Tribulaciones del maduro blogger, 12
A Mari Cruz. Fotógrafa aficionada, rojiverde, madre, esposa, hija, nuera, ama de casa y trabajadora.
Es dificil sentirse estimulado por la inmensidad fotográfica de internet, hay tantísimo de todo, que puede causar una sensación de impotencia, de aplastamiento.
La fotografía digital se ha impuesto sobre la analógica. Por precio y comodidad, al menos masivamente entre el público aficionado y el turístico, entre el consumidor y muchos amantes de la fotografía. No sabemos si tendrá una nueva primavera la fotografía analógica, igual que los vinilos. La fotografía digital me ha complicado la vida, me ha apartado de su técnica y ha dejado las máquinas inservibles para el largo plazo, metiendo en mi forma de proceder solo la idea de utilidad de corto plazo.
Yo era fotógrafo aficionado desde mi juventud, hace muchos años, desde que llegué a Madrid para trabajar y vivir. En mi pueblo de nacimiento pintaba y dibujaba empujado por mi padre amante del arte. La posibilidad de utilizar taller para pintar o usar escayola, para trabajar, era esencial. En Madrid imposible soñar con ese espacio, así que derivé a la fotografía a mediados de los sesenta.
La fotografía entonces entró en mí con criterios compositivos de la pintura, y además era susceptible de ampliar a terrenos periodísticos. Resultaba mucho más fácil que la pintura, más limpia. Tampoco era excesivamente complicada su técnica, fundamentalmente tenía que aprender a utilizar la cantidad de tiempo que entraba la luz para impresionar la película.
Diafragma y velocidad eran las claves, aquellos números 2,8; 5,6;8; u 11 o 16, o los 60;125; o 250, que realmente eran los inversos, median la apertura de diafragma y la velocidad de disparo, el tiempo que permanecía abierta la cortina de entrada de luz. Una apertura de 2,8 implicaba objetivo muy abierto, una de 11 o 16 muy cerrado. Una velocidad de 60 implicaba tener más tiempo abierto el objetivo que una de 125.
Lo fundamental podía aprenderse rápidamente y además el aprendizaje era posible utilizarlo durante mucho tiempo. En general se trataba de jugar con los criterios de cuanto mayor apertura, necesitaría menor velocidad. Dando por supuesto un punto de equilibrio en una toma fotográfica, para que saliera la imagen que quería obtener, podía considerar que si la fotografía a tomar necesitaba una cierta cantidad de luz, era posible cualquiera de los pares diafragma/velocidad posibles, cuanta mayor apertura, o sea menor número de foco, debía utilizar una más rápida velocidad de obturación, (que significaba menor tiempo expuesto a la luz), o sea mayor número, 500, incluso 1000.
Luego era ir añadiendo conocimientos. Cuanto menor número de foco, o sea, mayor apertura de diafragma, la profundidad de campo se reducía, lo enfocado tenía menos distancia dentro del encuadre. Por ejemplo si una foto de una persona encontraba su equilibrio en un diafragma 11 y velocidad 125, en los retratos si quería enfocar la cara y desenfocar el resto, suponía enfocar la cara, pero además utilizar diafragmas reducidos, por ejemplo 5,6, para abrirlo más, a partir de aquí si había reducido 2 pasos la apertura la velocidad la movía esos 2 pasos, hacia 500, por ejemplo, de tal manera que las condiciones de luz para impresionar la película eran las mismas, pero cualquiera de sus pares utilizados habría logrado modificar esa toma.
A partir de lo anterior y dependiendo de lo que pretendieras obtener así utilizabas los recursos. Una figura en movimiento, suponía velocidades altas, rápidas, o sea tiempos muy cortos de apertura de la cortinilla, primaban sobre el diafragma que ponías subordinadamente en consecuencia. Paisajes que requerían gran nitidez y profundidad de campo, como eran inamovibles, los primaba con diafragmas cerrados, por ejemplo 16 (que además daba grandes profundidades de campo, enfoques amplios) y secundariamente la velocidad requerida.
Estas historias tienen que ver con la utilización de técnicas que hoy resultan obsoletas en la fotografía digital. Cámaras que lo hacen todo, pequeñas o grandes. Si tienes una réflex analógica, una cámara de las de antes, aprendías a usarla y aquello valía para muchos años, casi una vida. Comprábamos objetivos cada cierto tiempo que ampliaban posibilidades, hace dos años un gran angular, en un viaje un tele 135 de oferta (para los retratos me gustaba mucho), hoy es imposible sumar a tu cámara.
Intenté aplicar manualidad a mi cámara réflex, Canon 350 y me costó esfuerzos increíbles, porque mantiene siempre parámetros predeterminados. Mover una cosa implica tocar montones de ellas, adiós la fotografía periodística, ningún factor supone simplemente modificarlo, te aburres al ver la cantidad de otras cuestiones que obliga. Nada que ver con aquella rapidez de tocar velocidad/diafragma en un instante.
Para empezar si compras algo hoy, puede que dentro de unos meses ya no encuentres objetivos, o que haya salido algo que modifica y supera. O simplemente que se rompe y no hay reparaciones posibles. Son productos diseñados para no arreglarse, para no aguantar la suma de mejoras, son productos pensados para el corto plazo, por tanto ¿para qué aprender a fondo su manejo?, si con cada cambio hay que desaprender los conocimientos anteriores, es un desgaste constante.
Y luego está la calidad. Sucede como en los aparatos de música, aquella calidad que medíamos entre los 20 y 20.000 Hz, era volumen, pero sobre la calidad, fidelidad de reproducción musical captada por el oído humano. Ahora es volumen, punto. La pérdida de calidad en grabaciones de CD o DVD y en sus reproductores es bestial.
Efectivamente, desde no se qué reproductor tengo toda la música, pero con mucho volumen y poca calidad. Así ocurre en la fotografía digital. Tengo muchas posibilidades de reproducir, de enviar y jugar con ella, sin duda adelantos, pero si no entro en complicados cursos de técnicas de programas de retoque la calidad yo no veo que sea superior a la antigua.
Guardo unos cuantos miles de negativos, de diapositivas y de fotos y puedo asegurar que las que yo lograba con mis viejas y humildes Practika y Nikkormat, analógicas, no han sido superadas por la Nikon pequeña o la Canon réflex actuales. La calidad general, la nitidez de aquellas ópticas, no la he visto con las actuales.
Reconozco que los trucos de revelado (tenía un cuarto para revelar blanco y negro) eran reducidos en comparación con la manipulación actual. Eso de hacer plantillas con cartoncitos movidos con alambres para evitar la luz, o pasar la mano para que no revelase igual, queda a años luz de las cosas que puedes hacer hoy con un programa de los baratos.
En conclusión, a la fotografía actual digital la aplico conocimientos de composición artística de la pintura, y mirada de observador y fotógrafo analógico, lo cual supone no pensar en retoques de programas. Intento utilizar criterios de fotoperiodismo, destacar momentos, acciones que quieran decir algo. Y manejo discursos, historias, para muchos de los proyectos fotográficos que abordo, como por ejemplo ‘los trabajadores de mi barrio’, en el que las tomas se encuadran en un discurso elaborado, un criterio previo. Algo de esto lo he explicado en el blog ‘EN MI BARRIO. ALCORCÓN’
Relevancia de las fotos:
Estas fotos son de gente importante:
Gracias por tu dedicatoria, decirte sencillamente que tienes toda la razón. Hacemos fotos y fotos y fotos y fotos y fotos, y no somos capaces de captar la belleza del momento. Cuando veo fotos antigüas, como las que hacia mi abuelo con una cámara que el se fabricó, aquello si que era arte, porque sacaba unica y exclusivamente la foto "especial" la del momento.
ResponderEliminarGracias de nuevo
El exceso tan descomunal de todo, suele paralizar y además requiere un esfuerzo supletorio en limpiar y seleccionar.
ResponderEliminarAdemás el exceso me parece que impide valorar lo esencial, lo q dices de tus mayores, de nuestros antiguos pintores, arquitectos, fotografos, escritores... casi perdidos hoy para cientos de millones de jóvenes y no tan jóvenes que sucumbimos al mas, mas, mas,
cantidad pero no calidad.
Hay veces q dan ganas de cerrar internet y ponerse a disfrutar de lo acumulado ya en tu entorno.