martes, 28 de mayo de 2013

Capitalistas, mercados. Dos conceptos. Dos realidades

Cambio cualitativo en la globalidad. El poder financiero da un salto

Mercados hay de muy diversos tipos desde la antigüedad, no son un invento reciente, ni siquiera capitalista, aunque este sistema los instaura como uno de sus ejes centrales de actuación. Los intercambios de mercancías y servicios en un entorno colectivo, con ciertas reglas y organización, se conocen desde hace muchísimo tiempo, incluso los recientes mercados de futuros nacen en 1848, en Chicago, -incluso antes en Japón- centrados fundamentalmente en materias primas, -café, cereales, azúcar, cacao, plata, oro…- en los que se compraban, por ejemplo, cosechas enteras antes de recolectarse, fijando precio sin conocer exactamente calidad, demanda y precios futuros...

El sentido de este trabajo queda circunscrito a nuestra realidad, en la cual el uso del concepto, mercados, lleva casi siempre implícito el adjetivo financieros. Las referencias que utilizo, por tanto serán a los mercados financieros, en general, a pesar de que cuando hablamos de ellos nos referimos a realidades diversas, tales como mercados de dinero, los interbancarios donde compran y venden dinero los bancos; mercados de préstamos, hipotecarios o no; mercados monetarios con instrumentos a corto plazo y pactos de recompra; mercados de divisas, compraventa de monedas país; mercados de opciones y futuros sobre materias primas o productos financieros; mercados de deudas soberanas; de acciones en las conocidas bolsas donde empresas y capitalistas privados se financian y mercadean compran y venden participaciones empresariales; o los grandes mercados de bonos y obligaciones, privados o públicos mucho mayores que los de acciones, en donde se invierten sumas colosales recolectadas por bancos e instituciones de inversión colectivas de diverso tipo, que son en realidad préstamos de los compradores a grandes corporaciones privadas y administraciones públicas que pagarán intereses por ellos, tomando la forma de rentas para los bonistas…

Todo tiene un punto de partida que se puede buscar tan lejos como queramos, en este caso, marco la referencia para el nacimiento de los nuevos mercados financieros en los años 70. En 1973 se suprime la convertibilidad dólar-oro, modificando el sistema monetario de la postguerra mundial, creado tras los acuerdos de Bretton Woods en 1944. En los setenta se dispara la inflación mundial, -en España llegó a rondar el 30%- se producen las dos crisis del petróleo,… un creciente aumento de la volatilidad de precios, del dinero –los tipos interés- y de materias primas, los problemas de deuda externa en los países que llamaban en vías de desarrollo en la década de los ochenta… La inestabilidad agudiza la búsqueda de salidas para que corporaciones y bancos reduzcan los riesgos financieros y comienzan a extenderse nuevos instrumentos, tales como ‘forward’, ‘futuros’, ‘swaps’, ‘opciones’… que ampliarán su radio a productos financieros multiplicándose a finales de siglo como ‘gremlis’ humedecidos.

Los ‘forwards’, son contratos entre dos partes, con compromiso de compra de un activo a un precio estipulado hoy, a fecha seis meses vista, sin fianzas, tal como si fuera un crédito entre dos partes. Los futuros financieros, similares en principio a los anteriores, pero se renegocian diariamente, se instalan en Chicago en 1972/73, en 1974 en Nueva York, en 1982 en Londres, pasando a Singapur en 1984 y Tokio 1985, centrándose al comienzo en los tipos de cambio de las divisas, posteriormente pasan a negociarse sobre tipos de interés, índices de bolsa, pagarés, bonos del Tesoro, certificados de depósito, incluyendo sobre índices de precios al consumo… Se abre la posibilidad de apostar sobre cualquier cosa en cualquier plazo, típicamente americano como se aprecia en películas del oeste o de gánster.

Los ‘swaps’, son permutas entre dos partes, intercambio de flujos dinerarios de activos financieros con un precio referenciado, a un intervalo temporal determinado, al principio sobre tipos de cambio de divisas y posteriormente sobre tipos de interés. A pesar de que fueran conocidos embrionariamente en los setenta en EEUU y Reino Unido, se instalan en 1981 apareciendo al mundo con una operación entre IBM y el Banco Mundial. A partir de 1985 se extienden y diversifican con múltiples formulas y opciones. Las opciones, son contratos que suponen adquirir el derecho de comprar un activo, que no la obligación, como los anteriormente citados, a una fecha futura por precio fijado hoy.


Los ‘warrants’, normalmente titulizados, cotizados en bolsa y fácilmente negociables, son cuasi opciones sobre índices, sobre acciones o divisas, o sobe tipos de interés, entrarían en el capítulo de opciones sobre derivados, -que derivan su precio de otro producto, llamado subyacente, tales como opciones o futuros- cuyo contrato con fecha de vencimiento –aunque se puede negociar y ejecutar antes- daría un derecho a comprar o vender un activo financiero, considerado subyacente, por tanto además de tener la posibilidad de cubrir posiciones contrarias a las tomadas en el subyacente, permiten apostar en sí mismos sin comprar el subyacente, cuya prima o precio del warrants es distinto, sensiblemente menor, aunque vinculado al subyacente, consiguiendo grandes beneficios, o pérdidas.

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