lunes, 9 de junio de 2014

Agitemos las izquierdas. Problemas y causas

En la política española las culpas partidarias se personalizan en exceso, dado que el funcionamiento no es muy colectivo, en este caso tras la irrupción de Podemos le toca asumirlas a Rubalcaba, el colectivo, tan responsable como el líder parece que se salva, por ahora, pero cada una de sus agrupaciones y de sus militantes no pueden quedar al margen,-el caso de Chacón, es cuanto menos, ridículo, por paradigmático de los antiguos popes zapateriles que intentas huir de la quema- vean el marco general: el PSOE pierde alrededor de 350.000 votos en cada una de las siguientes regiones, Madrid, Cataluña, la suma de ambas Castillas, Valencia y Andalucía –a pesar de ganar allí, ha perdido votos- el otro cupo repartido por el resto de CCAA, en ninguna de esas regiones gobierna Rubalcaba, al igual que en ninguna de las ciudades, como Alcorcón. ¿Han visto ustedes asumir responsabilidades a los responsables autonómicos, o municipales, conocen documentos autocríticos, análisis de las causas, etc. de las agrupaciones locales?

El PSOE padece un problema profundo y amplio, múltiples circunstancias le afectan, imposibles de resumir en cuatro líneas, más allá de su secretario general, está incrustado en la militancia, en los órganos intermedios y agrupaciones, en sus diputados y concejales… poco resolverán si tratan de personalizar errores en pocas personas, y pocas salidas estables encontrarán corriendo como pollos sin cabeza, urgidos ahora en búsqueda de la izquierda perdida, como empieza a hacer IU ante el empuje de Podemos, del que iremos viendo como va consolidando. Mis puntos de vista sobre las causas de sus errores no puedo reducirlos a 140 caracteres, son bastantes más, los tienen en ‘El agotamiento del PSOE’ y en la serie que estoy volcando ‘Agitemos las izquierdas’, cuya publicación previa y posterior elaborada, poca rectificación provoca las elecciones europeas.

Tardaron en llegar pero España se inundó de mareas y movimientos sociales, en lucha contra la privatización sanitaria, por la defensa de la escuela pública, contra los desahucios, por la regeneración democrática, etc. etc. miles de personas en movimientos con alta carga política, apartidistas, a-sindicalistas, movimientos no dirigidos, ni controlados, por partidos y organizaciones tradicionales consiguen grandes movilizaciones de decenas de miles de personas y obtienen algunos resultados positivos, participan militantes sindicales y partidistas, sin duda, pero el movimiento está fuera de la dirección y control de los partidos.

No será suficiente para frenar la tremenda deriva en la que estamos instalados y que modificará nuestras vidas por muchos, muchos años, a pesar de recuperaciones económicas peperas o precisamente por ellas. Esto no ha hecho más que empezar, todavía millones de españoles no se han despertado porque confían en sus preferencias políticas derechistas y creen que esta situación será algo pasajero hasta corregir los desastres de Zapatero, no se han enterado de que esto es un cambio de era que afectará a sus condiciones de vida, las de sus hijos y padres, a sus activos que seguirán sin recuperarse, al salario social indirecto que percibían a través de sanidad, educación, pensiones… cualquier atentado contra el estado de bienestar encarece los precios de las alternativas privadas, sanidad privada, colegios privados, jubilaciones privadas… todo encarecerá aprovechando el ataque a lo público y cada vez más votantes derechistas irán entrando en uno de los polos de la sudamericanización.

Las movilizaciones actuales con ser importantes todavía están muy lejos de aquellas movilizaciones de la Transición, la sociedad que tanto trabajo costó construir, para empezar las movilizaciones actuales son fundamentalmente defensivas del tipo de sociedad y situación, aquellas tenían componente defensivos y ofensivos, no pedían mantener lo existente sino que exigían derechos y libertades nuevos, tenían componentes ofensivos, de construcción de un nuevo país, de conquista de nuevas ilusiones, aquí y ahora parecen que de forma embrionaria empiezan a instalarse algunas reivindicaciones ofensivas. Aquellas tenían componentes muy altos de huelgas en fábricas, bancos y comercios, –vean mis trabajos sobre lo que indican las huelgas y como fueron decayendo hasta la entrada de este siglo XXI-, aquellas movilizaciones tenían su base en los obreros y trabajadores del sector privado, carne de despido fácil, cárcel, palizas… por tanto eran más duras en contra del status establecido, y afectaban a la producción, por lo que el capital, -burguesía, poderosos, como quieran- estaba afectado directamente para intentar encajar en Europa el punto de llegada.

La sociedad que teníamos nos la están robando. La lucha está en la calle y también debe estar en el Parlamento y para ello es necesario sumar, aglutinar fuerzas diferentes, porque la dispersión en España está extremadamente penalizada por la ley electoral, ese es un hilo conductor de esta serie ‘Agitando las izquierdas’.

 

Conseguir avanzar cuesta mucho esfuerzo  (18/10/2010)


Pero la realidad es que no es el tema edad lo que nos mueve a estar en desacuerdo, es que nos han estado vendiendo humo en montones de cuestiones y hemos callado, hasta que gritamos 'pero si va desnudo, no tiene traje'. Hay que decir alto y claro que conseguir una jornada laboral de 8 horas, cuesta sangre, muchas manifestaciones, un sin fin de enfrentamientos contra la poli, la patronal, los pistoleros, supone detenciones, palizas, torturas, hambre por despidos...conseguir sanidad y educación universal en la Transición costó muchos esfuerzos, gritos, carreras, muertos, manifestaciones, paros, asambleas, enfrentamientos, muchas horas de huelgas, de luchas de millones de personas.

Intentar convencer a un joven que por decir, esto me gusta o sumar miles de amiguetes van a mover algo, es jugar al engaño. Los sesenta no se movieron por unas cuantas canciones y drogas, las canciones apoyaron, algunas, pero los derechos civiles a los negros los conquistaron millones de personas luchando muchos años, con muchos muertos en el camino y muchas palizas, aquello no era una fiesta, y sí, había fiestas, pero también compromiso de millones de ciudadanos. Los poderes de siempre y los nuevos se rien de tantos movimientos simplones que suman millones de seres apagando un minuto la luz, o protestando por el hambre en el mundo sumándose a la página de tal o cual cantante. Si se quedan solo en eso.

Sí toda acción que sume, está bien, pero no el engaño, y estamos convenciendo a los niños y jóvenes de que hay hadas que resuelven los grandes problemas de derechos sociales, decir a adultos jóvenes que vienen los Reyes Magos cargados de derechos y de acciones buenas sobre el agua en África o sobre la malaria, es horrible. No es extraño pensar que a veces muchas acciones son cajones donde meter la mala conciencia y que no parezca que la tiramos o nos quedamos con ella. Pero la realidad siempre ha sido que conseguir algo cuesta mucho, mucho, mucho. Y si no hay esfuerzo y lucha no se consigue.

No me extraña que algunos jóvenes o no tanto, crean que la sociedad que salió de la Transición fue un regalo que nos hicieron por nuestra cara bonita, dado que esta sociedad fomenta la idea de que todo es fácil y regalado. Pero no fue así, lo de Grecia estos meses, o lo de Francia ahora, (por cierto a gran distancia de aquí) fueron juegos de niños al lado de lo que hubo aquí entonces. Conseguir avanzar un poco en las condiciones de vida es durísimo. Y mantenerlo no es gratis y requiere constante esfuerzo. Siempre hay y habrá tendencias que pretendan volver atrás, la vida no supone un avance asegurado en el tiempo.
  
Nos quieren robar esta sociedad

Las movilizaciones son un hecho –todavía muy alejadas del ritmo y profundidad de las movidas de la Transición que constantemente rompían los cauces establecidos- las actuales son acontecimientos de envergadura para la sociedad actual y para cualquier partido político cuyo ruido debería retumbar por todos los rincones de las militancias, porque ellos no lideran, no dirigen y fuera de su entorno hay centenares de líderes naturales, miles de personas comprometidas, dotados de alta capacidad de organizar oposición a tanta agresión y sabiendo aglutinar voluntades. Ambas fuerzas, partidos y movimientos, conviene a todos que se unan, los partidos tradicionales para subsistir y los miles de activistas que están fuera de ellos para lograr mejores resultados.

 

 Nos quieren robar esta sociedad (30/4/y 2/5 -2010)

  

La España democrática es el resultado de muchas fuerzas luchando, y por supuesto no en la misma dirección, la correlación de fuerzas es la que trajo como resultante la sociedad actual, que podría no ser ideal para ninguno de los actores en lucha, pero que no es la franquista, ni la aperturista, ni la pequeña democracia de sectores afines al Régimen, a pesar de que haya sectores, como la judicatura, que hayan cambiado poco, es cierto, pero otros como el militar sí lo hicieron. Da igual lo que cada uno creyera que podría conseguir, o las motivaciones que le impulsaran a luchar, el resultado es producto de lo que empujaron todas las fuerzas en direcciones diferentes, el resultado recoge la correlación de fuerzas reales, no las ilusiones o creencias de cada uno, pero en ese resultado hemos participado todos los que queríamos una sociedad nueva.

Hay ultraizquierdistas que se avergüenzan de calificar lo conseguido, como muy positivo y no reconocen haber contribuido a crearlo, no quieren responsabilizarse del gran salto adelante producido en la mejora de las condiciones de vida de millones de españoles, y que en la década del 85/95 se creara el Estado de Bienestar que cubre a toda la población, por primera vez en nuestra historia.

Durante los años ochenta, los nacidos en la República miraban para atrás y solo veían penurias y sangre pero mirando para adelante las perspectivas mejoraban. Los nacidos en la posguerra, los cuarenta y cincuenta mirábamos para atrás y veíamos franquismo que al mirar hacia delante era manifiestamente mejorable. Ahora, si los nacidos después de los setenta miran para atrás verán mejores cosas que las que se aprecian mirando al futuro. Con la democracia todos los españoles mejoraron su situación, y para la mitad de ellos, entre los que están los derrotados de la República y franquismo, destrozados durante décadas, lo conseguido fue una revolución. Que ahora se produjera un retroceso en lo económico no debería permitirnos aceptar una derrota global y un retroceso en lo político y social.

 

El franquismo fue una etapa negra, corrupta como ninguna, triste, despiadada y represiva, para millones de personas, sin comida, sin calor, sin ropa, sin agua, sin médicos, sin escuelas, sin trabajo, imposible hablar de paro, simplemente no había nada de trabajo. En los años cuarenta y cincuenta, un millón de españoles abandonan sus míseros pueblos para buscar vida en Madrid, desde el 60 al 75, un millón emigran a Cataluña, medio millón a Valencia y trescientos mil a Euskadi, procedentes de pueblos en cuyas casas no tenían agua, había que ir a la fuente por ella, carecían de instalaciones de electricidad colectiva un tercio de los pueblos, en sus calles sólo había barro, más de la mitad sin alcantarillado, lavando en arroyos y lavaderos, con agua fría, menos de un 5 % de pueblos rurales tienen teléfono, los hijos no podían estudiar y cuyo destino solo era el de jornaleros u obreros, cuatro millones de analfabetos, dos millones de niños sin escuela, de cada 1.000 niños en edad de bachiller solo estudiaban 320, 5.800.000 viviendas familiares, según el INE, estaban en estado ruinoso 2.400.000. (Hoy 25 millones de viviendas, 4 millones más que familias, y 1 millón sin vender, es una parte de la crisis), por encima de 1 millón de obreros en paro, más 2 millones emigrados a Europa en los 60/70, y otros 2 millones emigrados a América anteriormente, de una población total de 36.000.000 en 1975.

Gentes, aún franquistas, recordaban como los viejos morían sin asistencia, sin conocer más que sus pueblos, nadie conocía la sanidad, ni la educación, ni que los mayores viajaran, que los parados cobraran... esto se puede alargar mucho mas, porque mucho más grande fue y comenzó a mejorar con los ayuntamientos democráticos y los barrios que rodean las grandes ciudades a comienzos de los ochenta empiezan a construir otra sociedad. Esta fue una de las razones principales que explican el frenazo de las luchas sociales al final de la Transición, el desencanto, que disolvió movimientos y organizaciones y llevó a mucha gente a sus casas, en realidad lo que sucedió era que millones de personas conseguían por fin sus sueños.

Algunos ultraizquierdistas tenían otras perspectivas de sociedad que no se consiguieron, y por ello nunca se reconocieron en el modelo de sociedad que surgió de aquella época, rechazando hasta el término, sociedad democrática, y así muchos individuos que fueron actores de primera línea durante el franquismo y la Transición, que con su esfuerzo contribuyeron a los cambios sociales que han conseguido en esta sociedad democrática, han terminado apoyando la historia interesada de que la sociedad actual la fabricaron otros, o que fue conseguida por el Rey y unos cuantos franquistas, o por las cúpulas de los partidos de izquierda pactando con los de la derecha. Han confundido el no pudimos hacer mas, con el no hicimos nada, han malinterpretado el no pudimos vencer con el nos derrotaron.

Esa historia edulcorada está muy lejos de la realidad, ya que sin las múltiples luchas políticas y sociales de gentes sin adscripción alguna, antifranquistas de todo tipo, desde la extrema izquierda, anarquistas, marxistas, comunistas varios, hasta los demócratas, pasando por todo tipo de movimientos sociales, feministas, ecologistas, cristianos, sin la movilización de estas fuerzas hubiera sido imposible llegar a la democracia que conocemos y vivimos. Todas estas fuerzas se unieron con la derecha española que por una vez logró separarse de la derechona, -comandada por Suarez- y conseguimos, torcer voluntades de millones de franquistas y poderes fácticos nacionalcatólicos que no querían la sociedad democrática que salió como resultante.

Rechazar lo logrado es estar ciegos políticamente, porque otros tratarán de apropiarse de ello, llenando el vacío que hemos dejado. Con la llegada de Aznar al poder, comienza una nueva etapa de reagrupamiento y consolidación de la nueva derechona española a la que se van sumando todo tipo de ultras, reconvertidos, neocons, aprovechados, fascistas, franquistas, y desengañados, que utilizan como púlpitos los ultramedios, (vistos desde Madrid, Intereconomía, Veo7, El Mundo, Libertad Digital, Telemadrid, La COPE), además de la Iglesia, FAES, sectores de la judicatura, de la patronal y sectores del PP. Desde el comienzo están arrogándose el mérito de lo conseguido precisamente aquellos que estaban en contra, y están elaborando un nuevo discurso de interpretación de la historia a su conveniencia.

La idea ''todos los políticos son iguales'', es una gran mentira ampliamente extendida por el pensamiento reaccionario que pretende paralizar los esfuerzos de análisis y crítica social, pero la idea se instala tanto en la derecha como en la izquierda. No, no todos son iguales, y menos aún cuando la derecha española vuelve a estar sometida a la derechona que está empujando y quiere profundizar una gigantesca remodelación de la sociedad, construida después del franquismo. Nos lo están quitando, con poca oposición y vuelven las sensaciones de juventud, nos quieren echar de este lugar y tiempo, quieren quitarnos hasta la memoria y robarnos lo que es nuestro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario