Este post lo escribí el 30-08-2012, pero es que los cambios no se producen, somos realmente vagos para adaptarnos a los tiempos nuevos, la lucha entre lo viejo y lo nuevo no produce claro vencedor, casi siempre estamos empatados y todo lo que tendríamos que modernizar se va pudriendo. Así que vuelvo a publicarlo, suavemente, sin hacer daño, por si convenzo a algunos de los que frenan la implantación de la energía solar en uno de los países con mayor número de horas de sol de Europa, que nos hemos quedado atrás en el desarrollo de la energía solar y pagamos miles de millones de € por importaciones de petroleo, de lo que dependemos muy por encima del resto de europeos, para fabricar energía.
Siempre que salgo de Madrid, igual da
que vaya al interior o hacia la costa española, norte o sur, este u oeste, me
encuentro conduciendo por estas carreteras que muestran un territorio
semidesierto martirizado por el sol, entonces echo de menos 100 millones de
árboles.
Luego observo ‘algunos islotes’ con enormes superficies techadas de edificios industriales, o silos, e instalaciones agrícolas o de diversos tipos de almacenaje y transporte. Para empezar en las mismas gasolineras, y entonces me pregunto por qué no mayor extensión y utilidad de la energía solar para este país.
Imagino esos miles de metros de
techumbre atizados por un sol inclemente produciendo algo útil, desde agua
caliente a energía eléctrica, si estuvieran ocupados por placas e instalaciones
adecuadas. Sin contaminación, ni siquiera visual. Supuesto una política de
impulso a todo el territorio, al ampliar el mercado, sus costes se reducirían
considerablemente, permitiendo enormes pasos de avance a la tecnología
española.
Energía verdaderamente autónoma, sin
dependencias externas, limpia, sin contaminar a nada ni nadie y con capacidad
para producir y satisfacer necesidades localmente, sin necesidad de
transporte, lo cual implica pérdidas ocupación de espacios, encarecimiento,
dependencia... Estamos entre los países de cabeza en el desarrollo tecnológico
de estas energías alternativas, las diferentes solares, deberíamos aprovechar
la oportunidad de la crisis para dar un empujón y extenderla por tantos
polígonos industriales, explotaciones agrícolas y ganaderas y grandes edificios
como tenemos diseminados por nuestra amplia geografía.
Es cierto que quizás todavía no ha
llegado su desarrollo pleno para ser totalmente operativa y rentable, pero si
no se apuesta por ella nunca llegará su momento. Sí, tiene subvenciones y eso
la encarece, pero todas las energías en España están subvencionadas, incluida
la producción hidroeléctrica que usa del agua común de todos por graciosas
concesiones franquistas, y a partir de aquí el resto, que pagamos al mayor
precio de producción de las mas ineficientes, así que instalaciones ya
amortizadas hace muchísimos años cobran su producción a precios altísimos
gracias a estas desviaciones de precios o subvenciones encubiertas.
Ninguna otra fuente de energía puede ser tan autónoma,
recuerden ustedes que el mito de la autonomía de la energía nuclear oculta la necesidad
de uranio que producen otros países y necesita sobre todo un proceso de
enriquecimiento, plutonio, que tienen otros países altamente especializados, al
igual que son otros quienes tienen los almacenes adecuados para almacenar
residuos.
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