jueves, 21 de noviembre de 2019

Una de las dos Españas,...


Corría mayo de 1937 y Azaña acabó de decidir el nombre de quién sería el último presidente del Gobierno republicano… El hasta entonces ministro de Hacienda se había formado principalmente en medicina, aunque posteriormente había estudiado química y economía… Negrín, perteneciente a una familia de comerciantes de Las Palmas, era un hombre ilustrado que hablaba seis idiomas. Se había formado en Alemania y era catedrático desde los 30 años. Aunque era un socialista moderado, un simpatizante del SPD alemán favorable al mercado (fue el primer suscriptor en España de The Economist), a las libertades individuales y contrario al comunismo, su relación con el PCE no era hostil…

El peso creciente de sus competencias políticas obligó al doctor a abandonar su carrera científica, decisión que lamentarían sus alumnos, pues Negrín, además de científico, fue un profesor muy querido por sus estudiantes, entre ellos el futuro Nobel Severo Ochoa…

Lograron hacer creer que España era solo Franco y Mola, y el fascismo y la dictadura, lograron revivir la leyenda negra del imperio español, oponiéndolo a las democracias europeas, para ello ocultaron los fascismos inglés y francés, amén del alemán e italiano, el fascismo de los países nórdicos y el de los países del Este. Ocultaron la explotación atroz y esclavista, y los campos de concentración franceses, alemanes, belgas, holandeses en África, y el imperio inglés en el mundo o la reciente y repetida intervención militar británica durante años en Irlanda.

Lo peor de todo es que muchos españoles se lo tragaron. La secesión en Cataluña ha hecho aflorar la crisis en España, los nacionalistas periféricos han conseguido que muchos españoles desafectos sigan sus postulados secesionistas, ello a pesar de las teorías catalanistas, supremacistas, de su ideología nacional-católica y tradicionalista-carlista, de su extendida práctica fascista.

Llama la atención que amplios sectores de población apoyaran objetivos neoliberales y siguieran considerándose de izquierdas, ¿cómo fue posible que durante años asumieran la creación de desigualdades primando a los catalanistas? Un gran salto de progreso se produjo en la historia cuando el futuro de una persona no se vinculó a su apellido, daba lo mismo donde naciera, todos los individuos tendrían iguales derechos, eso defendieron los progresistas desde hace 300 años. Ahora en Cataluña hay quienes ayudan a que los apellidos catalanes tengan el monopolio exclusivo del poder ¿Qué pasó para que el racismo y el tradicionalismo carlista, cimientos de la ideología de los independentistas se extendiera con tanta facilidad?

Llama la atención que quienes apoyan estas ideologías, objetivos y métodos se consideren progresistas. Mucha de esta gente, conforman la izquierda reaccionaria. Nada es lo que fue, la realidad vivida recientemente descubre aspectos que dieron contenido al concepto -definido por Félix Ovejero-. Difícilmente puede considerarse progresista al que defiende practicar desigualdades, por no hablar catalán, por haber nacido en otra parte, por no apoyar mi religión… por crear fronteras, por apartar, despedir, despreciar, odiar, por violentar a los otros, por asumir totalitariamente como propia la representación del pueblo entero. No es tan difícil comprobar estos aspectos, mirando los apellidos de las élites políticas, económicas y sociales, se comprueba el inmenso peso catalanista y la ausencia de la mayoría de apellidos de los que nacieron y viven en Cataluña.

Un aspecto que explica la amplitud de la postura anterior, es el desapego que existe por España y lo español en muchos sectores de población, data de la época franquista, pero los españoles y los catalanes, como todos los demás en todas partes y todas las épocas, son gente diversa, y cambiante, solo existe la idea de pueblo homogéneo en el ideario populista, nacionalista, en el fascismo. Igual que en Norteamérica existieron los indios sioux y Toro Sentado, también existió el General Cúster y el 7º de Caballería, o el jefe apache Gerónimo vinculado a las Españas; En España todo fue siempre muy diverso, el fascismo y también los anarquistas, la tradición carca y los liberales y republicanos, los vettones y los íberos, y árabes y francos, y cristianos y judíos, y ateos, …

Encuentran argumentos para justificar el rechazo, les cuesta hasta decir que han nacido en España, por no sentirse como otros españoles ultras, evitan el uso del nombre con la idea de que no le asimilen a la España franquista, porque para ellos no existe otra, ni siquiera quieren ser rozados con símbolos que ven utilizados patrimonialmente por el PP, ni con ideas rancias de la patria fascista o imperial… Esto manifiesta altas dosis de complejos y desconocimiento de España y lo español, a lo que nos hemos ido acostumbrando como si fuera normal. Aquí hubo franquistas y republicanos, anarquistas y socialistas, nacional-católicos y laicos y ateos, tradicionalistas e ilustrados… todos españoles, los unos no se entienden sin los otros, pero mucha gente quiere creer que solo existieron los unos. Falta reivindicar a los otros españoles y no aceptar que se los silencie.

El secesionismo catalanista ha captado enormes simpatías de no catalanes, lo acompaña el desprecio por el nacionalismo español, nunca hubo similar desprecio para los nacionalismos periféricos, pero los cabrones, fachas, explotadores, mea pilas, aristócratas, explotadores de esclavos negros, etc. etc. fueron los mismos, españoles o catalanes, formaban legión en toda la piel de toro y en Europa. Olvidaron los fascismos francés e inglés, o el carlismo catalán y vasco navarro… fueron embellecidos por relatos inventados de resistencia y nunca puestos en duda ni criticados en la España democrática, en la que lo español podía ser escupido, o quemado, pero nunca lo catalán, o lo vasco.

Por extrañas razones se ha considerado más democrático y progresista lo catalanista y lo vasquista, siendo como son y fueron, partes inherentes del pensamiento mas carca de las élites españolas gobernantes en el pasado, en el franquismo, o en la democracia… un complejo de inferioridad se extendió entre la población española considerando que aquellos periféricos eran modernos, más listos y productivos que el resto. Una gran mentira, tan falsa como los duros de madera.

Durante el siglo XIX y XX múltiples intelectuales catalanistas han escrito cientos de páginas justificando diferencias, reales o inventadas, comparándose con un español fabricado por ellos con imagen despreciable, que les situara, a ellos, siempre en lo alto de la escala del resto de españoles, -catalanistas preocupados por la raza catalana-. Esas razones supremacistas afloran desde hace 30 años acompañando el process, el fomento del odio y el desprecio y la violencia al otro, al español, que como todo despreciado y enemigo no se le reconocía conciencia de sufrimiento.

Volvamos al comienzo del artículo. Cuando hablen de España y los españoles, incluyan al último jefe del Gobierno durante la II República, Sr. Negrín, y al presidente de la II República, Sr. Azaña, y a todos los españoles que lucharon por la igualdad, la libertad y solidaridad. Y para comparar con la lista de catalanistas del XIX, citada anteriormente, facilito una serie de nombres de españoles que convendría conocer, atrévanse a estudiar sobre otros españoles, éstos son progresistas, regeneracionistas, ilustrados, … científicos, catedráticos, pensadores, escritores, colaboradores de publicaciones liberales, republicanas, socialistas, anarquistas, …

Leopoldo Alas Clarín, Rafael Altamira, Álvaro Alvarez-Buylla, Josefa de Amar y Borbón, Leon de Arroyal, Felix de Azara, José Nicolás de Azara, Gumersindo de Azcárate, Pío Baroja, Eduardo Benot, Julián Besteiro, Vicente Blasco Ibáñez, Ignacio  Bolívar, Odón de Buen, Padre Burriel, Juan Cabanilles, Francisco de Cabarrús, José Cadalso, José Campillo y Cossío, Manuel Bartolomé Cossío, Joaquín Costa, Valentín de Foronda, Tomás de Iriarte, Rafael María de Labra, Joaquín Dicenta, Pedro Dorado, Pedro Estasén, Benito Jerónimo Feijoo, José Fernández Nonidez, Leandro Fernández Moratín, Juan Pablo Forner, Francisco Giner de los Rios, Augusto González Linares, Gaspar de Jovellanos, Anselmo Lorenzo, Ignacio de Luzán, Antonio Machado, Lucas Mallada, José Marchena, Fray Martín Sarmiento, José Martínez Ruiz, Francisco J. Martínez Marina, Gregorio Mayans y Siscar , Juan Meléndez Valdés, Diego Muñoz-Torrero, José Celestino Mutis, Pablo de Olavide, Benito Pérez Galdós, José de Perojo, Antonio Ponz Piquer, Adolfo Posada, Manuel José Quintana, Santiago Ramón y Cajal, Manuel Revilla, Pedro Rodríguez Campomanes, José de Rodríguez Carracido, Calvo de Rozas, Rafael Salillas, Nicolás Salmerón, Aniceto Sela, Luis Simarro, González Solás y Saavedra, Federico Urales, José Ustáriz, Jaime Vera, José Viera y Clavijo, Antonio Zulueta… son unos pocos españoles, no son santos, no son  perfectos, pero chocan con la idea rancia de lo español fabricada por algunos para intentar justificar su placentera supremacía moral e intelectual.


(Primavera 2018)

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