viernes, 7 de junio de 2019

Fascismo catalán. Grandes movilizaciones de masas. (1)

Es sorprendente, pero a mucha gente que proviene de la lucha antifranquista, ‘se le hace el culo agua’ cuando ve ‘las masas en las calles, esto es un pueblo en lucha por su independencia’, dicen. Al margen de las cifras, que muestran en Cataluña que eso es una parte de medio pueblo, las masas en las calles envueltas en banderas y chillando consignas, es una película que se parece bastante a lo que veíamos en el franquismo, son imágenes que antes difundieron todos los fascismos, grandes maestros en mover y organizar gente. Se equivocan quienes pretendan entender el fascimo considerándolo como si fuera un partido derechoso, su ideología, teoría y práctica es contradictoria y ambivalente, y contiene muchos elementos de organización, lucha, agitación y propaganda de movimientos sociales diversos.


Uno de los rasgos característicos de los fascismos fueron las movilizaciones en las calles, acompañadas de gran proliferación de símbolos, banderas, chapas, papeles y colores, el azulón de Falange, naranja de Bulgaria, verdes Rumanos y ‘escamots’ -de los Jerec y GCR de la época Maciá-, camisas pardas de las S.A., negras de los italianos, amarillo… El fascio italiano sabía de la importancia de las manifestaciones y la liturgia militar para encuadrar, dirigir y organizar masas y así mostrar su fuerza al mundo, encuadrar a miles de personas concentra emociones en el colectivo, e imprime un carácter militarista, de fuerza, al uniformar a los propios, y como consecuencia marcar a los ajenos y atemorizarlos, lo cual genera a los movilizados sensaciones de poder, y de unidad al estar acompañados por la totalidad del pueblo. 

A quienes apoyan las movilizaciones por la independencia no se los ocurre pensar que el movimiento tenga demasiados paralelismos con los fascismos europeos del primer tercio del siglo XX, ven gente moviéndose, bien encuadrada, enarbolando banderas, e interpretan como única posibilidad la deseada por sus mentes, aquello que tienen marcado como sueño mitológico tintado de paraíso, creen que ‘luchan por la revolución, contra los poderes establecidos’. Ilusos, iletrados. No conocen la historia de Europa, ni del mundo; los movimientos sociales tienen muchos objetivos posibles, incluso aunque coincidieran en algunas formas, su dirección y finalidad puede ser diversa, los fascismos contenían muchos aspectos del sindicalismo de finales y principios de siglo, tenían grandes discursos de pretendido espíritu revolucionario, ‘Profundamente endeudados, los creadores de valores en el taller, la fábrica y la oficina perciben un mísero salario. Toda ganancia del trabajo fluye a los bolsillos del poder monetario anónimo en forma de interés y dividendo’, este párrafo que procede de ‘El NSDAP y sus concepciones doctrinarias fundamentales’, puede ser uno entre muchos ejemplos. Millones de personas no pensaban que fueran seres malignos, al contrario, creyeron ser los elegidos en la construcción de una república social nueva. 

Se equivocan profundamente aquellas personas que solo miran la apariencia de concentraciones y discursos independentistas, creyéndolas exclusivamente como favorables progresos sociales, sin pararse a estudiar la esencia de las mismas. En las experiencias fascistas destaca sobremanera su contradictorio lenguaje verbal y simbólico, respecto a sus realizaciones prácticas. Ante cualquier movilización, para caracterizarla y saber algo útil sobre ella deberíamos preguntarnos ¿quien ejerce la dirección, que objetivos pretende, sobre qué bases teóricas se apoya, en que filosofía, puntos de vista e ideas se sustenta el movimiento, que opiniones difunde, propaganda y agitación, cual es su comportamiento con la gente, con qué métodos organiza y hace proselitismo, como intenta convencer y de qué forma lucha, contra qué y contra quien se enfrenta, a qué y quienes considera enemigos, a quienes aliados, y quienes son amigos, a quien favorece sacar las gentes a la calle y los objetivos que pretenden lograr a quienes perjudican?…

‘Por nada de esto, pues, y por todo esto ha llegado el catalanismo; su tarea a hacer es la restauración de toda una época, es la reanimación de una edad que regresa, es hacer rebrotar el árbol de la patria que no está muerto, sino que vive colgado como el fuego bajo las cenizas, es el alzamiento de todo un pueblo, de toda una raza, que recobra la conciencia de su personalidad; es el aliento vivificador que quiere hacer que nuestra Cataluña vuelva a ser como tal y como era antes y tal y como mañana ha de ser sin artificialísmos de ningún tipo, sin postizos que no le sientan bien, sin caminadores que la entorpezcan’. Francesc Cambó i Batlle. “Tradició y catalanisme”, La Veu de Catalunya, 1899.

El partido nazi, el NSDAP, presentará en 1920, en Munich, su programa de 25 puntos que mantendrá con la condición de inalterables, -Falange Española adoptaría un Programa con 26 puntos-; dice el partido nazi en el punto 1): ‘Exigimos la unión de todos los alemanes para constituir una gran Alemania fundada en el derecho de la independencia de que gozan las naciones’. ‘Derecho a la Independencia en los Países Catalanes’, gritan como consigna los independentistas, fondo y forma similares. En 1926 en el congreso de los nazis en Weimar, fue aprobada la primera edición de ‘El NSDAP y sus concepciones doctrinarias fundamentales’ bajo la dirección de Gottfried Feder, importantísimo consejero de Adolf Hitler, al que éste encargó la tarea de elaborar los cuadernos de adoctrinamiento interno del partido nazi, reeditados varias veces, con prólogos de Hitler y ligeras modificaciones y ampliaciones, a pesar de su expresa mención a su inalterabilidad en la Asamblea del 22 de mayo de 1926 y en varias ocasiones posteriores, Hitler escribirá ‘el programa es invariable’. “Las cuestiones programáticas no ocupan la atención del Congreso de Dirigentes: el programa está fijado y no toleraré jamás que se sacudan los fundamentos doctrinarios del movimiento.” 

En 1941, aquí en España, la Editora Nacional de Madrid, edita ‘La Teoría de la Falange’, escrita por Julián Pemartín, pretende ser uno de los textos oficiales, explicativos del fascismo español, al modo en que los nazis publicaron los suyos, anteriormente citados. En dicho texto falangista escriben lo siguiente: ‘‘…la camisa de nuestro uniforme tiene el mismo color que el uniforme de nuestros obreros: azul mahón… Falange tiene que realizar una revolución económica en España… como el Fascismo se propone una salvadora Revolución Nacional… el antiguo movimiento sindicalista de España, el anarco sindicalismo, se proponía, por medio de una revolución social una estructura sindical que consiguiera el mejoramiento de las clases obreras, pero preconizaba esa revolución contra la idea de Patria valor espiritual que había que negar y destruir. El anarcosindicalismo tenía como bandera de combate la bandera rojinegra…’’. Falange, el fascismo, ¿bebiendo en el anarco sindicalismo? le extrañará a mucha gente, pero es una de sus características.

En el mismo texto citado antes, ‘La Teoría de la Falange’, escriben respecto a lo que consideran sus conceptos fundamentales: ‘’Las Patrias son, más que divisiones geográficas o raciales, entidades históricas a quienes Dios asignó misiones que cumplir en la Historia Universal, Y el cumplimiento de esa misión es lo que determina y justifica la formación y persistencia de una Patria, el ascenso de un pueblo o Nación. Un agregado de hombres sobre un trozo de tierra, solo es nación si lo es en función de universalidad, si cumple un destino propio en la Historia. ’’ Ideas muy similares las encontramos en el catalanismo independentista.

‘’En los momentos actuales esto último ni tan sólo necesita ser explicado: tanta es la evidencia con que se impone a los ojos de todos el carácter doblemente étnico de nuestra política; tal es la razón de que toda ella se dirija al reconocimiento de la personalidad de Cataluña y en que está hecha de una manera tan esencialmente catalana, por grupos que sienten vibrar en su alma, condensada y quintaesenciada, la de toda la Raza’’. Miquel d’Esplugues. Nostra Senyora de la Mercè. Estudi de psicologia ètnico-religiosa de Catalunya, Ibérica, Barcelona, 1916.

De 'Apuntes sobre el catalano-fascismo' en elaboración.

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