martes, 19 de noviembre de 2013

Tardofranquismo y aparición del término 'nacionalidades'

El tardo franquismo y la aparición del término ‘nacionalidades’

Santos Juliá cuenta en excelente síntesis como surgen los conceptos de nacionalidades y regiones, y la utilización de los mismos hasta que se impusieron en la Constitución de 1978, en el libro ‘Historia de la nación y del nacionalismo español’, VVAA. Editorial Gutenberg, 2013, en página 886 y siguientes ‘Nación, nacionalidades y regiones en la transición política a la democracia’. Desmiente la utilización del término nacionalidades por miedo militar tras la muerte del dictador y narra la historia del surgimiento y adecuación de dichas palabras por parte de la oposición durante el franquismo. Recuerden que la Constitución de la II República solo incluía Municipios y Regiones, en su artículo 1º en el que también refleja ser Estado integral o no reconocer el derecho de secesión ‘’La República constituye un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones. ’’

Utilizados a principios de los cincuenta por el Moviment Socialista de Catalunya al’Exili, en 1953 por Pere Bosch Gimpera y a partir de 1961, Unión de Fuerzas Democráticas, coloquio de Múnich de 1962, congresos de 1964 y 1972 del PSOE, PCE 1972 y 1975, Comissió Coordinadora de Forces Polítiques de Catalunya de 1969, debate Centralismo y organización federal en Can Bordoi 1971 la palabra nacionalidad es omnipresente, por J.A. Abelló por J. Reventós, también utilizado Assemblea de Catalunya de 1971, Junta Democrática, Plataforma y posterior Coordinación Democrática… Libertad, amnistía y Estatuto de autonomía, restablecimiento de instituciones catalanas, Generalitat y Estatuto de 1932, gobierno, parlamento. Y descentralización del Estado, que no necesariamente significaba soberanía. Juliá da cuenta de múltiples relaciones entre la oposición y reuniones en las que se van integrando los conceptos nacionalidades y regiones y su asunción global en un mínimo común denominador por todas las fuerzas al encarar el proceso constituyente. La idea para entender aquellos años es la de aceptar la existencia de una compleja profusión de fuerzas e intereses entre la oposición, el franquismo residual, el postfranquismo democrático y las fuerzas económicas diversas, al igual que las presiones internacionales, que darán como resultante de aquellas luchas la Constitución de 1978, un marco que fue aceptado mayoritariamente por las fuerzas en liza y por el pueblo español.

En los primeros años del franquismo la oposición catalana no incluyó entre sus reivindicaciones el derecho de autodeterminación para otras nacionalidades, derechos para sí, no para otros, lo cual sí hacía el resto de representantes de la oposición. La oposición catalana fue incorporando la reivindicación generalizada tras la muerte de Franco. El motivo de ello no es un olvido sin importancia, puede seguirse reiteradamente en los textos que desarrollan el catalanismo del XIX y XX impregnados del complejo de pueblo elegido para regenerar España, así las libertades serán importantes para ellos, más en cuanto elemento diferencial, que de hecho será uno de los problemas del Estado de las Autonomías, la tendencia a la igualación, al no estar suficientemente marcada la asimetría. Este aspecto se visualiza en la política catalana, en su intento de negociar siempre de igual a igual entre el Estado español y el Estado catalán, no entre todas las autonomías, lo cual deja dudas permanentes respecto a la eficacia de una salida federalista a este embrollo.

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