martes, 8 de diciembre de 2015

El debate del siglo? Menos lobos Caperucita

Los partidos del siglo son los últimos timos del mundo del espectáculo. Hasta que ha llegado el debate del siglo. Que pesadez de días previos, que pesadez el mismo día, que pesadez lo que queda hasta que lleguen las elecciones. No me atrevo a decir que pesadez el debate en sí, pero sí que me pareció muy normalito, como espectáculo hasta un poquito pesado, como debate, bastante flojo.

En la campaña electoral más televisiva de todas cuantas he vivido, se me hace pesada la reiteración presencial de las estrellas políticas a los programas de entretenimiento, incluidos los que llaman de debate. Se me hace pesado el manoseo reiterativo de sus cliches que llaman discursos políticos, tanto como el interés mediático en fomentar el individualismo, o el estrellato que parecen potenciar los medios para potenciar sus negocios.

Soy amante de la política, me encanta debatir y presenciar debates, disfruto escuchando la presentación de una tesis basada en una buena argumentación y de una contra-argumentación, concedo gran valor a un discurso coherente que pretendiera elaborar un diagnóstico de la situación  crítica que vivimos, y aplaudiría las propuestas que intentaran solucionar, o minorar los estragos. Me faltó mucho para disfrutar con este ‘debate del siglo’. Otra cosa es el espectáculo electoral-televisivo-concursal de los líderes.

Ha ganado fulano, dicen los fulanistas. Ha ganado mengano, dicen los menganistas… ¿Ganado, perdido? La cadena de televisión. Los concursantes estuvieron a la altura del espectáculo, pudieron ser un poquito más incisivos, pudieron estar un poco menos acartonados, pero en general el espectáculo del siglo no daba para mucho más a pesar de todas las loas que desde las dos cadenas de televisión realizaban sus periodistas, sus empleados.

Perdonen ustedes pero no puedo valorar lo que ví y escuché como gran aportación al debate político, por ejemplo las opiniones de Estefanía o del representante de Politikón me parecieron de un valor muy superior a las desarrolladas por los líderes que se enfrentaron en esa incómoda postura para que mostraran supuestas habilidades comunicativas. No digo que no valieran para nada los comentarios de los líderes/artistas invitados, solo que fueron muy flojitos, que el formato de espectáculo televisivo penaliza bastante la argumentación que detrás del enfrentamiento entre esas cuatro personas no es posible apreciar el discurso de acción política de futuro de esos partidos.

Por supuesto que a muchas personas les vale, para empezar a los fieles de cada cual les sirve para sentirse identificados y arropados por su estrella, como al aficionado al futbol cuando ve un partido de su equipo, de hecho la mayoría de televidentes solo oirán las palabras de su líder, el más guapo y suelto, o las meteduras de pata del contrincante, que estaba mal arreglado/da o con mala postura. Si ustedes vieron el debate acompañados de personas de variadas tendencias pudieron apreciar lo anterior.

Naturalmente el formato de espectáculo televisivo no pretendía aportar profundidad para resolver sus dudas, aunque lo dijeran, tampoco pretendía aclarar los proyectos de cada partido, aunque lo dijeran, eso lo ha podido encontrar la gente interesada en la suma de otras muchas intervenciones de prensa, radio, televisión, en las propuestas escritas de cada partido, en las conversaciones que tengan ustedes con los militantes que conozcan, etc. En todo caso, los debates/espectáculo mejor que nada, pero por favor no sean estomagantes, no se pasen en dorar tantísimo la píldora televisiva.

2 comentarios:

  1. Mi relación con la televisión es ocasional, accidental. Se reduce casi sólo a las ocasiones en que no puedo evitarlo, salvo para ver alguna película grabada de la propia tv, cuya visión me permite cepillarme la publicidad. En esta ocasión he tenido que aguantar el anuncio continuo, sin pudor, por parte de la cadena en cuestión, durante no sé cuantos días. El debate tuve la suerte de poder evitar verlo, y no me sorprende lo que comentas sobre él. Creo que siguen ordeñando la vaca con el postdebate.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La vaca del post debate sigue dando leche. Son unos pesados, poco serios con el trato a la situación tan grave.
      Lo peor es que el lenguaje se prostituye, se llama debate a la mera exposición de algunas frases del programa, no seleccionan un tema, se plantean propuestas argumentadas de por qué es mejor o peor, de las dificultades que encontraría, la previsión de como vencerlas, las fortalezas que generaría de escoger esa opción, los costes e impedimentos... con ello todo cuanto rodea la vida se hace mas ligero e intrascendente.

      Eliminar