jueves, 4 de junio de 2020

Solo ven ingreso mínimo vital. Subvenciones por todos lados.


Aprueban el Ingreso Mínimo Vital, y salen por todos los rincones quejas y peguitas, dicen por lo que representa de compra de votos la subvención a los más necesitados, que además se quedarán por los rincones haciendo el vago, los otros millones de individuos y empresas que reciben desde hace tiempo prebendas del Estado no hacen el vago, meten a la saca y nadie dice nada. Puedo opinar dos cositas sobre el asunto.

Comprendo el desasosiego que tienen algunas personas por las subvenciones que perciben algunos y no ellos. Pero si miramos bien, nos daremos cuenta que todos percibimos alguna ayuda. De verdad, entiendo que a veces produce cabreo ver que, en situaciones de crisis, algunos se llevan más ayudas que otros. Entiendo que es un problema económico y ético, estudiar si los más necesitados necesitan más ayudas y las condiciones concretas de disfrute y de contraprestación.

Otro aspecto diferente sobre el tema subvenciones es el de quienes las perciben, no solo los necesitados, si hay derecho a ello, como dicen algunos y por qué. Es necesario ampliar el círculo de visión de cada persona que critica y mirar más lejos, la suyas y las otras, las de unos y las de otros…Y además del concepto subvenciones, considerar los conceptos relacionados, el de exenciones, ayudas y concesiones. Realmente significa que parte del dinero público pasa al sector privado, bien porque se entrega, dinero que sale, o bien porque el Estado acepta dejarlo de percibir, dinero que tenía que entrar a las arcas estatales y no entra. O bien que el Estado regala, concede graciosamente a alguna empresa, una concesión de negocio privilegiada, por ejemplo de ondas para una emisora de televisión, en vez de venderla mediante subasta al mejor postor, con lo que entrarían ingresos a las arcas públicas.

En España existe un aluvión de subvenciones, ayudas, exenciones y concesiones; a los ricos a través de reducción de impuestos, facilitando el pago de menores impuestos relativos, y/o de menores tipos impositivos, o facilidades de liquidación de sociedades como las SICAV, creando el crédito fiscal a la banca, para que no pague durante una temporada, o entregando ayudas para reflotarla. Subvencionamos a grandes personajes, los amigotes elegidos a dedo, con puestos en grandes empresas e instituciones con sueldos fuera de lo común

Subvenciones a las empresas por docenas de circunstancias, a clínicas médicas, colegios privados, congregaciones, Iglesia Católica, ONG’s. Subvencionamos grandes empresas y autónomos, exportaciones y producción, agraria e industrial, comercio y transporte... Hay subvenciones para calderas de calefacción, electrodomésticos, aislantes térmicos, interruptores de luz por detectores de presencia, ascensores, aspectos variados de rehabilitación de casas, a ventanas aislantes, a vendedores de coches, y a sus fabricantes, a grandes corporaciones industriales para abrir una instalación, y un largo etc.

Muchas de las ayudas lo que hacen es engordar los beneficios directamente, otras ayudan a mantener precios y por tanto finalmente van destinadas a manos empresariales aumentando beneficios. Un ejemplo serían los precios de la electricidad que pagamos todos al mayor costo de producción posible, a pesar de que unos sistemas produzcan barato, por ejemplo, la producción eólica y solar cuesta muy poco, pero todas las empresas nos cobrarán por lo caro, por el coste alto de las centrales de petróleo, lo cual equivale a subvencionar a grandes empresas generadoras que producen más barato. También subvencionamos a las hidroeléctricas por concesiones graciosas del agua de todos los españoles regaladas hace muchos años por Franco y que siguen manteniendo en vigor, por tanto, un insumo de producción les sale gratis, pero a nosotros nos le cobran.

Subvencionamos partidos, sindicatos, patronales, patronos y empresas afines, exportadoras, amigos afines (Gürtell da una buena y variada lista, al margen de legalidad o delito), subvencionamos películas, medicamentos, alimentos, cadenas de televisión, (una concesión a una emisora en volumen de dinero es superior a miles de subvenciones), también reciben subvención fundaciones como la FAES de Aznar, y la Francisco Franco, o las otras, pues claro. Subvencionamos peajes de carretera a grandes empresas de autopistas, billetes de metro a los papistas, o transportes en general a determinadas poblaciones, gasoil de pesca, agrícola y de transporte a camiones y autobuses, subvencionamos economatos y servicios médicos, residencias vacacionales y viajes, etc. a las fuerzas de seguridad y militares. Y etc. etc. 


Antonio Gutierrez cifra en 80.000 millones de euros anuales la maraña tributaria en deducciones, desgravaciones y otros elusivos artilugios fiscales sin utilidad económica. La lista de subvenciones es tan grande que estamos perdiendo la noción de coste real de producción, si a alguien le interesa el tema debe prestarse a estudiarlo buscando por los presupuestos y por rendijas no solamente del Estado Central, también de las Autonomías, de las Diputaciones Provinciales y de los Municipios, y no fijarse solo durante las etapas de gobierno de un color sin señalar con el dedo solo aquellas dos o tres que más rabia le dan. Pero por favor no se metan con los precariados y necesitados porque reciban unas migajas para vivir.

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