miércoles, 9 de febrero de 2022

El procés, no fue, no es progresista. 1

 EL PROCESO DE SECESIÓN. NO ES PROGRESISTA

  

La secesión unilateral de parte del territorio en un Estado democrático que respeta los derechos fundamentales de su población (incluyendo los derechos culturales o lingüísticos de las minorías en su seno) es contraria al ideal democrático pues priva de los derechos políticos a gran parte de la ciudadanía a la que se impide participar en dicho proceso.

En este sentido, el conjunto de decisiones que se han ido adoptando por parte de las instituciones de Cataluña — señaladamente las leyes de referéndum y de transitoriedad aprobadas los días 6 y 7 de septiembre por el Parlamento de Cataluña vulnerando la normativa parlamentaria que garantiza una deliberación y tramitación pulcra— son profundamente antidemocráticas además de groseramente inconstitucionales. Su aplicación en la forma de una declaración unilateral de independencia (DUI) constituye un golpe de Estado. Manifiesto Profesores Filosofía del Derecho-El País

No es progresista un comportamiento que pretende conducir a miles de seguidores al futuro haciéndoles creer en la magia, engañar con que un conjuro de brujería, o como se llama ahora, la independencia, puedan resolver los problemas de paro, desigualdades, precarización, migraciones… de esta sociedad catalana del siglo XXI, inserta en España y Europa, es lo más parecido a la difusión de emociones religiosas anteriores a la Ilustración como cura para todas las miserias humanas en el lejano paraíso. Antiguamente, hasta el XVI toda la población, y posteriormente una gran parte de ella, se apoyaban en la existencia de dioses, magia y brujería, como elementos con los que explicar, enfermedades y muertes, los desastres de las guerras, el hambre y todas las miserias humanas, … con esos elementos miraban al futuro elaborando predicciones y conjuros. 

Los movimientos obreros del XIX y XX, anarquismo, comunismo, marxismo, utilizarán los avances de la Ilustración e incorporarán sus criterios laicos, científicos y humanistas, valores ilustrados, a sus fundamentos teóricos y prácticas políticas, aplicarán la nueva ciencia del hombre y el cosmopolitismo adaptándolo a situaciones y objetivos concretos. A esa amalgama de movimientos sociales, de luchas, objetivos y prácticas distintas, se la denominará como las izquierdas, en plural, por distintas. - Un mito: la unidad de las izquierdas-. Izquierdas y progresismo fueron conceptos que pudieron ir hermanados en muchos momentos en diferentes lugares, pero hoy se han separado en Cataluña. Gentes de izquierdas dan soporte a la reacción nacionalista, aceptan tranquilamente sus postulados teóricos racistas y xenófobos, abrazan ideas que pretenden diferenciar y separar a ciudadanos iguales, defienden el nacionalismo que premia linajes, apellidos, tradiciones y símbolos basados en viejos pasados inventados, mientras castiga a otros ciudadanos que quieren igualdad de derechos, o simplemente no siguen la corriente soberanista, están sosteniendo comportamientos supremacistas. Esas gentes dan soporte a estrategias y comportamientos que han dado a luz el concepto de izquierda reaccionaria al abandonar la razón y el ‘’humanismo que privilegia el bienestar de hombres, mujeres y niños, individuales por encima de la gloria de la tribu, la raza, la nación o la religión. Son los individuos, no los grupos, los que son ‘sintientes’. Steven Pinker, ‘En defensa de la Ilustración.’ Paidós, 2018. 



   

 Imaginen qué podría haber mejorado en caso de que las fuerzas de izquierdas hubieran combatido el paro y la precariedad laboral en Cataluña y enfrentado la corrupción de los gobernantes catalanistas, que éstos han resuelto ante la gente con un simple cambio de nombre y una desviación de miradas hacia otras cuestiones, ayudados eso sí por quienes algún día tendrán que rendir cuentas. Durante muchos años los principales problemas de los catalanes, han sido el paro y la precariedad, según las encuestas del CEO, excelente servicio de estadísticas de la Generalitat, las respuestas eran abrumadoramente mayoritarias tanto si se referían a sí mismos en lo personal, como si eran referidas a problemas generales del territorio -Aquí datos de una serie 2008-2012 y otro formato para 2016, años de proceso secesionista-. Entenderán que viendo esos datos no se pueda considerar que el pueblo diera un mandato a sus representantes para luchar por la independencia, durante muchos años estos resultados han sido obviados por la representación política catalana, cuyo poder en manos soberanistas solo se ocupaba de preparar y alimentar la independencia, pero sobre todo han sido tapados por los izquierdistas, se han cegado por arropar al nacionalismo, y abrazar sus postulados xenófobos dejando al margen la lucha por resolver los problemas que reclamaba la mayoría de los catalanes. La izquierda reaccionaria. 

No puedo considerar progresistas a viejos colegas, antiguos activistas antifranquistas, que abandonan el racionalismo para identificar problemas sociales y buscar soluciones concretas. Viejos antifranquistas creyeron al nacionalismo, tuvieron fe en sus leyendas de pasados idealmente prefabricados, olvidando que cientos de años atrás, hasta donde se quieran remontar, todo era miseria, represión y muerte,  única forma de vida para la amplia mayoría de pobladores que carentes de techo y sin poder llevarse un mendrugo de pan a la boca, morían presa de innumerables enfermedades, por asaltantes y bandoleros, por las guerras y represión de amos y señores, obligados y callados por curas y guerreros que los mantenían en la ignorancia y el sufrimiento, que decían, resolverían en el Paraíso.  Pueden encontrar cientos de datos y fuentes documentales sobre mejoras de la humanidad en el libro de Pinker. Aquel tiempo al que se abrazan los independentistas, nunca permitió decidir a los pobladores de Cataluña sobre sus vidas, ni sobre los detentadores de poder, ni sobre nada… 

La capacidad de votar de toda la población, sin cortapisas tales como censos de propiedad, sexo, edad u otras, la facultad de decidir de hombres y mujeres catalanes, es muy reciente, plenamente con la democracia de 1978, como lo es su posibilidad de vivir bajo techo, disfrutando de enseñanza para todos desde la niñez y ser asistidos en enfermedades y vejez. Comparar aquellas instituciones de hace siglos con las actuales es un insulto a la inteligencia.