Tomado de El País: María R. Sahuquillo. Bruselas - 25 MAR 2025 - 05:40 CET.
Europa debe prepararse para una potencial guerra, también para ciberataques, pandemias y los terribles efectos de la crisis climática, advierte la Comisión Europea. Con un tablero geopolítico en ebullición y en plena carrera para el rearme ante la amenaza de Rusia, con el temor a quedarse sin el paraguas de seguridad de Estados Unidos y ante un número creciente de desastres naturales, Bruselas pide que todos los hogares europeos tengan reservas de agua, medicamentos, baterías y alimentos para subsistir 72 horas sin ayuda externa en caso de crisis. Es una de las directrices de la Estrategia de Preparación de la Unión, que presentará el Ejecutivo comunitario el miércoles. Un plan para tiempos de crisis.
“Debemos
prepararnos para incidentes y crisis intersectoriales a gran escala,
incluida la posibilidad de agresión armada, que afecten a uno o más Estados miembros”, dice
el borrador del documento al que ha tenido acceso EL PAÍS, en el que la
Comisión explica que dará directrices a los Estados miembros para trazar los
preparativos para que la población pueda afrontar con recursos esos primeros
tres días clave.
“En un contexto de aumento de los riesgos
naturales y antropogénicos, y de deterioro de las perspectivas de seguridad
para Europa, es urgente que la UE y sus Estados miembros refuercen su
preparación”, dice el borrador de la estrategia, que
todavía está en discusión y que puede experimentar cambios. “La preparación y
la resiliencia de Europa frente a la violencia armada podrían ponerse a prueba
en el futuro”, remarca.
El tono, el escenario que describe la
nueva estrategia europea y las medidas que plantea son las de una sociedad a
punto de entrar en emergencia, militar o climática. Bruselas plantea 30
acciones clave —desde esa
preparación civil en caso de
emergencia a elementos más técnicos como maniobras conjuntas y cursos
especializados para jóvenes y adultos— para prevenir a la ciudadanía. Y
advierte de que para actuar conjuntamente con un “espíritu de
solidaridad”, como establecen los tratados, “la UE debe ser capaz de desplegar
todos los medios y activos disponibles en apoyo de los Estados miembros”. “Esto
podría incluir recursos militares puestos a disposición por los países”,
añade.
“En caso de perturbaciones extremas, el
período inicial es el más crítico”, avisa
la Comisión. Además de ayudar a los Veintisiete con las directrices para
afrontar un episodio de desastre y que la población pueda subsistir hasta que
se restablezcan los servicios públicos, Bruselas creará una plataforma
digital para que los ciudadanos y los viajeros tengan información sobre los
riesgos y opciones disponibles (refugios, por ejemplo) en caso de crisis,
dice el borrador de la estrategia. Además, el Ejecutivo comunitario
también plantea coordinar a nivel europeo reservas estratégicas de fármacos,
materias primas esenciales, energía e incluso alimentos.
La nueva estrategia europea —que llega
cuando vuelven a aflorar las informaciones de inteligencia de varios Estados
miembros de que el Kremlin podría iniciar algún tipo de ataque en los próximos
cinco o diez años— forma parte de un paquete más amplio para preparar
económica, militar y socialmente a la UE ante
cualquier amenaza hasta 2030.
En ese paquete está, por ejemplo, la regulación para el rearme europeo,
con la que Bruselas quiere movilizar hasta 800.000 millones de euros (la
mayoría procedentes de los presupuestos nacionales; y solo 150.000 de préstamos
con deuda común garantizada con el presupuesto comunitario). También el
plan Europeo de Adaptación al Clima, la ley de Medicamentos Críticos o el pacto
Industrial Limpio. En unas semanas, a ese gran paraguas se añadirá otra
estrategia, más enfocada a la preparación de las infraestructuras y la
preparación ante amenazas híbridas.
El documento que se presentará el
miércoles se basa en un denso informe sobre preparación ante
las crisis elaborado por Sauli Niinisto, expresidente de Finlandia, un país con una sólida
regulación y con la mayor preparación ciudadana del continente en caso de
crisis. En su estudio, hecho público el pasado octubre, el exmandatario
finlandés reclamó que al menos un 20% del presupuesto comunitario se dedicase a
seguridad y preparación para las crisis. Bruselas no entra aún en detalle sobre
fondos que, como ocurrirá previsiblemente el capítulo de defensa, será parte de
la larga batalla del presupuesto multianual de la UE. Una lucha que ya despunta
y que se iniciará oficialmente este verano.
“Cambio de mentalidad”
Se necesita un “cambio de mentalidad” de
la ciudadanía, dice el brazo Ejecutivo de la UE, que recomienda, además,
que haya una cooperación estrecha entre las organizaciones civiles y militares.
Y señala que deberían ejecutarse
maniobras periódicas y simulacros a
escala de todo el club comunitario para poner a prueba la asistencia de un país
a otro, en caso de ataque o crisis. “Europa no puede permitirse ser un
mero observador”, dice el borrador de la estrategia. “En caso de agresión
armada, las fuerzas armadas requerirían apoyo civil para garantizar el
funcionamiento continuo del Estado y la sociedad”, dice el borrador de
la estrategia.
Ya hay herramientas y normas para
gestionar las crisis. Durante y después de la pandemia de covid-19, que sacudió
la UE en 2020, se pusieron en marcha programas que aún subsisten y lecciones.
Como el intento de erradicar las dependencias de proveedores externos y
almacenar medicamentos esenciales; además de los programas conjuntos de
adquisición de vacunas.
Pero la Comisión Europea, liderada por
la conservadora alemana Ursula von der Leyen, cree que hay todavía demasiada
fragmentación, descoordinación e ineficiencia en la cooperación fronteriza.
Y que los programas e instrumentos disponibles son más “reactivos” y no tanto
proactivos. “Hay un uso insuficiente de la previsión estratégica, la
anticipación y las herramientas de alerta temprana. Se carece de una evaluación
integrada de los riesgos, las amenazas y sus efectos en cascada, incluso desde
fuera de la Unión”, dice la nueva estrategia.
Además, esa “preparación” necesaria de
los hogares, ciudadanos, empresas e instituciones de la UE debería ser
“permanente”, asegura el Ejecutivo comunitario. Para ello, Bruselas plantea
declarar un día europeo de preparación, para concienciar a toda la sociedad de
la necesidad de prepararse y ser resiliente ante cualquier desastre.
Los efectos de la crisis climática
El Ejecutivo comunitario habla de
múltiples riesgos y amenazas para los pilares de la UE: la paz y la
estabilidad, que en el contexto actual ya no están garantizados, advierte. Y
no solo menciona potenciales episodios de “violencia armada”. También advierte
de otros peligros —de hecho, en algunos casos ya se han detectado casos— muy
reales y de los que la ciudadanía debería ser consciente, como los ciberataques
contra infraestructuras europeas esenciales (desde redes de energía a bancos),
sabotajes a cables submarinos, gasoductos y oleoductos, grandes oleadas de
desinformación con el objetivo de interferir en las democracias europeas por
parte de potencias extranjeras.
Además, también alerta de las consecuencias
y la necesidad de preparación ante otros episodios que pueden sentirse más
cercanos para los ciudadanos de los países del sur, como España o Italia:
incendios forestales, fuertes lluvias e inundaciones, sequías. El europeo es el
continente que más se calienta, advierte la Comisión en la estrategia. Las inundaciones ocasionadas por la dana en la
Comunidad Valenciana el pasado octubre, las de Eslovenia en 2023 y las de
varios países de Europa Central en 2024, fueron una llamada de alerta para gran
parte de la ciudadanía europea.
“Si no se aborda [esta realidad] mejorando la capacidad estructural de nuestras sociedades para gestionar los riesgos, los costes humanos, económicos y sociales del cambio climático no harán más que aumentar en los próximos años; incluyendo la creciente presión derivada de su impacto negativo en otras partes del mundo, como las interrupciones en las rutas comerciales y las cadenas de suministro mundiales”, dice el documento consultado por este diario. Europa se prepara para un futuro de múltiples crisis.
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