miércoles, 22 de febrero de 2012

Garzón era otra pieza del puzzle

Ya estamos como antaño, Valencia, reforma laboral, reforma jurídica, libertades... en donde Garzón era una pieza más que tocaba franquismo y corrupción ppera... regresamos a la casilla de salida, mas allá de Aznar porque ahora todo está aderezado con la oportunidad de la crisis y mejores rostros y menores fuerzas opositoras.

Mejor que yo cuentan lo de Garzón, que extracto:

Un juez y el 18 de julio. ANTONIO ELORZA 10 -02
Más allá de lo que representa la condena de Baltasar Garzón, hay un aspecto a subrayar en este episodio: el coro de brutales descalificaciones que desde la derecha llovieron sobre el magistrado desde que destapó la trama Gürtel y que ahora han culminado en la danza india de celebración en torno a su condena. Con Telemadrid y los señores del torito en la posición estelar que les corresponde...
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Por encima de todo, está la exigencia de castigar a quien se atrevió a poner en tela de juicio al 18 de julio, que a fin de cuentas sigue siendo el hecho fundacional de la posición dominante de nuestra derecha en los planos social y económico (y por lo que ahora vemos en el judicial). … condena de Garzón, por suponer ingenuamente el juez que era posible aquí lo que fue posible en otros países: dejar claro ante los españoles los crímenes contra la humanidad de los sublevados.

En España no hay una conciencia democrática fomentada incluso desde posiciones conservadoras, como el gaullismo en Francia o la democracia cristiana en Italia. Aquí asistimos al triunfo del reformismo franquista de Fraga, erróneamente tildado de fracaso porque “don Manuel” no llegó a jefe de Gobierno. En vez de cortar con la dimensión dictatorial de su pasado, crímenes y torturas incluidos (Grimau, Asturias 63, Ruano, Vitoria), Fraga inculcó a los suyos que debían actuar en democracia pero teniendo en cuenta que el “simpático” 18 de julio suprimió una República corrompida y que la dictadura de Franco fue una edad de oro. En su primer mandato, Aznar rectificó algo pero luego, tras en 11-M, el virus neofranquista pasó a difundirse sin obstáculos en la mentalidad “popular”. Hacía falta un chivo expiatorio: nadie mejor que quien ponía en marcha un procedimiento donde se intentaba poner en su sitio la memoria histórica de un régimen criminal. A quienes dicen que la justicia debe dejar paso al trabajo del historiador hay que responderles que Nürenberg fue imprescindible para la recusación definitiva del nazismo. Solo que aquí los herederos de los culpables acabaron condenando y eliminando al juez. Eso sí, con el conveniente enmascaramiento de empezar por Gürtel y dejar todo hecho antes de lo esencial.

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Y ahora implantemos una reforma laboral “agresiva”. Arriba y abajo. Todo encaja.

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El juicio no es un sainete. JUAN GOYTISOLO 12 FEB 2012 –
''El mayor golpe asestado a la democracia española es obra de una mayoría de jueces del Supremo''

«The New York Times» ve en la condena a Garzón un «ataque terrible contra la independencia judicial»



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