viernes, 21 de junio de 2013

Subprime. Hipotecas basura. Bonos. Securitización. 4

En 1999 entra en escena una sección de la aseguradora AIG (AIG FP) y comienza a vender seguros contra impagos, en forma de las recientes permutas de impago crediticias, CDS, como si fueran seguros a largo plazo, a precios irrisoriamente bajos en las primas que cobraba, lo cual le reporta beneficios al principio. 

En aquellos años identificaban los créditos que aseguraban como comerciales. En 2004/5 la oleada de créditos al consumo se junta con el crédito vivienda y todo se convierte en hipotecas basura, que AIG sigue tratando con iguales criterios de riesgos, ¿por qué? Las hipotecas basura habían pasado de representar un 2% del total asegurado de créditos a ser un 95% en el 2005. Todo daba igual, y la mayoría del mercado pensaba que aquella fiesta hipotecaria nunca explotaría; pero, una minoría sí lo creía y compran varios miles de millones $ de CDS, no como seguros de los bonos hipotecarios a largo, lo hacen como apuesta contra el mercado a corto, y sin necesidad de tener bonos, el producto asegurado. Aquello era un casino y apostaban con los nuevos instrumentos.


En el 2006 frena la subida de precios del mercado inmobiliario y empiezan los impagos. El problema de la crisis global subsiguiente no fue debido a la explosión del negocio subprime, que actuó como detonante, -las hipotecas basura podían representar un 15% del total hipotecario- el impago de hipotecas pudo afectar inicialmente a unas cuantas decenas de miles de millones, asimilables por el sistema sin grandes sobresaltos sistémicos. Pero, naturalmente AIG no tenía cubierto los riesgos de sus CDS, no habían previsto la posibilidad del riesgo, y quebró y así otros bancos que no pudieron soltar todas las hipotecas basura de sus tripas, ni cubrieron riesgos. La causa de la devastadora fuerza de la explosión fue el tamaño de los mercados financieros y su interpenetración global, aquellos CDO estaban por todas partes y nadie sabía lo que tenían dentro ni cuánto valían. 

Los impagos continuaron y fueron abriendo agujeros inundando todo el sistema, incluida la City y los bancos alemanes, convirtiéndose en cientos de miles de millones a través de montañas de derivados que se habían extendido por bancos y aseguradoras, los cuales rompieron la cadena de confianza en otros bancos, nadie sabía cuánta basura tendrían en sus tripas, así los bancos con dinero lo guardaron bajo llave por si lo necesitaban para apuntalar su solvencia. Las quiebras fueron cayendo como fichas de dominó y la pérdida de valor de activos financieros fue gigantesca. La burbuja inmobiliaria reventó y provocó una gran caída de valor de activos reales. El crédito desapareció del escenario bancario y empresarial y la economía real se desplomó. Paro, y recesión; y ayudas públicas. Y pasó a ocupar titulares el problema de la deuda. 




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