martes, 1 de julio de 2014

Problemas de izquierdas. Complejidad de intereses, dispersión. 4


Políticas progresistas a impulsar para la ciudadanía (22/09/2010)
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Con los datos estadísticos del cuadro y los comentarios al mismo parece que las personas que no encajan en el concepto de clase obrera, son una mayoría social en la España actual, pero al mismo tiempo, de ese grupo son mayoría los que en general tienen iguales o peores condiciones de vida que ellos. Lo importante, son las cosas que hay que hacer, las políticas a impulsar, y gran parte de las necesarias, no veo que puedan etiquetarse como políticas de clase, pero son progresistas, para beneficiar a los menos favorecidos y a los ciudadanos en su conjunto, consiguiendo una sociedad más libre e igualitaria. 

1) Es necesaria mayor democracia interna en los partidos, para poder extenderla por la sociedad. Tenemos que poder decidir dentro, para determinar las políticas de los órganos de poder.

2) Hay que modificar la ley electoral para dar mayor proporcionalidad a la representación de los votos y mayor libertad para los electores de elegir dentro de cada lista.

3) Hay que priorizar economías productivas competitivas, por encima de las de casino y suprimir privilegios a grandes empresas, como las energéticas y constructoras…

4) Hay que terminar con las profesiones de números clausus, con clientes cautivos de sus privilegios, notarios, jueces, registradores, controladores aéreos, pilotos… miles de nuevos puestos de trabajo esperarían a jóvenes preparados y lograríamos mayor eficacia y competitividad social.

5) Rediseñar las inversiones públicas en función de rentabilidad económica y social ciudadana y no de las grandes empresas constructoras encargadas de realizarlas y de sus intermediarios.

6) Reformar la justicia, dotándola y organizándola para conseguir rapidez en sus actuaciones, modificando la elección de sus órganos de gobierno.

7) Reestructurar las administraciones públicas, sus derroches y duplicidades, en todas ellas, autonómicas, locales y general del Estado. Fuera tantísimo asesor mamando de ellas.

8) Acabar con la masiva asistencia a consejos de administración de políticos, donde encontramos demasiadas veces una docena de pertenencias a empresas públicas o semipúblicas.

9) Hay que comprometer a todas las fuerzas sociales en un gran plan urgente para el empleo, suficientemente distante de la reforma laboral, para que sea efectivo.

10) Hay que rediseñar una política fiscal, que haga efectiva la realidad de la Constitución y un estado moderno.

11) Definir un modelo energético para largo plazo, sostenible, menos dependiente y barato y aceptado por la mayoría.

12) Hay que lograr una sociedad segura, luchar contra el delito, de propiedad, ecológico, contra la corrupción, contra las mafias que se instalan aquí, contra el crimen.

13) Hay que conseguir una sociedad más laica, donde todos quepamos en condiciones similares. Pederastas a la cárcel, ningún privilegio a las iglesias y religiones. Fuera la X de la declaración de la renta, todos debemos pagar impuestos al Estado y sus autoridades elegidas por todos distribuirlos.

14) Defender lo público, lo de todos, por eficacia, rentabilidad y sostenibilidad, permitir reglas de juego similares, menos privilegiados mamando de las ubres del estado.

15) Dedicar mayores esfuerzos a la I+D+i, a la educación a la sostenibilidad, mayor Formación Profesional.

16) Contra la enfermedad, por la salud, contra la ignorancia, por la educación, por la asistencia a los impedidos. Nadie desamparado socialmente.

Como podemos apreciar la lista puede agrandarse todo lo que se quiera, (falta la cuestión nacional) y hacerse más precisa en sus actuaciones y ninguna de ellas es una política de clase, aunque sí son progresistas, favorecen a los ciudadanos por encima de los privilegiados de turno que acechan en cada rincón.


Partidos y sindicatos se muestran agotados. Y la sociedad (2/5/2013)


6.- A La complacencia social a la que me refiero en párrafos anteriores, -identificada con la aceptación acrítica de la sociedad de consumo, o del tipo de sociedad en el que vivimos- contribuyó el hecho de una cierta ocultación del capitalismo tras el telón, por miedo, precaución e interés, durante los años posteriores a la II Guerra Mundial en Europa, y en España a partir de la Transición cuando lo más brutal del capitalismo pareció esconderse tras la cortina, al tiempo que los trabajadores lograron evidentes mejoras en las condiciones de vida y trabajo, vacaciones, salarios, viviendas y barrios, pensiones, subsidios de paro y enfermedad, universalización de sanidad y educación, ampliación de la universidad, mayor igualdad para la mujer, mayores derechos globales…

El miedo del capital se metió por la sucesión de luchas obreras –anarquistas, socialistas y comunistas- del XIX y XX, que junto con la existencia del comunismo en la URSS y en China, consiguieron durante un tiempo atemperar a las fieras, que empezaron a despertar a finales del siglo XX apareciendo claramente ante el telón con la nueva forma de los mercados financieros en este siglo XXI, sirviéndose de la crisis para retroceder al pasado, a los obreros, trabajadores y clases medias occidentales, que era quienes disfrutaban del estado de bienestar, o socialdemócrata.

No se puede obviar que al aumentar la satisfacción social hizo aparecer más noble al capitalismo, -y viceversa- lo cual incidió en la pérdida de influencia de las izquierdas en su conjunto, y no solo de la cultura política de la clase obrera. También contribuyó decisivamente a dicha pérdida de influencia, los cambios demográficos que muestran las cifras de población española; aumentos significativos de sectores no obreros, lo cual hace bajar su peso e influencia relativa, crece el número de trabajadores vinculados a los servicios, de millones de estudiantes, millones de pensionistas, y grandes contingentes estables de sin trabajo y otros cientos de miles de trabajos precarios…

Grandes cambios de población entre 1982 y 2008:

Aumentó la población total. Y envejeció. De 37.943.000 personas a 45.328.700. Los mayores de 65 años aumentan de 4.401.000 a  7.414.000. Mientras que los menores de 16 disminuyen de 10.460.000 a 7.120.000.

La población activa pasa de 13.206.000 a 22.848.200, por el crecimiento de los asalariados que pasan de ser 7.684.000 a 16.681.200. Pero el aumento de trabajadores cambia el peso relativo de los grandes contingentes sectoriales.

En la Industria los asalariados disminuyen significativamente su peso relativo a menos de la mitad, de representar un 33% del total de asalariados a representar un 12%, de 2.512.000 a 1.927.300. Por contra en los servicios los asalariados aumentan significativamente su peso pasando de trabajar 3.856.000 hasta 11.497.000 llegando a representar un 69% del total.
En la Construcción los asalariados crecen desde 758.000, un 10% hasta pesar un 17% con 2.832.000.

Sin duda estos cambios influyeron en la disminución de las huelgas y en lo que podemos llamar el agotamiento de la etapa de la Transición. Más desarrollo lo encontrará en mi trabajo ‘’Clases, obreros, ciudadanos, sujetos políticos’’.

En las últimas décadas se produce la incorporación a la sociedad española, de nuevas hornadas de jóvenes más integrados en el sistema, que basculan ideológica y electoralmente hacia la derecha, como recogen las estadísticas del CIS, en lo que probablemente influya disfrutar de mayor calidad de vida respecto a las anteriores generaciones, y a la mayoría de países del mundo, con gran sentimiento de naturalidad y perdurabilidad respecto a lo que disfrutan, al tiempo que en la mayor confianza de esos jóvenes en la derecha y su alejamiento de las izquierdas quizás también influya el desconocimiento de la historia y el papel de la derechona española. Como también influirá en esos jóvenes la infravaloración de los logros conseguidos, por parte de amplios sectores izquierdistas que siempre los criticaron como si nada hubiera cambiado nunca.

Gran parte del problema del alejamiento de visiones progresistas en la sociedad, debería buscarse en el entramado izquierdista, y preguntarse ¿qué aporta a la sociedad ante cada problema, ante cada reto? ¿Por qué en Madrid, o en Valencia, arrasa la derecha y ninguna fuerza roja o verde consigue ganar desde hace 15 años?,… quizás convendría dejar de mirar siempre a la acera derecha para tratar de explicar las cosas, y empezar por dudar si utilizar hoy los mismos discursos que se utilizaban hace 40, 30 o 20 años, para aclarar realidades que han sufrido enormes cambios. Abandonar clichés y estudiar los nuevos fenómenos que nos rodean y cuestionarse errores de interpretación, diagnostico, deseos, utopías, relaciones, mensajes, comunicación, fuerzas, etc. etc. es trabajo pendiente de individuos y grupos sean anarquistas, comunistas, socialistas, verdes, o feministas,… Porque lo único que parece claro es que las ideas que mejor calan son las derechistas –En Islandia vuelven a ganar los partidos que llevaron a la crisis, en Italia Berlusconi conserva gran poder, en España aplastó la derecha del PP, en Grecia creció como la espuma Amanecer Dorado...- Mas opiniones sobre el asunto las desarrollo en la serie Izquierdas y crisis’

PD. La imagen de cabecera procede como otras veces del trabajo ya referenciado   David Luque ‘Las huelgas en España: intensidad, formas y determinantes’

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