viernes, 18 de enero de 2019

Algunos problemas de Podemos. O algo parecido

Muchos de los problemas que viven en ‘Podemos’ no son exclusivos, se trata de contradicciones que padecen, por irresueltas, todas las formaciones políticas. Muchas transformaciones sociales aparecieron décadas antes de terminar el siglo pasado. Dos grandes procesos impulsaron los cambios, la explosión del neoliberalismo, Thacher, Reagan; y la caída del Muro de Berlín, símbolo de la derrota del comunismo.

Aumentó la complejidad de intereses en las sociedades occidentales, crecimiento de las desigualdades, grandes cambios en la composición de cifras de población obrera, industrial, caída de sindicalización, crecimiento de los servicios, aumento de la dispersión,  conflicto inter-generacional desconocido hasta entonces, feminismo, ecologismo, nacionalismos, nuevas identidades… acentuados por la crisis económica son cambios que afectan profundamente a todos los partidos españoles.

Muchas de estas cuestiones se tratan de analizar en el libro ‘Podemos o No Podemos. Esa es la cuestión’. El trabajo que aquí se presenta es una parte del libro citado, en este caso presenta las contradicciones internas de ‘Podemos’ apreciables  a finales de 2014, que en parte se mantienen agravadas por la cuestión identitaria. El conjunto de problemas internos y externos dibujan salidas difíciles, inestables e imprevisibles a todos los partidos y coaliciones, también a Podemos, máxime siendo una formación sin consolidar.
Agosto 2016
  
A vueltas con los conflictos, uno se divide en dos

‘Podemos’ es el revulsivo político del momento, solo con ello ya habría logrado un gran papel en los tiempos que corren, porque muchos se están moviendo a partir de su irrupción en la vida política; las encuestas podrían indicar que consolidan la fuerza de la indignación. Ya veremos de cara a las elecciones futuras en qué se concreta este revoltijo que se está creando entre IU, PSOE y Podemos, y como afectaría a UPyD, Ciudadanos, nacionalistas varios, Equo, de los que desconocemos cómo y cuándo romperán su adormecimiento actual, y esperemos ver la reacción del PP.

Difícil sería que Podemos mantuviera la preeminencia que reflejan algunas encuestas de finales 2014 y comienzos 2015, tampoco sería extraño ver resultados electorales por debajo de estas enormes expectativas, los datos resaltan a su favor: estabilidad mantenida durante meses en los apoyos, distribuidos por todos los territorios autonómicos, mayor en los sectores jóvenes, mayor en los núcleos urbanos grandes, con fuerte apoyo en izquierda, centro izquierda y centro derecha, -apoyos por la derecha empiezan a bascular hacia Ciudadanos- los simpatizantes tienen alto nivel de estudios, los apoyos que se incorporan procedentes de la abstención, de antiguos votantes de IU y del PSOE fundamentalmente, y en menor medida de otras formaciones,… pero los datos también comienzan a dar síntomas de cierto cansancio o desgaste entre sus bases sociales, posiblemente influidos por conflictos internos y por movimientos en otros partidos, y en el resto de posibles electores aumentan aquellos que nunca los votarían. Así que dos problemáticas se abren:

1) Por ellos mismos, lo interno. Sus errores y miserias irán saliendo, como las de otros. Empezarán a lanzar propuestas, necesitan un programa creíble de soluciones concretas… y entonces dejarán de ser inmaculados, ya no servirá como valor supremo de unidad ir a la contra, el programa se mirará con lupa, -discusión sobre costes, posibilidades, resultados y alternativas-. Empezarán a funcionar como organización, discutirán la concreción de cada alternativa y mostrará vencedores y derrotados y eso desgasta, comporta roces, diferencias, habrá gente que se quedará descolgada antes de las elecciones. El desgaste normal de la actividad política sucede siempre que se propone alguna salida concreta porque nunca puede satisfacer por igual los intereses de todos los colectivos afectados, las bondades para unos perjudicarán a otros. 

Un ejemplo se aprecia en propuestas como la jubilación a los 60 años –al margen de su posibilidad o no, aquí interesa en cuanto contradicción que enfrentará intereses- La lucha generacional es uno de los grandes conflictos europeos de intereses que tienen que afrontar los partidos, el diferente nivel de esfuerzo público dedicado a juventud o vejez es un nuevo campo de batalla, que incluye la capacidad de unos u otros para influir políticamente dependiendo de su inserción social. Adelantar la jubilación permite abrir el mercado de trabajo y la sociedad para los jóvenes, pero expulsa a los mayores, lo cual empezamos a ver ya en las direcciones de empresas, instituciones y partidos políticos, este es un nuevo frente de intereses diversos y contradictorios, difíciles de encajar en la vieja idea de alternativas beneficiosas para todos.

2) Por los otros, lo externo. Puede frenar su empuje reciente al empezar a configurarse la respuesta de los otros competidores, principalmente PSOE e IU, aparentemente a día de hoy con mejores perspectivas para los socialistas en cuanto a ser opción de contraste con Podemos, y menores para los comunistas que podrían llegar hasta a desaparecer; ya veremos la capacidad de respuesta de IU, organización algo anticuada, con historia de 35 años y militancia probada e insertada en los movimientos sociales. La gente comprobará que algunas de las propuestas de Podemos serán  similares a las de IU y PSOE.

Otro aspecto de la influencia externa que puede frenar su ascenso será el miedo, a que ganen ellos y más fuerte, a que ganen los otros, miedo a que su fuerza sea insuficiente para detener el desastre. El PP podría ganar las elecciones, entre otras cuestiones por la dispersión el voto de izquierdas y centro, así muchos indecisos ante una nueva victoria derechista podrían reconsiderar no tanto su simpatía, cuanto el voto, -evitar el efecto cuña que  beneficia al PP-, no sería extraño que la proximidad electoral volviera a considerar voto útil el que impida ganar al PP, siempre que los partidos tradicionales despertaran de su letargo modificando comportamientos.

Los problemas externos de Podemos para crecer, consolidarse y conquistar el gobierno, en gran parte son los mismos que tienen las izquierdas en general. Se enfrentan a cuestiones que atenazan la socialdemocracia europea en particular o a cualquier gran partido progresista que pretenda aglutinar la mayoría de intereses sociales en liza. Para transformar la sociedad, regenerar la democracia, modificar la ley electoral, las instituciones, los comportamientos económicos y orientaciones sociales, reducir el aumento de las desigualdades… -los desahucios se siguen produciendo a pesar de ser uno de los movimientos más destacado de los últimos años- no son suficientes las manifestaciones y las huelgas para cambiar ampliamente muchas cosas. Es necesario poder parlamentario y parcelas de gobierno, y para lograr ese objetivo son necesarios millones de votos. Con un hándicap añadido, el sistema electoral prima la concentración del voto, fundamentalmente por la circunscripción provincial y el número de candidatos, cuestión resuelta en la derecha y nacionalismo; el sistema al tiempo penaliza la dispersión, típica cuestión del resto de opciones progresistas y centristas. La batalla entre PSOE y Podemos será encarnizada, repartiéndose los votos, permitiendo sacar mayor provecho a la concentración de voto provincial al PP que obteniendo el mismo número de votos obtendrá una cifra muy superior de diputados.

Capacidad de pactar. El problema está relacionado con la virtud

La ventaja comparativa percibida por simpatizantes y militantes, y por una parte de la ciudadanía harta de acumular cabreo, es que las élites de Podemos han logrado su marginamiento del sistema, o una apariencia de estar en las inmediaciones del mismo. Les ha resultado muy positivo su capacidad para separarse del resto de fuerzas y de las élites político-económicas, -la casta, los malos-, alejados de ellos les permite mostrarse al otro lado, inmaculados, sin historia reciente de sufrimientos, errores y corrupción, se sitúan en el otro conjunto del relato, -el pueblo, los buenos-. La simplificación de abajo-arriba, buenos y malos, -tan cercana a las religiones-, históricamente ha dado siempre excelentes resultados para movilizar y sumar voluntades; aunque no fuera útil de cara a resolver problemas, y dificultara la convivencia.

Su merma en la capacidad de pactos y relaciones podría ser un gran problema y el que más directamente depende de ellos para ser resuelto. Las élites de Podemos se están metiendo en un pozo voluntariamente, aislándose del resto de élites de la sociedad española y de su propia gente a la que no están preparando para entender los pactos que necesariamente van a realizar porque será dificilísimo obtener por encima de un 30% de los votos; luego será complicado de explicar la boutade de maldecir pactos con la socialdemocracia y aprobarlos con la extrema derecha, - como Syriza en Grecia-. La mayoría social a que se hace referencia continuamente, se situará en el entorno de un tercio de votantes, -Syriza menos del 37% de votos- lo cual significa la existencia del doble individuos no seguidores, otros dos tercios de adversarios y enemigos.

La capacidad de pactos de Podemos se está viendo perjudicada por su actitud contra el resto del mundo, y dado que no es probable una victoria por amplia mayoría absoluta, serán necesarios acuerdos de gobierno para poner en  marcha los cambios necesarios, y eso en todos los niveles, locales, autonómicos y nacional, por tanto el problema afecta a las élites de esos diferentes niveles. Ítem mas, en cualquier sociedad moderna es necesario negociar habitualmente con poderes económicos y políticos, nacionales e internacionales, sean afines o contrarios. ¿Alguien se imagina que pueda empezar a resolverse el grave asunto del paro sin un pacto nacional por el empleo en el que participen sindicatos, patronales, todos los partidos…? ¿Sin pactos que reduzcan adversarios y neutralicen enemigos no podrá embridar a las empresas energéticas? Lo que será necesario para impulsar crecimiento domando los costes energéticos. Poner en marcha una reforma fiscal profunda, requiere la participación de diversas fuerzas, incluidos apoyos europeos, plantearse programas de I+D+i, reencauzar el estado de bienestar, reindustrializar España, las relaciones con Europa, etc. etc. todo ello necesita mayorías muy amplias para poderse realizar -a veces de 2/3 o 3/5-  y lo que es más importante requiere amplias mayorías para que los cambios sean estables y por tanto resulten eficaces.

En el caso español, la situación de deterioro social e institucional es muy grave, como los diagnósticos recogen, por tanto y según sus propios análisis para reconstruir sociedad e instituciones, será necesario un nuevo pacto social, lo cual requerirá de múltiples pactos a múltiples niveles, salvo creer en la fantasía de reunir un voto del 95% en todos los ámbitos de la sociedad, sea en la fábrica, en el pueblo, en la capital, en aquella Comunidad, o en el Parlamento. Pactar, depende de la correlación de fuerzas y no solo de la voluntad o deseos de un interlocutor, pero además se verá influido por el talente de la relación. Enfrentarse a todos los adversarios políticos, está limitando opciones de futuro, y salvo para los frikis que creen que se puede vencer a los contrarios y derrotarlos totalmente hasta hacerlos desaparecer, cualquiera que esté en la política a cualquier nivel, debería saber que tendrá que negociar diariamente casi todo lo que haga, dentro y fuera de su grupo de actividad.

Dados los vínculos convendría estudiar–aquí de forma sintética- el ejemplo de Varoufakis, intelectual y ministro de economía griego, intentando renegociar mejores condiciones de financiación para Grecia; sus propuestas de nuevos bonos referenciados al crecimiento griego para cambiarlos por los de la deuda con la UE y la dirigida al BCE con intercambio de la actual deuda por bonos perpetuos, al margen de que fueran buenas o malas ideas, la forma –además del poco soporte de otras medidas complementarias- ha provocado una reacción del BCE consistente en declarar inaceptables los bonos griegos como activo colateral para obtener los créditos bancarios que dotan de liquidez a la banca, lo cual va a perjudicar gravemente a millones de griegos, al limitar y encarecer su financiación. Una acción política no mejora objetivos por basarse en buenos deseos, requiere además una táctica, y un talante adecuado con los interlocutores que facilite apoyos y despeje el camino al objetivo.

Antes de seguir mejor detenerse un momento por el asunto de las élites para precisar el contexto de la necesidad de pactos. En cualquier tiempo los pactos sociales de cualquier sociedad los ejecutan las élites, nunca los firman millones de personas sentadas en una mesa, o fueron negociados por miles de individuos en una plaza…los cuerpos dirigentes, son las élites de una cadena cuyos eslabones forman otras élites, sean grupos sociales, partidos políticos, sindicatos, grupúsculos, movimientos, ONG’s, etc. ellos asumen, representan, recogen, centralizan, iteran con miles de personas a su alrededor, activistas –también élites en su entorno- que a su vez iteran con otros miles, etc. al final hay unos cuantos individuos que representan a conjuntos más amplios, esto pasó en el postfranquismo. La transición no fue un camino de rosas, aquello no fue negociado entre una docena de individuos con el Rey a la cabeza al margen de las masas, como se decía entonces, la ciudadanía se diría hoy. Reconvertir la sociedad franquista costó mucho sufrimiento, lágrimas y mucha sangre.

En aquellos tiempos de la Transición el pacto social lo negociaron unas élites, porque tales eran los dirigentes de los partidos políticos, sindicales, fuerzas económicas, grupos franquistas, fuerzas internacionales… élites que estaban siendo condicionadas y presionadas por cientos de miles de personas, movilizadas, alimentadas, dirigidas, coordinadas, impulsadas… por otras élites, eslabones de la cadena que no estábamos en las mesas negociadoras con las figuras más públicas y conocidas del momento, pero dirigíamos partidos y sindicatos, cuyos militantes en grupos y grupúsculos estábamos insertos en empresas y calles, universidades y barrios… Los dirigentes de grupos izquierdistas, sus comités de dirección eran élites dirigentes respecto a esos grupos, los dirigentes vecinales lo eran respecto a los activistas de barrios, que a su vez lo eran respecto a conjuntos amplios de vecinos, los líderes sindicales, eran élites respecto a sus militantes que lo eran respecto a sus afiliados, que lo eran en relación a sus compañeros de trabajo, etc.

La construcción de una organización, o la preparación de una movilización la realizan unos pocos individuos, igual da mirar a la izquierda o la derecha, en el pasado o en el presente. Montar una manifestación, una huelga,… requiere mucha preparación que realizan élites de activistas, acción a la que se irán sumando otros grupos de individuos hasta plasmarse sumados todos ellos en la gran acción visible con miles de personas. Nunca serán esos miles quienes firmen pactos, negocien leyes específicas, dirijan el gobierno, asistan a las cumbres europeas, organicen la policía, etc. etc. desde luego, esos miles de personas influirán en las decisiones de sus respectivos dirigentes, que éstos aceptarán en mayor o menor grado. La capacidad de influencia dependerá de las presiones, de la fuerza desplegada de la mayor o menor proximidad, de los medios organizativos que lo permitan en mayor o menor medida, múltiples aspectos influirán en los eslabones de la cadena de élites entre los cuales estarán presentes no solo las presiones de los próximos, también las de los adversarios y otros poderes.

La cuestión a entender de la democracia, es que la representativa es una forma válida, útil, para deliberar y decidir, que no se conocen parlamentos o gobiernos, cuyas deliberaciones se celebren abiertas en plazas en las que participen decenas de miles de ciudadanos. Las asambleas se celebran en todas partes pero no todas juntas, sería impensable reunir asambleas de millones de personas además de poco útil y perjudicial para discutir temas concretos y tomar decisiones, que hubieran permitido previamente amplia capacidad deliberativa. Resulta más sencillo y es útil agrupar deseos, intenciones, propuestas etc. a través de cadenas de representación delegada, y de otros medios entre los cuales hoy destaca sobremanera el uso de internet. En este sentido, las élites de Podemos –concentradas y vinculadas a entornos profesorales universitarios- lo construyeron inicialmente bajo unas premisas a las que el resto aceptaron sumarse y continuar, ellos trazaron las líneas estratégicas de línea política y de carácter organizativo, definieron líneas de alianzas, y definen constantemente táctica y estrategia, etc. y celebran sus reuniones diferenciadas, separadas de las asambleas generales, o de los círculos de barrios, como en casi todo grupo humano. Esas élites tendrán la responsabilidad por su capacidad de influencia, en abrir o cerrar puertas a actuaciones y corrientes que faciliten o perjudiquen negociaciones que posteriormente necesitarán realizar en cualquier nivel de actividad.

El culto al líder. Vieja enfermedad en nuevos tiempos

El hiperliderazgo, o liderazgo exagerado puede taponar el desarrollo de muchas fuerzas creativas. Las prisas y la fuerte personalidad de las élites de Podemos han propiciado el encumbramiento de unos pocos y éste, el taponamiento de los cuadros medios. El asambleísmo que vota directamente a los líderes no es una opción más democrática que otras, una asamblea no facilita la participación en la deliberación mejor que una comisión, ni mejora la elaboración de línea política, votar un documento programático en su totalidad, para aprobar o rechazar globalmente, aceptar el todo o nada, impide sumar otras opciones que no estén incluidas y que podrían mejorar conclusiones y actuaciones,  sobre todo desmoviliza a quienes podrían formular opciones con la intención de mejorarlo al incorporar otras percepciones. Si no se consideran las aportaciones salvo las de la élite, los cuadros medios no surgirán, ni se forjarán, o se apartarán del proyecto al sentirse excluidos.

Naturalmente siempre habrá alternativas a rechazar, pero cuando el procedimiento del todo o nada se mantiene como norma, pasa a ser un problema de exclusión. Si en la votación de candidaturas para la dirección hay que elegirlas completas se está potenciando el mismo error del sistema electoral con las listas cerradas y bloqueadas, que dan todo el poder a los aparatos de partidos y marginan la voluntad de los electores, en el caso de elección cerrada para la dirección de un partido supone despreciar, apartar elementos de participación democrática, votar lista entera, elegir todo o nada, es una opción que excluye militantes, fomentará el culto al líder, propiciará el peloteo para sumarse al poder existente en ese momento y fomenta la desmovilización la idea de que otros resuelvan mis problemas, elijo a aquel y que me guie en vez de propiciar cauces de participación que me incorporen al proceso deliberativo y electivo y decisorio.

En la sociedad española está sobredimensionada la figura del individuo sobre la del colectivo, la del líder sobre la del equipo, está sobrevalorado el pope político, e infravaloradas las fuerzas locales, en todos los partidos del arco ideológico incluidas las nuevas propuestas, la militancia local está limitada en gran medida a preparar los acontecimientos para la presencia de los personajes significativos y a transmitir documentos de las centrales. Pero la vida diaria necesita esos individuos y sus opiniones y sus errores, su participación en debates y decisiones, sin necesidad de esperar al gran personaje; de tal forma que si no se entrena la participación luego se generan militantes pasivos que generan mayores errores al dejar las decisiones en poder de gente muy alejada. Este es un problema que no aprecian en los partidos.

Aquella antigua forma de funcionar de antaño pudo servir durante la dictadura, pero no es posible mantenerla en democracia, ni siquiera adaptada a los nuevos tiempos, el cambio debe ser más profundo, deben utilizarse nuevas maneras. La ciudadanía pide mayor participación en los debates, en las decisiones, en la elección de sus representantes... O se romperá la baraja, como está ocurriendo. Las agrupaciones locales deben tener más opiniones, la militancia local tiene que opinar y debatir sin esperar los papeles de arriba, las discusiones con los vecinos o compañeros de trabajo hay que hacerlas sin esperar a los popes, los individuos, militantes, no pueden quedar convertidos en meros comparsas para los mítines de los personajes. Sobre el paro y la crisis todos tienen que opinar, sobre Catalunya y Europa, etc. por el contrario se ven encorsetados, llama la atención las pocas conversaciones públicas que mantienen los militantes de partidos tradicionales, que las reservan para sus popes.

Hay que intervenir en sociedad extensamente, más que ahora, con más agitadores que un líder como soporte, hay que llegar a bases sociales más amplias que el grupo de influencia de un líder, con ideas sobre todas las cosas contadas por gente tan corriente como quien escucha, y no necesariamente ideas partidistas, para lo cual debe ser gente cercana que no espere al líder para hablar. Esto lo realiza bien la derecha, llenan montones de órganos de expresión locales con sus opiniones en prensa gratuita, y opinión general en prensa de pago, radios locales y teles generales, difunden por clases y púlpitos sin esperar al papa u obispo... inundan el ámbito local y global, mientras los progresistas se resisten a crear plataformas locales de opinión, no partidaria, con ideas laicas, críticas y racionalistas, defensoras de la equidad y justicia, democráticas, capaces de explicar mil y un pormenores concretos de la vida desde una óptica alejada de la carcunda reaccionaria, sin necesidad de ensalzar al empresariado español, tan cerca de las tetas del estado y tan alejados de los emprendedores y empresarios creadores de productos y servicios con trabajo, tan cerca del BOE y tan lejos de los trabajadores...

Hay montones de ideas y aspectos necesarios a distribuir y opinar sobre ellos, sin esperar a que vengan a hacerlo en tu entorno las élites partidistas, -da lástima ver militantes de partidos que esperan que vayan sus líderes a un mitin en su pueblo para extender sus ideas- El culto a las élites, a los líderes, creció y muchos debates fueron  olvidados y hay que volverlos a retomar, otros son producto de la nueva realidad, obligan a debatir a la ciudadanía y opinar de mil maneras sin dejar el terreno libre a la carcunda que nos rodea. Todos los pueblos necesitan un órgano de prensa digital, no partidario, que concentre diversidad de ideas y opinadores fuera del ámbito de control partidario. Muchos se resisten, porque no ven la utilidad de que exista una plataforma más amplia que sus propias siglas, precisamente hay necesidad  de llevar la política más allá, órganos de prensa no partidistas podrían aumentar la rentabilidad social, por llegar a bases más amplias que trascendieran a los partidos, siendo de utilidad para todos los progresistas.

No me gusta que todos los partidos que se presentan realicen una campaña tan asquerosamente individualista, tan iguales en la exaltación del jefe de turno que presentan como candidato a presidente de gobierno. Las elecciones en España son para elegir diputados y senadores y no candidato a Presidente que lo elige el Congreso, los representantes elegidos, estos sí, por el pueblo. A pesar de que se dé por entendido que el líder/jefe de una lista electoral sea el presentado por esa lista como candidato a Presidente, es confundir al electorado jugar en falso, porque aunque sea elegido representante al Congreso salvo 2 de ellos, ninguna tendrá posibilidad de ser candidato a Presidente, que en todo caso no elige el pueblo sino los diputados.

Si lo anterior no fuera suficiente es todavía peor la excesiva imagen personalista en las campañas, el culto al líder, no me gusta tanto individualismo, por mucho que los gurús de campañas indiquen la conveniencia de personalizar, en España es uno de los grandes defectos, criticados por casi todos los partidos pequeños, y practicado por todos. Cargar un alto porcentaje del peso de la campaña en pegar fotos del jefe es un mal germen para el futuro.

Si queremos dar mayor responsabilidad a diputados y senadores empecemos por pensar en su existencia individualizada al margen de considerarlos meros comparsas del jefe de turno, sea Lara, Uralde, o Díez. Los parlamentarios deben cobrar mayor vida pública de la que dan los medios de prensa, tener mayores vínculos con el electorado, para lo cual deben empezar por ser conocidos, ser escuchados, tenemos que poder exigirlos, hablarlos, saber qué piensan y como formulan sus discursos.

Sucede en Ayuntamientos, solo conocemos al alcalde, en CCAA solo a su presidente, nadie más habla, nadie monta reuniones, charlas conferencias, salvo para que hable el jefe, no se conocen los equipos, no se ven en entrevistas en los medios, en las calles, mítines, reuniones, en las radios. Hay solo un jefe parlanchín arropado y cuando éste no llega, un subteniente. Forma de empobrecer la política. Ningún partido tendrá sentido sin sus militantes, simpatizantes, parlamentarios y ello empieza por concederlos valor, que no solo tiene la cabeza, el jefe. Necesitamos saber que cuando existan dificultades no las resolverá el jefe solamente, necesitamos conocer a los equipos compuestos por diferentes personas que deberían funcionar, queremos saber que están preparados y pueden ser exigidos por todos, y ello comienza en la campaña electoral acercando realmente caras, personas y discursos, no solo de un jefe.

Cambios en la ley electoral pedimos todos, muchos coincidimos en aquellos que den mayor igualdad a la relación votos/escaños y en la posibilidad de elegir el orden dentro de una lista que no estuviera bloqueada, pero nada tiene sentido sin ampliar el marco de referencia de las personas en los partidos. El culto a la personalidad que se instala desde el principio en los partidos nuevos es incomprensible si quieren revitalizar la política y el instalado en los partidos viejos debería reducirse. Tantos y tantos jefes en cada campaña general, local y autonómica nos apartan las personas de los candidatos y encumbra peligrosamente a esos jefes a la toma de decisiones como reyezuelos de taifas aislados de sus bases. En esta situación de qué sirve tanta discusión programática y de principios si cuando haya que tomar decisiones de gobierno las decidirá un individuo al margen de ideas colectivas.

‘’A quien únicamente le ofrecen nuevos libros parecidos al que compró, no se le abren nuevas posibilidades. Y, claro, el que no conoce otras opiniones, ni réplicas a las suyas, en realidad no puede ni siquiera ponderar el valor de las propias. No se demanda lo que se ignora y se ignora aquello que está fuera del horizonte dibujado por mis elecciones anteriores, por mi trayectoria hasta aquí mismo. ’’  ¿Idiotas o ciudadanos? Félix Ovejero Lucas, Ediciones Montesinos. (16/11/2011)

La realidad de las redes sociales puede ser un engorro

Dos aspectos problemáticos para un futuro de responsabilidad pueden contener un factor de éxito repentino, de suma de simpatías. La rapidez y extensión de los apoyos logrados por Internet, su facilidad para comunicar y votar, son una cara de la moneda, que contiene otro lado de fragilidad. Las redes sociales pueden sumar velozmente, y pueden restar con la misma velocidad, cambian percepciones y noticias en instantes, pueden convertir en obsoletas tendencias de apoyo de un día para otro, esa realidad líquida tiene grandes dosis de inconsistencia y dificultades para perdurar en la misma línea, lo cual puede generar inestabilidad en las fuerzas de apoyo a Podemos que tendrían menor consistencia que la facilitada por antiguas militancias vinculadas a otros partidos hoy con menor número de militantes y simpatizantes.

Partidos nuevos y movimientos como el 15-M son abanderados de las formas políticas, 2.0, -3.0,  o 4.0-. No existen pruebas de que esas nuevas formas  garanticen buenos resultados en los cambios de la correlación de fuerzas, salvo en procesos electorales, en donde sí hay experiencias de su potencial en campaña, por ejemplo en EEUU, en donde existen pruebas de similar validez para comprobar que los resultados no tuvieron estabilidad ni consistencia suficiente que permitieran modificar las relaciones de poder.  Seguro que la política no podrá vivirse sin contar con esas nuevas herramientas,  al tiempo que parece excesiva la confianza depositada en las redes sociales como determinantes de cambios en las relaciones de desigualdad.

El extraordinario apoyo mediático proporcionado al 15-M y la experiencia de la primavera árabe, pueden llevar a idolatrar las tecnologías por encima de los compromisos de lucha, en ambos casos las redes han mostrado ser instrumentos de primerísimo orden para comunicar y convocar acciones, sin embargo parece excesivo concederles la misma importancia en cuanto a modificar las estructuras de poder en esos países, o determinar posturas de cambio y compromisos de lucha en los individuos participantes. La realidad árabe ha sido modificada por decenas de miles de personas que ya tenían tomada postura de rebelión, luchando abiertamente contra otras fuerzas, las bases reales sobre las que se asentaron las revueltas, fueron los movimientos físicos de miles de personas, cuya resistencia durante bastante años en forma de manifestaciones, luchas callejeras, reuniones y organizaciones de grupos que provocaron muertes, represión, torturas… antes de la primavera árabe dichas acciones fueron  imprescindibles para que posteriormente con el uso de las nuevas herramientas de internet tomaran otra forma en Túnez.

El papel de internet y las redes sociales, es diverso y presenta dos caras. Por un lado, abre puertas al margen de los poderes tradicionales, no solo gobiernos y poderes económicos, también los partidos y élites tradicionales, permite a los individuos y grupos, extender una rápida comunicación e información, ideas, convocatorias e imágenes, circularán a gran velocidad facilitando el acceso a la mayor información que haya existido nunca, -hasta el punto de ocultar lo importante por aplastamiento de cantidad y diversidad y por tanto generar un problema nuevo en la selección y búsqueda de lo útil-. La utilización de internet  facilita coordinación, adoctrinamiento, preparación y convocatorias de acciones puntuales a los activistas ya existentes, sean éstos yihadistas o grupos de mujeres, jóvenes demócratas o defensores del antiguo régimen y por supuesto permitirá mayor participación en debates y aportaciones tanto en la centralización de esfuerzos como en su descentralización.

Internet posibilita la incorporación de millones de personas a movilizarse, al margen de su encuadramiento en movimientos ya existentes, ONG’s, partidos y sindicatos tradicionales, permite la transversalidad en la movilización por cuestiones concretas sin necesidad de encuadramiento previo, -militantes de partidos distintos, activistas con bases programáticas diferentes, se unen en los movimientos árabes, el 15-M, etc.- y al facilitar la inmediatez en la transmisión deliberativa y toma de decisiones, abre una real  posibilidad de mayor y mejor participación social entre representados y representantes, entre consumidores y empresas, entre individuos y grupos, entre diversos grupos, etc. Pero internet y las redes sociales también impulsan otros aspectos, que giran en torno a la entronización de la superficialidad  como norma de conducta supuestamente válida para atacar a los poderes, llegando a entronizar en millones de mentes una supuesta facilidad para iniciar la revolución, fundamentada en una herramienta, la tecnología, en vez de en las luchas de los seres humanos quienes se valen de los medios a su alcance en cada momento. La tecnología en manos de los movimientos sociales será una herramienta poderosa, siempre que existan activistas políticos a los que no podrá sustituir.

El segundo aspecto problemático a que hace mención el comienzo, estaría relacionado con la convivencia de dos mundos muy diferentes, la militancia de redes sociales y la militancia de cuadros medios necesaria para desarrollar a Podemos allá donde se encuentre la formación en contacto directo con la ciudadanía, sean ayuntamientos, barrios, fábricas, etc. etc. Gran parte de estos cuadros medios imprescindibles para desarrollar los objetivos del partido, desembarcarán procedentes de IU y otros pocos del PSOE y otras formaciones y movimientos. Las experiencias directas de estos cuadros políticos  y su forma de actuar en el terreno, chocará frontalmente en teoría y práctica con los militantes y cuadros que provengan de las redes sociales abriendo un frente de conflicto de conflictos. Los cuadros políticos de un partido de izquierdas tendrán que luchar in situ contra patronal y fuerzas de orden, contra otros adversarios sindicales y políticos, contra enemigos políticos de otras formaciones parlamentarias, o extraparlamentarias, contra patronales grandes, pequeños y medianos, contra iglesias, creyentes… tendrán vínculos y relaciones concretas en primera línea con los ciudadanos y sus problemas, todo ello será muy diferente a las relaciones que pudieran establecerse por las redes sociales, lo cual puede abrir una situación conflictiva.

Una derivada de la complacencia social, y la entronización de una realidad líquida, es visible en la difusión que tienen las nuevas formas de protestas blandas, ‘suavecitas’, que tienden a ser percibidas como suficientes y por tanto calmar millones de conciencias y convertirse en sustitutorias de otras formas de presión utilizadas hasta hace poco. Las redes sociales tienden a engañar respecto al poder transformador de los poderes económicos y políticos al sustituir formas de presión que requieren esfuerzo y provocan enfrentamientos y riesgos, por las modernas formas blandas que difunden, en muchos casos cuasi juegos, que todo el mundo acepta precisamente por su facilidad y poco riesgo, incluidas las grandes corporaciones causantes de gran parte de los problemas que se quieren resolver con apretar un botón, mandar un mensaje, apagar la luz, etc. etc. Las luchas por concretas necesidades vitales y falta de derechos, contra injusticias, explotación y represión, de cualquier movimiento habrán de salir a espacios donde supongan enfrentamiento con los poderes y no una fiesta. En el mundo de las redes sociales se impulsan muchas protestas que contienen altas dosis de carácter festivo y facilón, con pocos resultados prácticos en cuanto a cambiar relaciones de poder, ese carácter festivo se expande y difunde como aspecto básico de una nueva forma de afrontar problemas ocultando otras aristas duras y difíciles de ver, por ejemplo en los países árabes y emergentes, en donde los muertos, torturas y las cárceles han rodeado sus protestas antes de ser difundidas por los medios con excesiva luz enfocando lo bonito de lo nuevo, oscureciendo los tradicionales riesgos de las luchas. (Mas sobre el asunto en ‘’El poder y las redes sociales’’.)

Lograr la mayoría, ganar el poder, empieza por resolver tropiezos

El objetivo fundamental proclamado por los líderes de Podemos es lograr la mayoría, aprovechar la ventana de oportunidad que puede hacerlo posible y por tanto toda actividad política se subordina a ese logro casi inmediato. Muchos problemas surgen como consecuencia de fijar ese objetivo de corto plazo, sus líderes saben que solo podrán conseguirlo: tras incorporar izquierdistas desde la abstención, fagocitando al electorado de IU, quitándoles el sitio y sus cuadros políticos, y conquistando el centro, saben que el grueso de la batalla se librará con el PSOE luchando por ser el gran aglutinador del electorado socialdemócrata, -la mayoría del electorado posible-, que incluye izquierda, centro izquierda, centro y centro derecha.

Lo anterior condiciona a quien quiera gobernar, necesita dejar de lado el discurso izquierdista, insuficiente para sumar 10 millones de votos como muestra un año tras otro la experiencia de IU, que tan bien supo ver Podemos, y obliga a elaborar otro discurso transversal, interclasista e inter-generacional, con ingredientes populistas, -cosas que todo el mundo quiere oír sin pararse a reflexionar sobre costos y contradicciones- para que sumen a la mayoría de la gente enfrentándola a un enemigo supuestamente pequeño en número. Con una base de simpatía relativamente asegurada a su izquierda, lograda en sus inicios, -y que, por simplificar, siguen a Monedero- ahora toca elaborar relatos para ganar el centro, -que podrían corresponder a Carolina y Errejón, también por simplificar- el discurso así se torna en muchas ocasiones contradictorio lo que podría apartar a gente.

Lo tienen claro, quieren gobernar, fundamentalmente en el Gobierno Central, consideran que desde él tendrían poder para hacer cosas y dejan en el camino todo lo que consideran que les podría quitar votos en unas elecciones generales. Tiene su lógica, en unas elecciones municipales necesitarían miles de candidatos que hoy por hoy no están definidos por una línea concreta, por lo que se colarían muchos intrusos facilitado por su particular relación organizativa, más ligera que las tradicionales, en una campaña de elecciones locales habría mucha gresca que desgastaría la inmaculada ilusión actual, así sus líderes estiman que tienen más que perder, que lo que podrían sumar.

Deprisa, deprisa, falta tiempo

Acaban de nacer, se están formando como organización y las ideas no han tenido tiempo de fraguar en experiencias colectivas de funcionamiento. Sus portavoces dicen que en las municipales se colarían intrusos, que no podrían controlar por falta de tiempo y medios, es cierto, pero eso les pasará en las siguientes elecciones generales, como a todos los partidos se les sumarán arribistas Nadie sabe cuál será el resultado y la percepción de la gente una vez que tengan que tomar decisiones, así que dicen, mejor dejar al margen las elecciones municipales para evitar desgastes que permitan llegar a las generales mejor situados.

El problema del tiempo existe en cuanto a la tarea de preparar equipos sólidos de gestión; en política no es suficiente tener ideas, ni siquiera sirve de mucho tener razón, lo fundamental es tener fuerza, ganar para poder decidir, y para gobernar pueden ser necesarios alrededor de 10 millones de votos y eso no se logra solo con la extrema izquierda. En terminología CIS eje de auto-ubicación ideológica, se consigue más allá del 1 y 2, entrando en los espacios 3, 4, 5 y 6 del eje izquierda/derecha. Para llegar a esa población de centro izquierda, centro y centro derecha, tiene que lanzar constantes mensajes que cubran sus intereses y percibirse la solidez de los equipos de gestión, pero la solidez requiere pruebas, práctica, experiencia, algo de lo que un partido nuevo carece y que podría contrastar con la no participación municipal.

Existen similitudes entre este Podemos de Pablo Iglesias y aquel PSOE de Felipe González, principalmente la percepción que tenían el equipo gestor socialista y la que ahora tiene el equipo gestor de Podemos, ganar el centro sin cuyos votos es imposible poder gobernar. Las diferencias existentes, fueron entonces más favorables al PSOE, su tradición e historia le facilitaba fuerte apoyo internacional por los vínculos con la socialdemocracia europea y mundial, ello facilitaba ayudas económicas y relaciones empresariales, relaciones políticas con otros partidos y gobiernos, vínculos diplomáticos, cobertura ideológica… relaciones de muy superior calado a los que tiene Podemos en la actualidad.

El PSOE en aquellos años pudo formar equipos de gestión sólidos porque abrió sus puertas, integró, fagocitó,… a miles de líderes y activistas de todas las izquierdas y movimientos sociales, eran gentes con gran experiencia en resolver problemas concretos insertados en todos los ámbitos de la sociedad, -capacidad o impulso que perdió en los noventa, una de las causas fundamentales de su agotamiento-. Las posibilidades para integrar a tantos individuos, las facilitó una estructura organizativa y equipos que tenían clara la necesidad de incorporar gestores políticos diversos. Este podría ser el destino para muchos cuadros de IU, aunque aún no sabemos si Podemos cuenta con posibilidad de integrar organizativamente en su estructura, y si aceptará la entrada de activistas que pueden provocar fricciones, diferencias y dispersión, lo cual podría transmutar parte del discurso conocido hasta hoy, que fundamentalmente es el de los líderes.

Los más papistas que el Papa no dan ventaja

Dentro de sus afines será una dificultad para desarrollarse como partido aquellos hooligans que solo ven maldades en las críticas, muchas de ellas provocadas por meteduras de pata, conflictos entre lo dicho y hecho en el pasado con la necesidad de otra imagen en el presente, o por actuaciones contradictorias entre el discurso y la prácticas,… pueden bloquear debates necesarios e ideas diferentes que permitan ajustar planes y objetivos, pueden impedir limpiar errores y prescindir de individuos que constituyan una rémora. Los aspavientos que provocan los fanáticos por no aceptar que muchas evidencias se critiquen les pueden restar simpatías, unas pocas cada día, hasta que de repente en un momento pierdan cifras importantes… leo y escucho a indignados de Podemos, contra la prensa en general, contra políticos de otros partidos, contra intelectuales, radios y televisiones… dicen que por su campaña anti Podemos, solo aceptan aplausos, y sí señor, como si a cualquier otra fuerza  no la trituraran sus adversarios.

La maquinaria del PP durante años identificó como filo etarra, colaborador con ETA,… a Zapatero, a los socialistas, a toda voz que les llevara la contraria en el tema del terrorismo, no es visible una mayor animadversión hacia Pablo Iglesias que hacia Rubalcaba, y éste fue uno de los mayores artífices de la derrota de la violencia etarra. Lo anterior contextualiza, no justifica el comportamiento de Sergio Martín, director de TVE24h protagonista de aquella enhorabuena por la liberación de presos, que no se atrevió a decírselo a los jueces que fueron  los que realmente liberaron a los presos, pero sí dejó la insidia de identificar a Iglesias con ETA. Pero, hay casos diversos, en los que son necesarias aclaraciones de los líderes de Podemos como los de cualquier otro partido.

Los quejosos papistas hacen un flaco favor a Podemos, no saben utilizar las oportunidades que brinda una exposición mediática tan alta como la que han disfrutado, muy por encima de IU, UPyD, y otros; hasta ahora sus líderes lo aprovecharon maravillosamente para contrastar opiniones y extender el mensaje, eso en una formación de nueva creación que pretende ganar, por tanto sumar y sumar, ha sido esencial para darse a conocer y expandirse. Pretender arrinconar o desplazar a los que tuvieren discrepancias o ideas diferentes, será un problema, entre otras cosas porque las ideas apartadas podrían ser las más claramente identificadas con el espíritu y objetivos de Podemos, dicho de otra forma, los más papistas se arrogan las esencias de una línea política que está sin definir y bien podría ocurrir que solo representara sus ideas particulares o las de una minoría que intentara taponar los objetivos de Podemos.

Una parte importante de apoyos a Podemos procede de antiguos militantes de extrema izquierda, -sesenta añeros de la Transición, que suben la edad media de su oleada de seguidores jóvenes- desde antaño desengañados con la sociedad en la que viven, y que hoy creen tener una segunda oportunidad de reiniciar viejas ideas revolucionarias. Las élites de Podemos, después de estudiar la experiencia de IU y grupos minoritarios, han llegado a la conclusión de considerar que este grupo podría constituir una rémora para sus objetivos, ya que cuanto más firme y clara sea la senda ideológica, menos gente caminará por ella, ello dificulta el objetivo fundamental de ganar elecciones, para lo cual son necesarios militantes y activistas, pero resultan imprescindibles los votantes del centro.

Algunas opiniones del pasado son una rémora

El pasado de los líderes de Podemos es un filón para otros sectores, pretenden arrinconarlos en la extrema izquierda y en ocasiones lo consiguen. En un partido recién nacido, el pasado de sus líderes se generaliza y sustituye el pasado colectivo y está siendo una rémora para asentarse en el centro, están tardando mucho en desligarse de él, no es fácil, perdiendo muchas energías y enredándose en la madeja en vez de cortar, cambiar y avanzar. Ese pasado les ayudó inicialmente a sumar gente de extrema izquierda y abstencionistas, pero ahora se ven en la imperiosa necesidad de sumar centro -Pablo se declara patriota; grande el Papa Francisco; ni izquierda ni derecha; el pueblo contra unos pocos, abajo contra los de arriba,  los Botín no son casta…-  El problema surge porque ante su profusión empieza a resultar difícil distinguir hasta donde serían expresiones tácticas para atemperar episodios del pasado y sumar centro derecha, o realmente se trataría de su poso ideológico, en este sentido muy confuso. Las intervenciones se suceden, como la referida a la invasión francesa de 1808 salvada por el pueblo español, tan cercana a las opiniones españolistas que rechazaban a los ilustrados, defensores de la constitución de 1812, afrancesados en gran medida y contrarios las milicias católicas del pueblo dirigidas por curas y fernandinos. Comprendo que el tema es complejo, por ello poco indicado para lanzar proclamas tan patrióticas en Sol.

Discutir de todo y no quedarse en contraponer extremos, campo de batalla hacia dónde conduce la derechona  y sus voceros desde medios de prensa, radio y televisión, como hacen desde los gobiernos Aznar, asfixiando todo debate y bloqueando toda posibilidad de encontrar caminos, lo cual conduce a no poder debatir los problemas de crecimiento, modelo productivo, planes de empleo, competitividad, aumento desigualdades, adaptación a la globalización, regeneración democrática... Pero es que la nueva organización tampoco debate seriamente esas cuestiones, lo cual se facilita con documentos ampliamente difundidos, ello taparía inmediatamente los brotes del pasado y abrirían la puerta a objetivos y modelos, así Dinamarca o Venezuela se aclararían bastante, modelos tan diversos que hoy conviven dentro de la diversa gente que conforma Podemos. Los argumentos tienen que contener opciones y posibles alternativas en función de apoyos en relación a costes posibles, costos de aplicación y de no aplicación, resultados previsibles a corto, senda de largo plazo, visión de futuro en la que se enmarcan esas decisiones de corto plazo, dificultades previstas...

Las dificultades de entender narraciones en distinta onda de la que tradicionalmente tengan los grupos, son muy grandes, miren ejemplos extremos para entender la protección del cerebro a nuestras creencias: las personas religiosas se cierran ante la pederastia de curas y obispos, los franquistas y su cerrazón ante la ignominia de las fosas por los caminos de España, los comunistas no quieren saber de los gulags, etc. etc. Pocos aceptan leer o escuchar argumentos si ello incomoda sus convicciones, el problema es que vivimos momentos en los que se necesitan grandes transformaciones que no se contienen solo en el debate derecha-izquierda, el hartazgo es tremendo y las costuras que hasta ahora han contenido pueden reventar. ¿Por qué las opiniones del pasado de unos individuos tienen tanto peso en los juicios sobre una organización recién nacida?, porque existe un fuerte hiperliderazgo que provoca que todo el mensaje se polarice en sus élites.

Tensión entre luchas y votos, querer y poder, revolución y sistema

Otro conflicto hará su aparición entre los allegados, la tensión entre las luchas y la necesidad de organizarse, los esfuerzos dedicados a protestas, luchas fundamentalmente defensivas, enfrentados a la nueva dinámica de acciones organizativas y de agitación y propaganda para conquistar votos, entrará en conflicto entre sus militantes la actividad contra, típicamente izquierdista, con la actividad proactiva necesaria para organizar estrategias y tácticas que pudieran llevarlos a ganar las elecciones, objetivo que sitúa el grueso del conflicto en el terreno electoral, lo cual no facilitará desarrollar acciones en calles y empresas sino más bien al contrario, tenderá a disminuirlas y encauzarlas. El conflicto se producirá entre dos maneras de entender la militancia y la acción política, entre lo viejo y lo nuevo, porque existe el conflicto en la sociedad al margen de Podemos, y no parece haberse llegado a una síntesis al modo en que antes se relataba la diferencia entre teoría y práctica. La militancia de redes sociales, con mucha fuerza en la organización, aumenta la influencia del desear sobre el actuar, sube la valoración del querer algo como elemento de peso sobre otra opción como es la batalla y dificultad para conseguirlo, que considerará fuerzas y dificultades, necesitará buscar alianzas y pactos, lo que implica ceder algo… son dos formas de militancia distinta.

Este es un aspecto complicado para la organización, originalmente auspiciada y nucleada por activistas y soñadores del ambiente revolucionario; el cambio iniciado con su éxito logrado en la campaña de Elecciones Europeas, les lleva a reconvertir las luchas que bordeaban el sistema en fuerza electoral dentro del mismo, porque han visto posibilidades de ganar poder a través de los votos. Su ruptura con el ambiente revolucionario pretende recuperar fuerzas que estaban fuera del sistema entre abstencionistas, activistas lateralizados, desafectos, desengañados, rabiosos, cabreados, bolivarianos, alter,… aglutinar para reconvertirlos e integrarlos en un esfuerzo que podría lograr poder ciudadano por la vía de los votos, por tanto, están apostando claramente por defender el sistema democrático como el mejor de los mundos posibles para lograr modificar las condiciones de vida y trabajo de millones de personas.

El conflicto generará tensiones entre los sectores activistas que ideológicamente no aceptaron la Transición, -o lo que es lo mismo la sociedad democrática y la regla de juego básica de la misma, la confrontación de fuerzas que se enfrentan electoralmente para dar una resultante de poder- y no tendrán claro la posibilidad de lograr el objetivo de gobierno y las élites de Podemos que sí lo ven factible, al igual que creen en dicho objetivo muchos de los nuevos  militantes y apoyos que van apuntándose a la organización, lo que al fin y al cabo está dotándola de la fuerza de suficiente para estar entre las tres primeras opciones electorales. Hasta ahora, comienzos de 2015, las élites mantienen un  hiperliderazgo aceptado por todo el mundo, pero sería muy raro que las contradicciones citadas no se extendieran por la militancia afectando a la dirección incluso antes de las elecciones generales.

Lo emocional es necesario para ganar. Lo racional para gobernar

El reto de Podemos es movilizar a su favor grandes contingentes de electores para tener posibilidades de gobernar, para ello abandonan el esquema izquierda-derecha que les limita el discurso y las posibilidades, ya que saben que solo con la izquierda no ganarían y no quieren publicitar como básico que necesitan centro y derecha para gobernar. El problema es similar al que se encuentra PSOE e IU, pero la forma de abordarlo es diferente, mientras IU no suelta su agarre a la izquierda, lo cual le evita crecer, el PSOE acepta ser un partido socialdemócrata, con intereses e ideología de centro e izquierda, el problema para el socialismo europeo es que perdió sus señas de identidad global aquellas que definían un estilo y visión de la vida que mantuvo durante muchos años y que la crisis sepultó para millones de personas. Así la globalidad del discurso de las élites de Podemos es algo diferente, pretende situarse al margen de ideologías para evitar encerrarlo en el esquema clásico de izquierda-derecha que limitaría sus posibilidades de crecer, ante la situación global de desastre país, intentan captar la diversidad de grupos sociales e intereses materiales e inmateriales, quieren introducir un marco general –lo cual requiere no demasiadas propuestas concretas- en el que todo tipo de electores se identifique oponiendo los desastres de las crisis que viven la inmensa mayoría, el pueblo, y una pequeña minoría que pasa por la crisis mejorando su situación y que ahora controla y gobierna, la casta.

La realidad es que el voto de la derecha está aglutinado en torno al PP, mientras el voto del resto –voto de progreso…- está disperso, entre varios partidos de centro e izquierda y dos grandes opciones aglutinadoras, PSOE y Podemos. Ganar por mayoría absoluta es posible con 11 millones de votos, pero siempre que el resto de votos se encuentre disperso entre varios partidos, lo cual aquí y ahora tiene en su mano el PP, pero no el PSOE o Podemos, cuya suma de votos aunque fuera superior estaría repartida, reduciendo bastante sus posibilidades de gobierno ya que el sistema electoral penaliza la dispersión favoreciendo la concentración. Podemos lo afronta apostando a todo o nada, pretende derrotar al socialismo hasta convertirlo en residual y que la disputa sea entre ellos y el PP, lo cual daría lugar a un nuevo bipartidismo. En todo caso el problema de los estrategas para hacer aparecer diferente el marco global de las distintas opciones entre los electorales, será monumental.

Unidad de la derecha y dispersión de la izquierda, o progresista, cuestiones antiguas discutidas ampliamente en el mundillo de la militancia, como también lo era la fidelidad ideológica en las votaciones, superior a la fuerza de los programas, ampliamente demostrado por las votaciones durante la Transición. Esta última idea la reincorporó al mundo actual haciéndola famosa George Lakoff, autor del librito ‘No pienses en un elefante’ editado por Editorial Complutense. El autor, profesor universitario en Berkeley, hizo una lista de cuestiones importantes de los republicanos en estos años y se encontró que encajaban en la visión de conjunto de vida conservadora; al pensar en las demócratas, comprobó que todas tenían contraposición. Eran dos visiones globales del mundo manifestadas en cada campo concreto.

Sintetizando viene a decir que a un grupo de electores, le une fundamentalmente los valores globales y no los programas, dice que la mayoría de la gente no vota por intereses materiales, sino por intereses inmateriales, por su identidad, votan por aquellos con quienes identifican sus valores inmateriales. Lakoff mantiene que los valores morales son más importantes que todas las demás cuestiones y que las visiones del mundo viven en la mente de los votantes. Agregaría otra idea que el librito desarrolla poco y es la de transversalidad en la vida moderna, quiere decir que en todas partes los individuos mantenemos en general aspectos de unas teorías acompañados de retazos de otras diferentes. Gente ultra izquierdista en algunos aspectos puede ser tremendamente reaccionaria en otros y a la inversa. 

Un ejemplo en la serie ‘El Ala oeste de la Casa Blanca’, una conversación entre un consejero progre del presidente, con un congresista republicano, para convencerle de votar una ley a favor de los gais. El cruce de argumentos es genial y al final de la escena, le espeta, ‘como es posible que estés en el partido republicano y además votes la ley en contra’ y le responde ‘has esperado mucho en hacerla, pero es que el conjunto de mi vida no gira en torno a mi forma de enfocar el sexo’. Evidente que el mundo gay vota también Gallardón, como el mundo obrero vota PP, izquierdistas votan nacionalismo, etc. Eso es transversalidad.

Anguita insistía,  programa, programa, programa’, de cara a ganar era un error, error, error, pocos ciudadanos votan programas, eligen opciones por afinidad o rechazo de valores generales, por un conjunto de ideas o visión global de la vida. -Habría que preguntarse cuáles y cuantas son las diferencias globales, entre PSOE, Podemos e IU-. La experiencia de Obama fue importante, en sus campañas gran parte de las fuerzas eran destinadas a hablar de emociones, pocas veces aspectos concretos, pero fundamentalmente arrastraba con ideas generales que ilusionaran.  Ha sido importante el error cometido por el PSOE e IU de no elaborar un discurso coherente y global, ilusionante y con proyección futura y señalara una dirección hacia dónde caminar, como el independentismo hizo, abrazó una utopía ilusionante que movilizó decenas de miles de personas. Necesario, aunque no suficiente, debe ser acompañado de métodos de funcionamiento y movilización ampliamente democráticos y decisoriamente participativos, que impidan que un individuo dirija la nave hacia donde quiera y cambie de rumbo cuando solo él decida.

Una lista de cuestiones importantes no es una visión moral, dice Lakoff, un programa electoral o políticas concretas no son un marco global, pero, añado, debería ser imprescindible insertarlas en dicho marco. Lo que mantiene el autor es que cada individuo se dota de una interpretación del mundo y lo que le rodea, y todo lo enmarca allí, despreciando lo que no cuadra y encaja en la visión de su realidad. Añado, la lista de cuestiones importantes son aquellas medidas concretas, (llámense ajustes, reformas, o…) pero deben encajar dentro de una visión global de la vida, ideológica, ética; si no consiguen formar parte de la cosmovisión de cada individuo las medidas no tendrán la consideración de importantes. Una sucesión de decisiones inconexas –medidas, programas- por muchas que sean no forman un marco global, deben ser conectadas en un discurso con proyección, enmarcadas en un proyecto a realizar con perspectiva de futuro.

La transversalidad fue clave, pero tiene otra cara problemática

La transversalidad es clave, -jóvenes ni, nis, y jóvenes con estudios  suficientemente preparados pero sin perspectivas, precariados, mayorcitos ex rojos, viejos soñadores, urbanitas de grandes y pequeños núcleos y población rural, nuevos simpatizantes digitales de redes sociales sin experiencias de luchas y antiguos militantes antifranquistas de vuelta de todo, etc.- tanta diversidad  será foco de problemas, que generarán las decisiones programáticas y de funcionamiento, resultará utópico satisfagan deseos e intereses tan distintos como los que representan sus seguidores, cuando las alternativas se concreten no complacerán a todos y muchas personas que se unían a ellos por agotamiento, indignación, cabreo, desesperación,… en definitiva en contra de lo existente, será raro aguanten unidas todas a una, en defensa de medidas tan diversas como irán saliendo, lo normal es que sufran un relativo desgaste a medida que vayan programando propuestas y eligiendo alternativas y personas para puestos de dirección y representación.

Para ganar transversalidad, lo requiere una sociedad compleja, prescinden de referencias al eje izquierda/derecha, quitando deliberadamente la carga obrera de sus declaraciones, rebajar el carácter de clase del discurso lo consideraban necesario para ampliar su base electoral, trataban de englobar a toda la gente, al pueblo, en la lucha de los más contra los menos, la casta; sus propuestas y relato van en la dirección de poder sumar al 99% contra el 1% -típico de movimientos 15-M, Occupy Wall Street y similares-. Racionalmente es un absurdo, nunca habrá un resultado político que agrupe tanto con estos porcentajes, ni aproximados. Pero electoralmente podría tener otro efecto, quieren sumar todo lo que se mueva; si con los primeros mensajes bolivarianos sumaron algún colectivo de extrema izquierda, incluso arrancándolos de la abstención, en esta fase el mensaje que deja de lado el obrerismo y el izquierdismo era imprescindible para sumar jóvenes, pensionistas, amas de casa, pymes, autónomos, profesiones liberales, precariado, ni-nis, estudiantes… aunque suma en el desconcierto a sectores tradicionales de trabajadores.

Todo se mezcla en esta batidora por las hienas que los esperan, hay donde morder y resulta difícil sustraerse a tanta provocación, así una supuesta entrevista en TVE 24h, se convierte en una encerrona que pretende acosar a Iglesias, con juego sucio, formulando una pregunta opinión realmente formulando una acusación provocadora por parte del conductor del programa Sergio Martín quien felicita a Iglesias por liberar a presos de ETA. El periodista queda descalificado por esto de por vida, el cobarde nunca se atreverá a felicitar a quienes de verdad los han liberado, -los jueces- o a quienes han contribuido a su liberación, -gobierno- pero deja caer la mierda de arrimar Podemos a ETA, tal cual hace Telemadrid habitualmente. Imposible debatir nada en estas condiciones en los medios en donde todo se convierte en discursos y proclamas. Todos tienen motivos para sus posturas, los documentos o ideas de Podemos, posiblemente no serán las alternativas concretas que se necesitan, pero sin duda las aplicadas hasta ahora solo han conducido al desastre, tertulianos, voceros y militantes de una puta vez tienen que darse cuenta de que no sirven las políticas implementadas, es un tormento innecesario seguir aguantando cuentos sobre los éxitos económicos del Gobierno cuando la deuda está en el 100%, el paro y la pobreza sin control…

La estrategia de Podemos para gobernar trata de ganar el centro incluso desplazándose a la derecha, pero a medida que ande surgirá un problema por las esquinas, sumar y evitar restar grupos tan diversos será muy difícil; conquistar a millones de personas auto-situadas en los grupos 3, 4, 5 y 6 del eje izquierda derecha del CIS y al mismo tiempo evitar perder por la izquierda auto-ubicados en el 1 y 2. Ganar el centro le enfrentará con su izquierda y le retirará apoyos por el lado de IU. Son los mismos quebraderos de cabeza que tienen hoy en Europa la socialdemocracia, la izquierda en general, aquí PSOE e IU.

La deuda es mucho más que deuda

Ningún partido que pretenda gobernar, o tener representación institucional dejará de reconocer de entrada, que la deuda es un problemón muy difícil de resolver, al margen de considerar que las razones de las deudas actuales sean diversas, si no queremos dejar el terreno vacío de argumentos que otros llenarán, hay que debatir largo y tendido, tanto la privada como la pública. Los intereses de la pública suponen más de 35.000 millones de euros a pagar cada año, cifra muy superior a los recortes aplicados y eso que estamos actualmente con tipos cercanos a cero, con posibilidad de subidas en uno o dos años, deben tener en cuenta que hay deuda emitida años anteriores a tipos más altos. La deuda externa puede ser un grave problema que asfixie en un momento dado porque dependemos de los mercados, ello condiciona muchas alternativas y decisiones y desde luego impide gobernar al margen de este aspecto a cualquier opción. La necesidad imperiosa de conseguir financiación y tener en cuenta sus costes supone depender de riesgos no controlados de los mercados financieros que pueden provocarnos una inmensa catástrofe.

Para tener idea de su enorme dimensión piensen a modo de ejemplo, que debemos un billón de euros,  incluso suponiendo una quita imposible del 50% y sin pagar nada de intereses por el resto, los 500.000 millones de euros, tardaríamos en devolverlos veinte años, suponiendo que cada año pagáramos 25.000 millones, una cifra de dimensión comparable al coste del subsidio de paro en 2015. Para complicarlo más, recuerden que vamos en dirección opuesta al desapalancamiento, seguimos generando déficit anual y no superávit; año tras año desde 2009 el Estado gastó más de lo que ingresó,  la suma de los déficits de estos 5 años, se acerca a esos 500.000 millones de nuestro ejemplo. Como podemos comprobar en estos años de crisis, los problemas no se están corrigiendo, sino agravando, las políticas practicadas hasta ahora han fracasado en su objetivo de reducir deuda, lo cual no valida automáticamente cualquier opción distinta, pero sí debería abrir un debate a posibles salidas, porque todos, absolutamente todos los partidos, están bloqueados en sus movimientos por el paro y la deuda y ninguna ocurrencia sea de Rajoy o de Iglesias, o de Sánchez o Garzón, servirá. Por si a alguien le quedaban dudas, Grecia es un espejo que nos refleja los peligros reales de no disponer de financiación y del encarecimiento de la misma. Peligros para millones de personas que sufrirán los errores de unos y las cegueras y tropelías de otros.

Solo aquellos grupos sin posibilidad de gobernar en ningún nivel,  simplificarán la cuestión para sacar ventaja, pero aquellos que quieran hacerlo en ayuntamientos, comunidades o nacionalmente, no pueden dejar de tener en cuenta los costes económicos y políticos de este problemón. Cuanto menos aclaren los costes y la dificultad de las salidas, más problemático será encontrar soluciones y cuando ellos gobiernen la realidad los aplastará. Los vacíos no existen, si los socialistas, o Podemos,  no dan explicaciones suficientemente creíbles y concretas sobre cómo tratar el asunto, el vacio lo llenarán los populares con su interpretación y tendrán que ir arrastrándose tras ella ahora y en el futuro, eso ocurrió durante los gobiernos Zapatero y sucede en los municipios y CCAA con el silencio por legislaturas anteriores, el vacío que no supieron llenar con un relato coherente de la crisis, son otros quienes lo llenan. A pesar de la mejora que se produce en las cifras macro, la deuda sigue estando ahí, creciendo y pesando como una losa. Como lo está el paro.

Si los grupos de izquierdas van al extremo de no considerarlo relevante y no consiguen transmitir a la sociedad que les preocupa el asunto de la deuda, dejan libre el terreno de la sensatez en la comunicación a la derecha, lo que conducirá a no ganar apoyos suficientes para gobernar, perder posiciones entre millones de personas que podrían formar parte de su electorado. Hay que explicar las deudas públicas porque las  pagan los ciudadanos, sea el origen llevárselo crudo enriquecimiento privado, errores políticos, o circunstancias X, aclarar cómo se produjeron dichas deudas y como esperaban pagarse, alternativas posibles a la caída de ingresos fiscales como consecuencia de la recesión que se produjo al estallar la burbuja, y por fraudes y evasión; la caída de fiscalidad arruinó ingresos públicos, la recesión arruinó además ingresos privados, ambas impedirían dar salida a los activos inflados por la burbuja, fueran suelos, naves, pisos, construcciones singulares o plazas de garaje.  Los discursos de impago de la deuda abrirían otro nuevo frente incontrolable,  nunca son gratis, por muy justas que sean comportan costes altísimos que solo pueden minorarse, si fueran realizadas reestructuraciones  armoniosamente consensuadas con los acreedores, muchos de ellos bancos y gobiernos de la eurozona. Toda postura crítica debe ser compatible con la explicación de las políticas de austeridad practicadas en Europa que han resultado un  completo fracaso para el objetivo que decían pretender conseguir, como era el de reducir deudas y déficit y un desastre para la economía y la vida de poblaciones enteras, mientras al mismo tiempo se están redistribuyendo las rentas, de pobres a ricos, de sur a norte. 

Pretender obviar los debates sobre la deuda pública de España, de ayuntamientos y CCAA es una temeridad al igual que encerrarla en argumentaciones simples, estén basados en la buena voluntad como gastar en beneficio del pueblo, o en malignas trampas financieras y despilfarros que beneficiaron a grandes corporaciones. La realidad hoy es que existe una deuda emitida y asumida por el Reino de España de un billón de euros, equivalente al PIB. Los debates deben buscar salidas, una salida merece la pena recordarlo es algo susceptible de conseguirse y no un sueño irrealizable, cualquier propuesta que no añada costes estimados y su posibilidad de aplicación no debería ni escucharse, todos deben explicar posibles aliados para poner en marcha la alternativa y calcular maniobras especulativas que se producirían. Deben ser explicadas las opciones de crecimiento económico, de inflación y monetización de la deuda, de emisión similar a los Bonos Brady sudamericanos, de mutualización de la deuda, etc., y discutidas ampliamente, porque todas tienen pros y contras, ninguna será gratis y no duden que la más cara sería la que provocara una declaración unilateral de impago.

La realidad choca diariamente con el problema de olvidar el pasado, pero se verá afectada por ello cualquier decisión de gobierno, sea de Alcorcón, de Madrid o de España y lo agrava la dicotomía de crear dos trincheras. Un exceso de deuda se corrige atacando a los aspectos que influyen en ella; aumentando los ingresos, o reduciendo los gastos; o una combinación de ambas políticas. Por supuesto atacar la deuda no se limita a lo anterior, porque la facilidad de pago de la misma también dependerá del plazo para hacerlo y del coste financiero. También dependerá del factor crecimiento, cuanto más crece la economía, en general, mayores ingresos tributarios entrarán y menores gastos sociales serán necesarios, además de reducir el ratio de la deuda, su peso relativo, en la relación o cociente (deuda/PIB) tan importante es el numerador como el denominador. Otro factor que podría mejorar el pago de la deuda era tradicionalmente la inflación creciente, normalmente aparejada al crecimiento, que hacía la deuda cada año más pequeña, hoy la inflación es excesivamente baja bordeando un peligro mayor que es la deflación, y su control o impulso depende casi totalmente del BCE, de Europa.

Reconocer que la deuda es un problemón sin resolver y cuya solución es muy complicada abriría espacios de posibilidad, – (12-09-2012) La crisis, deuda, pacto social- porque gobiernen unos u otros en los municipios, CCAA o Estado, se van a encontrar el mismo problema hoy y mañana y al año siguiente y durante muchos, muchos años. Una primera actuación antes de cualquier otra discusión, sería eliminar gasto superfluo, gasto público improductivo, asesores, coches, etc. Pero, no se equivoquen, esas medidas solamente no resuelven el profundo problema, aunque sea imprescindible tomarlas. La situación económica es extremadamente complicada para encontrar salidas y debe ser compatible con proponer medidas económicas que pongan mayor énfasis en el empleo vs/ crecimiento, acentuar políticas expansivas no es tan fácil como decirlo, pero no por ello debe contraponerse obsesivamente a los objetivos de déficit, ambos pueden compatibilizarse a pesar de que en gran parte las políticas expansivas o contractivas estén bajo control europeo, incluyendo una devaluación del euro que permitiera ser competitivos globalmente o poner en marcha el Plan Junker de inversión en infraestructuras…

Capítulo 14 de ‘Podemos o no Podemos. Esa es la cuestión’. Enero de 2015.  
Manuel Herranz Montero.

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