Amar la política en tiempos de crisis. 5
Los partidos necesitan una regeneración
democrática, ya comenzada en la bases
sociales de las izquierdas, eso representan los movimientos englobados en la
marca 15-M, pero todavía pendiente de comenzar en los caladeros de las derechas
que apoyan sin desmayo con mayorías absolutas a políticos corruptos, protegen tropelías
y desmanes, solo porque son de los suyos. Las algaradas provocadas por
derechistas jóvenes, adultos y viejos en las calles, comercios y bares, las
broncas y amenazas, en contra de las
izquierdas municipales o autonómicas, porque usan tarjeta de crédito, por
provocar déficit, por ineficientes, etc. etc. ocultan y silencian
comportamientos similares de SUS gentes de otras ciudades cercanas o autonomías
en bancarrota.
Se observan inicios de cambio en los conservadores,
en algunos ámbitos intelectuales y en sectores económicos preocupados por la
gravedad de la crisis y el fracaso del gobierno actual, que acelera el desastre
y la destrucción del futuro por tanto incompetente en las filas del PP.
En las izquierdas hay derroche de energías
sobre proyectos nuevos y refundaciones de la verdadera izquierda, -y/o verdes- que
prestan excesiva atención a los aspectos ideológicos y a grandes proclamas
utópicas, como si creyeran que ello es la causa de los errores conocidos y que
por tanto a los nuevos partidos nunca les pasaría lo que a los actuales, nunca
chocarían con realidades que les hicieran frenar y cambiar. Con ello parecen
convencidos de que los errores han sido consecuencia de no ser verdaderos
socialistas, o verdes puros, como si fuera una cuestión de errónea definición
bíblica…
Pero en gran parte los errores proceden de
comportamientos inherentes a los seres humanos que siempre se producirán, al
margen de quienes ostenten el poder bajo el manto de cualquier ideología o
religión por lo que el grueso de la actuación debería quedar más en los
procedimientos democráticos concretos -Miren ustedes el espectáculo que está
dando la lucha por el poder en la renovación de la jerarquía del PC chino, en
donde se arrojan ejemplos de acumulación capitalista, de consumos lujosos y prácticas
mafiosas de unos sobre otros- Gran parte de la solución habrá que buscarla en
las formas organizativas, en la democracia participativa, en la posibilidad de
intervenir en las deliberaciones y decisiones, en establecer mecanismos que
permitan considerarse útil en la discusión y elección de políticas.
En este sentido, parece verse mayor percepción
del problema en el PSOE que en otros partidos, quizás porque ha sido el único
que ha sufrido las consecuencias de sus errores de forma altamente sonada. Los
militantes, simpatizantes y electores, sus bases sociales, les han retirado
apoyos de todo tipo, no solo los votos, dejándolo sumido en una profunda crisis
que les obliga a pensar y debatir sobre lo perdido, lo cual no se ha producido
en otros partidos que no se dan por aludidos ante los cambios necesarios a
realizar, y menos en la medida que se aprovechan a corto plazo de la
desafección y desbanda de votantes socialistas, por lo que creen haber
encontrado la solución en la debacle socialdemócrata.
Faltan mas congresos y conferencias y sobran
cargos vitalicios, o casi, -la visión de presidentes vitalicios en algunos
países debería ser suficiente como para prescindir del calificativo de
izquierda- sobran cooptaciones pensadas para tiempos de alta represión, faltan
auditorías y explicaciones públicas, sobran políticos a sueldo desde jovencitos
y faltan profesionales cercanos a los partidos.
Viejos partidos y nuevas opciones, creen que
por ser distintas al partido gobernante estarán alejados de los peligros en los
que este cayó, pero nada más lejos de la realidad, ya que padecen los mismos
defectos, simplemente no ocupan parcelas de poder suficientes para hacerlos tan
ruidosos. En los nuevos proyectos se observan parecidos errores globales,
porque en el fondo pervive el problema de la participación colectiva, de facilitar
la implicación ciudadana en los asuntos públicos, de poder exigir a los
representantes, así en los nuevos también vemos culto al jefe de la secta, -un exceso de fuerzas se destina para que
hablen/actúen/opinen ellos- vemos poca o nula discusión sobre los asuntos, decisiones
tomadas en ‘alguna parte lejana’, demasiado desprecio por el debate, por tanto
imposibilidad de cribar ideas o comportamientos, dificultades para elegir o
seleccionar, imposibilidad de influir en los estamentos partidarios…
Los cambios deben partir de potenciar medidas
prácticas, que modifiquen aspectos concretos para que en la vida diaria sea
posible influir en sus decisiones, que faciliten el debate y la permeabilidad (*) en todos sus niveles,
de los afiliados, simpatizantes, votantes, particulares e instituciones.
‘’ El fracaso se manifiesta en la poca permeabilidad social,
lo poco que influimos en los partidos, lo poco que influyen los partidos en el
resto, lo poco que influyen los intelectuales en la sociedad, lo poco que
quieren influir los intelectuales públicamente, los pocos debates que hay, en
universidades y escuelas, calles y televisiones, en lo cerrados que son los
partidos y todos nosotros…/…
El problema que yo veo es mas de renovación social que de
otra cosa, los partidos los veo bastante muertos y mal dirigido su arsenal y
fuerzas, se pierden en grandes programas etc. y poco en el funcionamiento
diario. De qué sirve el programa PSOE, sus sueños e ideología, si el partido,
la militancia, los órganos, se ha quedado mudo, ante un tipo, ZP con otros 2 o
3 ha podido hacer y deshacer sin que nadie diga nada. No han fallado los
grandes temas, sino el funcionamiento interno lo concreto a ras de suelo. ‘’
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