Es importante saber quienes son los héroes del movimiento independentista actualmente, y del President de la Generalitat Quim Torra, a los que dedican alabanzas y homenajes. Transcribo un extracto de Stanley G. Payne y un artículo de Xavier Vidal-Folch.
Historiador y profesor en la Universidad de Wisconsin
(EEUU), autor entre otros libros de “Historia del fascismo”
‘’En Cataluña,
la nueva organización Izquierda formó su propia organización juvenil en
1931, las Juventudes de Esquerra Republicana de Cataluña -Estado
Catalán (JEREC). Su líder oficial era el joven catalanista
radical Miquel Badia, pero el inspirador era un médico joven, José
Dencás, nacido en Vic en 1900. Con el advenimiento de la República,
Dencás, que era un catalanista ferviente, desempeñó un papel político cada vez
más activo y participó en la formación de Izquierda y en el proceso de
autonomía catalana, inspiró la creación de las JEREC y obtuvo un escaño en el
Parlamento catalán en las elecciones de noviembre de 1932.
Mientras tanto,
acabó fracasando completamente el esfuerzo del gobierno de Macià para
establecer un modus vivendi con la FAI-CNT, y la atmósfera se hizo cada vez más
conflictiva política y socialmente. A principios de 1933, las JEREC
organizaron su propia milicia, la que llamaron Guerrillas. Con sus
camisas verde oliva y sus desfiles de precisión paramilitar, no tardaron en
convertirse en el equivalente catalanista de izquierda de las organizaciones
juveniles de socialistas, comunistas, falangistas, carlistas, la CEDA y
otros. Desempeñaron un papel activo como rompe-huelgas durante las grandes
huelgas e insurrecciones cenetistas de 1933 y formaron sus propios grupos de
choque dedicados a la acción directa; protegieron algunos mítines catalanistas
y participaron en ocasionales ataques enemigos políticos, aunque no implicaron
en episodios de violencia armada.
Aunque sus
dirigentes afirmaban que la función de los Guerrillas era defensiva, también
boicotearon mítines de rivales más moderados que, dentro de la misma Izquierda,
no coincidían con su radical postura de apoyo al sector extremista de Estado
Catalán…/…
La estrella política de Dencás se encontraba en
ascenso de manera que las acusaciones de fascismo no debilitaron su
posición. Se convirtió en Consejero de Sanidad y Asistencia Social del
siguiente Consejo de la Generalidad formado en enero de 1934 y, después de un
activo y eficaz trabajo en este cargo, alcanzó en junio la Conselleria de
Gobernación. Entonces los antiguos miembros de los grupos de choque y otros
activistas se integraron en el nuevo Sometent del gobierno catalán, y Miquel
Badia se haga cargo de la dirección de la policía catalana y adoptó una línea
dura contra la CNT. ‘’
Dencàs fue a Italia a pedir al Duce
su “apoyo” para “un Estado ¿fascista? catalán"
El candidato a president,Quim Torra, admira a los líderes de Estat Català y
asiste a sus homenajes: los hermanos Badia son “los mejores ejemplos del
independentismo”, dijo en 2011. Daniel Cardona, uno de los “pioneros de la
independencia”, ensalzó en 2014.
A Miquel Badia i Capell, el “capità collons”, le placía la
violencia. Atentó contra Alfonso XIII en 1925, en el Garraf. En 1931, organizó
los escamots (milicias
de uniforme verde), “fascistas” y “aprendices de nazis”, de Estat Català, para
“la lucha violenta” contra sus rivales (Joan B. Culla). Eran unas “escuadras de
acción de pura esencia fascista” (Arnau González Vilalta).
Como comisario de Orden Público desde 1934 interrogaba
“personalmente a los detenidos mediante palizas, amenazas o reclusiones
forzadas” (Eduard Puigventós). En verano de ese año, arrestó sin mandato
judicial al fiscal de la Audiencia de Barcelona; el president Companys le
destituyó, pero luego le repuso.
En la revuelta del 6 de octubre, se quedó quieto
mientras detenían y encarcelaban a Companys. Huyó despavorido por la
alcantarilla del Palau, al exilio. Junto
a su conseller y jefe
político, Josep Dencàs, que acababa de declarar al diplomático italiano
Alessandro Masseroni “su entusiasta admiración por la ética del fascismo, cuyos
principios sustanciales espera poder realizar un día en Cataluña” (Arnau
González).
Brillaban otros líderes, como Manuel Blasi (igual que
Cardona, de la corriente Nosaltres Sols, Sinn Féin), que organizaría un complot
a fin de 1936 contra el repuesto Companys. Viajaban a Berlín y a Bruselas para
ver al criminal de guerra Alfred Rosenberg (colgado en Núremberg) y otros
capitostes nazis (Enric Ucelay) y pactar “ejercicios de entrenamiento”.
Estat Català “se financió secretamente mediante el
tráfico de refugiados” antirrepublicanos (Ucelay): les esquilmaban pero mataban
a quien hurtase parte del botín. Cardona fue interrogado en Aragón sobre los
contactos con la Auslands-Organisation, NSDAP, la sección extranjera del
Partido Nacional Socialista alemán, (Partido Nazi).
Y Dencàs fue a Italia a pedir al Duce su “apoyo” para
“un Estado ¿fascista? catalán”, según un telegrama diplomático de Roma.
(Los nombres entre paréntesis corresponden a los
historiadores que han estudiado este santoral).
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