sábado, 19 de marzo de 2011

Somos transversales en la sociedad compleja

Todos somos transversales, en mayor o menor medida. En la sociedad moderna, cada vez más compleja, pocas personas siguen las pautas teóricas y/o políticas derecha-izquierda completamente, pocos individuos, o ninguno, pueden adscribirse a una ideología o partido en su totalidad, sin fisuras. Entre otras razones porque no existen tales ideologías totales, ya que son construidas con retazos, añadidos, supresiones y modificaciones temporales, y desde luego porque no existen personas de molde.

Podemos simplificar marcando dos grandes líneas ideológicas, izquierda y derecha a las que cruzan cada vez mas líneas oblicuas atravesándolas; el feminismo, y el submundo vinculado con las relaciones y preferencias humanas, el ecologismo y submundos nucleares, cambio climático, agua, medio ambiente; el nacionalismo; o la emigración con submundos racistas y xenófobos; y por último quizás el más nuevo el laicismo. De cada línea oblicua hay grupos de individuos, como subconjuntos en las formaciones clásicas de izquierda y derecha, grupos mayores en unos partidos que en otros, pero hay subconjuntos en ambos, esto es lo importante de la sociedad moderna. La existencia de segmentos electorales transversales es lo determinante, no son solamente unos pocos individuos aislados.

Respecto a los individuos, en general para casi todos, habrá un cuerpo global de identificación ideológica con un partido, iglesia o grupo, y muchos otros aspectos particulares de transversalidad que nos acercarán a otros postulados en políticas concretas, leyes, acciones o elecciones. En el Partido Popular habrá militantes y votantes gais y lesbianas, como en el Partido Socialista (u otros), que seguirán votando PP a pesar de que sean los socialistas del Sr. Zapatero quienes abanderen las leyes civiles que les conceden derechos y reivindicaciones. Tener la idea de que votarán socialista por ello es un error, un solo aspecto, la orientación sexual, no definirá su concepción global del mundo. Al igual que los católicos del PSOE no votarán PP.

En todos los partidos del espectro político, habrá empresarios, (incluso financieros) trabajadores, agricultores, jornaleros, porteros, taxistas, parados, amas de casa, pensionistas, estudiantes, que podrán ser feministas, machistas, gais, lesbianas, ecologistas, defensores de lo nuclear, de lo público y lo privado, racistas, xenófobos, etc. aunque en ninguno de los partidos probablemente cada grupo tenga plenos apoyos, su identidad global como individuos no se corresponderá con todas las actitudes sociales que supuestamente identifican a los militantes de ese partido.

Un buen trabajador puede ser un mal padre, un sindicalista ser machista, mientras que una militante cristiana puede ser lesbiana defensora de sus derechos, un gay puede identificarse globalmente con las políticas de la derecha y su concepción del mundo, incluyendo la religión. Un izquierdista puede ser creyente y un revolucionario ser racista, igual que un lumpen o desposeído ser fascista.

Ecologistas concienciados con el medio ambiente pueden ser insensibles ante la tragedia del paro o de las cadenas de montaje, al igual que obreros industriales serlo ante el cambio climático o las contaminaciones varias. Nacionalismos periféricos pueden encontrar aliados internacionalistas y católicos y nacionalistas españoles ser ultra-izquierdistas, unos cristianos se acercarán al marxismo al igual que otros al fascismo, individuos neoliberales genéricos pueden luchar por las libertades individuales y por los derechos de los menos favorecidos en concreto y en mayor medida que gentes de izquierda, al igual que comunistas pueden estar en contra de los derechos de los emigrantes, católicos ultras defensores de crucifijos pueden formar parte de tramas de corrupción y organizarlas, o ejercer de agresores pederastas o proxenetas.

Periodistas defensores de la democracia, pueden participar en golpes de estado contra gobiernos legalmente elegidos en urnas, o venderse a cúpulas patronales para difundir y defender los intereses de carteles o lobbies sean ideológicos, por ejemplo nucleares o financieros; también médicos, militares y banqueros pueden montar tramas de droga, proxenetismo o blanqueo de dinero desde cualquier partido. Ni que decir tiene que ladrones, asesinos, hijos de puta, etc. etc. hay en todas partes.

Y esto es así y será cada vez más. Todos los individuos somos un conjunto de múltiples interrelaciones, que a veces nos aproximaremos mas a unos determinados esquemas ideológicos, tendremos un cúmulo de aspectos o propiedades mayor de un grupo que será útil para adscribirnos a él, para poder entendernos, para estudiarnos, y otras veces nuestras posturas tendrán tantos aspectos diferentes de cada una de las distintas posturas en juego que será imposible clasificarnos. Así que mejor considerar las definiciones solo como aproximaciones a una parte de nosotros y no como señas de identidad e identificación personal. Al fin y al cabo todo son etiquetas que ponemos en cada frasquito para poder entendernos, el problema surge cuando se juntan todos los frasquitos, en una persona. Casi siempre mejor las quitamos.

Y entonces ¿todo da lo mismo? Ni mucho menos, algunas cosas serán positivas estén de azul, rojo o verde y otras detestables, aunque estén tintadas de rojo, azul, o verde, además como en todo hay niveles de acumulación, sin perfección absoluta, pero constatables.

1 comentario:

  1. “Hay una gran diferencia entre la actuación del Gobierno Español durante la guerra de Irak y la guerra de Libia. En aquella se creía que Irak poseía armas de destrucción masiva. En esta se tiene la total seguridad de que no las hay”.

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