el Dr. Mengele, y sí,
este tipo de individuos se encuentran entre los ornamentos de los
independentistas. Y sus nombres, hoy, adornan calles y plazas catalanas y son
venerados por los indepes.
El
racismo no fue común a todos los fascismos, por contra fue un rasgo que
diferenciaba a varios fascismos europeos, pocos fueron tan elaboradamente
racistas como los nazis, y los catalano-fascistas. Elaboraron teorías
convertidas en doctrinas que encumbraban una raza sobre otras tratando de
justificar así derechos de expansión sobre territorios y derechos de dominio
sobre pueblos considerados inferiores vivieran dentro o fuera del territorio.
En el caso español fue clara la diferente postura del fascismo castellano con
el catalán, decía Falange en sus principios, ‘La Teoría de la Falange’, escrita por Julián Pemartín, Editoria
Nacional, 1941: ‘No podemos caer en el
error racista… España tuvo el acierto de unir en una misma gloria a muchas
sangres distintas…no podemos aceptar la absoluta superioridad de una raza sobre
otra’.
‘De una manera o de
otra, los antropólogos reconocen que existe una diferencia entre la mayoría de
los habitantes de lengua catalana y el centro de España, tanto si se trata de
una raza diferente de la ibero-insular como de un grupo diferenciado de esta
raza’. Josep A. Vandellòs i Solà. ‘La Immigració a Catalunya’
‘Hechas estas ligeras disquisiciones con respecto a los distintivos de
la raza castellana, pocos, por cierto, en comparación con el triste cuadro que
podría presentarse con todos sus más pequeños detalles, vamos ahora a esbozar
los caracteres del genio catalán, de este núcleo que forma parte de la
península ibérica, creando para su lengua, costumbres y variedades étnicas una
verdadera nacionalidad que fructificó con una vida tan pletórica y exuberante,
como en la Edad Media ningún otro pueblo haya tenido en el transcurso de la
Historia’. Joan
Baptista Vilà i Estruch ‘Caràcters de les races ibèriques. II’
Son
más de 200 años documentados con sus libros y cientos de revistas sobre el
carácter bereber español, ‘moros más que
os pese, contra los semitas, castellanos repugnantes, vagos… murcianos y almerienses peligro gravísimo
degenerados, españoles productos de razas inferiores…’ son demasiados
rasgos racistas, xenófobos, fascistoides, formando cuerpo doctrinal, para poder mostrar desconocimiento,
siempre estuvieron ahí, en sus bibliotecas e instituciones, los catalanes como
los alemanes han guardado y documentado extensamente su trayectoria, ahora han
decidido salir a la calle y las redes con total claridad y ostentación, al
igual que siempre hicieron los fascismos, con la seguridad que da el supremacismo
para marcar y apartar a los otros catalanes y para echar espumarajos contra los españoles.
En
este trabajo se citan solamente unas pocas frases para contextualizar, de los
muchos libros editados disponibles y de cientos de artículos de revistas que
pueden obtenerse en ‘Arca
revistas catalanas’,
y en los blogs indepes. La preparación de la última ofensiva secesionista se
aplica desde los años 90, creando una realidad sufrida por muchos catalanes
desde entonces. Ideología y comportamientos fascistoides unidos en un
movimiento organizado, se puede caracterizar como fascista, de hecho muy pocos
movimientos fascistas han tenido una elaboración teórica de su doctrina, ideas,
ideología, tan extensa y elaborada, ello a pesar de que no todas las personas
que luchen por la independencia lo sean, hoy. La cuestión es que las élites
catalanistas definieron las bases ideológicas, los comportamientos, objetivos y
organización, ellos han creado el movimiento independentista, que define a
cuantos participan implantándoles sus rasgos.
‘’Nunca
la verdadera bandera nacional de los catalanes pudo ser una bandera política.
No. La bandera catalana no puede ser otra cosa que el espíritu de nuestra misma
tierra. Es la canción del viento en medio del pinar; es el rumor de las olas en
dulce coloquio con la tierra; es el parpadeo de las estrellas en las noches
largas y serenas. Es el agua que baja precipicio abajo, que si alguien quisiese
desviarla volvería a precipitarse por las mismas entrañas de la tierra. ¡Por
eso todos los pueblos encarnan en su bandera todo el espíritu y toda el alma de
la raza! Por eso una bandera chasqueando contra el viento, en medio del
relampagueo de las bayonetas, mueve la voluntad de los ejércitos.
Nosotros no
concebimos al patriota por el color de la camisa que lleva; nosotros queremos
el patriota poseído de aquella dignidad y fortaleza nacional en la que se
estrellen todos los embates del enemigo.
Fiel a esta
tradición, y al recomenzar la lucha en este nuevo año que llega, renovamos
bajos los pliegues sagrados la fe firme, la fe inconmovible, la fe milagrosa,
de ser patriotas abnegados, de ser patriotas puros; y hacemos la promesa de
sacarla para siempre de entre los cantos elegíacos y de las tablas electorales
y llevarla a la victoria definitiva. Laus Catalonia’’.
Daniel Cardona i Civit. “La
bandera”, La Tralla 15. 6 enero
1923.
Ninguno de los activistas o sus
apoyos, se plantea, ni por lo más remoto, que su actitud y prácticas sean
fascistas, neo o post ahora es secundario, hoy como entonces quienes están
insertos en su movimiento asumen su activismo como creadores de una sociedad
nueva enfrentados al resto de ciudadanos que no los secundan, que en Cataluña
son más de la mitad. Una diferencia importante de cara a las conciencias, es
que en aquellos momentos no fue posible contrastar su pasado, no tenían la
posibilidad histórica de comprobar aquella retórica con los resultados. Hoy
podemos estudiar el pasado, hechos y documentos, tenemos capacidad para
comprender la ideología que los sustentaba y los comportamientos de aquellos
movimientos, sabemos que ‘la distancia entre la
grandilocuencia del mito y las realizaciones prácticas no borra el hecho de que
el mito tuvo una influencia de inmenso relieve’. Hoy tenemos la posibilidad de
constatar similitudes en las ideas grandilocuentes que condujeron a desastres
humanitarios, y por tanto, podemos ver al movimiento independentista muy
parecido con el pasado fascista.
Los fascismos nunca asumieron en
todos los países la totalidad de rasgos comunes, no fueron todos iguales,
mostraron rasgos diversos en el transcurso del tiempo, no fueron igual antes
que después de la toma del poder, no fueron iguales en unos países que otros,
en palabras de Ricardo Chueca: ‘cada país
da vida al fascismo que necesita’. Naturalmente
las similitudes ideológicas y comportamientos, hoy están acondicionadas al
momento y lugar, adaptadas al mundo europeo actual conformado por sociedades
muy desarrolladas económica y políticamente, sin guerras recientes en la
memoria, u ocultadas como las de la antigua Yugoslavia, hoy los nuevos
fascismos deben considerar el concepto democracia como valor asumido
internacionalmente, al tiempo que es despreciado el concepto fascismo,
banalizado en la rutina diaria por una parte de la población y reducido por
otra a la última idea de brutalidad y cámaras de gas. Hoy para sumar adeptos,
las ideas ultranacionalistas, racistas, xenófobas, totalitarias y supremacistas,
se envolverán en celofán democrático para intentar hacerlas desaparecer de la
representación como rasgos fascistas que fueron y son.
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