jueves, 26 de noviembre de 2015

El Papa se equivoca. Quizás por ser parte interesada

Las declaraciones del Papa sobre el terrorismo, ponen el foco sobre la pobreza. Y tapan la responsabilidad de la religión, cuna y respaldo de un fanatismo atroz que justifica para el yihadista la muerte y tortura de los no creyentes. El Papa habla así, desviando el foco de la atención religiosa, como parte interesada que es en la religión.

Cuidado con poner a la pobreza como cuna de todos los males, basta ya de criminalizar la situación social de miseria como cuna de todo mal, bastante tienen los pobres con resistir el día a día, como para que les pongan más losas encima que generen mayor rechazo y represión. El Papa actúa como un trilero poniendo el foco sobre la pobreza, cuando en todo caso son las desigualdades las causantes de múltiples problemas y estallidos de violencia. Conocemos montones de países y pueblos pobres, actualmente e históricamente, que no generaron terrorismo alguno

Por otra parte la historia no aporta pruebas de esa vinculación que sugiere Francisco. El historiador David Rapoport describe cuatro tipos y fases de terrorismo; el anarquista, el anticolonial, cuyo objetivo está claro, la autodeterminación de la colonia, el izquierdista y el religioso, que luchan por mundo nuevos idealizados. Aunque algunos militantes terroristas fueran de extracción obrera, otros, mayoritarios eran de clase media o alta, -como está ocurriendo en el yihadismo- Los diferentes grupos terroristas han estado soportados en una base ideológica con suficientes dosis de fanatismo teórico como para actuar sin necesidad de vivir individualmente situaciones de pobreza, ni se encontraba la lucha contra la pobreza como base teórica justificativa de sus movimientos. Como referencia recordemos los grupos cercanos europeos, el IRA, la Baader Meinhof, ETA o Brigadas Rojas, o los más lejanos anarquistas, quizás los más cercanos a las tesis papales, que lucharon por un mundo mejor, incluida la lucha contra la desigualdad, por libertad, derechos…

Situándonos en la época presente, y sobre el terrorismo yihadista, estigmatizar a los pobres vinculándolos al terrorismo, supone echar una cortina de humo sobre las casusas del yihadismo, entre las cuales aparece en primer término la religión. El mundo musulmán se encuentra en la Edad media del cristianismo, que en el pasado bañó Europa de sangre por sus constantes guerras de religión, católicos-protestantes, cruzadas o guerras santas contra los infieles, persecución a herejes,… las torturas, muertes, y represiones varias encontraban amplia justificación en la religión y sus textos sagrados y sobre todo en los altos cargos religioso-políticos intérpretes de los mandatos divinos.
El Papa no debería olvidar este componente del terrorismo actual, al cual se suman otros aspectos, sin duda. Como cualquier otro fenómeno sociológico no hay una única causa que fácilmente lo pueda explicar, al contrario la complejidad del mundo actual ofrece múltiples aspectos que iteran hasta conformar la realidad del yihadista que atenta gritando componentes religiosos de la yihad y se inmola invocando a Alá.

Sin alejarnos demasiado de la cultura española y sus fuentes de información/documentación, como Elorza, Reinares, Napoleoni, Torreblanca, Álvarez-Osorio, Gilles Kepel, Sami Nair, Naím, Bernard Godard, … destacan como magma esencial en el conglomerado del yihadismo, la religión musulmana y los choques entre los sectores más puros e impuros, los poseedores de la verdad y los infieles, o entre islam y cristianismo, sin ese magma fundamental que silencia el Papa, no se entendería el terrorismo actual. Después habrá que preguntarse por los apoyos, la financiación, la implantación, difusión, captación, entrenamiento… y las causas inmediatas y concretas que influyan en el salto del fanatismo ideológico a la yihad, etc. pero todas ellas son preguntas posteriores, que tienen sentido porque se realizan tras la existencia de la yihad. Dice J.A. Moliner en http://www.seguridadinternacional.es/revista/ que ‘el terrorismo yihadista, tiene como finalidad la ordenación política de la sociedad sobre una interpretación fundamentalista del Islam.’

Son importantísimos los apoyos logísticos e ideológicos y la financiación de ricos países petro-árabes para extender su influencia, religiosa y política por Oriente Medio, vinculado a ISIS, así como el mundo talibán en el área de Pakistán y Afganistán, vinculado a Al Qaeda. Por descontado en ISIS influyen los graves errores geopolíticos occidentales, la última guerra de Irak, destrozando el estado y todas las estructuras que mantenían estable el área, Saddam Hussein, era un brutal dictador, pero laico, su desaparición como la de otros dictadores durante la primavera árabe del norte de África, dejó un rosario de países por el que se extendieron los grupos que estaban más organizados, aquellos de ideología islamista muy alejados del laicismo occidental.

Seguro que influirán en la captación de militantes yihadistas, la base religiosa, el odio a la vida occidental, la libertad e igualdad de las mujeres, niños, de las costumbres, la separación del poder político y legislativo entre iglesia y estado, la marginación y desprecio que sienten en Europa muchos individuos de origen mayoritario árabe, la influencia de las penurias relativas y la cárcel, la existencia de guetos… seguro que también influyen el atraso del mundo árabe en aspectos económicos y políticos, las enormes desigualdades del mundo árabe, -aunque no parece que dirijan su furor hacia los petro-países, los elementos históricos de dominio occidental serán justificación apropiada a sus desdichas, y los bombardeos indiscriminados para quienes reciben las bombas en ocasiones sometidos por abajo a los yihadistas y por arriba a los aviones occidentales, etc. etc. en definitiva un conglomerado de causas distintas a la pobreza que marca el Papa.



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