Al margen de nuevas aportaciones científicas, el 4º informe del panel de IPCC de 2.007 fue concluyente y hoy está aceptado globalmente, que una de las causas del calentamiento global, son las emisiones de gases de efecto invernadero, provocadas por la intervención de los seres humanos sobre el planeta.
Desde 1.997 la comunidad internacional trató de ponerse de acuerdo para actuar en lo que se conoce como el Protocolo de Kyoto, que trataba de reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2012. En diciembre de 2007, se iniciaron en Bali, negociaciones para tratar del período posterior a Kyoto, estas negociaciones concluyen ahora en Copenhague.
Ya no estamos en el tiempo de centrar la polémica en discutir si es verdad o no el cambio climático, es el momento de tomar medidas, y discutir como, cuando y cuanto. Parece existir consenso global sobre que las causas están provocadas por los gases de efecto invernadero, producidos por la quema de combustibles fósiles, procesos industriales y agrícolas, deforestación y formas de vida y desplazamiento de los seres humanos. Causas que pueden producirse muy alejadas físicamente de lugares que sufran sus consecuencias.
Hasta ahora China, EEUU, Unión Europea, Brasil, Indonesia, Rusia, India y Japón eran responsables de la emisión de las 2/3 partes del total emitido a la atmósfera. Los países pobres mas atrasados, piden que se comprometan los claros responsables y no que se les deje tirados a ellos sin poder avanzar en su industrialización. De ahí las dificultades para llegar a acuerdos. Ahora se abre un nuevo frente problemático ya que desde 2008 las emisiones de estos países, que hasta ahora suponían un tercio del total han aumentado considerablemente hasta llegar a ser la mitad.
Los retos hoy se apoyan en dos patas, una dejar de emitir, otra almacenar, fundamentalmente el CO2, aunque hay otros gases de efecto invernadero y elementos diferentes que inciden en el cambio climático, el gran foco se pone hoy en el CO2, sin dejar de atender otros aspectos.
Las decisiones que se adopten van a suponer cambios en las formas de producción y de utilización energéticas tal como se conocen hasta ahora. Será una revolución en torno a lo sostenible a la energía y a las formas de vida. O de lo contrario el planeta podría seguir su curso y dotarse de nuevos equilibrios que le permitieran su continuidad aunque para ello podría eliminar a gran parte de la especie humana y otras especies.
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