Llevaba tiempo aquí.
Ahora acabo de colgar la segunda parte: 'Patriotismo democrático. (II).'
Por si alguien lo quiere leer de un tirón, sin salir, lo pongo a continuación.
SOBRE EL PATRIOTISMO DEMOCRÁTICO. (II)
Corría mayo de 1937 y Azaña acabó de
decidir el nombre de quién sería el último presidente del Gobierno republicano…
El hasta entonces ministro de Hacienda se había formado principalmente en
medicina, aunque posteriormente había estudiado química y economía… Negrín,
perteneciente a una familia de comerciantes de Las Palmas, era un hombre
ilustrado que hablaba seis idiomas. Se había formado en Alemania y era
catedrático desde los 30 años. Aunque era un socialista moderado, un
simpatizante del SPD alemán favorable al mercado (fue el primer suscriptor en
España de The Economist), a las libertades individuales y contrario
al comunismo, su relación con el PCE no era hostil…
El peso creciente de sus competencias
políticas obligó al doctor a abandonar su carrera científica, decisión que
lamentarían sus alumnos, pues Negrín, además de científico, fue un profesor muy
querido por sus estudiantes, entre ellos el futuro Nobel Severo Ochoa…
Lograron
hacer creer que España era Franco y Mola, y el fascismo y la dictadura,
lograron revivir la leyenda negra del imperio español, oponiéndolo a las
democracias europeas, para ello ocultaron los fascismos inglés y francés, amén
del alemán e italiano, ocultaron la explotación y los campos franceses, alemanes,
belgas,… en África, el imperio inglés en el mundo o la reciente y repetida
intervención militar británica durante años en Irlanda.
Lo
peor de todo es que muchos españoles se lo tragaron. La secesión en Cataluña ha
hecho aflorar la crisis en España, los nacionalistas periféricos han logrado
que muchos españoles desafectos sigan sus postulados secesionistas, ello a
pesar de sus ideales supremacistas, de su ideología católica
tradicionalista-carlista y de su extendida práctica fascista.
Llama
la atención que amplios sectores de población apoyaran objetivos neoliberales y
siguieran considerándose de izquierdas, ¿cómo fue posible que durante años
asumieran la creación de desigualdades primando a los supremacistas
catalanistas? Un gran salto de progreso se produjo en el pasado cuando el
futuro de una persona no se vinculaba a su apellido, daba lo mismo donde se
naciera, todos con iguales derechos, defendieron los progresistas, desde hace
300 años, hoy ya no. Ahora en Cataluña ayudan que los apellidos catalanes
tengan el monopolio exclusivo del poder ¿Qué pasó para que el racismo y el
tradicionalismo carlista, cimientos de la ideología de los independentistas se
extendiera con tanta facilidad?
Sobre
todo llama la atención que quienes apoyan estas ideologías, objetivos y métodos
se consideren progresistas. Muchas gentes son realmente de la izquierda
reaccionaria, esto era un hecho evidente, nada es lo que fue, la
realidad vivida recientemente descubre aspectos que dieron contenido al
concepto. Difícilmente puede considerarse progresista a quien defiende
desigualdades, por no hablar catalán, por haber nacido en otra parte,
por no apoyar mi religión… por crear fronteras, por apartar, despedir,
despreciar, odiar, por violentar a los otros, por asumir como propia la
representación del pueblo,… tampoco es tan difícil comprobar estos
aspectos, solo mirando los apellidos de las élites políticas, económicas,
sociales, se comprueba el inmenso peso catalanista y la ausencia de la mayoría
de apellidos de los que nacieron y viven en Cataluña.
Un
aspecto que explica lo anterior es el desprecio que existe por España y lo
español en muchos sectores de población que data de la época franquista, pero
los españoles, los catalanes, como todos los demás en todas partes y todas las
épocas, la gente es diversa, y cambiante, solo existe la idea de pueblo
homogéneo en el ideario populista, nacionalista, fascista. Igual que existieron
los indios sioux y Toro Sentado, también el General Custer y el 7º de
Caballería; en España el fascismo y también los anarquistas, la tradición carca
y los liberales y republicanos…
Seguro
que encuentran argumentos para justificar rechazar decir haber nacido en
España, por no sentirse como los ultras, ni con la idea de que le asimilen a la
España franquista, ni siquiera quieren ser rozados con símbolos que ven
utilizados patrimonialmente por el PP, ni con ideas rancias de la patria
fascista… Algo de esto desarrollé en mi trabajo ‘Sobre el
patriotismo democrático (I)’. Ahora
me quiero referir al desconocimiento de España y lo español al que nos hemos
ido acostumbrando como lo normal.
El
secesionismo catalanista ha captado enormes simpatías de no catalanes, lo acompaña
el desprecio por el nacionalismo español que nunca hubo para los nacionalismos
periféricos, pero los cabrones, fachas, explotadores, mea pilas, aristócratas,
explotadores de esclavos negros, etc. etc. fueron los mismos, formaban
legión en toda la piel de toro y Europa. Olvidaron los fascismos francés e
inglés, o el carlismo catalán y vasco navarro… fueron embellecidos por relatos
de resistencia y nunca puestos en duda ni criticados en la España democrática,
en la que lo español podía ser escupido, pero nunca lo catalán.
Por
extrañas razones se ha considerado más democrático y progresista lo catalanista
y lo vasquita,… un complejo de inferioridad se extendió entre la
población española considerando que aquellos periféricos eran más modernos, más
listos y productivos que el resto. Una gran mentira, tan falsa como los duros
de madera.
Durante
el siglo XIX y XX los intelectuales catalanistas han escrito cientos de páginas
justificando diferencias, reales o inventadas, que les situaran siempre en lo
alto del resto de españoles, -catalanistas
preocupados por la raza catalana-.
Esas razones supremacistas afloran desde hace 30 años acompañando el process, el
desprecio y la violencia al otro, al español, que como todo despreciado y
enemigo no se le reconocía conciencia de sufrimiento.
Volvamos
al comienzo del artículo. Cuando hablen de España y los españoles, incluyan al
último Jefe del Gobierno durante la II República, Sr. Negrín, y al Presidente
de la II República, Sr. Azaña, y a todos los españoles que lucharon por la
igualdad, la libertad y solidaridad. Y para comparar con la lista de
catalanistas del XIX, citada anteriormente, facilito una serie de nombres de
españoles que convendría conocer, de la misma época pero éstos son
progresistas, regeneracionistas, ilustrados,… científicos, catedráticos,
pensadores, escritores, colaboradores de publicaciones liberales, republicanas,
socialistas, anarquistas,…
Leopoldo
Alas Clarín, Rafael Altamira, Álvaro Alvarez-Buylla, Gumersindo de Azcárate,
Pío Baroja, Eduardo Benot, Julián Besteiro, Vicente Blasco Ibáñez,
Ignacio Bolívar, Odón de Buen, Cossío, Joaquín Costa, Rafael María de
Labra, Joaquín Dicenta, Pedro Dorado, Pedro Estasén, José Fernández Nonidez,
Francisco Giner de los Rios, Augusto González Linares, Anselmo Lorenzo, Antonio
Machado, Lucas Mallada, José Martínez Ruiz, Pablo de Olavide, Benito Pérez
Galdós, José de Perojo, Adolfo Posada, Santiago Ramón y Cajal, Manuel Revilla,
José de Rodríguez Carracido, Rafael Salillas, Nicolás Salmerón, Aniceto Sela,
Luis Simarro, González Solás y Saavedra, Miguel de Unamuno, Federico Urales,
José Ustáriz, Jaime Vera, Antonio Zulueta…
son unos pocos españoles que chocan con esa idea rancia de lo español fabricada
por algunos para intentar justificar su placentera supremacía moral/intelectual.
Canta
una canción, con la música del himno de España poniéndole letra, y arma un
pequeño revuelo. Vaya, a mucha gente le gusta la ocurrencia, los líderes de
algunos partidos del lateral derecho dicen que les gusta, los del lateral izquierdo,
pasan, no se quieren pringar. Es un buen arranque de campaña publicitaria para
la cantante. La letra de la canción es empalagosa y mala, por muchas razones
que no vienen al caso, porque lo importante no creo que sea hablar en concreto
de esa canción/letra, que en todo caso gustará a unos y disgustará a muchos
millones de españoles. Pero, hay más.
El
himno de España no tiene letra porque más de la mitad de los españoles quedó
siempre excluido de la representación simbólica del conjunto. Los símbolos de
España se los apropiados unos cuantos expulsando a los demás. En la Transición
se perdió una gran oportunidad para hacerlos inclusivos, no encontraron
acuerdos, y se optó por no agravar la herida. Reconozcamos que con tanto por
construir, resultaba difícil encontrar en poco tiempo una letra aceptable para
amplias mayorías, máxime cuando en aquella época ya sabíamos que
todos los himnos de los países decían burradas, incluso aquellos aceptados
ampliamente y que sonaban bonitos, como La Marsellesa.
El
problema del desapego por la Patria de más de la mitad de los españoles, es un
serio problema, pero solo es un aspecto de la cuestión, el otro es la carcunda
de este país –incluido en ella las carcundas nacionales- y el ansia que tienen
por apropiarse todo lo que nos rodea. La derecha, aquí, siempre fue excluyente,
pretendió imponer por la fuerza su historia a todos los demás, quiere imponer
sus ideales, aspiraciones y símbolos al conjunto del pueblo, que los rechaza
por no contener los suyos.
Solo
con elementos comunes que integren las ideas simbólicas del conjunto podrá
generarse ilusión colectiva de amplias mayorías. Pero es francamente difícil
sentirse incluido en algo común en un país todavía plagado de fosas por
carreteras, campos, pozos… con decenas de miles fusiladas en ellas. Es muy
difícil lograr un himno común siendo uno de los países del mundo con mayor
número de desaparecidos. La carcunda española es muy torpe, y desalmada, pero
tiene mucho poder, la derecha española solo logró embridarla en el comienzo de
la transición y la gente, sus votantes, un tercio de españoles deben entender
estas cosas de una puta vez.
Encontrar
aspectos integradores es una necesidad acuciante, como ha demostrado el proceso
secesionista, en el que millones de españoles no se han sentido concernidos. La
secesión de un territorio, con historia común de cientos de años y que supone
la quinta parte de España, durante años no suscitó preocupación en amplísimas
mayorías superiores al 95%, como reflejan los estudios del CIS. Solo en los
últimos meses y ante la inminente proclamación de la República Catalana los
españoles mostraron algo de preocupación.
Lo
anterior tenía que ver con la poca atención mostrada por el Gobierno Rajoy,
también por la incomprensión de lo que estaba ocurriendo y sus implicaciones en
la vida diaria, pero sin duda también influye el sentimiento de sentirse
excluidos de este país, agravado tras la crisis.
El
poco apego al himno y los símbolos nacionales son la manifestación de un
problema de fondo, la ausencia
de Patriotismo democrático. Unos
pocos se han apropiado de lo simbólico, -y otros hemos dejado que nos robaran
nuestra historia-, ocultaron y destruyeron todo aquello que podía despertar
emociones en más de la mitad de españoles, que solo ven que la identificación
de los símbolos de España se realiza con una parte y nunca con una historia
puesta en común.
Para
muchos, solo la II República aparece simbólicamente progresista, a pesar que
como todo símbolo, se tergiversa y oscurece, se callan unas cosas y exageran
otras, la gente salva el anarquismo, socialismo y comunismo, y la solidaridad
de las Brigadas Internacionales, pero resulta que los republicanos son
altamente desconocidos, considerados enemigos de los anteriores por burgueses,
venían de una tradición ilustrada y regeneracionista española de la que podrían
sentirse orgullosos muchísimos españoles.
La
tradición ilustrada, progresista,
de los españoles del XVIII y XIX es desconocida por la mayoría, aquí la
Ilustración han querido taparla tras la cortina que exageraba la participación
de Carlos III y la cohorte modernizadora monárquica, cristiana… lo menos
importante de aquellas tradiciones. Una resultante de la Ilustración española
es la Constitución de 1812, que plasma ideas de las más progresistas de Europa,
fue posible no solo por cientos de intelectuales, también porque miles de
españoles de todas las Españas empujaron en esa dirección progresista.
Es
cierto que al poco tiempo, la reacción los venciera, pero dejaron multitud de
experiencias y logros con los que congratularnos de ser españoles. La historia
de España, como de Francia, Italia, Reino Unido, Bélgica,… está plagada de
contradicciones y luchas internas entre a) progreso con ingredientes de
laicismo, racionalidad, libertad, igualdad, solidaridad, soberanía popular… y
b) la tradición y el pasado, que reafirma el poder, la educación, los comportamientos
sociales y privados en la religión y monarcas, el Antiguo Régimen.
Muchos
españoles no quieren sentirse tales, por un lado no quieren que se los
identifique con las derechas, por otro muestran un complejo de inferioridad por
lo que les contaron y ocultaron. Pero el fascismo existió ampliamente en
Francia, Reino Unido e Italia, y por supuesto Alemania, una feroz represión causante
de millones de muertos y explotación de esclavos en África fue realizada por
Alemania, Francia Holanda y Bélgica… el Reino Unido explotó sus colonias
durante mucho tiempo masacrando poblaciones… no, de ninguna manera fueron más
democráticos ni más progresistas que muchos de nuestros
antepasados. En todas partes embellecen su historia, todos los
países tuvieron luchas internas entre posturas contrarias, pero
lograron unificar un relato histórico amable e inclusivo que pudiera sumar
mayorías inmensas de población.
Si las palabras se tornan equívocas
Probemos con las ideas. Manuhermon
Patriotismo
democrático, patriotismo constitucional, también con apellidos de social,
cívico, o nacionalismo constitucional… conceptos dotados de contenido por
decenas de intelectuales desde la II Guerra Mundial, intentan mirar el problema
nacional que excluye a los discrepantes y la poca identificación global que
suscita esta patria en sociedades complejas, multiculturales, plurinacionales,
por ejemplo, en la Unión Europea, o en sociedades con fuertes rupturas
internas, Alemania nazi y la posterior Alemania democrática. Naciones
identitarias vs naciones políticas.
El
uso de la palabra Patria parece asustar porque la monopolizó el franquismo, y
ello ha contaminado en exceso una generación de españoles, que se resiste hasta
a pronunciar el nombre de España, lo cual ha dejado su definición y simbología
en manos de la derecha que tiende a apropiarse de todo excluyendo al resto.
Olvidan que el concepto Patria también lo usó el comunismo; ‘Luchemos por la
madre Patria’ era un grito rojo en las trincheras rusas combatiendo
contra los nazis, cada luchador resistía por un sueño de futuro que trascendía
a los propios camaradas, aunque Stalin le traicionara, los ideales
de construcción de un hombre nuevo le sostenían.
‘Todo
por la Patria’, era el letrero en las portadas de los
cuarteles españoles durante el franquismo. ‘Defendamos la patria
socialista’ era una consigna del Partido Bolchevique en la URSS.
Democracia, orgánica o proletaria, democracia liberal o plebiscitaria,…
palabras con significados distintos.
Con
la palabra Patria pretendían significar algo diferente unos y otros en el
modelo de organización social, pero todos esos tan distintos utilizaban el
concepto de Patria para referirse a un conjunto de individuos viviendo en un
territorio común, al que pretendían unir con un sentimiento mediante una
consigna-concepto, que sintetizara una idea encaminada a soñar un proyecto
colectivo de ideales compartidos. Ideales que, por supuesto, eran diferentes en
los franquistas de los comunistas.
Practicar el Patriotismo democrático, o
constitucional,
es tapar en las calles de tu pueblo nombres
golpistas y felones,
porque representan españoles
excluyentes, vencedores. Manuhermon.
En
el pasado, durante la historia de la humanidad, fue utilizado el concepto
tribu-familia-nación-grupo-pueblo…, u otros que cumplieran similar finalidad
para referirse a grupos humanos asentados en un mismo territorio en torno a
intereses u objetivos que los distinguiera de otros colectivos, la diferencia
se resolvía fundamentalmente con violencia. La simple existencia de grupos
diferentes ha provocado luchas, enfrentamientos y muertes, se han producido
desde la prehistoria de la humanidad y más allá, en cualquier sistema, fuera
capitalista, comunista, feudal, esclavista...
Para
enfrentarse los grupos animales y humanos, primero se diferencian material y/o
inmaterialmente, un grupo se enfrenta a otro que consideran y se considera a sí
mismo distinto, ambos encuentran motivos para hacerlo, las razones pueden ser
muy variadas, una concepción del mundo y la vida diferente que se considera
verdadera y quiere imponerse a los otros, una conquista de territorio para
expandirse y ocupar un mejor espacio, para apropiarse de productos materiales y
personas, etc. da igual el sistema económico o la religión, siempre ocurrió, la
humanidad ha demostrado ser así en cualquier lugar y época. Hasta hace poco y
en algunas zonas del planeta en que los conflictos buscan previa resolución al
margen de la guerra.
A
medida que nos aproximamos a la historia se ha ido extendiendo la utilización
de símbolos en torno a los cuales identificar sueños, ideales e intereses de
colectivos, y así poder agrupar similares criterios sociales con proyectos
políticos, económicos, religiosos… en las sociedades, desde hace doscientos
años, los millones de personas no funcionan aisladas, se dotan de soberanía y
se agrupan en torno a elementos simbólicos variados.
‘’Un país es un conjunto de memorias e
historias compartidas
Una narración contada mil veces, adaptada
a cada uno. ’’ Iñigo Errejón.
Canciones,
nombres, banderas, recuerdos, luchas, historias, personas y sus obras,
instituciones, sistemas políticos y económicos… actúan como elementos
simbólicos para agrupar conjuntos de individuos. Tal religión, tal cantante,
tal bandera, tal revolución pasada, tal equipo de futbol, tal tipo de
convivencia social, tal lucha en torno a un ideal, tal utopía desarrollado en
el pasado… son elementos de identidad de grupos de personas con algo en común,
y con muchas otras cosas que los diferencian, pero todo ello convive en un
territorio político, definido con normas, creadas y aceptadas por el conjunto
de ciudadanos en un momento dado, en la nación política, la España creada desde
1975, los ciudadanos deben tener mismo derechos y obligaciones. Las personas
viven en sociedad y comparten elementos materiales o espirituales, muchas veces
necesitan representarlos para identificarse entre sí y ante otros, ello
distingue tanto por acción como por omisión, pero en la nación política no cabe
aceptar mayores derechos de unos sobre otros por tradiciones antiguas, la
mayoría de veces inventadas.
Vivir
junto a otras personas en el mismo territorio implica de una u otra forma
compartir muchos elementos de convivencia, cultural, histórica, también
económica, política, legal,… se quiera o no, en esos ámbitos se
establecen relaciones, a través de lazos familiares, laborales, de
vecindad… con otras personas que tendrán identidades muy diferentes entre sí y
con nosotros, y aunque en ocasiones puedan darse situaciones poco claras, en
general no tiene por qué ser confundido un individuo con una carga simbólica
identitaria determinada, con otro cuyos símbolos sean muy diferentes.
La
realidad es que en la vida de casi todos, casi siempre, compartimos vivencias
comunes en una empresa, un equipo deportivo, un partido político, una ciudad o
un pueblo en donde residimos, o un país,… lo compartimos con grupos de
individuos distintos a nosotros y cada uno de esos colectivos tiene símbolos
que los señalan e identifican, aunque ninguno pueda excluir al resto de
ciudadanos. Vivir en sociedad tiene un precio, aceptar la patria política, los
derechos y obligaciones comunes reflejados en una Constitución y normas
aprobadas democráticamente.
Es imposible una identidad en torno a las patrias.
Ismar.
¿Existe
la identidad en torno a patrias? Sí, existe, forma parte esencial de la
sociedad, del agrupamiento de seres humanos. No todos los que convivimos en un
mismo territorio pensamos lo mismo, ni tenemos iguales intereses ni una visión
del mundo similar, ni interpretamos el pasado de la misma forma ni vemos el
camino al futuro en la misma dirección… y a veces conviene reconocerlo aunque
intentemos diferenciarnos. Lo hacemos todos los individuos, aquellos y
nosotros, aquellos en torno a un símbolo y nosotros a otro diferente. Y lo hacen
hasta los que dicen que no lo hacen, porque la ausencia de símbolos también es
simbólica.
Reniego de cualquier patriotismo, incluido el
progresista.
Y menos que se me confunda con corruptos, corruptores
y meapilas.
Al fin y al cabo nacer en el terruño es puro azar
y no merece tomárselo en serio. Ismar.
Los
apátridas, si forman grupo social crearán con su actitud un símbolo, tenderán a
unirse formando grupos, como todos los seres humanos. Los anarquistas tienen
símbolos que identifican sus ideales, el internacionalismo proletario tiene su
simbología… todo el mundo tiene una idea de vivir en sociedad y tiende a
mostrarla, y si no la tiene, seguirá alguna de las corrientes que existan sin
darse cuenta. El vacío en política, en sociedad, no existe, tenderá a llenarse
de contenido sea propio o ajeno.
¿Un
apátrida en la sociedad española? Revisemos la situación de ese individuo.
Tiene DNI y/o pasaporte que dice nacido en España, nombre simbólico, que le
identifica como depositario de derechos españoles y europeos, ser español o
vivir en España lleva aparejado un estilo de vida, -estilo muy diferente a
vivir en Vietnam o en Guinea…- implica una seguridad física y jurídica y
obligaciones determinadas, formas de vida parecidas al resto de conciudadanos y
un conjunto de elementos compartidos similares a un conjunto social numeroso,
que no necesariamente coincide en valores y soluciones futuras a problemas
existentes.
Si
las palabras son engañosas, mejor quedarse con las ideas. Imposible considerar
apátrida a un individuo que organiza sindicatos, y otros colectivos ciudadanos,
que milita en partidos políticos desde in hilo tempore, que lucha y trabaja
colectiva e individualmente por extender valores, una forma de vida, una utopía
que quiere abracen otras personas,… trabaja en colectivos y para la
colectividad, su actividad cívica ha sido construir una sociedad diferente a la
actual, ese objetivo de construcción de identidad política algunos lo llaman
construir Patria y desde luego se acerca bastante a la definición que utiliza
Daniel Bar-Tal: Patriotismo entendido como actitud de pertenencia,
asociada con emociones y sentimientos positivos, que se expresa a través de
creencias que connotan pertenencia, afecto, lealtad, orgullo y preocupación por
el grupo y el territorio. –Citado en ‘’Patriotas
sociales. La izquierda ante el nacionalismo español. Antonia María Ruiz Jiménez,
Luis Navarro y Elena Ferri’’-
Esa
persona paga impuestos y utiliza la Seguridad Social, probablemente cobre
pensión, si se pone enfermo acudirá al sistema sanitario, el, sus hijos y
nietos habrán utilizado el sistema educativo. Con seguridad utilizará
carreteras, calles, ferrocarriles… seguro que luz y agua están conectados a su
casa, y una televisión con programación que adecuará a sus gustos e ideas. La
comida la comprará cerca de su casa, será mayoritariamente cocinada de manera
parecida al resto de sus convecinos; vestidos, enseres caseros, muebles serán
muy similares a los de la gente que le rodea. Todas estas cosas y la
interpretación que se le den, las realiza bajo los símbolos de la Patria, estas
manifestaciones de vida concretas conforman elementos patrios, la estructura de
estado federal en que está inserto su pueblo, las leyes democráticas que
aseguran un Estado de bienestar…
Este
individuo puede vivir en un pueblo, en el que nació por azar, como todo el
mundo, en el que están sus familiares, conocidos y amigos. Están sus historias
infantiles en el colegio, juveniles en campo y bares, su primer amor,
participará en fiestas y tradiciones, son símbolos, y en la vida política… al
paso de los años habrá convivido y compartido historias con todos los vecinos,
desarrolló orgullo de pertenencia e historia, y la afectividad practicada allí
habrá contribuido a construir patriotismo, ¿por qué renunciar a
ello? El pueblo donde nació y vive, fue gobernado siempre por el PP,
o equivalente. Para que no le confundan podría irse a vivir a otro, pero en la
misma Comunidad autónoma también gobierna el PP, y más allá también está el PP
en el Gobierno de España. ¿Renunciaría a su pasado porque no le confundieran?
Es
él quien está confundido, por la apropiación que hace la derecha de la
simbología de la historia del patrimonio común enterrando lo que no les gusta
¿Reniega y no quiere que le confundan?, pero ¿renegar de qué? ¿De su propio
pasado? ¿De sus vivencias e ideas? ¿De su participación ciudadana? Es absurdo,
allí hay un pasado común, con rasgos diferentes que nadie confundió. Mejor
defender su práctica y asumir los valores constitucionales como ideal de
representación de una comunidad política a la que pertenece y de la es
protagonista, llamada Pueblo X, o Comunidad X, o España.
Su práctica cotidiana, su forma particular de vida, conversaciones
e ideas forman una manera de vivir en comunidad que podemos llamar patriotismo
democrático si piensa en los demás, si con su solidaridad activa pretende
contribuir a cambiar la sociedad en una dirección de mayor libertad e igualdad.
Eso es vivir en sociedad, en un entorno y sociedad común compartiendo multitud
de cuestiones con otros que tendrán ideas diferentes y proyectos sociales
distintos, para empezar comparten nombres, que son símbolos, Si los individuos
no son anacoretas, si viven rodeados de gente, muchos tenderán a agruparse en
partidos, formando partes de la sociedad que se unirán en torno a ideas
comunes, sindicales, políticas, culturales… todos esos grupos serán en sí mismo
símbolos, y además se dotarán de símbolos reconocibles para ellos y para
diferenciarlos del resto y esos elementos simbólicos colectivos pueden crear el
patriotismo democrático.
Es atender a representantes de Gobierno
y Monarquía españolas
si preguntan en un país extranjero por
tu trabajo de cooperación.
No te confunden por ello. Manuhermon.
Viajamos
y en un aeropuerto extranjero y la seguridad nos pregunta de dónde somos, es
absurdo contestar del estado español, porque el estado es una
institución político administrativa y no un país, es inconveniente ya que así
no aparece en los documentos internacionales. Seguro que en nuestro pasaporte
pone España/Unión Europea, ciudadano español y/o europeo, ello implica aceptar
lo simbólico que representa el propio pasaporte… nadie intentará destruirlo y
pasar aduana insistiendo en que no es español. A veces siento envidia de los
nativos de otros países que no viven estos problemas, por ejemplo, un individuo
nacido en Cuba le preguntas de donde es, y responderá sin dudar, cubano,
sin complejos de si le van a etiquetar como castrista o anticastrista. Tú
eres cubano y yo soy del estado español y bla bla bla, para explicar
que aunque hayas nacido en España no eres española, has dejado te robaran el
nombre de procedencia y la historia porque…
Estamos
en un país extranjero y Javier Fernández gana la medalla olímpica, o las
atletas españolas en Londres ganan medallas… los paisanos de ese país nos
felicitarán al ver la bandera, dando por sentado que somos españoles y nos
alegraremos, así, parecería tontería dar un curso sobre qué nos une y nos
diferencia personalmente de España y de la concepción que tengan sobre lo
español. Si realizamos un trabajo de cooperación en país extranjero,
probablemente sea representando a España/Spain, y como tal sin darnos cuenta
hemos aceptado lo simbólico. Por descontado si aparece una representación del
Estado Español a ver el trabajo realizado, parece clara la obligación/cortesía
de saludar y dar explicaciones, sin que nos preocupe la confusión que podamos
transmitir a amigos y conocidos por saludar a personal de Gobierno o Monarquía.
La
realidad de lo simbólico nos atrapa en muchas facetas de la vida a pesar de que
nos disguste. Una opción es luchar por incluir modificaciones en la sociedad y
buscar una identidad colectiva en esta comunidad política democrática en que
vivimos, en vez de dejar que oculten nuestros valores de libertad, igualdad,
solidaridad, pluralidad cultural, lingüística… la parte de españoles que no los
comparte, podemos tratar de cambiar lo simbólico incorporando lo sepultado de
nuestra historia, nombres de personas, hechos, experiencias y luchas, pero
sobre todo nuestros valores de progreso, son parte de lo español. O de ti
mismo.
Deberíamos
considerar a Jürgen Habermas su interés por las sociedades complejas y
divulgador del concepto patriotismo constitucional –su
inventor fue Sternberger- y la búsqueda de nuevos ámbitos de aplicación del
patriotismo más convenientes que los rasgos étnico-culturales-religiosos y el
orgullo por tradiciones del pasado, que podemos encontrar en la práctica de
derechos políticos democráticos respetuosos con los derechos humanos, identidad
a quien deberíamos mayor lealtad. Sería ‘’el resultado de una elección
de una conciencia autónoma regida por principios universalistas. Este rasgo se
pone de manifiesto en tanto que dicho patriotismo se basa en una adhesión
razonada –y no solo emotiva- de los ciudadanos a los valores de la libertad y
en la lealtad política activa y consciente –y no meramente inducida- a las
instituciones que encarnan el mensaje constitucional.’’ ‘Los contextos del
patriotismo constitucional’, Juan Carlos Velasco Arroyo.
El
citado Velasco Arroyo resalta como ventajas del concepto, la universalidad de
los contenidos no basados en una tradición étnica ni cultural particular, sino
en los derechos humanos, en la democracia y la libertad que la constitución
asegura, su entronque con el republicanismo, adhesión al sistema político y la
ley que hace posible el ejercicio de la libertad civil. Los anteriores
criterios, alejados de pasadas glorias imperiales fascistas y
nacional-católicas, bien pueden abrazarse en un proyecto común de una inclusión
sensible en las diferencias.
Patrias amalgamadas con religiones y brazos armados,
son la peor plaga de la humanidad,
causante de millones de muertos. Ismar.
‘Patria
o muerte’ es una consigna gritada por muchos de los grupos guerrilleros y por
movimientos comunistas sudamericanos… Patria, una palabra utilizada en Asia, en
América y Europa con similares significados contiene valores diferentes según a
qué conjunto de individuos represente. Cada agrupamiento social puede ser una
Patria, un colectivo de individuos con proyectos e ideales comunes, aunque pueden
contener muy diferentes ideales y valores.
Millones
de muertos fueron causados por religiones, nacionalismos, patrias, e
ideologías, creadas por los seres humanos. Millones de muertos produjo la lucha
de clases, la explotación, las desigualdades, luchar por libertad e igualdad;
millones de muertos causa luchar por el poder en el mismo territorio, entre
mafias, narcos, grandes corporaciones,… muertos por luchas entre un territorio
contra otro por lograr riquezas, por conquistar recursos minerales o agrícolas,
también por el narcotráfico, y las mafias de armamento o… en fin, millones de
muertos causados por los seres humanos y sus emociones.
El problema con lo simbólico, es que si tú no lo dotas de elementos, otros lo harán, si tú no defiendes una historia, otros la escribirán, si dejas un vacío, alguien lo llenará. Y no se puede abandonar, dejar la transmisión de valores cívicos en manos de la ultraderecha es una locura, regalar la historia de España a la derecha es un monumental error, no aceptes que te roben los símbolos, España no es lo que contaban en las escuelas franquistas.
Manuel
Herranz Montero. Primavera 2018
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