''Quien no conoce su historia está condenado a repetirla. Y nadie mejor que nuestros adultos mayores para darnos el testimonio vivo de los sucesos que no queremos que vuelvan a darse en el planeta. Pensemos en lo que estamos viviendo en estos momentos en Europa, que hace casi tres años es el epicentro de esta tercera guerra mundial de a partes. Es el continente que el siglo pasado vivió 30 años sumido en guerras fratricidas y luego experimentó dolorosas separaciones de pueblos hermanos con el muro de Berlín. No puede ser casualidad que estos nuevos vientos de guerra resoplen en el Viejo Mundo cuando quedan cada vez menos testigos directos de la barbarie de los totalitarismos o, peor aún, cuando se los tiene marginados, como piezas de museos que no pueden aportar sus valiosos testimonios —que muchos llevan incluso marcado en la piel— a algunos de los debates que hoy vuelven a marcar la agenda política como hace poco más de 100 años.''
Tengamos estas palabras en cuenta ahora en nuestra paz.
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