lunes, 26 de enero de 2015

Bravo, en Grecia venció Syriza ¿será suficiente?

Syriza ha ganado holgadamente con cerca de un 37% de los votos que le dan un 50% de representación parlamentaria, -como muchos sistemas electorales, el griego, prima al ganador para facilitar formar gobierno-. Desde un blog resulta difícil hablar de algo aportando utilidad, o por lo menos evitando repetir lo recogido por tantos medios de difusión como son posibles de leer o escuchar. En este caso me inclino a mirar algún aspecto que no he visto reflejado o difiero de su interpretación, el asunto de la autonomía.

Grecia tiene aspectos comunes con España. Y tiene muchos otros aspectos muy diferentes. Sin duda la victoria de Syriza tenderán a aprovecharla para iluminarse tanto Podemos como IU, aunque no creo que les interese excesivamente apuntarse al caballo ganador, salvo para recoger la ilusión de que una victoria electoral sea posible, porque las diferencias son mayores que los elementos comunes y no se trata solamente de las cifras absolutas, por tamaño España es mucho mayor, sino de las relativas, proporcionalmente la situación griega es mucho más penosa y complicada de salvar que la española. Aunque a nadie se le oculta que este es un primer acto sobre la capacidad de las nuevas políticas para enderezar esta cochina situación europea, ya habrá tiempo de irlo viendo.

Para empezar la primera dificultad de los ganadores será su capacidad de acuerdos internos, que le darán mayor o menor autonomía de gobierno a Tsypras, mayor o menor capacidad de actuar. Syriza son un conglomerado de al menos una docena de organizaciones de muy reciente creación. Parecido a IU, pero tiene 35 años de rodaje común, y no siempre han logrado funcionar como una sola corriente y una sola voz. En este sentido parecería mejor situado Podemos para imponer una sola voz llegado el caso. Así que no está clara la capacidad de actuar urgentemente, sobre qué cuestiones podrán mejorar y a qué costes, aunque empeorar parezca complicado. Por lo menos internamente, en Grecia, podrán hacer una limpia y ordenar la administración y sus relaciones para con el pueblo y con sus proveedores. Importante será la capacidad de influencia en el pueblo para que acepten su guía.

De cara al exterior, comienza una etapa de dificultades nueva en la que se pone en juego una vez más el concepto de independencia, ¿cuánta soberanía nacional es posible desplegar en un mundo tan interrelacionado como el actual? Máxime perteneciendo a la eurozona y la UE, lo cual somete a los países y gobiernos a tratados y reglas que condicionan sus pasos, recuerden que las decisiones en Europa se toman por unanimidad y por mayoría. Así que ganando Syriza, o cualquiera, las dificultades son enormes, lo que cambiará serán los interlocutores griegos en los foros internacionales, su determinación y fuerza de empuje, su capacidad de convencer y establecer alianzas para plantar cara a los acreedores.

Hay un principio básico que deberíamos recordar en la actividad política, nadie tiene autonomía total para hacer lo que quiera. Supongamos que Grecia quisiera salir del euro para tener mayor autonomía, porque le interesara devaluar para empezar una nueva vida desde otros horizontes y ahora no puede. Su déficit permanente, ese mismo mes haría insufrible la vida de pensionistas, funcionarios, educadores, sanitarios, etc. gobierno e instituciones colapsarían, no tendrían autonomía para tomar decisiones porque no podrían pagarlas, ya que no tienen recursos para ello, dependerían del crédito y nadie prestaría un duro hasta aclarar la situación. La fuga de capitales del reciente pasado podría reproducirse y encontrar poca capacidad para frenarla, sus bancos quedarían secos de liquidez, corralito, no tendrían la autonomía que ahora les brinda el BCE con sus inyecciones de créditos a los bancos de la eurozona.

Aclarar la situación para las ayudas externas supone obtener garantías, es decir el gobierno tendría que comprometer el futuro para recibir créditos. El futuro comprometido significa plazos, condiciones, tipos de interés, reformas concretas, etc. Igual sucedería con la deuda y sus intereses, renegociar ordenadamente, es distinto a declararse en quiebra o amenazar con impagar, renegociar supone alargar plazos y luchar por bajar tipos de interés, refinanciar será posible porque no parece haber otra salida, el asunto serán las condiciones que se pacten. En situaciones de impagos probables y ante la necesaria refinanciación permanente, los mercados, los prestamistas en ese momento consideraban las quitas probables y subían los tipos de interés en consonancia con dicha quita para enjugarla. El problema es que no tienen autonomía económica ni para un mes.

La democracia griega no es autónoma del resto de Europa, por tanto de los problemas comunes o locales, la democracia griega tiene relación con la deuda y las políticas de austeridad que no forman parte de los tratados europeos pero que interrelacionan. Los griegos no tienen autonomía suficiente como para defender su democracia al margen del mundo, al margen de Europa, pero a los acreedores, a los mercados no se les debería conceder autonomía para hundir un país.

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