Es
‘maravillosa’ la claridad de visión sobre los problemas de que hacen gala tantos
individuos, la simplicidad en los análisis y su maravillosa vista para ver con
total nitidez las soluciones tan brillantes que ven. ¡Qué rabia que el resto de
mortales no lo veamos igual! ya que entonces todo estaría resuelto. Yo que solo
veo complejidad y contradicciones. Cuanta pena da, ver que las soluciones
simples chocan con tantísimos intereses de tan diversos países, clases, grupos,
lobbies, sectores productivos, gobiernos europeos y de otros lugares, poderes
financieros, poderes industriales, comerciales, partidos y sindicatos de
múltiples países, organizaciones internacionales…
Este
verano puede ser la frontera que traspasemos para entrar en un mundo de mayores
tinieblas, inimaginable ahora el 2013 y años siguientes, tanto en España, como sin
descartar que amplíe sus desgracias a otros lugares de Europa. Lo vemos llegar
avanzando semana tras semana, desde hace 4 años y seguimos anclados sin
encontrar horizontes. No hemos sido capaces a escala país de ponernos de
acuerdo en un plan de salvamento, que para ser tal deberá ser aceptado y
consensuado, sin oportunistas vencedores políticos o económicos salvados por no
quemarse en medidas que sin duda habría que haber tomado y que habrá que tomar.
Porque el tiempo ha seguido avanzando sin lograr impedir los deterioros sin que
hayamos mejorado en cuestiones fundamentales,
todo lo contrario, con la llegada del PP la velocidad de errores aumentó y la
situación empeoró, como muestran los Presupuestos Generales del Estado, con una
partida de intereses de la deuda que se ha comido todos los recortes
efectuados. Tantos recortes, tanto sufrimiento, tanta depresión, para estar más
abajo en el hoyo.
Este
es el fracaso de un país al que se conduce a cambiar de época, con mayores responsabilidades
de las élites, políticas, económicas, intelectuales, empresarios,… que no
tuvieron valor ni fuerza suficiente como para influir en la sociedad, cada uno
en su parcela, cada cual a los partidos políticos que tuviera cercanos, para
haber evitado meternos en las burbujas inmobiliaria y de crédito. O para
encontrar salidas adecuadas al drama que comenzó entonces. Saben ustedes que
otra bajada de rating de la deuda española, -que es posible- la podría dejar
fuera de los circuitos de compra de los mercados, tanto a la pública como a la
privada, cerrar los mercados aún más, lo cual abocaría al rescate inmediato.
Suponiendo que siguiera abierta la opción.
Una
vez explotada la burbuja y desde el 2008 han fallado los políticos de última
generación, los partidos con poder y los sin poder, que tampoco dijeron, han
fallado las élites que no lograron influir en los partidos para que cambiaran
sus políticas, que no se hicieron escuchar. Los partidos han sido impermeables,
pero las élites han mostrado su poca fuerza y su ‘partidismo’. Los intelectuales y fuerzas vivas de la acera
izquierda no fueron capaces de influir en los socialistas, ni en el resto, IU,
verdes, UPyD…
Los
intelectuales cercanos a la derecha sucumbieron silenciosamente a la derechona
española cuando gobernaba Zapatero, aceptando los dogmas que vinculaban la
desconfianza y la prima de riesgos a su persona, y los males españoles al
‘derroche del gobierno socialista’ y no han conseguido hacerse oír por el
actual gobierno que ha conducido España al fondo del hoyo. Antes creyeron que
las posturas del PP eran solo una estrategia para ocupar el poder, pero nunca
llegaron a pensar que el gobierno estuviera tan seco de planes e ideas contra
la crisis, tan falto de capacidad, tal como puede leerse en sus publicaciones,
o verse en las encuestas del desengaño del mundo empresarial y económico que
ven como nos acercamos a una zona de extremo peligro.
Sectores
de la derecha se incorporan a la negra mirada que sobre el futuro inmediato
tienen millones de españoles y empiezan a temblar, porque las posibilidades
reales de un tropiezo gigantesco de España son posibles, -no solo en lo económico sino en la crisis política que se ha abierto en
el camino de la depresión-.
Nadie sabe en qué forma se dará, pero aquella
batalla del euro, empieza a encontrar hueco en estudios empresariales que
buscan optimizar respuestas en caso de rompimiento, o de modificaciones
sensibles de la realidad conocida, lo cual lleva a muchos proyectos
empresariales a externalizarse en parte o totalmente. La cuestión nacional será
otro frente de batalla con nueva dimensión y salidas imprevisibles, tanto en
Cataluña como en Euskadi, que sin duda afectará a la convivencia en esos
lugares y en el resto de España aumentando sus conflictos. La desafección por
la política y políticos, la tremenda brecha creada entre representantes y
representados está abriendo la puerta a cuestionar en conjunto el sistema
democrático que puede quedar gravemente dañado. Las penalidades provocadas por
la economía y que probablemente perdurarán están haciendo perder calidad de
vida a chorros empobreciendo a centenares de miles de individuos y harán
retroceder muchos años a grandes sectores de población, creando una sociedad
‘sudamericanizada’, polarizada en dos bloques, ricos y pobres. Todos los
factores interactúan entre sí contribuyendo a generar una situación altamente
explosiva que irá en aumento y que ningún gobierno será capaz de dominar. Solo
un gran pacto, de fuerzas grandes y pequeñas, podría minorar los resultados
desastrosos de esas tormentas huracanadas construyendo un proyecto de salida
colectiva. Y no parece que el PP esté por la labor.
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