domingo, 8 de marzo de 2015

Problemas internos de Podemos

Tensión entre luchas y votos, querer y poder, revolución y sistema 

Otro conflicto hará su aparición entre los allegados, la tensión entre las luchas y la necesidad de organizarse, los esfuerzos dedicados a protestas, luchas fundamentalmente defensivas, enfrentados a la nueva dinámica de acciones organizativas y de agitación y propaganda para conquistar votos, entrará en conflicto entre sus militantes la actividad contra, típicamente izquierdista, con la actividad proactiva necesaria para organizar estrategias y tácticas que pudieran llevarlos a ganar las elecciones, objetivo que sitúa el grueso del conflicto en el terreno electoral, lo cual no facilitará desarrollar acciones en calles y empresas sino más bien al contrario, tenderá a disminuirlas y encauzarlas. El conflicto se producirá entre dos maneras de entender la militancia y la acción política, entre lo viejo y lo nuevo, porque existe el conflicto en la sociedad al margen de Podemos, y no parece haberse llegado a una síntesis al modo en que antes se relataba la diferencia entre teoría y práctica. La militancia de redes sociales, con mucha fuerza en la organización, aumenta la influencia del desear sobre el actuar, sube la valoración del querer algo como elemento de peso sobre otra opción como es la batalla y dificultad para conseguirlo, que considerará fuerzas y dificultades, necesitará buscar alianzas y pactos, lo que implica ceder algo… son dos formas de militancia distinta.

Este es un aspecto complicado para la organización, originalmente auspiciada y nucleada por activistas y soñadores del ambiente revolucionario; el cambio iniciado con su éxito logrado en la campaña de Elecciones Europeas, les lleva a reconvertir las luchas que bordeaban el sistema en fuerza electoral dentro del mismo, porque han visto posibilidades de ganar poder a través de los votos. Su ruptura con el ambiente revolucionario pretende recuperar fuerzas que estaban fuera del sistema entre abstencionistas, activistas lateralizados, desafectos, desengañados, rabiosos, cabreados, bolivarianos, alter,… aglutinar para reconvertirlos e integrarlos en un esfuerzo que podría lograr poder ciudadano por la vía de los votos, por tanto, están apostando claramente por defender el sistema democrático como el mejor de los mundos posibles para lograr modificar las condiciones de vida y trabajo de millones de personas.

El conflicto generará tensiones entre los sectores activistas que ideológicamente no aceptaron la Transición, -o lo que es lo mismo la sociedad democrática y la regla de juego básica de la misma, la confrontación de fuerzas que se enfrentan electoralmente para dar una resultante de poder- y no tendrán claro la posibilidad de lograr el objetivo de gobierno y las élites de Podemos que sí lo ven factible, al igual que creen en dicho objetivo muchos de los nuevos militantes y apoyos que van apuntándose a la organización, lo que al fin y al cabo está dotándola de la fuerza de suficiente para estar entre las tres primeras opciones electorales. Hasta ahora, comienzos de 2015, las élites mantienen un hiperliderazgo aceptado por todo el mundo, pero sería muy raro que las contradicciones citadas no se extendieran por la militancia afectando a la dirección incluso antes de las elecciones generales.

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